Canción actual

Título

Artista


Rodolfo Novillo


Lo dijo Rodolfo Novillo, ex preso político y hermano de Rosa Novillo Corvalán, luego de la audiencia en la que declaró un sobreviviente que aportó datos sobre su hermana. Eduardo Cagnolo estuvo secuestrado en el Centro Clandestino de Detención, Tortura y Exterminio ‘El Campito’ en la guarnición del Ejército Argentino en Campo de Mayo. En ese lugar, otro detenido le dijo que Rosa Eugenia Novillo Corvalán había estado secuestrada ahí. El cuerpo de Rosa fue identificado por el Equipo Argentino de Antropología Forense; había sido arrojada a la costa en un Vuelo de la Muerte que salió de Campo de Mayo. (Por La Retaguardia/El Diario del Juicio*)  🎤 Entrevista: Fernando Tebele/Diego Adur ✍️ Redacción: Mónica Mexicano/Paulo Giacobbe 💻 Edición: Diego Adur 📷 Foto de portada: Transmisión La Retaguardia Al finalizar la audiencia número 28, Rodolfo Novillo, que siguió las transmisiones del juicio por el canal de La Retaguardia, explicó por ese mismo canal las sensaciones que lo recorrieron durante la jornada: “Uno siempre tiene un sabor agridulce. Es tanto el contraste entre los distintos testimonios que produce una reacción de alegría profunda por un lado y de mucha bronca por otro”, reflexionó.  Rodolfo se preguntó cómo puede ser que algunos testigos, pese a que realizaron el Servicio Militar Obligatorio en Campo de Mayo, no vieron nada: “Realmente uno termina pensando qué pasó entre medio para que haya una realidad tan contradictoria, porque son espacios y tiempos comunes, pero cada uno de estos actores lo han visto de un modo tan distinto… ¿qué ha pasado con estos ex colimbas que se olvidaron de todo, que no vieron nada? Pero bueno, ya estamos llegando al final de este juicio”, dijo. El hermano de Rosa remarcó la importancia del testimonio de Eduardo Cagnolo  , ya que gracias a él lograron situar a Rosa en Campo de Mayo: “En realidad hasta ese momento lo único que teníamos era el fin, cuando encontraron el cuerpo en las costas del Río de la Plata. Esa información la tuvimos a fines del ‘99, por el Equipo Argentino de Antropología Forense que se comunican con nosotros para informarnos de esta situación y el tema era cómo desenredar la madeja. Terminó allí, ¿cómo llegó allí? Esa era la pregunta”, repite.  Rodolfo Novillo trabajaba en un área de Derechos Humanos de la Municipalidad de Córdoba y pudo enterarse del testimonio de Eduardo, a quien contactó. Ambos residían en Córdoba y se juntaron en varias oportunidades a hablar. Ejercitar la memoria. Así fue como se enteró que su hermana había estado secuestrada en Campo de Mayo. Eso fue aproximadamente en el año 2010: “Esperaba con mucha ansiedad el testimonio de Eduardo, que ha sido muy concreto, muy claro, muy firme y contundente en cuanto a la existencia del Campito, en cuanto a la existencia del paso por el Campito de muchos compañeros y compañeras que luego han desaparecido o como el caso de Tota, que han aparecido en las costas del río”, analizó Novillo.   —La Retaguardia: Rodolfo, hablamos con vos más o menos por el comienzo del Juicio, en la visita ocular. Estamos llegando a la etapa final de Testimoniales, no quedan muchas jornadas de testimonios y ya vamos a entrar en los Alegatos, ¿qué balance podés hacer como familiar de lo que se está viendo cada jornada?  —Rodolfo Novillo: Por un lado, es inevitable que a uno le produzca una sensación fuerte. Yo lo tomo como un túnel, se avizora luz. Tengo esperanza, la expectativa y confianza de que va a haber un fallo favorable. En cualquier caso creo que ha sido un juicio medio inesperado. Tengo que hacer un reconocimiento muy particular y especial para Pablo Llonto, la verdad que un ejemplo de compromiso, de militancia, de seriedad. Más allá del resultado del juicio, creo que tenemos que tener un gran reconocimiento, los familiares y la militancia, hacia lo que han sido los Juicios de Lesa Humanidad, porque ha sido bastante excepcional a nivel mundial. Desde ese punto de vista es un logro inmenso, producto de las luchas y producto de la gran movida que promovieron los organismos de Derechos Humanos, desde las Abuelas en adelante. Creemos que es una causa, los Juicios de Lesa Humanidad, que finalmente echó raíces en nuestro pueblo. Quedó demostrado cuando se quiso aplicar el 2×1 (La corte suprema de Justicia en el año 2017). O sea, que por un lado es una alegría muy grande, una alegría solidaria, colectiva; y en lo personal y familiar un poco también, lo aclaro más a nivel anecdótico, los restos de mi hermana Tota (a Rosa le decían Tota), los trajimos de Buenos Aires y los enterramos acá donde yo vivo en este pueblo, en la Ciudad de Villa Allende, una ciudad periférica de la ciudad de Córdoba. Ya estamos pensando con mi hija y con mis sobrinos que vamos a hacerle un homenaje definitivo, un cierre, a Tota cuando se haga justicia, cuando condenen a sus asesinos. Poder ver la sonrisa definitiva de Tota en un homenaje merecido y que sin duda va a ser homenaje a todos, a los 30mil desaparecidos.  El encubrimiento Tota era la octava de diez hermanos, comenzó la militancia en Córdoba a fin de la década del ‘60. Militaba en el PRT-ERP. Después de pasar un tiempo clandestina cayó detenida en 1974. Al poco tiempo protagonizará una de las mayores fugas que recuerda la Provincia de Córdoba. El diario Córdoba sacará en su primera plana la leyenda: “Fotos de 23 de las 26 evadidas de las que no hay novedad”. Y en dos hileras de fotos, 11 arriba y 12 abajo, las caras de las reclusas que se escaparon de la cárcel del Buen Pastor. La cuarta en la hilera de arriba es Rosa.  Tota estaba en pareja con otro militante del ERP, Guillermo Pucheta. Su familia piensa que podría haber estado embarazada al momento de su secuestro. Es una hipótesis. Su cuerpo apareció en la costa de Magdalena y fue enterrado como “NN” en el cementerio de ese partido, pese a que a los

