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Nora Cortiñas


En la búsqueda desesperada de su hijo Gustavo, Norita ingresó en el Centro Clandestino de Detención Tortura y Exterminio Mansión Seré. Carlos Alberto García, El Gallego, quien estaba secuestrado allí, la escuchó. En ese diálogo entre ellos a través de 47 años está basada esta crónica, que se construyó con los relatos de Norita sobre aquella incursión, una entrevista realizada esta semana por LR y algo —muy poco— de ficción.  Redacción: Fernando TebeleEdición: Eugenia Otero / Pedro Ramírez OteroTextuales: Valentina Maccarone / Nicolás RosalesFoto: Archivo Natalia Bernades / La Retaguardia 1977 Es difícil saber cómo, pero Norita ya está frente a la vieja casona, un palacio de estilo francés construido por Leocadia Seré a pedido de su padre, Jean, en un gran predio de Castelar. La escena es de una película de terror a la que solo le falta un relámpago cayendo sobre la construcción; pero no es una película. Nora Cortiñas ingresa al predio y se acerca a la casona. Sus pasos se tornan veloces por el movimiento acompasado de sus piernas tan cortas como incansables. El viento no consigue despeinarle su prolija cabellera sellada con spray. Los anteojos de sol ocultan tenuemente su mirada desesperada de madre. Golpea tres veces las palmas: —Hola, ¿hay alguien? La pregunta es una formalidad. No solo está segura de que sí; cree que su hijo Gustavo, secuestrado meses atrás, el 15 de abril de 1977, podría estar en ese lugar. Su percepción de Madre tiene un primer acierto. Efectivamente eso es lo que ella cree que es: un Centro Clandestino de Detención Tortura y Exterminio. Aunque faltan años todavía para que se lo conozca con esa denominación. La casona tiene 9 habitaciones. La Fuerza Aérea Argentina la utiliza como parte de su circuito de campos de concentración. En una de esas habitaciones, Carlos Alberto García, el Gallego, ya no sabe dónde hallar algo de esperanza. Odia esa palabra, pero la necesita. Y en ese festival del horror su cuerpo grita basta. Está flaquísimo. Piensa en que si pudiera verse frente a un espejo, no se reconocería. Está secuestrado desde el 4 de octubre de 1977. —¿Hay alguien? —repite Nora alzando un poco más la voz. Respira agitada por los nervios. Siente que el corazón le estalla. Se sobresalta al escuchar el ruido de la persiana que se levanta.—¿Qué pasa señora? —responde alguien al fin. Tiene el pelo recién mojado, peinado para atrás. Camisa celeste de mangas cortas. Por supuesto su tono es castrense. —¡Señor! —dice Norita simulando alegría en la respuesta. En realidad tiene miedo. Mucho miedo. Pero, ¿qué más puede perder?—Señora, ¿qué hace acá? Este es un lugar privado.—Sí, ya lo sé. Pero me mandaron de la Municipalidad. Estoy buscando un lugar para poner un asilo para ancianos. ¡Y esta casa es preciosa! Su tono de voz es fuerte. Está gritando. No está tan lejos de quien no sabe qué hacer con su presencia y se ruboriza cada vez más. Pero ella no está hablando con él. Su conversación es con el silencio por detrás. Son dos gestos desesperados que se sientan a dialogar: el suyo, de Madre que ya no sabe adonde ir para encontrar a Gustavo; del otro lado del muro también hay desesperación. Carlos quisiera responderle, pero sabe que si lo hace es el final. Además siente que su debilitada voz no podría llegar muy lejos. Sí está seguro de que ese tono agudo, gritón, que sube por la ventana y se mete en el primer piso en el que el hedor de la carne abandonada se torna insoportable, es de alguien que los está buscando. Afuera hay un grito que se pega de bruces con el silencio al pasar el muro. Aunque ella no lo sepa todavía, su mensaje llegó, aunque no sean los oídos de Gustavo. ——————– 2015 No hace tanto que Carlos García regresó de su exilio en España. La fuga de la Mansión Seré junto a otros 3 compañeros fue a través de aquella misma ventana por la que entró la voz de Norita. Ya fue libro (Pase Libre, de Claudio Tamburrini, uno de los protagonistas de la huída), también película (Crónica de una fuga, de Israel Adrián Caetano). Aún así había preferido no volver. Hasta que un día, manejando su auto en las afueras de Barcelona, rompió en llanto y decidió que era el momento del regreso. Lo esperanzaba el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, aunque todavía odiaba esa palabra. Ahora ingresa al Gorki Grana, el extenso polideportivo que el Municipio de Morón construyó en el predio de la Mansión Seré. La casa fue demolida luego de la fuga, cuando cayeron en la cuenta de que no iban a recuperar a la idea de lugar inexpugnable.Hace calor cuando Carlos ingresa al lugar, como cada 24 de marzo, para participar de una actividad por la memoria. Está junto a Guillermo Fernández, compañero de fuga, que vive en Francia pero está de paso por el país. Los convocan en tanto sobrevivientes a la radio abierta en manos de FM en Tránsito, la radio comunitaria de Castelar. Lo que desconoce, hasta que la ve, es que va a compartir aire con Nora Cortiñas. Casi 40 años después, el Gallego no tarda en contarle que ellos la escucharon en aquella excursión a las puertas del infierno. —Nosotros te escuchamos Norita. Y nos dimos cuenta de que no eras una compradora ingenua —le dijeron casi a dúo. Norita dibujó su mejor sonrisa. La misma que la hacía ser una hermosa mujer a sus ochenta y tantos.—¡Mirá vos! —les dijo con inocultable alegría. —Yo sabía que ahí había gente. Por lo menos me escuchó alguien. Se entiende el “por lo menos” como un “no me escuchó Gustavo, que era lo que yo quería”, pero igualmente celebra la noticia que tardó décadas en llegar. Desde ese momento, cada vez que vuelvan a cruzarse, sucederá el mismo diálogo: —Vos fuiste uno de los que estaban ahí, pero no me acuerdo tu nombre —dirá soltando una dulce carcajada mientras lo

