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Cele Fierro, diputada en la ciudad por el FIT-U se refirió a la exigencia que vienen sosteniendo desde la izquierda para un llamado a sesiones extraordinarias en la Legislatura porteña. “Está cerrada, no hay sesiones”, indicó.También hizo declaraciones sobre los despidos en la CABA: “Van a llegar a 7000”, afirmó. Entrevista: Fernando Tebele/Pedro Ramírez Otero Entrevista completa acá:

Lo dijo Mónica Schlotthauer, quien hasta diciembre del año pasado era diputada nacional por el Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT) y en enero de este año regresó a su trabajo como empleada ferroviaria cumpliendo tareas de limpieza en la Estación de Once. Fue en conversación con Fernando Tebele y Pedro Ramírez Otero en Radio La Retaguardia. (Por La Retaguardia) 📝 Texto 👉 Diego Adur📝 Edición 👉 Pedro Ramírez Otero🎤 Entrevista 👉 Fernando Tebele y Pedro Ramírez Otero Las bancas de Diputados del Frente de Izquierda y los Trabajadores no duran todo un mandato sino que las van rotando entre los compañeros y compañeras del partido. Sucede tanto como en las diputaciones nacionales como en las legislaturas provinciales. El FIT estipula un período de tiempo para una banca que será ocupada por una persona y cumplido ese lapso será reemplazada por otra del mismo partido. Así fue el caso de Mónica Schlotthauer, que una vez cumplida su función como diputada nacional regresó a su trabajo como empleada de limpieza en la Estación Once del ferrocarril Sarmiento: “Ya había estado como legisladora provincial en 2016 y en abril de 2019 asumí en Nación. Reemplacé a la diputada Nathalia González Seligra. Me tocaría volver a ser diputada en marzo del 2021 para reemplazar a Nicolás Del Caño”, contó Schlotthauer y narró su experiencia en la Cámara Baja del Congreso Nacional: “Tengo muchos años de militancia. Toda la lucha de todos los compañeros de la izquierda socialista, del Frente de Izquierda, del Partido Obrero, está ahí. Es lo que logramos. Son 3 bancas obreras en un Parlamento donde peleamos con toda la fuerza política que viene gobernando hace años. Eso trae mucha responsabilidad. Por otra parte, está la alegría. La Izquierda está hace años en el Congreso, la clase obrera llegó ahí con sus organizaciones a pelear por sus demandas. Si hubiésemos tenido más bancas obreras podríamos haber votado y evitado muchísimas cosas. Tener más fuerza en el Parlamento para frenar leyes, por ejemplo. Tenés que estar en el Parlamento, como trinchera, y después tenés que estar en la calle. Hay un saqueo que está organizado internacionalmente. No alcanza con los diputados que tenemos. De todos modos, sentimos una profunda responsabilidad. Dimos un montón de luchas. Es un espacio de pelea muy grande y participan personas que ostentan mucho poder, como ex ministros”, expresó la militante del FIT.Mónica explicó esta rotación que su partido realiza en las bancas durante el mandato: se refirió a la perpetuación en el poder de diferentes actores políticos y cómo eso trae aparejado condiciones con las que el FIT no concuerda: “Estamos acostumbrados a que los diputados y las diputadas al terminar su mandato queden dentro del círculo de la política. Estamos acostumbrados a eso porque la mayoría de los partidos hace eso. En la última elección se cambiaban la camiseta para mantenerse en el poder. La Izquierda está demostrando otra cosa. Volvemos a los gremios, volvemos a trabajar. No nos atornillamos a una banca sino que rotamos. Los que se quedan es porque en la política hay trepadores. Las multinacionales, las mineras, ponen plata para la campaña para que después voten todas sus leyes. Son diputados que terminan siendo títeres y hacen de eso una profesión. Para nosotros es un puesto de batalla para pelear contra lo que le está haciendo mal al país como la deuda externa, extranjerizar toda la industria, poner las tierras y las riquezas al servicio del saqueo. Hay políticos que son títeres de ese sistema. La Izquierda está demostrando otra cosa. Somos militantes obreros, sindicales y socialistas. Queremos la igualdad y vamos a pelearla en todos los ámbitos”, cerró la ex diputada nacional. DESCARGAR

Lo denunció Damián Mantovano, vicerrector del ISPEE (Instituto Superior de Profesorado en Educación Especial), en diálogo dialogo con Luis Angió y Rosaura Barletta en Otras Voces, Otras Propuestas. Patricia Simeone, Rectora del Joaquín V. González, también habló del tema con Fernando Tebele y María Eugenia Otero en el programa La Retaguardia. En lugar de reemplazar a los profesorados, la nueva propuesta del gobierno de la Ciudad es que coexistan con la nueva Universidad. Sin embargo, la comunidad educativa persiste en su oposición a la creación de la UniCABA por considerar que estructuralmente la reforma sería la misma con algunos cambios sutiles y que, eventualmente, los profesorados terminarán siendo desfinanciados y vaciados de todas formas. (Por La Retaguardia)Foto: (Archivo La Retaguardia/Natalia Bernades) “El nuevo proyecto es tan inconsulto como el primero” Patricia Simeone, rectora de J. V. González y presidenta del Cesge, la coordinación de los 29 profesorados, dijo: “Nos enteramos de que se estaban haciendo reuniones con especialistas. Nunca tuvimos injerencia. Nos enteramos de las cosas por televisión. Es una lógica del PRO: la soberbia de poder decidir y escuchar cuando tiene ganas, y después filtrar y tamizar toda la información que nosotros le íbamos dando según conveniencias o acomodos. En este segundo proyecto no hemos tenido, tampoco, ningún tipo de injerencia”, denunció.