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doctrina chocobar

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Luego del fallo que condenó el viernes a 6 integrantes de Prefectura Naval por torturas contra Iván Navarro y Ezequiel Villanueva Moya, integrantes de la organización social La Poderosa, abogados/as y referentes pasaron en limpio el valor del veredicto, que no registra muchos antecedentes. Habría que remitirse a la condena por torturas contra Luciano Nahuel Arruga, en un juicio de mayo de 2015 contra un policía bonaerense. (Por Colectivo de Medios Populares*) Que la condena haya sido por torturas no es un dato irrelevante. Nahuel Berguier, uno de los abogados querellantes, destacó “la consolidación de la calificación de tortura, ya que generalmente las pocas veces que estos casos llegan a juicio son calificados como apremios, que es un delito menor en el código penal. Se ha logrado mostrar que el conjunto de una detención ilegal durante la noche por una patota, los golpes, la discriminación que sufrieron los pibes, la desnudez y las amenazas sexuales, conforman la calificación de tortura, que tiene una escala penal similar a la del homicidio. Esto se llama tortura y así debe ser tratado en la Justicia”.Berguier enumeró la secuencia de aquella noche y volvió a resaltar la importancia del fallo: “Es un hecho que sienta un precedente muy importante a nivel judicial. Se demostró que fueron detenidos ilegalmente, subidos a patrulleros de la Prefectura, fueron golpeados, les dijeron ‘villeros de mierda’, ‘negros de mierda’, fueron discriminados por su condición social y económica, les hicieron un simulacro de fusilamiento, los llevaron a la vera del Riachuelo, los amenazaron con tirarlos al río, los desnudaron. Esta serie acumulada de hechos fue calificada como torturas y esto sienta un precedente porque son prácticas que están naturalizadas. En el juicio surgió esto de `¿para qué voy a denunciar si nunca llega a nada?, si encima después me amenazan’”.En el mismo sentido fue Gabriela Carpineti, otra de las abogadas de la causa: “En la voz de Iván y Ezequiel llega la voz de cientos de jóvenes de barrios populares de Argentina por los que no logramos hacer justicia porque fueron asesinados, o no se animaron a denunciar”. Allí reaparecen los nombres casi olvidados, pero resalta uno en particular, el de Ezequiel Demonty. Su asesinato volvió cada vez que Iván y Ezequiel relataron las amenazas de que serían arrojados al Riachuelo. El joven murió en 2002 tras ser obligado efectivamente por policías a tirarse al Riachuelo. La numerología aportó otro elemento simbólico difícil de obviar: el cuerpo de Demonty fue hallado un 21 de septiembre, exactamente 16 años después de este fallo histórico. La presión popular En estas causas contra las fuerzas de seguridad suele repetirse una máxima: la movilización es la que presiona a la justicia para conseguir fallos como éste. La primera en respaldar esa consigna es Nora Cortiñas, referente de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora. Cortiñas permaneció en Tribunales esperando la sentencia aun cuando el cuarto intermedio entre las últimas palabras de los acusados y la lectura se hizo extenso. Norita destacó “la movilización popular y el empeño de los familiares y los chicos torturados”. También expresó que fue “un paso muy importante, hay que seguir la lucha con la gente en la calle”, y destacó el rol del Estado como victimario y responsable: “es responsabilidad del Estado lo que pasa, basta de criminalizar la protesta y basta de perseguir a los jóvenes en las villas y en las zonas donde la gente está más desprotegida”. Como ya es habitual, a cada paso recibió abrazos, saludos emocionados y pedidos de fotos que consiguieron su respuesta habitual que cada vez le resulta más difícil sostener: “fotos nos sacamos el jueves a las 15:30 en la Plaza de Mayo”, dice cuando puede invitando a acompañarlas.Berguier se sumó para resaltar la importancia de la presión a la justicia: “Con fuerte presencia popular se