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Eduardo Nachman


Declaran Alejandro Reinhold y María Esther Alonso, sobrevivientes;  Eduardo Nachman (por su padre Gregorio Nachman, desaparecido) y Alejandrina Barry (hija de Susana Mata y Alejandro Barry, víctimas desaparecidas ambas). Las fotos del flyer corresponden a  Susana Mata, Alejandro Barry  y Gregorio Nachman casos de este juicio.

En un contexto inédito por la pandemia, se dictó la sentencia en el juicio de lesa humanidad en Mar del Plata conocido como Subzona 15. De los 40 genocidas imputados por crímenes contra 272 víctimas, 28 fueron condenados a prisión perpetua, hubo 7 que recibieron penas de entre 25 y 7 años y otros 5 fueron absueltos. Entre los condenados está Alfredo Arrillaga, coleccionista de 7 perpetuas que van desde estas causas de Mar del Plata hasta las desapariciones ocurridas en 1989 en el intento de toma del Regimiento de La Tablada por parte del Movimiento Todos por la Patria (MTP). (Por La Retaguardia) ✏ Redacción: Diego Adur🎤 Testimonios: Fernando Tebele 💻 Edición: Fernando Tebele El juicio Subzona 15 comenzó en abril de 2018. Se juzgaron delitos ocurridos en la ciudad de Mar del Plata y sus alrededores. En la causa estuvieron imputados 40 genocidas, 13 de ellos con condenas previas, integrantes del Ejército, la Fuerza Aérea, la Armada, Prefectura Naval Argentina y de la Policía de la Provincia de Buenos Aires. Fueron acusados por privaciones ilegales de libertad, tormentos, asesinatos y desapariciones de 272 víctimas.La sentencia de los jueces Roberto Falcone, Mario Portela y Martín Bava -en remplazo de Alfredo Ruiz Paz que se jubiló- dejó un saldo de 28 represores condenados a prisión perpetua, uno a 25 años de prisión, uno a 22 años de prisión, uno a 12 años de prisión, dos a 10 años de prisión y dos a 7 años de prisión. Además, 5 imputados resultaron absueltos. Cabe destacar que entre los genocidas condenados a prisión perpetua está el ex jefe militar Alfredo Arrillaga, quien ya fue condenado seis veces con anterioridad. La última había sido por ser coautor penalmente responsable del homicidio agravado por alevosía de José Díaz, uno de los cuatro desaparecidos tras la represión en La Tablada. El contexto del juicio, en el medio de la pandemia y con la población en cuarentena, hizo que el día se tornara particularmente extraño. La sala casi sin gente, y con la ausencia defamiliares de las víctimas y organizaciones de Derechos Humanos, dejó un vacío muy grande que, de todos modos, se colmó por la alegría tras la sentencia. A continuación reproducimos testimonios de referentes de los DDHH y familiares de las víctimas que tras 43 años de impunidad y 2 años de juicio encontraron justicia. Ana Pecoraro: “Hoy podemos decir que es un día de justicia” La actual coordinadora del Espacio para la memoria y promoción de los Derechos Humanos El Faro no ocultó su emoción. En diálogo con La Retaguardia, repasó: “Se dictó la sentencia de la megacausa Subzona 15 en un contexto absolutamente distinto y anormal en los que se dan las causas. Causas a las que llegamos por la lucha histórica, constante e inclaudicable de los organismos de Derechos Humanos. Hoy las circunstancias fueron muy distintas. El Tribunal estaba vacío, sin público adentro ni afuera. Éramos unos pocos y pocas que estábamos allí presenciando esta sentencia que duró hora y media. Este juicio tenía 40 imputados de los cuales 28 recibieron perpetua, 5 fueron absueltos y otros recibieron condenas menores de entre 25 y 7 años de prisión. Se siente un poco de alivio ante esta sentencia y también un poco de tristeza de pensar que la justicia llegó después de 43 años. Nuestra tarea en el espacio de memoria es trabajar con los jóvenes del presente, mirando hacia el futuro. Esta sentencia es importante para las generaciones que están, para las generaciones que vienen y para el registro que quedará en la historia con respecto a lo que fue el Terrorismo de Estado; porque fue eso y fue un genocidio. Y que los culpables o una parte de los culpables fueron condenados por la justicia argentina”. Pecoraro dio testimonio este año en el histórico juicio por la represión a la Contraofensiva de Montoneros, por el crimen de su padre, Enrique Quique Pecoraro. Ana dio cuenta de la sensación extraña de haber sido una de las pocas que pudo presenciar la lectura del veredicto: “Por otro lado, queda el sabor amargo de no poder festejar, de no poder abrazarnos entre todos y todas las que históricamente luchamos acá, en la ciudad de Mar del Plata. Creo que en el marco de esta pandemia una sentencia como ésta, con un tribunal vacío, crea un precedente. Las emociones están encontradas. Como espacio de memoria conformamos un comité de emergencia barrial y nuestra prioridad hoy también es el hambre que pueda existir por la emergencia que está generando el aislamiento social, preventivo y obligatorio. A los sobrevivientes y las sobrevivientes que siempre ponen el cuerpo les debemos que sean posibles estos juicios de lesa humanidad. Hoy podemos decir que es un día de justicia”. Eduardo Nachman, cineasta: “Hasta la victoria siempre” Cuando La Retaguardia le pidió que nos contara cómo había vivido el final del juicio en el que se trató la desaparición de su padre, el teatrista Gregorio Nachman, Edu primero se negó. No por descortés, sino por la emoción: “No puedo, tengo un nudo en la garganta”. Un rato después, habiendo recuperado algo de su vozarrón radial, se animó a compartirnos sus primeras sensaciones: “El juicio denominado Subzona 15 abarca muchas otras zonas próximas a Mar del Plata: la Base de Madariaga, Mar Chiquita, Balcarce, Necochea, y otros. Entre las víctimas 272 víctimas está mi papá, Gregorio Nachman, un actor y un militante de la cultura detenido-desaparecido; sus compañero Luis Conti y muchos otros compañeros y compañeras. La sentencia estuvo relativamente bien. Celebramos las perpetuas a muchos de los imputados y repudiamos la absolución de 5 de ellos. La lucha sigue y no termina. No termina porque seguimos hasta la victoria siempre”, expresó.Nachman había dado un testimonio muy emotivo durante el juicio. Pasar el cepillo a contrapelo “28 perpetuas, 7 condenas entre 25 y 7 años, 5 absoluciones. Es impresionante. ¡Es increíble! Todavía no caigo. 43 años, pero llegaron”. No puede más de la emoción la fotógrafa Julieta Colomer. Su padre, Enrique