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La Retaguardia

Juicio Intento de Magnificio CFK -día 6- “Mi nieta tiene miedo de que la maten”

Por Valentina Maccarone en Intento de magnicidio CFK, Otras

“Cuando una mujer está en el poder y no sigue la orientación que quieren los sectores de poder, ellos generan mucha más resistencia y violencia que cuando los hombres están en el poder”, dijo Cristina Fernández de Kirchner en su declaración como testiga víctima en el juicio. Ante preguntas de la fiscala Gabriela Baigún, la exvicepresidenta se refirió a la violencia verbal y simbólica que recibió antes y después del atentado, por el hecho de ser mujer. También habló del impacto en su vida familiar y contó que su nieta recibe apoyo psicológico.

En la audiencia 6 del juicio declaró Cristina Fernández de Kirchner y sostuvo que “toda violencia física, siempre es precedida por violencia verbal”, haciéndose eco de un mensaje que recibió del Papa Francisco. Sobre esa frase, señaló que los políticos sospechados de ser los autores ideológicos del atentado “se vinculan con dirigentes de extrema derecha que dicen que tienen que exterminarnos porque somos la peor lacra del mundo”. 

Las preguntas de la Fiscalía

En esta audiencia, además de sus colaboradores habituales, la fiscala Gabriela Baigún contó con el acompañamiento de integrantes de la Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra la Mujer (UFEM), encabezadas por su titular, Mariela Labozzetta. La primera pregunta de Baigún fue si la testiga conocía personalmente al diputado Gerardo Milman. La exvicepresidenta dijo que nunca tuvo trato con él y que lo conoce solo por su actividad como político. 

La fiscala quiso saber luego si CFK piensa que Milman “tiene motivos” para querer atentar contra su vida. La testiga refirió que es evidente por “las declaraciones y el clima de violencia que se fue generando” en el campo de la política. Mencionó la vinculación que la gente de Milman tiene con “el dirigente de ultraderecha (Hernán) Carrol”. Precisó que ellos “se juntan con dirigentes que dicen que hay que exterminarnos, que somos la peor lacra de este mundo”, dejando en evidencia una “violencia verbal” que puede traducirse en acciones concretas. 

Recordó que después del atentado recibió un llamado del Papa Francisco: “Me dijo una cosa muy clara: ‘Toda violencia física siempre es precedida de violencia verbal”. Puntualizó que “la estigmatización, el insulto, el agravio, significa querer exterminar al otro, no ganarle las elecciones”. En ese marco, “cómo puede ser que un diputado de la Nación (Gerardo Milman) pueda llegar a decir ‘sin Cristina hay peronismo, sin peronismo hay Argentina”. A CFK le parece que “luego de esa frase, no es necesario ser psicólogo ni psiquiatra para ver el significado, que es la eliminación del adversario”. 

Sobre su vecina Ximena de Tezanos Pinto, que intervino en las movilizaciones en su contra, dijo que se enteró, por sus abogados, que ella pertenece al grupo de derecha Revolución Federal, que tenía vinculaciones con los imputados Fernando Sabag Montiel y Brenda Uliarte.  

La fiscala luego se refirió a la reunión que CFK tuvo con el Comité de Expertas del Mecanismo de Belém do Pará (MESECVI) de la Organización de Estados Americanos (OEA). 

En el encuentro se analizaron temas relacionados con la violencia de género cuando una mujer ejerce un cargo político. En ese sentido, CFK señaló que “cuando una mujer está en el poder y no sigue la orientación que quieren los sectores de poder en la Argentina, ellos generan mucha más resistencia y mucha más violencia que cuando los hombres están en el poder”. 

Recalcó que “no se bancan que una mujer pueda tener razón o que no puedan rebatir sus argumentos”. Recordó que alguna vez dijo que querían que ella fuera “una mascota del poder”. En ese punto, aclaró: “No sirvo para ser una mascota del poder y eso les molesta”. Como varias veces a lo largo de su exposición, reiteró: “No soy feminista, pero tampoco soy estúpida”. Más allá de sus dichos, su postura fue siempre feminista, en defensa de los derechos de las mujeres.

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Antes y después del atentado

“Nunca sentí miedo a un atentado, porque creí que el pacto democrático de 1983, luego del final de la dictadura, era un pacto democrático en el cual no estaba en juego la vida del que pensara diferente”, sostuvo Cristina Fernández de Kirchner ante una pregunta de Baigún. 

Recordó que el expresidente Raúl Alfonsin, al asumir el gobierno, dijo “somos la vida, somos la paz”. Eso fue un paso importante para dejar atrás “la dictadura, las desapariciones, la Guerra de Malvinas y desde ese momento todas las discusiones, todos los acuerdos, coincidían en que la vida del adversario no estaba en juego”. Admitió que fue “ingenua” al pesar que “en la Argentina democrática nunca pudiera ocurrir un atentado” como el que ella sufrió. 

Habló de los “cambios de época”, de una postmodernidad donde aparecen los “discursos de odio en los medios de comunicación y en las redes sociales” por parte de “personas muy grises que solo existen a partir de los posteos, de los likes, pero si les sacan el celular no existen y nadie se va a acordar de ellos porque son seres intrascendentes. Y eso los pone más violentos porque el ser violentos los hace protagonistas”. 

CFK se refirió al impacto que tuvo el intento de asesinato en su vida privada. Tuvo que mudarse “a un barrio más amigable que Recoleta”, tuvo que tomar medidas de seguridad a las que antes no le prestaba atención, y apareció el temor “ porque la familia fue afectada” por lo ocurrido. Contó que a su nieta “hay que acompañarla cuando sale de su cuarto y está en tratamiento con un psicólogo de niños porque tenía miedo de que la mataran”. 

La exvicepresidenta se mostró molesta con comentarios periodísticos: “Dicen que me hago la víctima, cuando fui la víctima de un atentado”. Criticó “la misoginia de los hombres y las mujeres” que hicieron y hacen esos comentarios. Sostuvo que viene sufriendo “una doble revictimización porque hasta dicen que yo tengo la culpa de haber sufrido un atentado porque no supe cuidarme”. Los abogados defensores de los imputados Fernando Sabag Montiel, Brenda Uliarte y Nicolás Gabriel Carrizo, hicieron algunas pocas preguntas, todas ellas dirigidas a analizar si la custodia de la exvicepresidenta cumplió bien o mal su rol el día del intento de magnicidio. Una curiosa estrategia, porque la posible o supuesta negligencia de los custodios de CFK, no sirve para quitarle responsabilidad a los autores materiales del atentado.

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