“Lo que estamos viviendo con el fuego es una locura”
Por LR oficial en incendios, Medio Ambiente - publicado el 4 febrero 2025
Es la definición que dio a La Retaguardia un músico que vive en Epuyén. Dos integrantes de nuestro medio pasaron sus vacaciones en la Patagonia y fueron testigos de un verdadero infierno.
Redacción: Valentina Maccarone
Producción: Emiliano Salinas
Edición: Fernando Tebele
Fotos: Branko Zuñiga
Como todos los veranos, desde noviembre, llegan las noticias de distintos incendios en la Patagonia, sobre todo en la zona de la Comarca Andina. El jueves 30 comenzó en El Bolsón uno de los focos más grandes de los últimos tiempos, que aún hoy continúa activo. Brigadas del Servicio Nacional de Manejo del Fuego y Brigadas autogestivas le están poniendo el cuerpo. Flavia Broffoni, Ernani Iuso y Joaquín Gatti, vecinos de Epuyén, hablaron con La Retaguardia sobre la situación de la región.
El Servicio Nacional de Manejo del Fuego (SPLIF) anunció el 29 de enero un incremento en las condiciones de peligro de incendio en la Comarca Andina. Esta zona abarca dos localidades de Río Negro (El Manso y El Bolsón) y cinco localidades de Chubur (El Hoyo, Lago Puelo, Epuyén, El Maitén, Cholila). Anteriormente, en Epuyén, había comenzado el 15 de enero un incendio que destruyó 75 viviendas, casi 3000 hectáreas y una zona muy biodiversa de bosque nativo entre el Cerro Epuyén y el Cerro Gladys, que sigue con focos activos. Mucha gente perdió su fuente de sustento: sus herramientas de trabajo y sus animales. Es una zona en la que mucha gente cría ovejas que no pudieron escapar del fuego, se les quemó todo el pasto con el que se alimentan las que pudieron sobrevivir o los alambrados que cercan sus terrenos también se redujeron a cenizas.
Esta vez el nivel extremo de peligro en la zona era por el pasaje de un frente frío que produciría fuertes ráfagas de viento que, junto a las muy elevadas temperaturas y los valores de humedad bajos, en caso de producirse un incendio, complicaría más aún la situación. Así fue. Por la tarde del 30 de enero, se detectó una columna de humo en el sector llamado Loma de los Piche, próximo a la Confluencia de los ríos Blanco y Azul, en El Bolsón. El incendio avanzó rápidamente en dirección Este, y dadas las condiciones meteorológicas extremas, se registraron múltiples focos secundarios que continuaron su avance hacia Mallín del Medio por alrededor de 9 kilómetros. Hoy se estima que la superficie afectada es de 2723 hectáreas. Un hombre murió. Y todavía no se contabilizaron cuántas casas y fuentes de sustento se destruyeron.
Ernani Iuso, músico y vecino de Epuyén, relató su historia en relación con el fuego en la zona: «Desde que tengo uso de razón, veo todo quemarse cada verano. Más o menos desde noviembre que empieza la seca acá. Siempre están estos eventos que son dantescos. Mis recuerdos más fuertes de niño son de ver quemarse una montaña entera y mi viejo subiendo para apagar y no saber si vuelven o no. Una tristeza bastante particular te diría. Es un sentimiento distinto a otras cosas».
En el último tiempo, se identifica una aceleración en los incendios. Los principales motivos que se conjugan en esta problemática son el cambio climático, las elevadas temperaturas, las sequías y las forestaciones de pino: un árbol exótico que fue traído en los 70 y luego en los 90 por su crecimiento rápido que permite generar una mayor producción. De este modo, desde el Estado, se apuntó a deforestar los bosques nativos, utilizar esa madera y plantar pinos, una especie muy inflamable. Como indicó Iuso, “el pino le gana a todo. Además de que desertifica el suelo, nada crece debajo de los pinares, arruina la vegetación autóctona y desequilibra completamente lo que es el ecosistema. Hoy estamos viendo las consecuencias más agresivas de estás deforestaciones descontroladas que se queman y terminan quemando al bosque nativo”.
Dichas empresas siguen recibiendo incentivos por la Ley de incentivo a las plantaciones forestales. Flavia Broffoni, activista, politóloga, especialista en política ambiental y vecina de Epuyén, señaló que estas empresas, “en la inmensa mayoría de los casos, no tienen ningún tipo de plan de manejo que ordene cómo debe estar una forestación, con cortafuegos, raleo de ramas bajas, los suelos limpios. Los pinos, al haberse propagado por fuera de las plantaciones, porque es la especie que más rápido se levanta de un incendio, si no hay un plan de especies exóticas, es probable que el pino sea el primero que crezca y eso hay que evitarlo a toda costa para regenerar el bosque nativo, que es lo que ahora se está comiendo el fuego”.







La politóloga se refirió también al rol estatal: «Los recursos oficiales son siempre insuficientes. Depende mucho más de la buena voluntad, el esfuerzo y la disposición total de los brigadistas del SPLIF, sobre todo, que son la ayuda mayor. Luego de eso, están las brigadas autogestivas y autoconvocadas. Muchos vecinos de otras localidades van a colaborar. Entonces, todo aquel que tiene motobomba, tiene manguera, tiene tanque de mil litros, se acerca al lugar y suele estar coordinado por estas brigadas más autogestivas que son supervisadas por el SPLIF, que se va moviendo sobre el terreno». De igual forma, Iuso destaca la solidaridad de los vecinos: “Yo estuve yendo estos tres días al fuego del Mallín donde un montón de amigos han perdido todo. Es impresionante ver la cantidad de camionetas con tanques y bombas, la cantidad de vecinos organizados para ayudar. Pero es muy triste y lamentable el abandono estatal que hay”.
Joaquín Gatti, estudiante de sociología y uno de los afectados por el incendio que destruyó la casa de su familia, remarcó: “Desde Epuyén, notamos que hay mucha necesidad de los gobiernos de instalar un culpable. Sobre todo del gobierno de Chubut que acusa al colectivo mapuche como un colectivo general e indefinido. Son acusaciones que no tienen mucho sustento, porque no es que después tienen alguna prueba como para imputar a alguien y ni siquiera denuncian a alguien en particular.” Precisamente, la gran parte de las familias a quienes se les quemó la casa son mapuches. Según indicó Gatti, “es construir un chivo expiatorio. Creo que no hay que dejar que se instale ese escenario, porque es una criminalización más que otra cosa”. De hecho, los vecinos y vecinas comentan que en la zona donde empezó el incendio de Epuyén había cables chispeando y había falta de mantenimiento de la red eléctrica, que sumado a que cortan la luz cada vez que hay mucho viento, dado que podría haber algún tipo de estos problemas. “Esto da más argumentos a pensar que fue una negligencia, un abandono del Estado en el mantenimiento de la red eléctrica, que acá depende de una empresa estatal”, dijo el joven.
Para finalizar, el músico señaló: “Lo que estamos viviendo en estos días es una locura. Es la primera vez que suceden tantas veces en un verano incendios con tantas pérdidas materiales de casas, de autos, de huertas, de producciones. Esto está totalmente ligado a la agresividad del viento que viene por una cuestión del cambio climático, elevada temperatura y sequías”.