Los Fiat G-222 y los Twin Otter que se utilizaron en los vuelos de la muerte desde Campo de Mayo todavía permanecen en el Batallón de Aviación 601 del Ejército. Nunca fueron preservados ni peritados por la justicia. En el marco de la visita ocular del juicio, La Retaguardia pudo verlos y registrarlos en fotos y videos. Además de los jueces y el resto de las partes, participó uno de los acusados de haber piloteado los aviones: Delsis Malacalza. También estuvieron presentes tres testigos: Raúl Escobar Fernández, un ex colimba que aportó su valioso testimonio; Marcelo Castillo, del EAAF; y Rodolfo Novillo, el hermano de Rosa Eugenia Novillo Corvalán, una de las cuatro víctimas por las que se realiza el juicio. Acompañó Mariana Maurer por el Ministerio de Defensa.  (Por La Retaguardia/El Diario del Juicio*)  📷 Fotos: Gustavo Molfino/La Retaguardia 📽️ Transmisión en vivo: Fernando Tebele/Diego Adur 💻 Textos: Fernando Tebele ✍️ Edición: Fernando Tebele/María Eugenia Otero ☝ El recorrido para llegar a los aviones Fíat G-222, que permanecen abandonados, sin custodia judicial que permita preservarlos como posibles elementos de prueba. Dialogamos con Rodolfo Novillo, hermano de una de las víctimas de los vuelos, Rosa Eugenia Novillo Corvalán. El fiscal Marcelo García Berro evaluó la visita al finalizar. ☝ Desde el interior del avión, una ventana circular remite necesariamente a las preguntas que las familias tienen sobre sus desaparecidos/as, ¿miraría por la ventana? ¿Estaría totalmente adormecido por el Ketalar? Preguntas crueles que permanecen sin respuestas. 📷 Gustavo Molfino/La Retaguardia☝ Los controles de la cabina del Fiat G-222 patente E-261, que fue utilizado según los registros en vuelos de la muerte. Permanece enterrado en un pastizal junto a otros dos aparatos del mismo modelo. “Este avión estuvo en Malvinas al comando de alguien que está aquí”, dijo el oficial Bennardi, a cargo de guiar a la comitiva. “¿Usted?”, le preguntó el presidente del tribunal, Walter Venditti. “No, el señor Malacalza”, respondió el militar, en referencia al imputado que estuvo presente durante la visita, pero que no estaba allí en ese momento. 📷 Gustavo Molfino/La Retaguardia ☝ Dentro de la nave el estado de abandono por el paso del tiempo es notable. El juez Venditti dialoga con Marcelo Castillo, el integrante del EAAF que también guió la visita y contó cómo fueron los trabajos realizados por el Equipo Argentino de Antropología Forense entre la zona de lo que fue el Centro Clandestino de Detención Tortura y Exterminio El Campito y el aeródromo del Batallón. 📷 Gustavo Molfino/La Retaguardia ☝ El abogado de las familias querellantes, Pablo Llonto, y la integrante del equipo de la fiscalía, Mercedes Soiza Reilly, intercambian impresiones en medio de la escena dantesca. Lo que ayer fue escenario del camino a la muerte, hoy es señal del abandono, que quizá no sea inocente si se analiza que la gigantesca guarnición de Campo de Mayo, una de las mayores sedes del genocidio en todo el país, permanece en manos de la fuerza que perpetró allí el Terrorismo de Estado. 📷 Gustavo Molfino/La Retaguardia ☝ “Este avión podía abrir sus puertas en vuelo y tenía capacidad para 36 paracaidistas”, explicó Bennardi ante la pregunta de las abogadas y abogados. Un largo silencio se sostuvo después.  