Hay mujeres que luchan un día y son buenas. Otras luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años y son muy buenas. Pero las que luchan toda la vida son las imprescindibles. La versión, en femenino, de la cita de Bertolt Brecht, podría haber estado inspirada en la vida y la lucha de Nora Cortiñas. Sería un acto de plena justicia. Este jueves 6 de junio, en la Plaza de Mayo, Norita, como era de esperar, recibió el abrazo del adiós y el hasta siempre que merecen las personas imprescindibles.  Redacción: Carlos RodríguezEdición: Fernando TebeleFotos: Bárbara Barros / La Retaguardia De Norita se dijo, se dice, porque seguirá presente en nosotros, que es la Madre de todas las batallas, pero también es la Madre de todas las ternuras. Los jueves en la plaza por los 30 mil, cualquier día, cualquier mes, cualquier año, en las marchas por el Ni una menos, por Palestina, por la Educación Pública, por los trabajadores/as, por las víctimas del Gatillo Fácil.  “Norita, si vos no estás se suspenden las marchas, los actos, las protestas, los testejos”, solía decirle cada que ve nos encontrábamos en algún lugar donde se necesitara su presencia, su compromiso, su solidaridad, su palabra y su sonrisa. Porque Norita era presencia, reclamo, optimismo y esperanza.  Eso la convirtió en un emblema de amor y de lucha. Esto, dicho en presente, porque las personas como ella viven para siempre y seguirán presentes en la eterna ronda de la Plaza de Mayo.  Fue la primera Madre de la plaza que conocí. Fue en 1980, cuando empecé a trabajar en la agencia Noticias Argentinas (N.A.). Ella era la que llevaba los comunicados reclamando la aparición con vida de los desaparecidos. N.A. era uno de los pocos medios que publicaba información sobre secuestros y desapariciones. Los cables salían por la teletipo, pero algunos pocos medios abonados –y dueños de la agencia– publicaban las notas. Solo, a veces, La Arena de La Pampa o el diario Río Negro. A pesar del silencio y la complicidad de muchos medios, Norita hacía la recorrida buscando alguna mano amiga.  https://www.youtube.com/watch?v=c_YFAR4Fxjw Del brazo de Norita llegué por primera vez a la casa de las Madres, en Uruguay casi esquina Viamonte, y luego en Hipólito Yrigoyen al 1400. Las Madres estaban todavía juntas, a pesar de las diferencias. De la mano de Norita conocí a Hebe, María del Rosario, María Adela, Renée, Tota, Cota, Juanita, Elvira, Taty, Porota, todas.  Ser amigo de Norita fue tarea fácil y muy grata. En diciembre de 1981 se hizo la primera Marcha de la Resistencia, de 24 horas, que comenzó a oscuras en la Plaza de Mayo porque el gobierno militar ordenó un estratégico corte de luz en un par de manzanas aledañas a la Casa de Gobierno. Igual, estábamos bajo el manto de amparo de las Madres. Se reunían militantes políticos, familiares de presos y desaparecidos, trabajadores, gremialistas de base, miembros de las primeras organizaciones sociales que luchaban por la igualdad de género y por el respeto a la diversidad sexual. La Plaza de Mayo era un refugio para quienes padecían el exilio dentro de la Argentina.  En una de las tantas marchas que realizaron las Madres y los organismos de DDHH en los últimos años de la dictadura, caminamos con Nora y miles de personas hasta la plaza del Congreso. En esos días se había conocido el caso de Cecilia Viñas, quien había dado a luz durante su cautiverio en la ESMA. Se dijo entonces que Cecilia estaba viva y que se había comunicado ocho veces con su familia desde el lugar donde estaba secuestrada. La nota publicada en una revista de entonces decía que ella pedía que buscaran a su hijo, quien recuperó su identidad muchos años después, gracias a la lucha de las Abuelas de Plaza de Mayo.  En esos días, Norita estaba muy ilusionada, confiaba en la posibilidad de que su hijo estuviese vivo. Estaba próxima la asunción de Raúl Alfonsín y se reavivaba la esperanza de la aparición con vida. Carlos Gustavo Cortiñas había sido secuestrado el 15 de abril de 1977. Era militante de la J.P. en la Villa 31, acompañando a Carlos Mugica. En esa marcha, al llegar al Congreso, con Norita nos abrazamos, lloramos y ella repetía: “Tiene que estar vivo Carlitos, tiene que aparecer, tienen que aparecer”. A los 94 años, Norita se nos fue sin saber nada sobre el destino final de su hijo mayor. Nunca dejó de buscarlo, nunca dejó de luchar, siempre acompañó otros dolores, siempre acompañó el reclamo por otras desapariciones, por otras luchas contra otras injusticias.  Durante todos estos años, desde aquella lejana década de los 80, con Norita nos vimos centenares, tal vez miles de veces, sobre todo en la calle, acompañando las luchas, como hizo siempre. Sin banderas partidarias, sin alinearse detrás de ningún gobierno, acompañando siempre los reclamos populares. Acompañar la lucha del pueblo era su bandera, su ideología, su política, su compromiso inalienable.  De todo eso se habló este jueves en la plaza. Todos dejaron caer una lágrima por Norita, pero hubo más sonrisas que lágrimas porque, como se dijo también: “Ella era pícara, risueña, comprometida, amorosa, solidaria, luchadora, fiel a sus principios, independiente del poder, lúcida en su pensamiento, en su palabra y en cada una de sus acciones”. Nunca pegada a ningún gobierno, siempre dispuesta a poner el cuerpo por el otro, siempre sonriente, caminando o en silla de ruedas. Por eso forma parte de las imprescindibles, de las que nunca mueren. En todas las marchas, en todas las luchas, vamos a sentir su presencia y vamos a poder verla, siempre, con los ojos del alma. 

