“La industria textil evade impuestos, viola las normas medioambientales y el Estado está ausente”
Por LR oficial en CABA, Medio Ambiente
Lo dijo Ariel Rota, integrante de la organización “Recuperando Flores Norte”. En su paso por el programa radial “Mis hijos están con el padre” habló acerca de las problemáticas de la zona y la falta de respuesta estatal. Además, se rifirió al código urbanístico de la Ciudad y a un nuevo proyecto de ley que redactaron los vecinos y vecinas.
Entrevista: Braulio Domínguez / Silvio Florio
Redacción: Gabriela Suárez López
Edición: Pedro Ramírez Otero
Foto: Facebook Recuperando Flores Norte
La especulación inmobiliaria en la Ciudad de Buenos Aires, genera una brecha cada vez más amplia de desigualdad entre sus habitantes, quienes sufren las implicancias económicas de este fenómeno. A la dificultad en el acceso a la vivienda se le suman las abruptas transformaciones a las que se ven sometidos los distintos barrios porteños. En el medio de la disputa, se encuentran los vecinos y vecinas que ven cambiar el barrio y con ello sus hábitos y costumbres, sin entender mucho los conceptos estéticos ni la funcionalidad de las modificaciones instaladas y/o permitidas por el Gobierno de la Ciudad.
La compra de propiedades y demoliciones sin un control y estudio ambiental, han resultado en una proliferación de depósitos textiles en la Comuna 7 (Flores y Parque Chacabuco), en la zona denominada “Flores Norte”. Ariel Rota, integrante de la agrupación “Recuperando Flores Norte”, explicó “Esto es algo que viene sucediendo hace más de 15 años pero se incrementó muchísimo a partir de la pandemia. Y lo que está pasando más allá del crecimiento de los locales y el comercio en la zona de avenida Avellaneda, es que a nosotros nos está afectando muchísimo todo lo que es la actividad satélite de eso: los depósitos, los talleres, la venta de insumos, los camiones portacontenedores en una zona que no está habilitada para tránsito pesado, los residuos. Tenemos muchísimo residuo textil. Y hay un informe de la ONU que lo tenemos publicado en nuestro Facebook que dice que la industria textil es la segunda más contaminante. Y venimos haciendo reclamos y no pasa nada. Nadie hace nada, no se controla nada”.
El Gobierno de la Ciudad gestiona y ejecuta distintos cambios en los barrios porteños de modo inconsulto que modifican la manera de vivir, costumbres, posibilidades y limitaciones de los vecinos y vecinas. “Lo que está sucediendo es que el tema de la contaminación nos afecta mucho la calidad de vida, porque están circulando estos camiones, no solo los portacontenedores, sino camiones y camionetas de todo tipo que estacionan en las rampas en las esquinas, en la entrada de garaje. No te dejan pasar, descargan los camiones a cualquier hora. La gente que descarga los camiones claramente no tiene sanitarios, hace sus necesidades en la calle, almuerzan o cenan en la calle. Es todo un descontrol. Y la verdad que hicimos denuncias, fuimos para hablar con la comuna, con otras autoridades de Gobierno y no logramos absolutamente nada”, dijo el integrante de Recuperando Flores Norte. Además, planteó que los vecinos y vecinas consideran que el Gobierno porteño actúa a favor de esta “actividad” que vienen denunciando. “Digo actividad y no industria porque la industria uno tiende a pensar que es algo bueno, que genera un beneficio y no es lo que ocurre acá. Porque es una industria que paga todo en negro, evaden impuestos, violan todas las normas medioambientales, violan las autorizaciones y del lado de enfrente tenemos un Estado totalmente ausente que trabaja a favor de esta actividad. Yo vivo en una zona que se llama zona Tipo 2, hay 4 tipos de zona, donde yo estoy es zona tipo 2 y dicen que no puede haber ningún taller o depósito. Y los relevamos, tenemos un Excel con todos los talleres que hay en la zona y nadie hace nada. Participamos de los consejos consultivos, hacemos denuncias en la Agencia Gubernamental de Control (AGC), y no pasa nada, está todo bien”, dijo.
Además de los cambios en su forma de vivir y habitar el barrio, los vecinos y vecinas han visto decrecer el valor de sus propiedades, perdieron la tranquilidad porque la zona se tornó muy insegura por los enfrentamientos entre las personas del barrio y los denunciados. “La gente de esta actividad nos amenaza porque saben que nosotros los denunciamos. Entonces cada dos por tres tenemos un vecino golpeado, amenazado. Yo tengo dos denuncias hechas en la policía por amenazas. Entonces es muy complicado. Y me parece que por el negocio de algunos, no debería suceder esto”, contó Rota.
