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Carlos Slepoy


En un fallo histórico, la jueza María Romilda Servini de Cubría procesó la semana pasada a Rodolfo Martín Villa, funcionario del franquismo y de la transición que se vivió en España después de la muerte del dictador Francisco Franco. Lo acusa por “homicidio agravado en contexto de crímenes de lesa humanidad”, ocurridos en cuatro casos entre 1976 y 1978. Es el primer procesamiento en el mundo por crímenes cometidos por el franquismo durante décadas. Villa tiene 87 años y no irá preso porque interpuso con anterioridad una eximición de prisión. (Por La Retaguardia) ✍️ Redacción: Fernando Tebele 💻 Edición: Pedro Ramírez Otero 📷 Foto de portada: Villa en pleno saludo fascista cuando era funcionario “Toda la estructura represiva montada por el régimen franquista siguió funcionando bajo la dirección ahora de la nueva dirigencia política a cargo del proceso de transición. Durante los primeros años se mantuvieron las normas, estructuras, agentes y las prácticas represivas propias de aquel, y se les aseguró a las fuerzas del orden público la impunidad de su actuación por todos los medios a su alcance”, dice entre otras cosas la jueza María Romilda Servini de Cubría, a cargo del Juzgado Criminal y Correccional N°1 de la Ciudad de Buenos Aires. En la resolución de la causa iniciada hace 11 años, que adquiere carácter histórico, decidió procesar por cuatro homicidios agravados en contexto de crímenes de lesa humanidad al empresario Rodolfo Martín Villa, quien se ha convertido de esta manera en el primer procesado por crímenes de lesa humanidad durante la dictadura franquista y el período posterior a la muerte del dictador Francisco Franco, ocurrida en 1975, al que se conoce como “transición”. Los homicidios ocurrieron entre 1976 y 1978. Son los casos de Pedro María Martínez Ocio, Romualdo Barroso Chaparro y Francisco Aznar Clemente (todos el 3 de marzo de 1976), más el de Germán Rodríguez Saíz (durante las celebraciones de San Fermín en 1978).  El fallo fue anunciado durante una conferencia de prensa de la que participaron abogados y abogadas que llevan adelante la querella en la justicia argentina: Eduardo Fachal, Julieta Bandilari y Luis Calcagno. También estuvieron conectados desde diferentes regiones de España el abogado Jacinto Lara y dos familiares: Fermín Rodríguez Saiz, hermano de Germán Rodríguez Saíz, una de las víctimas, y Manuel Ruiz García, hermano de Arturo Ruiz, asesinado el 23 de enero de 1977; por su caso, Servini le dictó a Villa falta de mérito, es decir que consideró que las pruebas no son suficientes para dictar procesamiento en ese y otros siete casos. “Es un paso muy importante que obviamente ha sido apelado ya por la defensa”, dice Eduardo Fachal, uno de los abogados argentinos, quien anuncia también que la jueza le dictó un embargo por 1.134 millones de pesos, algo así como 10 millones de euros. “Se le ha notificado en una audiencia el 20 de octubre a Martín Villa y manifestó que no tiene el dinero para hacer efectivo el embargo”, explica el abogado al tiempo que resalta la importancia del fallo más allá de la apelación de la defensa: “En el día de ayer la defensa ha presentado el escrito de apelación que obviamente nos darán traslado en el curso de los próximos días y nosotros obviamente contestaremos y ampliaremos los fundamentos, porque ha quedado muy claro ya en la resolución de la Cámara de Casación, que es el tribunal más alto en materia penal, sobre el plan criminal y organizado desde el Estado español durante el período de transición, donde se mantuvo todo el resorte represivo del franquismo contra la población civil. Esto ha comprobado que son delitos de lesa humanidad y que merecen la pena la sanción correspondiente por la gravedad de estos delitos”. Fachal destacó la relevancia del fallo: “Obviamente, desde el punto de vista político y de reivindicación de