pudo sostener la investigación, defender a los testigos y se llegó a una condena. Hubo una fuerza popular muy importante alrededor del caso, se trabajó con mucha inteligencia desde el principio. En las primeras 72 horas, por presión de las organizaciones del barrio y las familias, se logró que la Policía de la Ciudad garantice la protección de la prueba, cosas que en la habitualidad no ocurre. Con los GPS de los autos, se vio que los patrulleros de Prefectura habían ido hacia la zona del Riachuelo pero aparecieron también en el lugar en el que habían denunciado los chicos. Luego apareció el celular de un Prefecto, en el que había un vídeo donde se escuchaban voces del lugar de los hechos, amenazas sexuales que sufrieron los jóvenes. Se hizo un trabajo muy fino para que la prueba no desapareciera”.Carpineti cerró respondiendo acerca de si había que festejar o no: “No festejo que ningún ser humano vaya a la trituradora del sistema penal, pero sí festejo este acto de justicia en la lucha contra la impunidad, en un contexto de criminalización de protesta, de hostigamiento a los sectores populares y con un discurso de odio que brota desde el gobierno nacional y salpica contra todos los trabajadores y trabajadores”.Cuando se buscan antecedentes de condenas por torturas contra miembros de fuerzas de seguridad de la democracia, guglear no sirve de nada. Apenas si se puede recurrir al caso de Luciano Arruga, por torturas que recibió unos meses antes de su desaparición forzada seguida de muerte. En aquella causa, fue relevante que el testimonio que Luciano pudo dejar a través de lo que compartió con su mamá y su hermana, fueran tomadas en cuenta por el tribunal. Esta vez, lo significativo es que Iván y Ezequiel sobrevivieron y que, a pesar de las amenazas, se respaldaron en otros y otras para poder dar testimonio y conseguir estas condenas que vale repetir, una y mil veces. Leandro Antúnez, Osvaldo Ertel y Orlando Benítez fueron condenados a 10 años y 6 meses; Ramón Falcón y Eduardo Sandoval, a 8 años y 11 meses, y Yamil Marsilli, a 8 años y 8 meses.Más allá de los nombres de los ejecutores

La movilización del 1 de septiembre de 2017, a un mes de la desaparición de Santiago Maldonado, culminó en la CABA con 31 personas detenidas. Entre ellas, varias desarrollaban tareas comunicacionales y puntualmente dos integrantes de la Red Nacional de Medios Alternativos que transmitían en vivo a través del Facebook de la RNMA. Ahora, Casación dio marcha atrás con los sobreseimientos -tras el pedido del Fiscal Moldes, que dijo que estaban disfrazados de periodistas- y ordenó seguir investigando a la gente que hacía cobertura de la represión ese día. En el programa radial La Retaguardia, lo explicó María del Carmen Verdú, integrante de Correpi, en diálogo con Fernando Tebele. (Por La Retaguardia)Foto: convocatoria “comunicar no es intimidar” de la RNMA “El año pasado, el 4 de septiembre a las cuatro de la mañana estábamos bajo la lluvia esperando la soltura de los compañeros y compañeras. El fallo de Casación se originó en el recurso que metió el fiscal Germán Moldes en diciembre. Allí decía que quienes nosotros argumentamos que son trabajadores y trabajadoras de prensa: Juan Pablo Mourenza y Ezequiel Medone (ambos de la RNMA); Carlos Ardila Guerra, fotógrafo profesional de ATE y alumna de la UNA; y Paola Barriga Montero, también estudiante avanzada de la UNA y fotógrafa de un centro cultural feminista, Marcelina Meneses, según Moldes no eran fotógrafos, sino que estaban disfrazados, como podrían haber ido disfrazados de Pierrot, Colombina o El Zorro. Por eso, este año, cuando tuvimos la audiencia ante la Cámara que fue en la víspera del día del Periodista, hicimos aquel carnaval veneciano en Comodoro Py con todos los disfraces”, recordó Verdú. “A partir de allí, nos encontramos con una resolución con votos divididos. Nos tocó la Sala III, por un lado el juez Mahiques que viene de Mercedes, que dijo que el fallo de la Cámara Federal que sobreseyó a estas cuatro personas es impecable. Además, consideró