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Luego de tres años de lucha, los trabajadores y trabajadoras del laboratorio Roux Ocefa formaron la Cooperativa de Trabajo Farmacoop ltda, la primera dentro de la industria de producción de medicamentos que propone un comercio más accesible para sus clientes. En el programa Tengo una Idea, conducido por Graciela Carballo, Carlos Morchio y Nicolás Rosales, dialogaron con Bruno Di Mauro, presidente de la cooperativa. (Por La Retaguardia)Foto: conclusion.com.ar “El 30 de abril el juez dispuso la continuidad a favor de la cooperativa de trabajo, legalmente somos continuadores de Roux Ocefa. Hoy en día somos un poco más de 70 trabajadores, por suerte se siguen sumando ex compañeros todos los días, pero bueno hay que tener en cuenta que cuando arrancó el conflicto éramos 450”. Así comenzó Bruno, trabajador y presidente de la nueva Cooperativa de Trabajo Farmacoop ltda, que después de tres años de intensa lucha, se convirtió en la primera cooperativa dentro de la industria farmacéutica.En relación al modo de organizarse para poner en marcha el proceso productivo de la cooperativa farmacéutica, Bruno declaró: “Nosotros tenemos guardias fijas en ambas plantas, porque son dos plantas las que tenemos, la de Lugano y Villa Luro, y después tenemos a casi todos trabajando un turno por la mañana, de 8 a 4 o 5 de la tarde más o menos, y otro turno tarde más reducido”.En una victoria para los trabajadores y trabajadoras, se pueden suceder algunas dificultades en cuanto a la cadena de comercialización dentro de este tipo de industria. En este sentido, el trabajador y director de la cooperativa planteó que “hay una cierta estructura tradicional en la industria farmacéutica, que implica el laboratorio quien es el que produce los medicamentos. Hay otros que son las droguerías las que distribuyen a las farmacias. Y otra instancia intermedia que se llaman distribuidoras. Esa es la norma. Lo común sería venderle a droguerías. Sin embargo, el laboratorio tiene potestad de venderle directo a farmacias, ahorrándose parte del costo de la comercialización. En realidad el problema no pasa tanto por estos organismos intermedios, sino que tiene más que ver con cómo salir al mercado con productos, que por ahí por estar tanto tiempo discontinuados, tal vez han ido perdiendo mercado”. A pesar de esto, también existen ventajas: “Lo que tenemos a favor es que el laboratorio nuestro para ciertos productos en la gama de sueros y algunas gotas está instalado y algunos clientes lo están pidiendo todavía. Estamos ansiosos a que se sepa rápido que estamos de nuevo con los productos en la calle”.Respecto a las cadenas de pagos refirió: “Por un lado los medicamentos hospitalarios que vienen a ser los que dependen de lo públicos, de los estados provinciales y municipales donde sabemos que si bien pagan más, tardan más en hacerlo. Y después lo que pasa con la comercialización a lo privado como las clínicas están igual que el resto del país, las cadenas de pago se están cortando en todas las ramas de la industria y del comercio en general pero que tiene que ver más con una cuestión de crisis, de especulación y de que no sabés cuanto va  a salir mañana el dólar”.Bruno aclaró algunas cuestiones legales de la actual razón social de la empresa: “de cara a lo que es la tenencia de los bienes no tangibles, que son los certificados y las marcas, nosotros seríamos la figura continuadora de Roux Ocefa. Esto tiene que ver con los protocolos de los organismos de control sanitario que necesitan tener una inscripción de establecimiento para que vos puedas manipular esas marcas y certificados, es una cuestión técnica. Somos continuadores, básicamente somos Roux Ocefa”.“Nosotros tenemos una identidad como laburantes por haber laburado también con el Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas (MNER). Donde no perseguimos el interés solamente de los 70 compañeros que somos hoy, sino que queremos de alguna forma, desde la perspectiva de los trabajadores, devolverle algo a la comunidad. Sobre la historia de nuestro pueblo, nosotros nos paramos para recuperar este trabajo y creemos que la salud, como tantas otras cosas, debería ser más accesible. Nos planteamos la posibilidad, en un futuro no muy lejano, de poder abrir farmacias sociales. Salir con productos al mercado que sean importantes y que estén a precios accesibles. Queremos fomentar que otros trabajadores y trabajadoras elijan este camino”, finalizó.

