DESDE AFUERA NO SE VE

Si adentro del tren fantasma el pasaje rebalsa de felicidad, en las calles una parte del pueblo tiene bronca y tristeza. Tampoco hace falta engañarse: un sector importante de la sociedad celebra un cambio aunque no entienda demasiado adónde va.
Desde afuera del tren fantasma, lo que se ve es algo de desconcierto. Gente que se mira y pregunta en silencio: “¿cómo llegamos hasta acá?”.
Y quien consigue espiar hacia adentro y vuelve con alguna noticia, solo trae una respuesta: desde afuera, no se ve.