que no hay ningún elemento de prueba que permita decir que estaban haciendo otra cosa más que su trabajo. En el caso de los otros dos, Liliana Catucci y Eduardo Riggi -el que se suponía que iba a recibir la coima de 50 mil dólares que quería pagar Pedraza en la causa por el asesinato de Mariano Ferreyra-, dijeron que para sobreseer hace falta certeza negativa”, explicó la abogada y citó textual: “‘Tiene que haber una certeza apodíctica’, escribió Riggi, y acá todavía quedan dudas de si estas personas se pelearon con un policía, le pegaron, lo insultaron. Por supuesto que cuando fueron detenidos los compañeros, menos lindos, les dijeron de todo. Pero eso era porque estaban siendo arbitrariamente detenidos e impedidos de desarrollar su tarea, estaban transmitiendo en streaming live, por el Facebook de la Red de Medios. Está el video para quien lo quiera ver, se ve que están con el chaleco de prensa, que uno está haciendo las imágenes y el otro actúa como ayudante de cámara guiándolo, como corresponde en un equipo de dos que graba en esas circunstancias”. “Entonces, apelando nuevamente a esta idea de la intimidación pública y de crear un pánico colectivo, revocaron el sobreseimiento y ahora estamos con ellos cuatro en una especie de limbo porque la causa tiene que volver a la Cámara y ésta debe decir qué hace. Volvemos a la situación inicial, cuando estaban procesados por obra y gracia de nuestro viejo conocido don Marcelo Martínez de Giorgi. El mismo de Antena Negra TV y de la causa de Tiempo Argentino“, recordó. “Ahora tendremos que esperar que la Cámara resuelva, entendemos que lo lógico es que dicten una falta de mérito como con el resto de los detenidos y detenidos. Naturalmente, apenas la causa vuelva a primera instancia empezaremos a aportar la segunda tanda de pruebas que teníamos en la manga que son los testigos. En el momento en que Medo y Juan fueron detenidos había otros compañeros de la RNMA que estaban presentes, que son quienes avisaron lo que sucedía”, describió Verdú.El mensaje es claro “Afortunadamente, logramos mantener el sobreseimiento en el caso de Carlos (Ardila Guerra) porque era demasiado grotesco. La versión de Moldes era que se lo veía en una actitud hostil contra el personal policial en una foto. La foto ha circulado por todas las redes, está agregada al expediente: Carlos está trepado a una valla, como hacen habitualmente los reporteros gráficos, y está apuntando a los policías con el objetivo de la cámara. La actitud hostil es que estaba sacando una foto.El mensaje es claro. Si a quien saca una foto, a quien graba un video, a quien transmite en vivo lo que está ocurriendo en la calle le puede pasar esto, imaginate lo que le ocurre al que va a protestar”, enfatizó la abogada de CORREPI. “Por allí pasa el disciplinamiento, por allí pasa este estado de excepción del que venimos hablando desde la desaparición forzada y muerte de Santiago, luego el fusilamiento de Rafael Nahuel, la doctrina Chocobar y hoy el secuestro y la tortura de una docente de Moreno que junto con sus compañeras y compañeros vienen paliando el hambre de los pibes de las barriadas pobres armando ollas populares porque las escuelas están cerradas después del estallido en el que murieron Sandra y Rubén por el mal estado de la instalación de gas. A Corina (de Bonis) la secuestraron, le pusieron una bolsa de nylon en la cabeza, le escribieron con un clavo en la panza ‘ollas no’”, enumeró. “La compañera está bien, afortunadamente, con todo el espíritu y toda la fuerza para seguir la pelea para adelante. También consideremos la noticia de que detuvieron a un compañero del PSTU por la causa del 18 de diciembre, en la que todavía se mantiene la captura internacional de Sebastián Romero -el de la cañita voladora-. En este caso, detienen por orden del juez federal Sergio Torres a Daniel Ruiz, un dirigente del gremio de petroleros de la misma agrupación política de Sebastián Romero. Por esta causa también estuvieron detenidos los compañeros del Partido Obrero, Dimas Ponce