Reconocimiento a Norita –Parte III– Nuestro homenaje
Por LR oficial en CABA, Derechos Humanos, Nacionales, Nora Cortiñas
Nosotros sí queremos homenajearte. Aunque vos no quieras Norita. Lamentamos contradecirte, pero pretendemos cerrar esta serie de notas vinculadas al Reconocimiento que te hicimos en la Biblioteca Nacional con palabras y recuerdos de algunas de las personas que integramos La Retaguardia, y con el audio completo de la jornada. En ese momento preferimos ocupar nuestro rol comunicacional. Pero ahora queremos contarte parte de lo que sentimos por vos. (Por La Retaguardia)
Mónica Alegre (Familiares y Amigos de Luciano Arruga – Radio La Retaguardia)
¿Cuándo la conocí? Imposible de recordar, estuvo desde el primer momento con nosotros. Pero recuerdo cuando hicimos el acampe en la plaza de San Justo por el cierre del ex destacamento. Ella vino al final del acto y yo dije, en un grupo de gente donde ella estaba, que seguía esperando a mí hijo, a Luciano. Entonces Nora me miró y me dijo: “Y está muy bien, yo también sigo esperando al mío. Y lo voy a hacer hasta el último día de mi vida”. En ese momento comprendí lo inmensa que es. Yo venía llorando y deprimida hacía tan poco tiempo y ella, tan activa y convencida, hace 33 años que espera a Gustavo. No sé si este testimonio sirve, pero Nora marcó nuestra vida.
Luis Angió (Otras Voces Otras Propuestas – Radio La Retaguardia)
Conozco a Nora Cortiñas desde la época de la dictadura, cuando eran las Madres las que se animaban a salir a la calle denunciando las desapariciones y asesinatos de sus hijo/as y de los hijo/as de otras Madres.
A partir de mi actividad como comunicador pude acercarme a ella en forma más directa compartiendo entrevistas, actividades, marchas y todo lo que hace por los que luchan y reclaman por sus derechos.
Pude conocerla entre viajes en auto, cuando la llevaba de una actividad a otra, algunas veces a pesar de su negativa, porque “el subte o el tren igual me deja bien”.
En esas charlas, entre lugar y lugar, pude conocer a la otra Norita; la que me dice: “Cuando llego a mi casa, me convierto en ama de casa; lavo, hago las compras, me pongo las pantuflas, cocino”. Ahí es donde uno redobla esa admiración por esta Mujer de 85 años, que después de estar donde hay una lucha, un reclamo y nos parece una supermujer, se convierte en esa mujer común que comparte sus fines de semana con sus hijos, hermanas, nietos.
En varias oportunidades le hice muchas fotos. Pero nunca me había sacado una con ella, los dos solos. En este Acto en la Biblioteca me animé a pedirle que se sacara una foto conmigo. Se convirtió en la mejor foto de mis últimos años, gracias a Norita.
Carlos Morchio (Tengo Una Idea – Radio La Retaguardia)
Norita es una mujer increíble y una imprescindible. Me emocioné mucho mientras escuchaba los testimonios y las respuestas..También creo que me transmitió algo de su enorme fuerza para no bajar los brazos y seguir luchando contra la impunidad, por la verdad y la justicia, en los tiempos que se avecinan, donde un dirigente político habló del “curro de los derechos humanos”.
Nicolás Rosales (Tengo Una Idea – Radio La Retaguardia)
Qué decir de Norita… ella es una “imprescindible”, de las que luchan no un día, un año o muchos años; es de las que luchan toda la vida. Una referencia, por su coherencia ideológica, en tiempos en que parte de la dirigencia política nacional carece de esta virtud. Siempre independiente del poder de turno, un ejemplo para todos.
Rosaura Barletta (Familiares y Amigos de Luciano Arruga – La Retaguardia)
No recuerdo cuándo vi por primera vez a Nora Cortiñas, pero tengo muy presente un viaje que hicimos juntas. Fuimos a Comodoro Rivadavia al cumplirse diez años de la desaparición de Iván Torres. Nos alojó la gran Vero Heredia, entonces abogada de la familia y militante de los derechos humanos. Ahí dormimos en una casa vacía de un amigo de Vero, juntas, en una cama matrimonial. Nora llega muy cansada al final de todos los días. Para mí, dormir en una cama matrimonial con ella era de lo más divertido que me había pasado como militante. Su camisón es una remera blanca, estirada, que dice en letras negras, mayúsculas grosas: NO AL PAGO DE LA DEUDA.
Fernando Tebele (La Retaguardia)
Las Madres primero son Las Madres. Luego, con el tiempo, aquellos que nos integramos a la militancia por los derechos humanos, las vamos individualizando. No sé cuándo pasó eso. Elijo entonces quedarme con dos momentos. El primero, volviendo de lo que fue el Instituto Espacio para la Memoria. Veníamos de grabar Oral y Público. Regresábamos con Euge, con nuestros equipos a cuestas, cansados por aquellas largas jornadas de grabación. Subte A. Entre la muchedumbre sudorosa su pelo blanco sin pañuelo blanco se agigantaba. Era ella, sin dudas. Jueves, volvía de la Plaza. Nos vio. Nos saludó con esa sonrisa cautivadora. Le preguntamos por qué no pedía el asiento y nos respondió: “Nooo, ¡pero miren esta gente que viene tan cansada de trabajar!”. Bajó en Once para combinar con el Sarmiento. Ya no estábamos cansados.
La otra. Habíamos ido a ver Sacco y Vanzetti. En medio de la obra, recordamos que Osvaldo Bayer había declarado que los petroleros de Las Heras “son nuestros Sacco y Vanzetti”. Pensamos en volver y hacer una intervención en la obra. Llamamos a Osvaldo y le gustó la idea. Fuimos por Nora y le contamos: “a ver, ¿cuándo es?, ¿domingo? ¡Es una locura!, pero vamos, a mí me gustan las locuras”. Sacamos 15 entradas, las mejores, en los palcos. Al final de la obra, Norita se calzó el pañuelo y se convirtió en Madre de Plaza de Mayo. La audiencia entera giró para verla. Ella les contó de los petroleros. Gigante, cada vez más gigante.