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Marta Sosa


El hijo de Marta Sosa, asesinada en Córdoba hace menos de un mes. habló después de lo que fue la sentencia en el juicio de San Rafael, Mendoza, por el cual se condenaron a prisión perpetua a 12 genocidas entre los que estuvieron involucrados los responsables de la desaparición de su padre, Aldo Fagetti. Sosa fue querellante hasta el momento de su asesinato, semanas antes de dictarse la sentencia. Fue en el programa Oral y Público, con Fernando Tebele, por Radio La Retaguardia. (Por La Retaguardia) Foto: la espera de la lectura del veredicto. (APDH San Rafael) Por un lado, Fagetti expresó la emoción de llegar a la sentencia de un juicio por el que luchó toda su vida y dentro de un contexto político donde pareció peligrar la finalización del proceso. Por otro lado, lamentó la ausencia de su madre en la lectura del veredicto y continúa considerando su muerte más vinculada a un femicidio que a una cuestión de lesa humanidad, aunque no descarta ninguna opción: “Acá estamos. La verdad es que ha sido una situación difícil. A partir de la muerte de mi madre uno se replantea todo. La sentencia de mi viejo era lo más importante en mi vida, un momento histórico, pero a partir de la muerte de mi madre uno se empieza a replantear algunas cosas. No le queremos sacar importancia a lo que fue la sentencia, un juicio muy luchado, muy peleado. El año pasado tuvimos miedo de que esto no llegara a final porque con el cambio de gobierno hubo muchísimos inconvenientes a través de la Justicia para llegar a la condena. Con el 2×1 también tuvimos ese pequeño temor, pero gracias a la sociedad que se manifestó, un millón de argentinos saliendo a la calle pidiendo que no haya impunidad, nos dio ese envión para decir tiene que ser ahora o no es nunca más. Entonces, todos nos fortalecimos muchísimo. El asesinato de mi madre nos tiró para atrás, nos preocupó mucho. En primer momento, por la crudeza y la violencia con la que ella murió, se nos vinieron todos los fantasmas encima de que hubiera sido una cuestión de lesa humanidad, que haya sido un nuevo Julio López, una nueva Silvia Suppo. Por ahora eso no lo descartamos del todo, pero creemos que tiene una connotación más por una cuestión de género que de lesa humanidad” explicó.Las condenas de determinados genocidas despertaron en Fagetti una gran alegría que se vio empañada por la tristeza de no contar con su madre al lado, como siempre en la querella: “Ayer me pasó algo extrañísimo. No podía no estar con la foto de mi vieja porque ella era fundamental, una querellante que le puso mucha garra a esto como todos, pero con un sentido muy especial. Todos los compañeros se sentían muy queridos por ella y ella era muy querible, como el alma del grupo. Era imposible no estar con la pancarta de ella y tampoco podía dejar de llevar la bandera de mi viejo, entonces tomé la decisión de estar con las dos. Cuando leyeron las perpetuas de (Luis Alberto) Stuhldreher, (Aníbal Alberto) Guevara y (Juan Roberto) Labarta (Sánchez) fueron las más sentidas por mi y (Hugo Ramón) Trentini obvio que era un personaje nefasto en San Rafael. Esas perpetuas fueron…en esos momentos se me vino la imagen de mi vieja directamente. Eran los que más queríamos que tuvieran esas perpetuas, porque la luchamos, porque son personajes que tienen mucho poder político y mucha repercusión en la sociedad. Son personajes que se han manejado siempre en la parte civil y con mucho poder político. Personajes que cuesta mucho hacer entender a la gente que realizaron estos crímenes y son los responsables. Esas perpetuas eran lo que nosotros veníamos a buscar. Cuando las leyeron se me vino la imagen de mi vieja abrazándome, como que fue bastante reparador y a su vez una puñalada en el corazón” reconoció en conversación con Fernando Tebele para Radio La Retaguardia. Cambiar el rumbo de la militancia Javier Fagetti reflexionó acerca de lo que fue crecer con la figura de su padre desaparecido y cómo la muerte de su madre le hizo replantearse su labor militante, encarándola ahora al ámbito de la violencia de género: “Es como que uno por ahí coquetea con la muerte. Al escuchar los testimonios, es como que a la muerte la idealiza un poco. Que se te muera un ser querido… yo nací con un padre muerto, viví toda mi vida con eso. Lo idealicé. Cuando