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“El fallo de Sandoval confirma que Argentina sigue siendo un ejemplo mundial en juzgar genocidas”

Escrito por el diciembre 23, 2022


Lo dijo la abogada francesa Sophie Thonon, quien representó a nuestro país en el pedido de extradición contra el genocida condenado esta semana a 15 años de prisión por el caso de Hernán Abriata.

Redacción: Ailín Bullentini
Edición: Fernando Tebele
Foto de portada: Captura Transmisión La Retaguardia/La Colectiva

El teléfono de Carlos Loza sonó minutos después de que el juez Fernando Canero, en su rol de presidente del Tribunal Oral Federal N°5 de la Ciudad de Buenos Aires, diera por concluído el sexto debate que, en la historia del proceso de juzgamiento de los crímenes de la dictadura, revisó aquellos que tuvieron lugar especialmente en la ESMA y con el caso de Hernán Abriata. Atendió. 

–Lo logramos, Carlos –le dijo Sophie Thonon desde París. Lloraron juntos. 

Algunas horas después del veredicto del tribunal argentino que condenó a 15 años de prisión a Mario Sandoval por el secuestro de Hernán Abriata, en octubre de 1976, y las torturas que sufrió en el centro clandestino desde el que la Armada gestionó el terror durante la última dictadura en plena ciudad de Buenos Aires, a metros de la General Paz, la abogada Thonon dijo, otra vez al teléfono, ahora con La Retaguardia, que está “muy feliz”. “Para mí fueron 12 años de espera por un juicio que lo condenara, pero para la familia de la víctima y para quienes como Carlos lucharon para que este momento llegara, fueron 46. Y eso es muchísimo tiempo. Siento una gran satisfacción por el trabajo realizado”, reflexionó.  

Es que el trabajo de Thonon tuvo mucho que ver con la condena que el miércoles recibió el inspector de la Policía Federal que comandó la patota de la ESMA durante el operativo de secuestro de Abriata, la madrugada del 30 de octubre de 1976. Fue la abogada que llevó a cabo el proceso judicial de extradición de Sandoval desde París, Francia, una vez que el juez que entonces estaba a cargo de la causa que investiga los crímenes de lesa humanidad de la ESMA, Sergio Torres, solicitó juzgarlo por más de 500 casos de secuestros y torturas contra gente que allí estuvo cautiva durante el genocidio argentino. Finalmente, solo se lo envió a Argentina por el caso de Abriata, pero se lo pudo juzgar y condenar. 

Thonon celebró que el fallo definiera los hechos como crímenes de lesa humanidad, algo que la mantenía preocupada. “La decisión de extradición fue muy clara y precisa: a Sandoval se lo extraditó por imposición de torturas, privación ilegal de la libertad agravada, crímenes contra la humanidad, cometidos contra Hernán Abriata”, subrayó. Festejó, además, ya que el fallo “confirma que Argentina no claudica y que a pesar de algunas excepciones sigue en su camino de ser ejemplo del mundo en juzgar genocidas”. 

La abogada insistió en aclarar que si bien en 2019 solo se refirió al caso Abriata, el proceso de extradición no clausura que el represor pueda ser investigado, procesado, juzgado y condenado por los alrededor de 500 sobre los que hay sospechas. “Francia decidió que en el caso de Abriata las pruebas eran contundentes, no así las que acompañaron los otros casos. No obstante, no hay ningún impedimento para que abogados de esas víctimas y otros actores del proceso pidan a jueces argentinos que soliciten extender la extradición de Sandoval por esos otros casos, pruebas nuevas mediante, pruebas con sustento más sólido”, explicó. 

Los obstáculos superados

Desde 2012, fueron casi 8 años de sortear instancias judiciales en las que el represor se metió en el expediente para evitar que lo subieran a un avión y así enfrentar a la Justicia argentina. Sandoval llegó a París en 1987 donde, sin negar su pasado de Policía Federal en Argentina, vivió libre y tranquilo la vida de profesor universitario y experto en Seguridad que se inventó, que le permitió dar conferencias, participar de negociaciones en conflictos internacionales, integrar la nómina de profesores de la exclusiva universidad parisina Sorbonne. Todo bien para él, hasta que un artículo publicado en Página/12 en 2008 reveló esa otra parte de su pasado tan experto él en ocultar: su participación en el plan sistemático de secuestros, torturas y exterminio que sucedió en Argentina. 

La noticia fue recogida por varios medios locales y regionales a los que, por supuesto, Sandoval se encargó de querellar por difamación. Thonon fue la representante legal de uno de esos medios. “Entonces conocí a Sandoval, quién era, de qué se lo acusaba. Hasta entonces, no sabía quién era”, contó. Aquel juicio duró unos dos años y se resolvió en favor del medio digital al que representó la abogada, que recordó la última audiencia: “Era un tribunal provincial que no estaba para nada acostumbrado a resolver este tipo de casos. De repente, se encontró con una sala repleta por 200 personas con pancartas, con fotos de Hernán Abriata, y falló en contra de Sandoval”.  