El laboratorio atraviesa desde principios del año pasado una situación de vaciamiento que ha culminado con el despido de los y las trabajadoras y la detención total de la producción. En la planta ubicada en Villa Luro, en la Ciudad de Buenos Aires, se está llevando a cabo una toma a la espera de la conformación definitiva de una cooperativa de trabajo que se haga cargo de la empresa. Bruno Di Mauro, uno de los trabajadores que participa en la lucha, habló con Radio La Retaguardia y contó los detalles del reclamo. (Por La Retaguardia)Foto: conclusion.com.ar “Estuvimos 2 semanas afuera de la empresa. Cansados de las amenazas y los amedrentamientos en la calle, ingresamos a nuestros puestos de trabajo. El 24 de septiembre terminaron de despedir al poquito grupo de trabajadores que quedaba en la planta. Al grueso de los trabajadores nos venían despidiendo desde marzo de este año en tandas bastante grandes. Cuando nos enteramos de que querían vaciar la Planta decidimos autoconvocarnos en la puerta para evitar que se lleven las máquinas que quedan”, dijo Di Mauro y aprovechó para repasar la historia de vaciamiento que atravesó el laboratorio: “En abril del año pasado, levantamos la medida de ocupación. Se vendieron las acciones de la empresa a una nueva Patronal y nosotros, a partir de la medida de fuerza, logramos que se respeten todos los puestos de trabajo. En febrero de este año la empresa volvió a cambiar de manos y ahí empezaron los despidos masivos, aunque no nos consideran despedidos. En realidad lo que ellos suelen decir es que te licencian y nunca más te convocan ni te mandan telegrama de despido. Pero si querés ir a tu puesto de trabajo te impiden el ingreso. Esa es la forma que tienen de despedir a la gente. No tenemos recibos de sueldo ni aportes hace casi 2 años”, manifestó el trabajador.Di Mauro reveló el objeto de la toma y se refirió a lo necesario para que les permitan restablecer sus trabajos: “La primera medida es evitar que se lleven la maquinaria. La última Patronal venía llevándose maquinaria de esta Planta hacia otra y venía elaborando medicamento de forma irregular sin el consentimiento de la directora técnica, que también se le prohibió el ingreso. Esa maquinaria nos pertenece a los trabajadores por la deuda que tienen con nosotros y es la que nosotros pretendemos utilizar para la reactivación productiva en manos de la cooperativa que ya está conformada. Estamos esperando el fallo que nos habilite a ingresar y volver a trabajar”, contó.Los trabajadores y las trabajadoras del laboratorio acudieron a la Cámara Nacional de Apelaciones para que les permitieran conformar legalmente una cooperativa de trabajo que se haga cargo de la empresa. Según contó Bruno, “la Cámara Nacional de Apelaciones ya nos había dado la derecha en esta lucha que venimos manteniendo, pero hubo una decisión de la justicia de dilatar el proceso concursal. Teníamos la expectativa que se dicte la quiebra para pedir la continuidad laboral”. Una vez que se le asigne a la cooperativa la dirección de la fábrica, Di Mauro aseguró que están listos para retomar la producción de la planta: “Tenemos todo el equipo técnico necesario y un plan productivo. Estamos bastante armaditos. Estamos en proceso de asociación. Nos han llamado infinidad de compañeros y compañeras para asociarse. Sabemos que los laboratorios serán un poco hostiles con la cooperativa porque no existe ningún laboratorio recuperado. Para nosotros es mucho más que una figura legal, pero en los papeles tendremos la misma potestad que cualquier otra figura legal para fabricar cualquier cosa. Pretendemos ser lo más profesionales y prolijos que se pueda ser. Queremos ser iguales o mejores que los laboratorios privados. Lo más importante es recuperar la fuente de trabajo y generar ingreso. Pretendemos comercializar los productos del laboratorio. Nos están llamando droguerías y laboratorios de diferentes provincias diciéndonos que cuando empecemos a producir van a querer comprarnos los medicamentos. Con el tiempo, ojalá podamos desarrollar otros medicamentos y aportar a la salud desde otro lado”, expresó el trabajador a La Retaguardia.La constitución de la cooperativa es un camino lleno de trabas burocráticas y consiste también en un cambio de enfoque respecto a la economía tradicional: “Es compleja la transformación en cooperativa. Es una solución por una necesidad, no por una cuestión ideológica. Tenemos que tratar de mantenernos unidos, acá ninguno es la Patronal. El trabajo que hagamos es en beneficio de todos. Tenemos que demostrar que la cooperación es mejor que la competencia. Hay otra forma de producir y de organizar el trabajo. Se tiene que poder construir una economía que sea solidaria y alternativa a la economía que solo supone la acumulación de ganancias en un privado. Algunos compañeros tenemos una idea un poco más popular de lo que debe ser la producción nacional. Tiene que estar puesta en función y al servicio del pueblo y no de los intereses del mercado”, cerró Bruno Di Mauro.