uno es joven tiene que aceptar la figura del desaparecido y después aceptar que está muerto. Tuve que laburar la militancia desde ahí. Nos lo sacaron de los brazos de mi vieja y míos, se lo llevaron a un calabozo en construcción, porque encima donde estuvieron detenidos ellos era una obra en construcción. Los torturaron hasta morir y después los desaparecieron. Sabiendo eso, uno ve la muerte desde otro lugar. Después, encontrarse con la muerte de tu madre, la persona que estuvo en los momentos más complicados; el inicio del juicio, cuando hicimos una excavación acá cerca, en la Laguna de Diamante, en San Carlos, donde supuestamente estaban los cuerpos. Estuvimos juntos en esa experiencia. En ningún momento se me ocurrió que mi vieja podía llegar a morir en una forma así, tan brusca y violenta. La muerte tuvo otro sentido. Eso hace que empieces a poner en valor la vida y te replantees estas cuestiones. Yo no puedo dejar de militar. Yo voy a militar para que no pasen estas cuestiones de la actualidad. La violencia de género es una realidad y la militancia que voy a encarar ahora va a ser justamente en eso, en la violencia de género, para que las mujeres no sufran estas cuestiones y para que los argentinos podamos combatir este flagelo que es terrible. Creo que hoy es una forma de terrorismo. No sé en qué casillero ponerlo. Es terrible lo que está pasando como sociedad, personas que deciden

 Esta tarde, se leyó el veredicto en el juicio de San Rafael, Mendoza, por el que estaban imputados 27 represores y que comprendió a 72 víctimas del Terrorismo de Estado. Es la causa en la que Elsa Marta Sosa de Fagetti era querellante por la desaparición de su marido Aldo Fagetti. Sosa fue asesinada hace menos de un mes en Córdoba, y aún no está claro si el crimen está vinculado a esta causa o si se trató de un femicidio. (Por Diego Adur La Retaguardia) Foto: Javier Fagetti con las fotos de Aldo y Marta (gentileza APDH San Rafael) De los 27 imputados, 12 fueron condenados a prisión perpetua por crímenes de lesa humanidad como homicidios agravados, desaparición forzada de personas, privaciones ilegítimas de la libertad agravadas por violencia y amenazas, entre otros. 11 de ellos fueron condenados a penas más leves, de entre 8 y 3 años de prisión y 4 de los genocidas imputados fueron absueltos.Antes de comenzar la lectura, la jueza Fátima Ruiz, quien presidió el Tribunal Oral Federal N° 2 constituido en San Rafael, informó que Daniel Navarro y Luis Juan Edgardo Graín “no se encuentran en la sala y son representados por el doctor Gabriel Sánchez”. Contó que “el Tribunal fue a los domicilios para escuchar sus últimas palabras y verificamos que verdaderamente no pueden concurrir”, aclaró, ya que tiene que haber una situación extrema para que los imputados se ausenten ante la lectura de sus condenas.Sobre el juicio, la jueza reconoció que “no ha sido fácil”. Recordamos que se trató de una Megacausa que involucró a 27 genocidas y a 72 de sus víctimas, de las cuales 14 continúan desaparecidas: “Hemos deliberado con minuciosidad. Es un juicio con muchas personas, muchas causas y situaciones diversas. Como Tribunal nos pareció que había que unificarlas. No se puede estar en constante juicio” reconoció la jueza en la misma sala, antes de pasar a la lectura del veredicto.“Hemos logrado lo que es posible para un Tribunal: la verdad procesal. Hay situaciones en las que no hemos podido dar respuesta y que quizás provoquen malestar. La Justicia es hecha por hombres y representada por jueces”, expresó Ruiz en clara referencia a las absoluciones que llegaron después y a varias condenas a 4 años que en los hechos implican la salida en libertad de los acusados. La foto del padre y ahora la de la madre La sala llena en la espera del veredicto (APDH San Rafael) Elsa Marta Sosa de Fagetti fue asesinada a menos de un mes de dictarse esta sentencia y su crimen continúa investigándose, sin que se haya determinado aún el motivo de su muerte. La presidenta del Tribunal se refirió a ella y dijo que todavía forma parte de la querella: “Cuando mencioné a las querellas, olvidé a Marta Sosa, quien fue asesinada. Ella ha estado hasta hace muy poco, estuvo hasta el último alegato en la audiencia. Me pareció innecesario excluirla de la querella porque siempre estuvo”, afirmó para la tranquilidad de todos los presentes incluido