El próximo 25 de junio Norita, la película que narra la historia de Nora Cortiñas, será estrenada a nivel mundial en el Festival de Cine Dances With Films 2024 de Los Ángeles. El film codirigido por el australiano Jayson McNamara y Andrea Tortonese es una maravilla de principio a fin, que podrá verse en nuestro país recién cuando termine la ronda de festivales. Mirá el trailer oficial. Redacción: Fernando Tebele Edición: Eugenia Otero La última vez que vimos a Nora Cortiñas fue hace algunas semanas, cuando le mostraron el corte final de la película que narra su historia de vida y de lucha. Se la notaba contenta por el resultado artístico. Norita, la película de Jayson Mc Namara en codirección con Andrea Tortonese, tiene producción de Gustavo Santaolla, Jane Fonda, Melissa Daniels, Sarah Schoellkopf y Francisco Villa, quien sobresale en la dirección de fotografía. Sin dudas el documental está a la altura de su protagonista. El mismo día de su partida, Mc Namara anunciaba en sus redes sociales el estreno mundial: “Murió Norita a sus 94 años. Se fue habiendo logrado mucho, menos encontrar a su hijo Gustavo desaparecido desde 1977. Parece irreal que el mismo día de su muerte se anuncia públicamente el estreno mundial de la película que hicimos junto a ella, la que tanto esperó y que felizmente pudo ver hace unos meses en BA. Nos toca una hermosa tarea ahora: gritar su nombre y compartir su historia en todos los rincones del mundo, para fortalecer el ‘Nunca Mas’ por el que tanto luchó”.   En tanto, en el bellísimo portal del film, se conocieron las coordenadas: “NORITA tendrá su estreno mundial en el Festival de Cine Dances With Films 2024 en Los Ángeles, CA. La película se proyectará en el mundialmente famoso Teatro Chino TCL.”. Hace unas horas, Mc Namara, quien ya dejó su huella con El Mensajero, un documental acerca de la vida del periodista Robert Cox, dejó otro mensaje conmovedor: “¡Como le hubiera gustado a Norita estar en la alfombra roja! Charlando sobre los secretos de la peli que aún no podíamos compartir públicamente, se refería a “la Fonda” y “la Klein” (Naomi Klein). Era la comandanta y había que pedirles a las compañeras una firma para solicitadas en contra de la deuda externa. !”. Luego de 5 años de intenso trabajo, que comenzó de manera artesanal y terminó con una producción envidiable, Norita inicia su recorrido por festivales en los que, para participar, la película no puede haber sido mostrada en cines. Habrá que contener la ansiedad y esperar varios meses para el estreno en Argentina. Para cuando eso suceda, el nivel de extrañarla será inocultable, pero aunque sea en las pantallas, volveremos a encontrarla viva, hermosa y brillante.

