Parana: penas bajas y una desaparición finalmente probada
Por LR oficial en Derechos Humanos, jorge emilio pappeti, Lesa Humanidad, lucía tejera
En la provincia de Entre Ríos, se leyó este jueves el veredicto en el juicio de lesa humanidad que investigó 20 casos, entre ellos la desaparición de Jorge Emilio Papetti, un militante secuestrado mientras era conscripto, de quien se dijo que en realidad se había fugado. De los 8 imputados, 2 fueron condenados a prisión perpetua, 1 a 13 años de cárcel y el resto recibieron penas bajas y quedaron en libertad. La abogada querellante Lucía Tejera contó los detalles de esta sentencia. (Por La Retaguardia)
🎤 Entrevista: Fernando Tebele✏ Redacción: Diego Adur 💻 Edición: Fernando Tebele 📷 Foto de portada: Captura de pantalla canal de la Corte Suprema dr Justicia.
El juicio Área Paraná II, que se desarrolló en la provincia de Entre Ríos, tuvo finalmente su veredicto. Se trata de un proceso que comenzó en el año 1977 con el pedido de habeas corpus por Jorge Emilio Papetti, quien continúa desaparecido. Papetti fue secuestrado mientras hacía la conscripción. El Ejército presentó el caso como una detención común, pero para explicar su desaparición, sostuvieron que se había fugado; un caso similar al de Ledo en La Rioja, por el que fue enjuiciado y absuelto en primera instancia el General César Milani. La causa de Papetti se reabrió en 2013, y tras 6 años de juicio con la modalidad escrita, no oral, concluyó con condenas para los 8 imputados: el director de la cárcel de varones de Paraná, José Appelhans, y Naldo Dasso, quien fue Jefe del Regimiento de Caballería de Tanques 6 Blandengues de Concordia, recibieron prisión perpetua. Jorge Appiani, defensor de genocidas, fue condenado a 13 años de prisión. Los 5 imputados restantes recibieron penas bajas lo que les permitió quedar en libertad por ya haber cumplido un tercio de la condena que recibieron en esta sentencia: Jorge Quintana, 9 años; Hugo Moyano y Gonzalo López Belsué, 8 años; Alberto Rivas, 7 años; Rosa Bidinost, 5 años de prisión.
Más allá que aseguró que van a recurrir las penas bajas, Lucía Tejera, abogada querallante en la causa, celebró la sentencia que concluye con un juicio que comenzó en 1977 tras la desaparición de Papetti: “Estamos contentos porque logramos una sentencia con condenas por la desaparición de Jorge Emilo Pappeti, una de las víctimas de esta causa, que permanece desaparecido. Siempre celebramos que haya sentencias y condenas, más allá de los resultados. Esta causa es un desprendimiento de Área Paraná 1. Está abierta desde 2013, aunque el primer habeas corpus que se presentó por la desaparición de Papetti fue en 1977. Seis años de causa, con un procedimiento muy arcaico, muy ajeno a la cotidianeidad y a la realidad. Por eso lo festejamos. Festejamos las condenas a perpetua por los responsables de la desaparición de Papetti, y no son todos. Por eso, la jueza interviniente dispuso que se abra investigación para saber quiénes más participaron de esa desaparición. Otra de las cosas que recogió estejuicio fue enmarcar estos delitos como de lesa humanidad dentro del Terrorismo de Estado en Argentina y dentro del marco del segundo genocidio del Estado argentino, que se viene aplicando acá en Paraná y en la provincia. Recoger eso en una sentencia es muy valioso para poder comprender la magnitud de estos delitos”, festejó la abogada y lamentó que el juicio no haya sido oral y público: “fue todo un régimen escrito. Es todo más complejo en cuanto al relato de las víctimas y la espontaneidad de ese relato. No es como un juico oral al que estamos acostumbrados, donde hay una instancia reparadora en el testimonio de las víctimas”, dijo.
Los Consejos de guerra
Tejera explicó que el accionar represivo que se desarrolló durante la dictadura en la provincia de Entre Ríos tubo una metodología diferente a la habitualmente conocida, donde la sistematicidad de desapariciones forzadas fueron la herramienta fundamental para llevar a cabo el genocidio. “La mayoría de los hechos ocurridos durante el Terrorismo de Estado fueron entre el ’75 y finales del ’77. Gran parte de esas personas secuestradas fueron sometidas a consejos de guerra. Hay muy pocos desaparecidos en la provincia. Aquí la faceta que tuvo el Terrorismo de Estado fue poner en marcha todo el aparato burocrático del Ejército, a través de los consejos de guerra; unas parodias que se hacían utilizando declaraciones que se arrancaban bajo tortura. En Entre Ríos, la mayoría de las víctimas están vivas. A veces no podemos entender cómo se manifestó el Terrorismo de Estado en las diversas provincias de nuestro país. No fue una única forma. Entre Ríos tuvo esa particularidad: personas que se sometieron a Consejos de guerra, recorrieron todas las cárceles federales del país. Fueron secuestrados como jóvenes y recuperaron su libertad como adultos. Hubo madres que han sido secuestradas con sus hijos recién nacidos de apenas dos meses y los volvieron a abrazar físicamente recién cuando los niñes tenían 6 o 7 años. Es muy fuerte ver esa otra faceta del Terrorismo de Estado. Los desaparecidos que tenemos acá en la provincia son porque se le fue la mano en la tortura a los genocidas o porque los mataron mientras los estaban secuestrando”, señaló la abogada.
Otra de las particularidades que tuvo este juicio fue el de tener una mujer entre sus imputados. Rosa Bidinost, condenada a 5 años de cárcel, fue una de las directoras de la cárcel de mujeres de Paraná. “Ella tenía pocos casos imputados. Fue por hacer caso omiso y mirar para el costado cuando sacaban a las presas y las llevaban a los centros clandestinos para ser interrogadas y torturadas. La siguiente directora de las cárcel, detallaba minuciosamente cada vez que se las llevaban a las chicas, quiénes las llevaba con nombre, apellido, rango y a disposición de quién. Toda esa documentación a nosotros nos sirvió luego para ir reconstruyendo quiénes fueron los responsables del Terrorismo de Estado en la provincia. Bidinost no tuvo esa actitud”, recordó.
Respecto a las penas bajas, Lucía Tejera recordó que en la causa anterior también hubo imputados que recibieron condenas leves y, en la instancia siguiente, pudieron aumentarlas. “Las penas son bajas, vienen en un mismo criterio de los que fue la otra causa. Nosotros en instancia de plenaria también habíamos tenido penas muy bajas y luego en el recurso que presentamos ante la Cámara Federal de Paraná esas penas se elevaron. Creemos que vamos a tener la misma suerte en esa causa. Estas causas, para quienes las militamos, no se pueden entender si no es colectivamente. Nos atraviesan el cuerpo. Es muy emocionante poder lograr sentencias, sabiendo que las podemos mejorar”, concluyó.