Gustavo Molfino/La Retaguardia ☝ Una de las pistas del aeródromo.desde la que, coinciden varios de los ex conscriptos testigos que pasaron por el juicio, despegaban los “Vuelos fantasmas”, como solían decirles. La larga caminata por toda la pista se realizó mientras los jueces Venditti, Eduardo Farah y Matías Mancini (en realidad es cuarto juez en este proceso pero remplazó a Esteban Rodríguez Eggers) iban consultando al oficial Bennardi y al testigo Escobar Rodríguez. 📷 Gustavo Molfino/La Retaguardia ☝ El ex colimba Raúl Escobar Fernández (con las manos abiertas, en el centro), señala el lugar en el que asegura que él y sus compañeros levantaban grandes cantidades de ampollas de Ketalar, la droga que se utilizaba para adormecer a las personas secuestradas que luego serían arrojadas al río o al mar. 📷 Gustavo Molfino/La Retaguardia ☝ Con camisa Lila, el imputado Delsis Malacalza, quien está acusado de pilotear los vuelos de la muerte, en un cruce de miradas con la cámara fotográfica. Malacalza también le da nombre al expediente de este proceso judicial. 📷 Gustavo Molfino/La Retaguardia ☝ En una de las construcciones del aeródromo puede verse esta chapa conmemorativa del “Primer cruce del Atlántico por una aeronave G-222 del Ejército Argentino en 1977”. La aportó el Teniente Coronel Delsis Malacalza. La fecha prueba que los aviones ya estaban en el país.  📷 Gustavo Molfino/La Retaguardia ☝ En ese mismo lugar, una obra del artista Exequiel Martínez, quién parece haber conseguido inspiración en las aeronaves indefectiblemente ligadas a los crímenes del genocidio. 📷 Gustavo Molfino/La Retaguardia ☝ En uno de los hangares, el militar a cargo mostró un avión Twin Otter, de origen canadiense. “¿Se podían abrir las puertas en vuelo?”, le consultaron a Bennardi. “No, en esta aeronave no se abrían las puertas en vuelo”. Los abogados defensores se anotaban un punto: si no se abrían las puertas, no se arrojaban personas. Hasta que Soiza Reilly preguntó: “¿Y se podía volar sin puertas?”. “Ah, sí, podían sacarse las puertas antes de despegar y volar de esa manera”. La integrante del equipo de la fiscalía estuvo a cargo del Ministerio Público Fiscal cuando se juzgaron los Vuelos de la muerte en la ESMA. Su experiencia quedó en evidencia en ese instante. 📷 Gustavo Molfino/La Retaguardia ☝ Una de las torres de guardia desde la que varios testigos ex colimbas aseguran que veían la pista desde la que despegaban los vuelos. Los defensores sostienen que es imposible porque la pista queda detrás de la gran construcción blanca. Las partes acusadoras señalan que esas construcciones son posteriores a la fecha de los hechos que se juzgan en este juicio. 📷 Gustavo Molfino/La Retaguardia ☝ Además de Malacalza asistió a la visita ocular el hijo del imputado Luis del Valle Arce, de saco azul. Algunos pensaron que se trataba del imputado Eduardo Lance, lo que generó confusión: finalmente era el hijo de uno de

En esta primera audiencia de testimoniales declaran: Edith Accrescimbeni, hermana de Adrián Enrique Accrescimbeni (víctima de los vuelos de la muerte).  Rodolfo Novillo, hermano de Rosa Eugenia Novillo (también caso en este juicio).  Adriana Arancibia, hija de Roberto Ramón Arancibia (otro de los cuatro casos).  Daniel Rosace, hermano de Juan Carlos Rosace (víctima de los vuelos). *Este diario del juicio por los Vuelos de la Muerte de Campo de Mayo, es una herramienta de difusión llevada adelante por La Retaguardia, medio alternativo, comunitario y popular, junto a comunicadores/as independientes. Tiene la finalidad de difundir esta instancia de justicia que tanto ha costado conseguir. Agradecemos todo tipo de difusión y reenvío, de modo totalmente libre, citando la fuente. Seguinos diariamente en https://vueloscampodemayo.blogspot.com/