Canción actual

Título

Artista


Viviana Alegre


La Ilusión del Rubio, obra teatral escrita por Santiago San Paulo y dirigida por Gastón Marioni, narra el caso de la desaparición forzada de Facundo Rivera Alegre, con una extraordinaria actuación de Martín Slipak. Se presentará en Córdoba, de donde era el joven, el 12 de noviembre. San Paulo contó cómo fue la experiencia de trabajar sobre el caso de Facundo, con su mamá, Viviana Alegre, y habló sobre su actuación en la obra Los Ahogados, basada en un cuento de María Teresa Andrueto, sobre los vuelos de la muerte, que tendrá una última presentación en CABA el próximo domingo. (Por La Retaguardia) 🎤 Entrevista: Fernando Tebele ✍️ Redacción: Agustina Sandoval Lerner 💻 Edición: Fernando Tebele La Ilusión del Rubio, que se estuvo presentando en el Teatro Cervantes durante la pandemia, puede verse completa en la plataforma de YouTube. El actor Martín Slipak se pone en el cuerpo de Facundo Rivera Alegre, desaparecido el 19 de febrero de 2012 en la Ciudad de Córdoba cuando tenía 19 años. —¿Cómo llega a tu conexión a la desaparición de Facundo Rivera Alegre, a su mamá, Vivi, y a la necesidad de escribir una obra en el cuerpo de Facundo y en primera persona? —En principio quiero contar, para la gente que no conoce a Viviana Alegre, ella es una gran luchadora, mamá de Facundo y también una gran referente en relación a otras desapariciones en democracia en Córdoba y también a otras luchas. Viviana es una persona que tira mucho para adelante. Yo la conocí a Viviana en la calle, participando de distintos eventos en relación a la desaparición de su hijo y también de otras luchas. Y después, mi participación en un ciclo que se llama Escena y Memoria, en los ex centros clandestinos de detención de personas que hoy son museos y archivos de la memoria, se monta este ciclo ya hace bastantes años y mi participación en el Grupo Zeppelín Teatro, con la dirección de Jorge Villegas, me llevó a estos ciclos y colaborando en su organización se la ha invitado Viviana a que participara para extender aquella lucha y militancia de los compañeros, compañeras y compañeres desaparecides en la dictadura a lo que sucede en democracia. Yo nací en democracia y la verdad que siempre me genera muchas dudas este sistema de representación que hay en la democracia y desde mi lugar de artista de teatro me interesa trabajar sobre la historia, sobre la memoria, me interesa ligar mi historia personal a lo que nos ha sucedido y lo que nos sucede como sociedad. Si no podemos mirar el pasado, es muy difícil que podamos entender el presente, y eso llevarlo al teatro, que es una práctica muy ancestral, que siempre ha estado en crisis y que se ha notado mucho en estos últimos dos años por la pandemia y la falta de laburo. Entonces, en ese marco, yo escribo la obra La ilusión del Rubio para presentarla al concurso de dramaturgia del Teatro Cervantes, un concurso que es nacional, de textos teatrales, y que salió en el 2020. Al participar de este concurso me empecé a preguntar sobre qué escribir. Siempre tengo mucho material por ahí desparramado y bueno, elegí escribir sobre Facundo Rivera Alegre, porque me parecía que además de los procedimientos teatrales que yo pudiese investigar en esta dramaturgia que es unipersonal y que tiene que ver con una actividad muy propia del teatro, que es intentar hacer aparecer lo que está ausente, me pareció que estaba bueno que en un concurso así pudiese mandar una obra que hable también sobre Córdoba. Por eso es que decidí focalizarla en ese punto y la obra quedó seleccionada, y el Teatro Cervantes se encargó del montaje, la producción de la obra y ahí es que convocan a Gastón Marión para dirigir, un director de La Plata muy comprometido, tanto con el teatro como con la historia social, y él es el que convoca a todo el equipo de escenografía, iluminadora, vestuarista y al actor, Martín Slipak, que hace un trabajo impresionante. En escena tuvimos la oportunidad de verlo de manera presencial en la Biblioteca Nacional en febrero de este año, donde participamos del estreno junto con Viviana Alegre, viajamos desde Córdoba y éramos un grupo muy heterogéneo, de una tribu muy mezclada entre gente de teatro, gente joven y más grande, dedicada enteramente a la militancia social. Así que fue muy emocionante verlo ahí. Y ahora tenemos la oportunidad de verlo en una única función que se va a hacer justamente en Córdoba. —Es muy periodística la obra, la escribiste claramente con la intención de que quien vaya a verla no le quede ninguna duda sobre la historia de Facundo Rivera Alegre.  —Sí. Lo que yo intenté hacer es ponerle voz a un testimonio vivo de un desaparecido. En ese sentido, obviamente que trabajé con muchos datos que pude recolectar, pero también con un posicionamiento sobre la mirada que los medios de comunicación y la justicia le han dado al caso de Facundo, también con muchos datos que me aportó Viviana sobre su historia y la de su hijo y permitiéndome ponerme en el lugar de esa persona que desaparece teniendo 19 años y por lo tanto lo de los sueños, las ilusiones de una persona de 19 años, de un joven que podemos tratar de comprender por dónde iba su vida, no solamente de la cuestión de su desaparición. En esa mezcla es que intenté montar este testimonio, plasmarlo en una dramaturgia que muchas veces, cuando se trabaja en teatro, la gente que agarra un texto escrito para ser llevado a escena, le da su interpretación. Hay un diálogo entre el director, el actor, la escenógrafa, la iluminadora, etcétera, que el equipo de montaje, con la obra misma. Hubo también un gran respeto por la investigación propia del caso a la hora de meter mano en el texto. Entonces lo que queda en la obra es un trabajo en conjunto de mucha gente. Empezando por Viviana.   —Poner