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Juicio intento de magnicidio CFK -día 1- “La idea era matar a Cristina como un acto de justicia, un acto ético”

Escrito por el junio 27, 2024


En la apertura del juicio oral por el atentado sufrido el 1 de septiembre de 2022 por la entonces vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, el principal acusado hizo de su declaración indagatoria una confesión pública transmitida en directo, en lugar de argumentar algún tipo de defensa por lo sucedido. 

Redacción: Carlos Rodríguez
Edición: Pedro Ramírez Otero
Fotos: Transmisión de La Retaguardia

Durante más de dos horas, Fernando Andrés Sabag Montiel realizó un descarnado relato sobre una jornada inédita de violencia política nunca vista desde el regreso de la democracia. En su declaración indagatoria durante el juicio por el intento de asesinato de Cristina Fernández de Kirchner, intentó deslindar de responsabilidades, en la tentativa de homicidio, a su novia Brenda Uliarte y a Nicolás Carrizo, los otros dos imputados. Pero como nada de lo hecho por Sabag tuvo alguna lógica, los acusó por otro lado de “autoincriminarse” para perjudicarlo por el agravamiento de la posible condena por la participación de “dos o más personas”. Dijo que habían sido sobornados por el kirchnerismo.

Alejandro Cipolla, abogado de Brenda Uliarte, se mostró optimista luego de finalizada esta primera audiencia: “Mi clienta nada tiene que ver con el hecho, no sabía absolutamente nada, incluso el propio Sabag manifestó que ella nunca le creyó que iba a intentar matar a la vicepresidenta”. Agregó que “por otra parte, Sabag dijo que ella fue solo una espectadora” del intento de magnicidio. Tanto Cipolla como Gastón Marano, el abogado de Carrizo, consideran que sus representados han quedado favorecidos luego de los dichos del principal imputado. Sin embargo, la versión de Sabag está llena de contradicciones. Al mismo tiempo, en la sala de audiencias, fue evidente la existencia de malestar entre las tres personas imputadas. El próximo miércoles, en la segunda audiencia, Uliarte y Carrizo tendrán la posibilidad de prestar indagatoria y dar su versión ante el tribunal. 

La declaración indagatoria de Fernando Andrés Sabag Montiel tuvo características inusuales en el marco de un juicio oral por delitos graves. Lo habitual es que los imputados opten por no declarar en el comienzo del proceso —pueden hacerlo en cualquier momento— o bien hacen una exposición exculpatoria clara. En esos casos, sólo responden preguntas de sus abogados defensores, lo que les permite desarrollar su estrategia. Sabag Montiel rompió el molde, porque no sólo respondió preguntas de quienes lo acusan, sino que, además, habló durante dos horas y media. 

La presidenta del Tribunal Oral 6, Sabrina Namer, dispuso un cuarto intermedio hasta el miércoles próximo, luego de una avalancha de preguntas que el imputado respondió más de una vez, en algunos casos en forma contradictoria. La sensación que quedó entre las personas presentes es que podría haber seguido hablando una semana entera. 

Sabag Montiel, de 37 años, dijo que antes de su detención trabajaba como remisero y como vendedor de copitos. Contó que lo apodan Nando, que tiene “estudios terciarios completos” de Ingeniería Industrial en la UBA, pero luego admitió que sólo cursó dos años esa carrera. Nació en Brasil, tiene familiares en ese país, en Argentina, Chile y Canadá. “Arterioesclerosis curada”, respondió cuando le preguntaron si sufría alguna enfermedad. 

Desde el vamos, cuestionó la incorporación de Nicolás Carrizo como tercer imputado, a pesar de que en la causa está probado que, cuando menos, el nombrado tenía conocimiento pleno del plan para asesinar a Cristina Kirchner, iniciativa a la que él mismo dijo haber aportado un arma calibre 22 que finalmente no fue usada por Sabag. 

“Yo creo que Carrizo trata de autoincriminarse o expropiarse a sí mismo porque el arma no fue encontrada”, opinó Sabag. Más adelante dijo que con Carrizo sólo tuvieron “una relación laboral que nada tuvo que ver con la política”. 

Desde ese momento, Sabag empezó a reconocer su participación en el fallido atentado contra CFK, tras recordar que lo sorprendieron “en flagrante delito”. 

Dijo luego que su relación con la imputada Brenda Uliarte tiene “siete años”, que fueron “amigos con derechos” y que vivía con ella al momento de su detención. Aseguró que “no hubo un noviazgo serio ni una relación relevante, tanto de parte de ella” como de él, porque esa relación de pareja comenzó “un año antes del atentado” a CFK. 

Aclaró que los dos “nunca” compartieron “ambiciones políticas salvo en el último tiempo, que fue la decisión de perpetrar el atentado” contra la entonces vicepresidenta. Esta fue la primera vez que mencionó una participación conjunta con Uliarte, afirmación que luego modificó. 