Al poco tiempo, el juez federal Torres solicitó a Interpol una orden para que lo capturaran y al gobierno francés un pedido para que lo enviaran a Argentina: Torres quería indagarlo por haber formado parte del grupo de tareas 3.3.2. de la ESMA. El secretario judicial que trabajó la vinculación de Sandoval con el centro clandestino que funcionó en el Casino de Oficiales del predio de Avenida del Libertador fue Pablo Yadarola, hoy juez en lo Penal Económico N°2 y parte del viajecito que Clarín les pagó a miembros del Poder Judicial hasta la estancia de Joe Lewis, en la Patagonia, all inclusive. 

Se sabía: Sandoval no la haría fácil. Entonces, Argentina contactó a Sophie Thonon para que llevara el proceso de extradición por los vericuetos en donde el represor lo intentara llevar con el objetivo de echarlo por tierra. El juicio por difamación que Thonon le ganó a Sandoval no era el único elemento dentro del currículum de la abogada que la convertía en la letrada perfecta para llevar adelante la batalla por la extradición. En 1990 fue la querellante en el juicio en ausencia que en Francia se llevó a cabo contra el genocida Alfredo Astiz por la desaparición de las monjas francesas Alice Domon y Leonie Duquet y que culminó con una condena en ausencia. “Francia, como Italia, puede juzgar sobre la competencia personal pasiva, es decir la nacionalidad de la víctima”, explicó la abogada. Una década después, en los 2000, presentó una querella ante la justicia de su país por varios otros franceses desaparecidos en Argentina; también lo hizo por ciudadanos franceses víctimas de la dictadura chilena y del Plan Cóndor.   

“Yo sabía perfectamente que lo que había ocurrido en Argentina eran crímenes de lesa humanidad: la eliminación de un grupo de personas dentro de un plan sistemático, el exterminio de esa gente. Así que mi esperanza era que a Sandoval lo condenaran por eso”, remarcó. Recién en 2019, casi ocho años después, Sandoval fue enviado a la Argentina. “Presentó siete recursos ante jurisdicciones de Francia y de la Unión Europea para evitar subir al avión que lo llevara de regreso a Buenos Aires. Cada vez tuvimos que rehacer el juicio en su contra, exponer los fundamentos, pero lo logramos”, sostuvo Thonon.

El represor utilizó varios argumentos: desde la inconstitucionalidad del pedido de extradición, hasta las violaciones a sus derechos humanos, pasando por la negación. Thonon explicó que el objetivo de la discusión no era determinar la culpabilidad del represor en los crímenes por los que se lo acusaba, ya que “eso era tarea de la Justicia argentina”. “La Justicia francesa debía, en primer lugar, corroborar si Sandoval era realmente el Sandoval acusado en Buenos Aires. Luego determinar si el crimen por el que se lo requería existía en Francia también, cosa que sí existía. Y por último, si no estaba prescripto en ninguno de los dos países. Allí radicó el desafío del proceso, nuestro problema más importante, pues en Francia la discusión estaba clara en el ámbito penal, pero no así en el civil. Y la discusión sobre una extradición, más allá de que los delitos por los que se lo requerían son de índole penal, no lo era”, enumeró. 

Si bien circuló durante mucho tiempo que el inspector de la Federal retirado integró el cuerpo de asesores del expresidente Nicolás Sarkozy durante su estancia en París, la abogada aseguró que los vínculos de Sandoval con el poder político no fueron estrechos. “Él trabajó sobre todo en cargos provisorios en universidades e institutos, así que sus vínculos eran universitarios y cuando circuló y aquellos supieron de su posible papel en la dictadura argentina, todo el mundo se alejó”, explicó y remarcó: “Sandoval no fue asesor de (el ex presidente Nicolás) Sarkozy. Ni siquiera él hizo alarde de eso, no lo llamó para pedirle ayuda. A veces decía que él había luchado para Francia, pero de una manera muy abstracta y sin elementos concretos”. 

Para octubre de 2017, y después de apelar en varias instancias anteriores, el Tribunal de Apelaciones de Versalles, en Francia, se pronunció favorable a la extradición. Su decisión, definió Thonon, “fue ejemplar y no le permitió a Sandoval mucha más alternativa”. Sin embargo, siguió insistiendo todo lo que pudo: “Ya sabía que iba a perder, pero lo que quería era hacernos perder tiempo a nosotros, a la familia. Finalmente lo logramos, demoró pero lo llevamos a Argentina en donde fue condenado”.


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