Nora Cortiñas, Elia Espen y Elsa Pavón recorren el archivo de Norita en este programa especial dirigido por Jayson Mc Namara. A 45 años del golpe de Estado, las tres madres de desaparecidos durante el último genocidio en Argentina dialogan con Fernando Tebele y Eugenia Otero mientras nos muestran volantes y afiches de la época y nos cuentan la historia de lucha de las Madres de Plaza de Mayo. El hallazgo de estas cajas que contienen parte de nuestra historia sucedió durante el rodaje de la película Norita, que también bajo la dirección de Mc Namara se está estrenando a nivel mundial.  Entrevista: Fernando Tebele / Eugenia OteroDirección: Jayson Mc Namara https://www.youtube.com/watch?v=z_iySpdYWEA

Compartimos las imágenes de una jornada estremecedora. Había tanto por mostrar: abrazos, angustias, sonrisas, charlas, grupos, mates, banderas, pañuelos. Amor, hubo tanto amor demostrado de todas las maneras posibles en la despedida a Norita, que este montón de fotos tal vez reflejen algo de eso.  Fotos de Natalia Bernades / La Retaguardia Fotos de Bárbara Barros / La Retaguardia Fotos de Antú Divito Trejo / La Retaguardia

Fue difícil decidir si hacer una transmisión desde el velatorio o no. Se nos cruzaban nuestras propias sensaciones ineludibles de tristeza y angustia, con la necesidad de participar de alguna manera que tenía mucha gente que no podría acercarse antes del horario de cierre. Nos quedamos con esta última opción, sobre todo cuando nos enteramos de que Mirta Baravalle, la integrante de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora que caminó junto a Norita buena parte de su vida, estaba en su casa, con sus 99 años en las espaldas. . y el control remoto de la TV en la mano buscando dónde ver la masiva despedida a su querida amiga, por la que pasó una cantidad incontable de personas, que seguro no fueron nada más que “cientos”, como expresaron algunos medios incorrectamente. Compartimos las voces de Ana María Careaga, Myriam Bregman, Guadalupe Godoy, Agustín Lecchi, María del Carmen Verdú, Elia Espen, Mónica Alegre, Iris Pereyra de Avellaneda, Marga Pinto y Patricia Rinderknetch. Cobertura en vivo: Fernando Tebele / Eugenia Otero / Pedro Ramírez Otero / Natalia Bernades / Camila Cataneo / Jimena Iparraguirre / Luis Angió  https://youtu.be/8Vhea3FV6GEhttps://youtu.be/x2ChsQi2Umghttps://youtu.be/Bc6yuh5Mynohttps://youtu.be/UXX682ajFBohttps://youtu.be/bbOdfpB8e_khttps://youtu.be/DkUNG6lan1Qhttps://youtu.be/Nrxd_DF_W-chttps://youtu.be/sN0yBQKm_MUhttps://youtu.be/IG92yAOl-rwhttps://youtu.be/0X4Hsc4-hO0

