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Víctor Basterra: “ya se discutió sobre los usos de los sitios de memoria y parece que no se aprendió”

Escrito por el septiembre 8, 2013


Basterra guiando una visita en
la ex ESMA

(Por La Retaguardia) El sábado 31 de agosto, durante la visita guiada en la ex ESMA convocada por la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos junto a organizaciones sociales y políticas para informar su rechazo al proyecto del gobierno nacional de modificar el Casino de Oficiales, se produjo un desagradable intercambio con integrantes de la agrupación HIJOS que se encontraban realizando un asado en el predio, en el que además se escuchaban los bombos y tambores de una murga que estaba practicando dentro de uno de los edificios. Según describieron los miembros de la AEDD, al interpelarlos acerca de lo hiriente de la situación, los integrantes de H.I.J.O.S., algunos de ellos funcionarios de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, respondieron en forma despectiva y burlona, y hasta hubo una “cobarde, patotera y agresiva actitud” por parte de quienes los acompañaban.

Hace años que se debate acerca de qué se debe hacer con los ex centros clandestinos de detención, tortura y exterminio que funcionaron durante la dictadura cívico militar. En los últimos meses la atención se centró en el predio de la Escuela de Mecánica de la Armada a partir, por un lado, del brindis-asado que realizó el Ministerio de Justicia de la Nación a fines del año pasado; por el otro, del proyecto que tiene en carpeta el Poder Ejecutivo para modificar el Casino de Oficiales, donde funcionaban los lugares de tortura y donde se sometía a trabajo esclavo a los secuestrados, para darle una utilización museográfica.
Ambos hechos han recibido respuestas contrapuestas entre quienes quieren resignificar el centro clandestino dándole alegría y vida, y quienes consideran que tienen que permanecer inalterables ya que deben resguardarse como sitios de memoria, y porque aún son pruebas judiciales para los juicios por delitos de lesa humanidad que están en desarrollo o que podrían sucederse. Estas posturas volvieron a estar frente a frente el sábado 31 de agosto, cuando los integrantes de la AEDD realizaban una nueva visita por la ex ESMA y se encontraron con una murga practicando en el predio y miembros de H.I.J.O.S. haciendo un asado. En un comunicado difundido tras la pelea, la AEDD afirmó: “La E.S.M.A. no debe ser un espacio de jolgorio y festejos sino de interpelación con respecto al genocidio perpetrado en la Argentina y sus consecuencias hasta el presente. Toda ella debe estar en función de la construcción de la memoria de nuestro pueblo. En esa construcción, los ‘asados’ en la ESMA tienen un solo significado: la quema de los cuerpos de nuestros compañeros muertos en la tortura o resistiendo en el momento de su secuestro. Repudiamos una vez más la banalización que desde el Gobierno Nacional, sectores afines y cooptados se realiza en el lugar con el objetivo de ‘resignificarlo’. Al ser consultado por este nuevo hecho, Víctor Basterra, sobreviviente de la ESMA, lo calificó como “grave dentro de un contexto complejo”, porque se trata de una historia que se ha repetido: “se ha cometido un error la vez pasada cuando se hizo el asado desde el Ministerio de Justicia y hoy se vuelve a cometer el mismo error, que es un poco una especie de provocación porque ignorar la congoja y el dolor que puede presentar un sobreviviente, familiares de aquellos que han sido afectados directamente, que se hagan determinadas actividades ahí, pero fundamentalmente el asadito, andar murgueando por las calles de ese predio que es la ESMA, volver a repetirlo en vez de decir reflexionemos un poco. Esto es como una especie de capricho infanto juvenil”, expresó Basterra en el marco del programa radial Oral y Público, del que participa. Respecto a qué se debe hacer con los ex centros clandestinos, Basterra aseguró que es algo que se viene debatiendo desde hace años: “lo que pasa es que se ha olvidado, porque se ha pasado por alto ese debate que se dio hace siete, ocho años atrás, que era qué se hacía con los espacios de la ESMA, ese espacio tan significativo, tan simbólico, que implicaba un ex centro clandestino de secuestro, tortura y exterminio como es la ESMA, de sufrimiento, de pavor. Es como para tenerle mucho respeto y mirarse hacia adentro… qué significa el mal humano descarnado como se llevó a cabo ahí. Y cubrirlo con una pintura de alegrías… si nosotros sabemos que la alegría se puede manifestar en cualquier lugar. Hay que parar un poco la pelota, ver qué se está haciendo, con respeto, con recogimiento, con humildad, con esa sencillez con las que hay que tratar las cosas, de frente pero con respeto. Acá ya se discutió sobre los usos de los sitios de memoria y parece que no se aprendió”. Basterra afirmó que hay que calmarse un poco: “acá se están mezclando muchas cosas. Hay que parar la pelota, con humildad, con sencillez, de frente y con respeto. Yo he tenido discusiones en esta semana y he parado algunas situaciones porque se pueden llegar a desmadrar… acusaciones graves como ‘tal por cual han recibido mensajes durante 25 años de los represores, se han desprendido de los represores pero siguen con la mentalidad de borrar la historia con alegría…’. La postura de ‘vamos a hacerlo igual’ que mantienen algunas organizaciones no conduce a nada. Hay que mirar un poquito con calma estas historias jodidas, dolorosas, lamentables, que se vuelven a repetir y que me parece que no está bien porque nos hiere a nosotros mismos. Yo recuerdo mucho a la compañera Mabel Gutiérrez, que justamente ponía sobre la mesa lo que eran los sentimientos de los familiares, y ella hablaba tras haber analizado lo sucedido a lo largo del tiempo respecto a cuáles habían sido los cambios primero de rechazo por ejemplo al sobreviviente, luego de recepción, ya que el sobreviviente tenía una actitud diferente al de mucha gente que trataba de olvidar, mientras que el sobreviviente lo ponía sobre la mesa, era el testigo vivo de la historia. Y tratar mal a un sobreviviente no es bueno”. Y mucho menos en el mismo lugar en el que fue torturado y secuestrado, tal como les pasó a los integrantes de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos la semana pasada.

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