El código urbanístico de la Ciudad
“El código urbanístico es malo, está mal hecho, no considera un montón de cosas. Pero también hay que tener en cuenta qué significa derogar un código hasta no tener uno nuevo. A mí me genera muchas preguntas. ¿Quién va a hacer el código nuevo? ¿Cómo va a ser? ¿Va a contemplar lo que nosotros estamos reclamando? Y si hay un código nuevo, ¿se va a respetar? Porque el que hay hoy es malo y nadie lo respeta. Hemos visto fajas de clausura que la misma gente de los talleres la levantan, trabajan y a la noche la vuelven a pegar. Está filmado eso y nadie hace nada”, planteó el vecino. Frente a la posibilidad de derogación del código actual, explicó: “Entonces, derogar el código es un lindo título, está bien. Pero yo creo que hay que ir a cosas muchísimo más sencillas que se pueden empezar a aplicar hoy sin tocar ningún código. Es controlar la Comuna, el Gobierno de la Ciudad, y todas las entidades que forman parte: AGC, la Agencia de Protección Ambiental (APRA), el tránsito. Tendrían que ejercer una función de control y no lo están haciendo. Hemos hecho miles de denuncias y no pasa nada. Nos cambiaron el sentido de la calle Páez para beneficiar a todos los transportistas que dejan su mercadería en toda la zona comercial de Avellaneda y puedan salir rápido. Eso provocó accidentes. Al cambiar el sentido ponés en peligro dos escuelas, un jardín de infantes. Tardamos dos años en lograr que den vuelta esa calle”.
El lugar crítico que detalla Rota es amplio: la zona de los locales y puntos de venta, donde también se encuentran los manteros, que es la zona que va en Avenida Avellaneda desde Joaquín V. González hasta Bolivia, y eso se replica en las calles laterales, perpendiculares y horizontales. “Y después está todo lo que era el barrio de Flores y Floresta totalmente copado por depósitos, talleres. En Floresta por ejemplo vienen muchísimos micros de larga distancia que traen gente a comprar y estacionan en la vereda. Han comprado tres casas que demolieron y lo convirtieron en un estacionamiento. Está prohibido porque esos micros tampoco pueden entrar a las calles comunes. Hay una falta de control total y absoluta, sospechosamente coordinada y nosotros en el medio que vemos como nos avasallan y no pasa nada. Hoy, casa que se compra, casa que se demuele y se construye un depósito. No respetando alturas, no respetando metros cuadrados, habilitación dudosa porque el proyecto de obra es para vivienda y después termina siendo un depósito o taller. Así que es muy complicado el tema”, agregó.
Contenedores repletos de basura textil, micros de larga distancia estacionados por todas partes, depósitos y talleres donde antes había casas, la fisonomía barrial está cambiando muy rápido y estas alteraciones son impuestas a vecinos y vecinas. “Estamos hablando de bolsas que tienen un metro de alto, llenas de retazos de tela. Eso se considera residuo industrial porque es tóxico y por el volumen que tiene. Vos a la noche cuando vas a tirar la basura, tenés todos los contenedores del barrio repletos de estas bolsas”, dijo Rota.
Ante la ausencia del Estado, un grupo de vecinas y vecinos autoconvocados decidió fundar la asociación “Recuperando Flores Norte”, que hoy tiene más de 250 miembros en su página de Facebook , tiene Instagram y algunos grupos de WhatsApp. A través de esas herramientas, de las reuniones y participaciones en el Consejo Consultivo de la Comuna 7, buscan todos los mecanismos posibles para alzar sus voces respecto a la situación que están viviendo. Pos pedidos de más control, ¨rechazan el nuevo código urbanístico y el proyecto del viaducto del Ferrocarril Sarmiento que agudizaría más su situación. También están avanzando en un proyecto de ley que contemple sus inquietudes y necesidades: “Ahora lo estamos confeccionando, tenemos que hacer la ronda, pedirle a los legisladores que nos reciban, explicarles el proyecto y que nos acompañen. Suponiendo que vivimos en un mundo feliz y todo el mundo entiende la problemática y nadie está asociado con esta actividad y todo el mundo lo aprueba, ahí se va a publicar y ahí sí podemos difundirlo en los medios”, explicó el vecino.
La agrupación “Recuperando Flores Norte” está en contacto con otros grupos de vecinos y vecinas de otros barrios de la Ciudad de Buenos Aires y en este intercambio interbarrial la lucha de fondo es por el código urbanístico: “Nos perjudica por estos permisos que se hacen pero lo que más nos perjudica es que el código actual no se cumple. Entonces si no se cumple por más que cambiemos y pongamos cien códigos nuevos, no se van a cumplir tampoco. Entonces no sirve. Estamos en la pelea, hemos decidido no rendirnos y hacerle frente a esto para defender nuestras propiedades, nuestro barrio y nuestra historia”, concluyó.