las víctimas, este auto de procesamiento ha sido un paso muy importante en la lucha por la verdad y la justicia”. ¿Quién es Martín Villa? “Nuestra familia entiende que Villa es el responsable del asesinato de Arturo”, grafica el hermano de Arturo Ruiz, asesinado durante una manifestación callejera el 23 de enero de 1977, uno de los casos por los que Servini entendió que no había pruebas suficientes para procesarlo, por lo que dictó falta de mérito. “Fue asesinado por un banda de extrema derecha que se denominaba Los guerrilleros de Cristo Rey, y que al final tampoco estaba muy claro las conexiones de esta banda y el asesino con la Guardia Civil, o sea con las fuerzas de seguridad de la época. Y bueno, Martín Villa como máximo responsable de las fuerzas, pues tampoco dio explicaciones”, resume. “Era el ministro de la Gobernación y posteriormente Ministro del Interior y responsable de las fuerzas del orden de aquella época”. La protesta reprimida se realizó con consignas “proamnistía por los presos del franquismo que todavía quedaban en la cárcel”. La represión en los Sanfermines de 1978 En ese año, durante las siempre masivas celebraciones de San Fermín, varios manifestantes saltaron a la arena para hacer notar el hastío social con la dictadura que ya tenía forma de transición hacia la democracia. Toma la voz Fermín, el hermano de Germán Rodríguez Saiz, uno de los casos por los que la jueza procesó a Villa. “Estamos hablando de unos momentos muy convulsos y sobre todo en la Comunidad Autónoma de Navarra. Varias personas saltaron a la plaza con una pancarta y eso parece que fue la excusa para una carga policial bestial. Metieron 40, 50 miembros de la Policía Armada que empezaron a disparar. Pelotas de goma, botes de humo y fuego real. Hubo 11 heridos de bala en la propia plaza. Y, lógicamente, la gente intentó repeler la agresión con todo lo que tenía, con botellas, con las almohadillas que tenían en la plaza, con todo lo que había ahí cuando se retiró la policía. La gente salió de la plaza con absoluta indignación, por supuesto. Entre ellos estaba mi hermano viendo los toros. La Policía Armada siguió reprimiendo

Un represaliado durante el franquismo y su torturador murieron víctimas del COVID-19 en España en el último mes. El Chato Galante, y Billy el Niño vivieron sus vidas en veredas ideológicas opuestas, pero murieron por el mismo virus ¿Eso los iguala como seres humanos? (Por La Retaguardia) ✏ Redacción: Luis Angió 💻 Edición: Fernando Tebele 📷 Foto de portada: Luis Angió Pocas semanas atrás, el 28 de marzo pasado, despedíamos a José María “Chato” Galante Salerno, fallecido víctima del coronavirus. Chato fue un activista antifranquista y militante en su juventud de la Liga Comunista Revolucionaria, (LCR), antifranquista y en esta última etapa de su vida militó también en Ecologistas en acción. Durante muchos años fue militante y fundamenta limpulsor, junto al abogado argentino Carlos “Carly” Slepoy,  de la querella que busca juzgar  los crímenes de franquismo en Argentina, bajo el concepto de Justicia Universal.Chato fue preso por la policía franquista en su juventud en cuatro oportunidades.Sus captores lo torturaron en varias de ellas , como él mismo lo ha relatado. En el documental “El silencio de otros”, se lo puede ver como protagonista principal, narrando las torturas a las que fue sometido, y recorriendo el largo camino de la búsqueda de justicia.En 2018 estuvo en Argentina para presentar  la película junto a otros compañeros también víctimas de la dictadura franquista. Vinieron para aportar y dar más testimonios ante la Jueza María Romilda Servini de Cubría, en el marco de la causa que lleva adelante la Coordinadora Estatal de apoyo a la querella Argentina (CeAqua). Fueron un jueves a la Ronda de las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, y participaron luego de una emisión especial del programa Oral Y Público, de Radio La Retaguardia. Contó junto a sus compañeras las historias de sus militancias y el sufrimiento bajo el franquismo, pero también derrochó vitalidad y alegría, comiendo una picada o jugando al ping pong. Audio del programa especial durante su visita a Argentina.  