17 años de Cromañón, una masacre que duele como el primer día
Por LR oficial en CABA, Cromañón, Masacre de Cromañon
En el marco de un nuevo aniversario de la Masacre de Cromañón, Silvia Bignami, madre de Julián Rozengardt, una de las víctimas de aquel 30 de diciembre de 2004, habló acerca de las actividades que se están planificando para recordar a los pibes y pibas fallecidas. Bignami pasó por el programa radial La Retaguardia, donde también habló de la necesidad de mantener la memoria activa en estos tiempos.
(Por La Retaguardia)
🎤 Entrevista: Fernando Tebele/Pedro Ramírez Otero
✍️ Redacción: Julián Bouvier
💻 Edición: Pedro Ramírez Otero
📷 Foto de portada: Camila Pierre
El 30 de diciembre se cumplen 17 años de la Masacre de Cromañón, donde 195 pibes y pibas murieron bajo el fuego y el humo que colmaron el lugar, mientras sonaba la banda de rock Callejeros. Silvia Bignami, madre de Julián Rozengardt, habló acerca de las actividades que realizarán en esa fecha: «Ya el año pasado hicimos algo en la calle con mucho protocolo, con mucho temor y también con mucha necesidad. A nosotros, en muchos sentidos, la pandemia nos remite a Cromañón. Se repite esta lógica de que el Estado, que es el que tiene que cuidarte, pone toda la responsabilidad en vos. Tu barbijo, tu distancia. Y eso repite los fenómenos que llevaron a Cromañón. El cuidado sólo individual, no del Estado. La culpabilización de las víctimas. Por todo esto nos encontramos el 30 de diciembre, integrando este movimiento tan diverso. En este momento tenemos dos espacios importantes de lucha. Siempre estuvimos en Plaza de Mayo, porque es el histórico lugar del reclamo, pero a su vez en el santuario que se armó primero con las pertenencias de los pibes y que ahora se resignificó: está el boliche, está la presencia de Levy (Rafael, dueño del edificio donde funcionaba Cromañón), está su sereno. Por eso también hay un foco de lucha, de presencia ahí. Así que el 30 vamos a realizar diferentes actividades en simultáneo, con la idea de que cada uno se sume a lo que pueda, pero con fuerte acento en que por favor, marchen con nosotros. Por un lado, en el santuario se van a estar restaurando los murales, va a haber una radio abierta desde el mediodía. En Plaza de Mayo, planteamos un pincelazo por los pibes y las pibas, a las 16. Vamos a producir murales en tela, para que después puedan ir a las escuelas el 30 de marzo, que es el día que debería recordarse la Masacre y habitualmente no ocurre. También hay familiares que van a la misa que se hace habitualmente en la catedral. Habrá un documento consensuado en la plaza y después marcharemos. Esta vez también nos va a recibir cerca de la estación de Once la banda ‘La Chilinga’. Es una alegría que pueda ser con música, con percusión. También se realizará un escrache a Levy, en su portón fatídico. Y después haremos homenajes, con un recorrido visual por la historia del Santuario, que es también un poco la historia de la lucha, con un proyectorazo, con videos. Va a haber músicos y después la idea es esperar juntos esa hora en la que ocurrió la masacre. Para nosotros es un espacio de lucha, una jornada de lucha, pensando sobre todo en Cromañón hoy. En los jóvenes como seres en peligro, más que peligrosos. Eso nos une también a otras causas, como al gatillo fácil, a todos los accidentes evitables y demás».
Bignami se refirió también a los juicios por crímenes de Lesa Humanidad que se están realizando, varios transmitidos a través del canal de YouTube de La Retaguardia. La integrante del Movimiento Cromañón trazó un paralelo entre las vidas de los y lass jóvenes víctimas del Terrorismo de Estado con los pibes y pibas caídas en democracia, en manos del Estado. «Estoy siguiendo con mucho interés todo el tema de la recuperación del Atlético y de las excavaciones, porque ahí hay un ejemplo de esa lucha por la conformación de un espacio de memoria de años y años, y la importancia del rol de los sobrevivientes. Nosotros vamos a tener que hacer una cosa que. En un punto va a ser arqueológica. Si los sobrevivientes de la dictadura pudieron luchar tanto tiempo, nosotros tenemos a nuestros sobrevivientes, que son testigos. Hay que rescatar esos testimonios. Entonces eso anima. Pero yo creo que hay una reflexión que hacer sobre la dictadura y ahora que se cumplieron 20 años del 2001, también de ese proceso. Porque me parece que en un punto, si bien la dictadura la logramos sacar, nos dejó una democracia muy débil, muy corrompida. Muy más o menos. Muy ‘es lo que hay’. Esa democracia estalló en el 2001. Mi hijo era adolescente y fue a la calle. Me acuerdo que se llevó las bolitas (porque todavía jugaba a las bolitas), porque sabía que había caballos. Ahí no murió, pero después pasó Cromañón. Estoy haciendo unos saltos de tiempo terribles, pero porque vino esta gobernabilidad que también resultó trucha, insuficiente, y que provocó estas cosas. No es la dictadura. Para mí no es lo mismo, porque sino es como que no hicimos nada. Pero sí son democracias débiles, con pocas herramientas reales de participación, de ver quiénes son los jóvenes, de ver qué les pasa. Y eso provocó Cromañón. Y siguen los coletazos. Sobre todo en relación con los, las y les jóvenes. Estos días 19 y 20 me han llevado hacia muchos pensamientos y recuerdos también», concluyó.