Desde el 2 de enero un grupo de trabajadores del laboratorio Roux-Ocefa se encuentra tomando la planta productiva de Villa Luro, ante la falta de producción y varios meses de sueldos adeudados. Bruno Di Mauro, uno de sus trabajadores, se refirió a la nula respuesta por parte de la patronal y a la posibilidad de recuperar la fábrica en manos de los propios laburantes. Fue durante una emisión del programa radial La Retaguardia, que conducen Fernando Tebele y María Eugenia Otero. (Por La Retaguardia)Fotos: María Laura de Jesús “Venimos en conflicto hace casi dos años con la empresa, que empezó con el desdoblamiento de los sueldos y que se fue agravando no solo en el no pago de los salarios, sino también en la reducción de la producción, hasta que desde el mes de diciembre no se está produciendo nada y nos deben cerca de siete meses de sueldo. El 2 de enero, y a pesar de que la empresa comenzó a suspendernos y a licenciarnos informalmente porque en realidad no fuimos notificados como debe ser, decidimos no acatar esas suspensiones y licencias y seguimos presentándonos en nuestros lugares de trabajo todos los días, cumpliendo horario y manteniendo la fábrica siempre con alguien”, relató Bruno Di Mauro en diálogo con La Retaguardia.Es así como desde el comienzo de 2017 los trabajadores del laboratorio Roux-Ocefa ocupan la planta de la calle Medina al 100 del barrio porteño de Villa Luro, organizando guardias para asegurarse que siempre haya compañeros y compañeras presentes en la fábrica: “es por el miedo que ya todos conocemos otras historias como esta que se llevan las maquinarias –explicó Di Mauro–, vacían la empresa y un día llegás y te encontrás con un cartelito en la puerta como pasó en una planta (de Atanor) en Baradero y en Munro, que te terminan echando con un volante. Además la gerencia de la empresa no apareció más así que si no estuviéramos nosotros no habría nadie ni para abrir la puerta”.En la calle Medina se encuentra la planta productiva más grande del laboratorio. La empresa tiene aparte otra planta productiva y de distribución en la calle Piedrabuena de Mataderos, y una administrativa en el centro, además de delegaciones en el interior. Actualmente solo está tomada la planta de Medina y las otras están directamente cerradas.Hoy el laboratorio tiene a nivel nacional cerca de 350 empleados: “cuando arrancó el conflicto éramos 500 pero sabemos que es difícil sostener un laburo donde no te pagan hace siete meses, así que los compañeros y compañeras que fueron consiguiendo laburo, haciendo changas, se fueron yendo. Hoy por hoy quedamos 350, que igual es un número importante”, señaló Di Mauro.La última vez que los trabajadores hablaron con los dueños de la empresa fue en diciembre pasado y de manera telefónica: “nos dijeron que no tenían más plata y que no podían hacer mucho, que estaban viendo qué hacer”, contó Di Mauro, quien explicó que en estas semanas de toma habían logrado que, a partir de asistir al juzgado varias veces y presentar escritos, se les concediera una audiencia con la empresa y representantes de los trabajadores para el jueves 23 de febrero. En esta charla, ocurrida un día antes de esa audiencia, Di Mauro se mostró esperanzado: “Tenemos la esperanza de que se presente la empresa y que pongan sobre la mesa qué es lo que quieren hacer”, expresó. Ese día se presentaron ante el Dr. Sebastian Sánchez Cannavó, a cargo del Juzgado Comercial Nº16 que había declarado la convocatoria de acreedores en agosto del año pasado. También estuvieron presentes, además de los trabajadores y el juez, el síndico del concurso (del Estudio Basile Cejas), integrantes del MNER, y la parte patronal, que así retomó el contacto con quienes pretenden conservar sus puestos de trabajo. Allí, Sánchez Cannavó instó a los dueños de la empresa (la familia Roux) a presentar un plan para saldar la deuda con los trabajadores y trabajadoras y para retomar la producción. Al cierre de esta nota, no se habían producido más novedades Construyendo alternativas Parte de quienes trabajan en Roux-Ocefa y hoy ocupan la planta de Villa Luro. La mayoría de los trabajadores y trabajadoras del laboratorio pertenecen al gremio de la sanidad. Al ser consultado sobre la manera en que el sindicato los está acompañando en este conflicto, Di Mauro especificó: “viene realizando gestiones ante el Ministerio (de Trabajo) y cobramos un subsidio de 8.000 pesos que por lo menos es para subsistir, además viene realizando gestiones para ver si se da la posible compra de la empresa por parte de otro empresario para continuar trabajando”.Más allá de las posibles respuestas de los dueños de la empresa y de las gestiones del sindicato, los trabajadores de Roux-Ocefa se han puesto en contacto con el Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas (MNER) para conocer de cerca las experiencias de estas fábricas: “venimos barajando esa alternativa, es decir construir una alternativa ante la falta de propuestas de continuidad, porque lo que nosotros estamos reclamando y no solo reclamando sino justamente planteando es una alternativa que es la continuidad de los puestos de trabajo para todos los compañeros, porque la mayoría es gente de 40 años así que estamos elaborando un proyecto al respecto. Ya le hemos explicitado a la justicia que nosotros tenemos esa alternativa para proponer y estamos a la espera de que si no aparece ningún comprador o si la empresa no reactiva la producción pronto estaremos presionando para que eso suceda”, adelantó Bruno Di Mauro.Los trabajadores y trabajadoras del laboratorio saben que se trata de una alternativa real ante el difícil escenario político-económico actual: “lo vemos en el día a día, nosotros arrancamos el 2 de enero con esta medida, y desde ese momento pasó lo de AGR, lo de Banghó, lo de Canale, La Casa del Queso, lo de Atanor, hay varios ejemplos en la actualidad que se plantean sin resolución posible por parte de la patronal, por lo tanto creo que va a volver a haber un auge