su hijo, Javier Fagetti, que comenzó el juicio portando la foto de su papá desaparecido y lo terminó hoy, agregando la foto de su mamá asesinada.Por último, antes de proceder a la lectura del veredicto, el Tribunal resolvió que los hechos de este proceso constituyen delitos de lesa humanidad en el marco de un genocidio. Las condenas12 genocidas fueron condenados a prisión perpetua: el militar y ex intendente de facto de San Rafael, Luis Alberto Stuhldreher; el jefe de la División Cuerpos de la Unidad Regional II de la Policía de Mendoza, Pierino David Massaccesi; del Departamento de Informaciones D2, el oficial ayudante Daniel Ernesto Huajardo Martínez; el integrante del grupo de tareas de San Rafael, Juan Roberto Labarta Sánchez y el oficial Oscar Raúl Pérez Fernández; el jefe de Operaciones (D3) de la Policía mendocina, Orlando Gerardo Gutiérrez Álvarez; el oficial de la Oficina de Sumarios de la Seccional 32ª de San Rafael, Hugo Ramón Trentini; el jefe de la Unidad Regional II, Raúl Alberto Ruiz Soppe; el teniente de la VIII Brigada de Infantería de Montaña, Aníbal Alberto Guevara; los ex miembros de la Sección de Inteligencia 144 de San Rafael del organismo de espionaje, el jefe Luis Ricardo Rizo Avellaneda; el sargento ayudante Cecilio Oseas Martínez y el sargento Juan Armando Giovarruscio.Además, hubo 2 genocidas condenados a 8 años de prisión: Miguel Baéz Malbec y Norberto Mercado; 1 condenado a 7 años de prisión: Carlos Ochoa; 1 condenado a 6 años de prisión: Tomás Luis Rojas; 5 condenados a 4 años de prisión que implican libertad por el tiempo de detención que ya tenían: Luis Juan Graín, Ciro Isidro Maza, Emilio Castro, Eduardo Villafañe y Miguel Ángel Megetto; y 2 condenados a 3 años de prisión en suspenso con sus respectivas reglas de conducta: Rafael Bitti y Osvaldo Domínguez. El acto posterior en la plaza.(APDH San Rafael) Por último, se dictaron cuatro absoluciones para los genocidas Raúl Alejandro Olguín, Daniel Navarro Farías, Juan Antonio Gallardo y Osvaldo Antonio Orellano.Una multitud estuvo presente durante la sentencia, ya sea dentro de la sala como afuera. Se festejaron las condenas a prisión perpetua, a pesar de la que jueza pidió respeto por los intereses contrapuestos de las partes y también se lamentaron las absoluciones. Finalizada la lectura del veredicto, el grupo reunido marchó desde la Universidad Tecnológica Nacional, donde se llevó a cabo el juicio, hasta la Plaza de la Memoria, para recordar este día tan especial y realizar un acto público. No fue un día común. La carga de sensaciones mezcladas que suele acompañar el cierre de un juicio por crímenes de lesa humanidad, con mezcla de alegría y de dolor por todo lo vivido, esta vez tuvo el condimento extra del reciente crimen de Marta Sosa.

Con dolor y silencio, familiares, amistades y compañeras y compañeros de militancia de Marta Sosa, afrontaron con desdicha y sorpresa el momento desolador de la despedida de sus restos en Córdoba, donde fue asesinada el viernes, como informó La Retaguardia en la mañana de ayer. Esta mañana la policía detuvo a un albañil que realizó trabajos en su casa y al que un vecino asegura haber visto salir de la casa poco después de la que se supone fue la hora de su asesinato. Descartada la teoría del robo, que la policía pretendió instalar ayer con una seguridad que luego no pudieron sostener, la teoría oficial viró hacia el lado del femicidio, aunque ya no les resulta posible descartar que su crimen pudiera estar vinculado a su condición de querellante en un juicio cuya sentencia debería conocerse en pocos días. Generan inquietud las similitudes con la investigación judicial que tuvo el caso de la testigo Silvia Suppo, por eso dialogamos con su hija, Marina Destéfani, que repasó aquellas primeras horas, dudas y certezas. (Por Fernando Tebele La Retaguardia) “Estamos despidiendo a una gran compañera, con toda su sencillez y humildad. Recordando esa sonrisa siempre dispuesta para todo. El mate en el juicio. Y sobre todo quiero recordar a Marta mirándolos a los genocidas, siempre con su coraje, exigiéndoles y pidiéndoles que digan donde están los cuerpos. Siempre acompañando a su hijo, abrazados. Esa es la imagen con la que voy a cerrar el día. Y recordándola siempre con esa sonrisa, siempre predispuesta al abrazo, a la contención. Una gran militante. Siempre con