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“Soy adicto a la verdad”

Escrito por el junio 12, 2023


Así comenzó su declaración el genocida Antonio Pernias en el juicio donde se investiga la participación de Adolfo Donda Tigel en la apropiación de su sobrina Victoria Donda Pérez. Esta vez declaró como testigo y se refirió al funcionamiento de la ESMA y su relación con Donda Tigel. 

Redacción: Camila Cataneo / Fernando Tebele
Edición: Pedro Ramírez Otero
Foto: Captura transmisión de La Retaguardia

No es habitual que, en un juicio de lesa humanidad, un represor que está condenado declare como testigo. Pero este lunes Antonio Pernías se presentó ante la Justicia por pedido del abogado defensor de Adolfo Donda Tigel. 

Pernias integró el grupo de tareas que funcionó dentro de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). En ese entonces participaba en los secuestros pero también en los interrogatorios que se hacian dentro del centro clandestino de detención, tortura y exterminio. También formó parte del Centro Piloto de París, donde la Marina llevaba adelante operaciones de inteligencia acerca de lo que pasaba en nuestro país. Por su participación, el 15 de mayo la Cámara Federal de Casación Penal confirmó la pena a prisión perpetua que le habían dictado en 2017 por su participación en la ESMA, pero fue absuelto en 53 casos que formaban parte del juicio por haber estado en Francia.

Su declaración comenzó cuando aclaró que el juez Daniel Obligado lo conocía y sabía que era “adicto a la verdad” y remarcó que no compartió tareas ni era amigo de Adolfo Perez Donda. Luego comentó: “En el mes de diciembre de 1977 estuve en Estados Unidos para visitar a un militar y retorné en enero (…) A (Adolfo) Donda lo ví en ESMA entre enero y abril de 1978”.

Durante la audiencia, el abogado defensor Guillermo Fanego fue quien llevó adelante las preguntas. Al comienzo le consultó acerca de los uniformes de la Marina y cuándo se utilizaban. Pernías respondió que “el gris era diario, el azul para ceremonias y el blanco se usaba generalmente en octubre”. Esta pregunta está vinculada a la gran cantidad de testimonios de sobrevivientes que vieron a Donda dentro de ESMA con un traje blanco. 

Luego le consultó si en ese momento sabía sobre algún familiar de Donda que estaba en cautiverio en el centro clandestino de detención, tortura y exterminio y el represor aseguró que “no sabía que el hermano había sido detenido por la Fuerza Aérea y que había una mujer”. Dijo que se enteró posteriormente. 

A lo largo del juicio se nombró en reiteradas ocasiones la “maternidad de la ESMA”, un espacio que se encontraba en el centro clandestino donde nacían las y los bebés de las mujeres que estaban en cautiverio. Luego ellas eran desaparecidas y comenzaba el plan sistemático de robo de bebés. El caso de Victoria Donda Pérez es uno de los cientos de niños que fueron apropiados. Actualmente hay 132 personas que recuperaron su identidad. Respecto a este lugar, Pernías contó: “La única vez que tuve acceso al lugar donde estaban teóricamente las embarazadas, fue en 1977 donde dio a luz una hija de un oficial”. También puntualizó que “tanto a los detenidos como a nosotros nos llamábamos con el nombre de guerra”.

Finalmente, el abogado de la querella de Abuelas de Plaza de Mayo Emanuel Lovelli le consultó cómo era el funcionamiento del personal rotativo dentro de la Escuela de Mecánica de la Armada en esa época y Pernías declaró que “en un momento se formalizó y duraba un mes”. 


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