“Ella tiene una posición (favorable) respecto de los libertarios que yo no comparto porque soy apolítico antes que nada”, dijo Sabag. Afirmó que él cometió el atentado “pero no por estar en las antípodas de una posición política o por estar en otro partido”. Señaló que el intento de homicidio tuvo que ver “con algo personal y no para favorecer a un sector político”. En el relato, por momentos muy confuso, volvió a hablar en plural sobre el intento de magnicidio: “Decidimos cometer el atentado”. En ese momento hablaba de los mails y mensajes intercambiados, en esos días, no solo con Brenda sino también con el otro imputado. En los mensajes, incorporados a la causa, los tres hablan sobre la idea de atentar contra la entonces vicepresidenta. De todos modos, Sabag volvió a dejar fuera del plan a Carrizo, de quien dijo que tenía relaciones “con el kirchnerismo y hasta cobraba planes sociales”.  

Cuando le pidieron que explicara las razones que lo llevaron a intentar asesinar a CFK, respondió: “Fue más por un interés público, porque me cargué una mochila por lo que la Justicia no hizo, porque considero que la señora Kirchner es corrupta, porque roba, porque le hace daño a la sociedad y por otras cosas que ya son sabidas por muchas personas que son como yo; por la mayoría”. Llegó a estimar, incluso, que hay algunos hechos violentos que “son bien vistos por una parte de la sociedad”. Se mostró ofendido porque en los medios se lo trató de “sicario, de psicópata, de estar relacionado con el grupo Revolución Federal”. También agregó: “Dijeron que recibí dinero, cuando fue una motivación personal más que un interés económico”. Le molesta que lo confundan “con personas que cometen algo así por interés y no por valores, fue un acto de justicia con el cual no intenté favorecerme económicamente”. A pesar de reconocer el grave delito cometido, insistió en que tuvo “una connotación más ética y más comprometida con el bien social que con otra cosa”. 

Luego de insistir varias veces en que sus dos coimputados no tuvieron relación directa con el intento de magnicidio, sin embargo los acusó de “recibir dinero para inculparse” para que se pudiera agravar la carátula de la causa por la participación de “dos o más personas”. Ante una pregunta, insinuó que el dinero vendría del kirchnerismo. 

Las contradicciones siguieron luego, cuando afirmó que no necesita “ser financiado” por nadie porque tiene “una casa, cinco autos, tengo dinero, pero ellos (los otros dos imputados) sí tienen necesidades y por eso hicieron contrainteligencia, se metieron para embarrar la cancha”. 

Cuando el defensor de Uliarte le preguntó cuál fue el papel que ella jugó “en lo que usted llama atentado”, Sabag contestó: “Ella no estaba tan segura de lo que yo iba a hacer, tal vez lo tomó como un juego de niños”. Y agregó: “No hubo un freno, no dijo ‘no hagamos esto’, me hubiera gustado alguna palabra de ella para frenarlo, pero creo que no midió las consecuencias y las consecuencias son graves”. Estimó que ella “no comprendió la gravedad porque es chica, tiene 24 años y tal vez no entendió que cuando una persona dice ‘vamos a matar a alguien’, alguien tiene que decir ‘no, no podemos matar a nadie’”. 

Cipolla, el defensor de Brenda Uliarte, insistió para que Sabag precisara cuál fue la intervención concreta de la joven en el intento de homicidio. “Ella escuchó mis ideas sobre lo que quería hacer y a dónde quería llegar y compartió conmigo, pero ella no estaba tan segura de lo que yo podría llegar a hacer”, señaló el principal imputado. El día del hecho ella sólo lo acompañó, “fue espectadora” y su presencia le dio a él “respaldo anímico”. 

La fiscal Gabriela Baigún quiso ahondar sobre el significado de la palabra “atentado” que utilizó Sabag. El principal imputado señaló que “la pregunta se contesta sola, era matar a Cristina”. La fiscal le preguntó si él había utilizado el plural “nosotros”, en alusión a la participación de Brenda. El defensor de la joven cuestionó la intervención de Baigún. 

Ante la controversia, el imputado solucionó todo: “Bueno, corrección, yo la quería matar, ella quería que muera, ella decía en los chats que quería hacerlo ella, pero yo nunca le ordené que lo hiciera, lo hice yo”. 

Después hizo mención a las razones que lo llevaron a intentar matar a la ex vicepresidenta: “Porque es ladrona, porque es una asesina, porque llevó a la Argentina a la inflación y yo me sentí humillado, por pasar de ser una persona de buen pasar económico a ser un vendedor de copitos”. En lo que parece confirmar la premeditación, el imputado reconoció que fue un par de veces a la casa donde vive Cristina, para analizar la forma en que podía cometer el atentado. 

A lo largo de dos horas y media, Sabag Montiel dejó una andanada de frases polémicas sobre el intento de homicidio: “Fue un acto de justicia”, “el coronavirus fue un negocio del gobierno”, “le apunté con el arma a la cara”, “el motivo fue la incomodidad con lo establecido”. 


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