Es el primer domingo sin Nora Cortiñas. Se nos vino al corazón un domingo que pasamos con ella para terminar de elaborar una nota que salió publicada en la edición número 3 de nuestra revista de papel, publicada en 2018. Su vorágine militante no paraba ni siquiera en el día de descanso de la mayoría de la población. Entre anécdotas de su militancia y reflexiones acerca de su vida, probablemente sea la mejor entrevista que le hicimos.  Fotos de portada: Natalia Bernades / La Retaguardia CLICK ACÁ PARA LEER O DESCARGAR LA NOTA ENTERA DE LR PAPEL N°3

https://www.youtube.com/watch?v=Her6JolZw9o Desde el Microestadio dentro del Espacio para la Memoria del predio donde funcionó el Centro Clandestino de Detención Tortura y Exterminio Mansión Seré, la despedida a Nora Morales de Cortiñas. 0:00 Comienzo de la transmisión.3:00 Leonardo Petris, de Radio Casona.7:00 Ingreso al Microestadio Diego Maradona dónde se realizó el velatorio.10:17 Guadalupe Godoy, abogada querellante en juicios por crímenes de lesa humanidad, integrante de la Liga Argentina por los Derechos Humanos (LADH) y Unión por los Derechos Humanos.16:50 Agustín Lecchi, Secretario General del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA).19:23 Iris Pereyra de Avellaneda, sobreviviente del último genocidio, Presidenta de la LADH y madre del Negrito Floreal Avellaneda, joven de 16 años desaparecido.24:25 Patricia Rinderknecht, Asociación Seré por la Memoria y la Vida.30:55 María del Carmen Verdú de la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (CORREPI).37:00 Mónica Alegre, mamá de Luciano Arruga, joven de 16 años desparecido en 2009 en democracia.40:58 La llegada de Elia Espen, integrante de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora.51:38 Las palabras escritas por Elia para despedirla.54:55 La multitud canta La Cigarra por pedido de Elia.1:11:05 Entrevista con Elia Espen.1:22:45 Myriam Bregman, diputada nacional por el Frente de Izquierda y de los Trabajadores – Unidad (FIT-U). 1:26:38 Martín Scharples, atleta militante.1:29:30 Margarita Pinto, integrante de Herman@s. 1:38:45 Las ofrendas que la gente le dejó a Norita en su despedida.1:43:00 Norita Fútbol Club.1:59:28 Ana María Careaga, hija de Esther Ballestrino, una de las 3 Madres de Plaza de Mayo víctimas de Vuelos de la Muerte.2:20:49 Nuestro último adiós.

La amamos porque la amamos, ¿o acaso el amor es algo que se pueda explicar? Pero hay sensaciones que mucha gente debe estar compartiendo en estos momentos de tristeza por la muerte de Norita. Una de ellas, quizá sea que se nos rompió la brújula. Aquella definición que surgió de abajo, la de #ElLadoNoritadelaVida no surgió así nomás. Pocas personas han generado en las últimas décadas esa idea de que hay que ser como ella; o, mejor, que hay que intentarlo, porque poder, no se puede. Escucharla era saber dónde pararse. Y se nos fue la brújula. Muchas de esas personas que habitan ese lado Norita, apenas se enteraron se lanzaron hacia la Plaza de Mayo. Y allí permanecen, y son cada vez más, rondando la pirámide, llorando y riendo al mismo tiempo, porque estamos con angustia, pero la recordamos con una sonrisa. Fotos: Antú Divito Trejo / Bárbara Barros / Emiliano Rojas Salinas Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida por La Retaguardia (@laretaguardia)

¿Cómo quedarse en casa ahora? Necesitamos despedirla, haciendo lo que tantas veces Norita hizo: la ronda en Plaza de Mayo. De manera espontánea van llegando personas hasta la pirámide desde que se conoció la noticia del fallecimiento de Nora Cortiñas y se suma a la ronda.Los rostros de quienes se acercan, apenas con un cruce de miradas, lo dice todo: Norita está en la ronda, ahora, en este abrazo colectivo. Fotos: Antú Divito Trejo