“La Ministra (María Soledad) Acuña nunca se presentó en la Legislatura a poder defender su proyecto. Una Ministra de Educación que propone un cambio tan drástico tendría que haberles dado la información de forma directa a los legisladores, ya que a nosotros no nos la dio. Está muy bien que se pueda tener en cuenta especialistas de la OEI, el tema es por qué esos especialistas no pueden entrar en dialogo con las autoridades y con nuestros especialistas que recorren nuestras instituciones en el día a día. La lógica es venir desde el afuera, con recetas desde el exterior e imponerlas sin tener en cuenta nuestra cultura, lo que es básico para cualquier proyecto”, planteó Simeone.“Uno de los especialistas me dijo algo que para mí fue revelador: cuando se nos presentó este trabajo, no se presentó cómo mejorar la formación docente en general sino una idea de cómo salir de este atolladero en que nos hemos metido y en donde querían crear la UniCABA. La última palabra de este proyecto la tuvo Maximiliano Ferraro”, aseguró.Sobre el carácter inconsulto también opinó Damian Mantovano, presidente del ISPEE: “El gobierno de la Ciudad nos convoca pero para informarnos qué van a hacer, nunca para escucharnos. Ellos hacen el proyecto y nos lo bajan para que opinemos. No es compartido ni democrático, mucho menos inclusivo. Hay un sector que se lo impone al otro. Ellos proponen la desintegración de un sistema de formación docente y lo que te dan a elegir es cómo querés que sea, si de prepo o de a poco, pero no dan vuelta atrás con la esencia del proyecto: la desintegración de los profesorados”.“La Ministra no puede obviar en sus declaraciones un ninguneo hacia nosotros y hacia los especialistas. Han ido doctores en matemática, filósofos y especialistas de todas las ramas que hay en nuestros profesorados han ido a dar cátedra. La última reunión con Acuña fue en el mes de diciembre. También nos ninguneó y fue bastante agresiva en sus consideraciones. Nunca vino a la sesión. Todas las presentaciones que hemos hechos están a disposición de cualquiera. Los mismos legisladores dijeron que fue la primera vez que se habló de Educación dentro de las sesiones”, agregó Simeone.Las evaluaciones-filtro “El Ministerio, a través de UniCABA, controlaría con evaluaciones externas el funcionamiento de los profesorados. A partir de esta evaluación externa se determinaría su cierre o no. Entonces dirían qué profesorados creen que no están funcionando bien, se enseñan cosas que no comparten o no tienen la matrícula que ellos querrían. Esto es sumamente peligroso para cualquier libertad académica y pedagógica”, denunció Mantovano. “Pensamos que es un maquillaje del clásico proyecto que ellos presentaron que apunta a la desintegración de los profesorados. Cuando leemos este proyecto, que también es preliminar, siempre son preliminares, nunca cerrados, nunca completos, vemos que la UniCABA tendría carreras que no se den en el gobierno de la Ciudad. Daría, en primera instancia, carreras de formación docente, nosotros sabemos que esto es una muerte lenta para nosotros”, aseguró Mantovano.“El gran tema que plantea ella (Acuña) es la evaluación. Nosotros nos opusimos al Operativo Enseñar. Me llamó un chico del call center del ministerio informándome, a mí, rectora, que se iban a evaluar a los 4tos años de los planes. Nosotros tenemos 4tos años, pero de los planes viejos. Cuando se hace una evaluación se hace sobre los planes nuevos. No tengo 4to año, no puedo evaluar. Eso se le dijo. Nosotros creemos en la evaluación. Evaluamos a nuestros estudiantes. Hacemos evaluaciones y autoevaluaciones institucionales. Las evaluaciones institucionalizadas no sirven”, consideró Simeone. “Las condiciones donde se desarrolla la educación en la Ciudad de Buenos Aires no son las mismas que en otros lugares. Nosotros creemos en una evaluación situada que tenga en cuenta las condiciones en donde se desarrolla la educación. Podemos hablar desde condiciones edilicias, planes de estudio y muchas cosas que hay que tener en cuenta. Esos resultados de las pruebas tiza se mediatizan. Llegan más rápido a los medios de comunicación que a las propias instituciones. Se mediatizan para demonizar a la mala enseñanza o al mal aprendizaje que hay en la Ciudad o en Argentina en general. Nosotros nos oponemos a esa evaluación que es más un monitoreo”, declaró la rectora del Joaquín.“Los primeros alumnos empezarían a cursar en 2020” “En la ley, el Estado aparece como muy controlador y fiscalizador para considerar sobre las instituciones, que de no responder tendrán que estar cerradas. Estamos transitando una de las peores crisis, y a nivel educación mucho más profunda con toda la parte del sistema universidades, 57 universidades desfinanciadas. En la Ciudad de Buenos Aires se está pretendiendo crear una universidad para crear carreras que ya existen. No solo existen en los profesorados