su coherencia en los juicios, a la hora de dar su testimonio. Una maravillosa persona”, dice con desolación Victoria González, co-presidenta de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) de San Rafael, Mendoza, donde Marta dejó esa imagen que podría aplicarse a la mayor parte de los sobrevivientes que no solo dan su testimonio, sino que además sostienen los juicios con su presencia cotidiana. González forma parte de una delegación de organismos de derechos humanos de San Rafael que viajaron a Córdoba ayer luego de haberse reunido en la Plaza de la Memoria de esa ciudad, para realizar una especie de asamblea en la que intercambiaron la información que iba enviando el hijo de Marta, Javier Fagetti, que viajó en la medianoche del mismo viernes a Córdoba. Fagetti es referente de H.I.J.O.S. en Gral. Alvear y fue recibido y acompañado por la regional Córdoba de la misma agrupación.Conviene en este momento volver al principio. La Retaguardia tomó conocimiento de la noticia a través de un posteo en Facebook de una ex presa política. Graciela Draguicevich: “En Córdoba apareció muerta ahorcada con una bolsa en la cabeza Marta Sosa de Faggetti testigo del juicio de lesa humanidad que se lleva adelante en estos días en Mendoza. Es terrible.De terror lo que hicieron con esta compañera. Hijos de yuta!! En ese juicio también se juzga a Trentini, el policía que mató a Sebastián Bordon”.Por lo que pudimos saber más tarde, Marta Sosa no fue encontrada con una bolsa en la cabeza, lo que había generado en los y las sobrevivientes mucha inquietud, casi un sello de fábrica marca genocida.Otra de las inquietudes del día de ayer apenas conocida la noticia, fueron las similitudes con el caso de la testigo Silvia Suppo, asesinada en 2010 en Rafaela, Santa Fé. Por eso dialogamos con Marina Destéfani, su hija, espantada como todos y todas por la noticia, pero con el plus que significa que le remueva su propia historia. Silvia Suppo testimoniando en la Causa Brusa. “Estoy movilizada por la novedad, tristemente movilizada”, soltó al comienzo del diálogo. -La Retaguardia: ¿Por qué? – Marina Destéfani: La verdad es que fue muy impactante leer los pocos datos que tenemos hasta el momento de lo sucecido con el caso de esta testigo. Nos llaman mucho la atención las casualidades, los puntos en común: se trata de dos testigos importantes por causa de lesa humanidad que, en el caso de mi mamá tres meses después del juicio, aparecen asesinadas. -LR: En este caso a pocos días de conocerse el veredicto en San Rafael. -MD: En el caso de Silvia fue tres meses después. Es la primera coincidencia que vemos. Después, que las versiones oficiales de la policía sean ante el asesinato de una testigo, que es algo inaudito en cualquier ciudad, lo primero que se salga a pretender decir es que sea un homicidio en ocasión de robo, negando la posibilidad de que sea por su condición de testigo. Me parece que debería ser la primera hipótesis a investigar. Nosotros eso lo construimos con el tiempo porque esto te toma siempre por sorpresa. Sabemos que están entre nosotros, que la impunidad sigue vigente, pero uno nunca cree que por dar testimonio debemos estar tan expuestos y expuestas. Me sorprenden muchísimo esos parecidos. Esperemos que haya justicia y que no se manosee tanto la escena del crimen, que no se manosee la historia de los militantes como fue en el caso de Silvia y que los medios hegemónicos no den la espalda y así como la justicia, se dediquen a investigar seriamente.Para nosotros los primeros días fueron muy duros y muy difíciles porque en acá en Rafaela (Santa Fé, donde ocurrió el crimen de Suppo) no había organismos de derechos humanos o abogados especialistas en crímenes de lesa humanidad, entonces se perdió tiempo muy valioso en esos primeros días, aunque si bien nosotros a las pocas horas de la muerte de Silvia, cuando estuvieron los resultados de la autopsia y accedimos a charlar con algunos de los médicos ya nos empezó a llamar mucho la atención algunos detalles de cómo había terminado la vida de mi mamá. Ese tiempo tienen acceso las policías locales que no están preparadas y actúan de manera muy irresponsable, irregular, como lo hemos denunciado nosotros, hay que estar muy atentos y velando con mucha presión para que se haga de manera muy correcta y responsable, para llevar tranquilidad a toda la