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Neerlandeses detrás de una dictadura

Escrito por el octubre 10, 2023


Jan Van der Putten y Frits Jelle Barend, dos periodistas neerlandeses que denunciaron los delitos cometidos durante la última dictadura argentina, volvieron al país a principios de octubre. Fueron invitados por el Centro Ana Frank Argentina y fueron homenajeados por la Legislatura porteña.

Redacción: Carlos Rodríguez
Edición: Valentina Maccarone / Pedro Ramírez Otero
Foto: Centro Ana Frank Argentina

“En Argentina, hay un poco de zozobra, un proceso similar al de algunos países de Europa, con el crecimiento de propuestas huecas, de extrema derecha, que provocan inestabilidad y que reivindican un pasado nefasto”, dijo a La Retaguardia el periodista neerlandeses Jan Van der Putten. Junto con su compañero Frits Jelle Barend, realizaron una visita al país para recordar el viaje que hicieron en 1978, en plena dictadura militar, para cubrir la Copa del Mundo que se jugó ese año en Argentina. 

Ellos entrevistaron y difundieron en el mundo la voz de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, quienes comenzaban a denunciar el genocidio que se estaba ocultando detrás de la mascarada de la competencia futbolística. 

Sobre la actualidad en Argentina, Van der Putten sostuvo: “Noto un poco de zozobra por esas promesas huecas de la extrema derecha, en un ambiente de exacerbación y polarización, en un marco de crisis económica que lleva a que la gente crea en cualquier cosa”.  El periodista neerlandés señaló que este es “un terreno propicio para la aparición de populistas de extrema derecha que reivindican el liberalismo más extremo, reivindicando el pasado, el genocidio, negando la verdad” de lo que se vivió en Argentina durante la última dictadura cívico-militar-eclesiástica. De esa forma, sin siquiera nombrarlos, se refirió a la campaña presidencial de Javier Milei y de su compañera de fórmula, Victoria Villarruel. 

Consideró que la propuesta de La Libertad Avanza es “una típica alternativa de estos tiempos, con ese gran ‘precursor’ entre comillas que es Donald Trump, que plantea una ‘verdad alternativa’ que tergiversa todo, que convierte lo blanco en negro y lo negro en blanco”. Van der Putten puntualizó que es “el mismo discurso que levantó (Jair) Bolsonaro en Brasil y que mucho antes comenzó con (Silvio) Berlusconi en Italia”, en los años ’90, cuando el poderoso empresario milanés creó su partido Forza Italia. Ese partido, en alianza con agrupaciones fascistas dominó durante largos años, desde el poder político, los destinos del país europeo. 

El periodista insistió en que eso lleva en Argentina a la aparición del “hombre fuerte que, con sus gritos, afirma que ya no hay futuro si no lo siguen a él. Es el viejo discurso de siempre, que ahora se trata de imponer de nuevo, como si no hubiéramos aprendido nada de ese pasado que vivimos todos”. 

A principios de octubre, los periodistas neerlandeses  llegaron invitados por el Centro Ana Frank Argentina (CAFA). Durante su estadía recibieron un reconocimiento en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, dieron conferencias ante estudiantes de periodismo en la escuela TEA, fueron homenajeados en el Espacio de Memoria de la ex Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) y estuvieron en el estadio del Club River Plate, entre otras actividades. 

Van der Putten recordó que el Campeonato Mundial de Fútbol de 1978 fue “una campaña para decir que en Argentina todo estaba bien”. Jan llegó a Buenos Aires hace 45 años junto con su colega Frits , para cubrir el evento deportivo, pero descubrieron la realidad cuando entrevistaron a las Madres y Abuelas en la Plaza de Mayo. El video con los testimonios de las mujeres que denunciaban el genocidio, frente a la Casa de Gobierno, recorrió el mundo. 

Frits, por su parte, logró ingresar con otro compañero, Bert Nienhuis, a la cena de premiación de la Copa del Mundo que se realizó en el Hotel Plaza. Pudieron entrar haciéndose pasar por dos integrantes de la Selección de Holanda, que había perdido la final con el equipo argentino. 

Frits contó que, luego de “felicitar” al dictador Jorge Rafael Videla por el triunfo deportivo, le habló sobre las Madres de la Plaza y le preguntó por los desaparecidos. Como era de esperar, Videla respondió que “todo era una mentira, que no había desaparecidos”, pero los periodistas ya sabían la verdad a través de las víctimas y esa verdad fue la que transmitieron. Barend repitió ante La Retaguardia, lo mismo que dijo frente a los estudiantes de periodismo de TEA: “Siempre hay que escribir nuestra verdad y no la que la gente del poder dice”. En el acto realizado en la Legislatura, se resaltó que los dos periodistas “contaron lo que tenían que contar, a pesar de las amenazas que recibieron y los consejos de que no se metieran en problemas”. Lo que hicieron fue desnudar la mentira de que Argentina contaba con un gobierno que “defendía a los ciudadanos de las organizaciones guerrilleras que presuntamente atentaban contra el orden institucional”. 

Barend dijo que la primera información que tuvo acerca de la situación en el país la recibió del entonces embajador de Holanda en Argentina. “Él me dijo que las versiones sobre violación de los Derechos Humanos eran falsas, y que las alentaban los terroristas que querían atentar contra la Nación”. De todos modos, el 1 de junio de 1978, día inaugural del Mundial, la atención de los periodistas estuvo centrada en lo que denunciaban las Madres y Abuelas en la Plaza de Mayo: “Nosotras solo queremos saber dónde están nuestros hijos, vivos o muertos”. 

Cuando estaban realizando las entrevistas, aparecieron unos hombres que les dijeron que no les hicieran caso, que eran “unas locas” y las calificaron con insultos de todo tipo. “Hasta dijeron que ellas tenían que estar orgullosas de sacrificar a sus hijos por el bien de la patria”. La salida del país fue complicada para los periodistas y hasta el propio embajador holandés se negó a prestar su ayuda: “Estaba molesto por la información que habíamos dado a conocer” a nivel internacional. 

En el encuentro en la Legislatura, la diputada Victoria Montenegro, nieta recuperada, destacó el valor el homenaje a los periodistas y a la lucha de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. “Es importante recalcarlo, en momentos en que no sólo se intenta negar que hubo un genocidio, sino que quieren reivindicarlo”, dijo Montenegro. Destacó la presencia, en el acto, de Paula Maroni, nieta de una de las mujeres entrevistadas por los periodistas neerlandeses, en la Plaza de Mayo, en junio de 1978. 

Barend sostuvo que siempre recuerda esa entrevista, “el pedido de una madre que dijo: “or favor escribí que estamos preocupadas por nuestros hijos, por saber dónde están, dónde se los llevaron, si están vivos o si están muertos”. Recuerda a esas madres como “heroínas” y al genocida Videla como “el gran maldito”. Como cierre, Van der Putten, reflexionó  sobre la democracia:  “Debe ser para la felicidad de todos, para la libertad de todos y no para que la utilicen personas con problemas psiquiátricos. Lo que se necesitan son partidos con ideas para fortalecer la democracia y la libertad”. 


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