Uno de sus objetivos de ese viaje y de su acción judicial era poder llevar a juicio a su torturador, a quien denominaban “Billy el Niño”, Antonio Gonzalez Pacheco. El propio Chato alguna vez declaró que Billy el Niño era “un torturador compulsivo”. Policía del régimen franquista, fue llevado en el año 2014 a declarar ante la Audiencia nacional de España, ya que la justicia argentina, reclamaba su extradición “acusado de un delito de torturas en un contexto de crímenes contra la humanidad y Billy el Niño tenía que responder ante la justicia por sus torturas”, señaló el portal publico.es.En esa oportunidad, la Audiencia Nacional rechazó el pedido de extradición con el argumento que no eran crímenes de lesa humanidad y por lo tanto estaban prescriptos. El Chato murió sin ver juzgado y condenado a su represor. Galante, de frente, en plena diversión durante su visita a La Retaguardia (Foto: Luis Angió) Seis semanas después de su muerte,  el 7 de mayo,   se supo que “Billy el Niño” también ha muerto en Madrid por  el COVID-19. No llegó a ser extraditado y ni juzgado por sus crímenes y torturas, entre ellos de los que fue víctima El Chato. “Antonio González Pacheco ha narrado su paso a principios de los años 70 por la extinta Dirección General de Seguridad (DGS) en la madrileña Puerta del Sol, rehabilitada como sede de la Comunidad de Madrid, pero en cuyas entrañas aún se conserva un aroma de tiempos pretéritos, del que ninguno de los protagonistas se puede descolgar”, indica Telemundo.No solo eso, gracias a la justicia del régimen que todavía impera en España, murió con las condecoraciones que le habían otorgado y que tanto el Partido Popular (PP) como el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) se negaron a retirarle. Cuatro medallas otorgadas por el gobierno español y que engrosaban además un 50% de su pensión.En la Audiencia Nacional no permitieron a los periodistas que se le hicieran tomas o fotografías. Solo hay una donde se puede ver su nuca, y a la salida de la audiencia otra en la que sale protegido por la policía con un casco de motociclista. Pero El Chato pudo identificarlo y fotografiarlo en su casa, ya que vivían a pocas de distancia. El torturado Billy el Niño murió de coronavirus la semana pasada. Sus vidas estuvieron cruzadas; uno como víctima y el otro como victimario. Mientras El Chato peleó por llevar a la cárcel su victimario,  Billy el Niño vivió al amparo de un Estado que mantiene la estructura del franquismo, aunque lo quiera disimular con el Pacto de la Moncloa, tratando de eludir la responsabilidad de sus crímenes, con la complicidad de la justicia de su país.El Chato murió reclamando y luchando por una justicia que no le llegó. Billy el Niño murió agradeciendo una condena que no estuvo ni cerca  y se llevó a su tumba unas condecoraciones que solo un régimen como el franquismo le puede haber otorgado.Para quienes recordamos al Chato Galante, solo podemos decir que su lucha no ha sido en vano. Somos muchas y muchos, en España y en Argentina, que seguiremos su pelea. Porque en España quedan muchos torturadores como Billy el Niño por llevar a la justicia para que paguen por sus asesinatos.

El genocida Adolfo Scilingo sigue accediendo a las salidas temporarias de la prisión que cumple en el ayuntamiento de Soto del Real, en las afueras de Madrid. Convocamos a Andrea Benites-Dumont, integrante de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos (AEDD), que vive en España pero es Argentina. Ella nos puso al tanto del comienzo de una campaña de firmas para que en Soto del Real lo declaren persona no grata. (Por RNMA) Foto: carptura de pantalla del sitio vozpopuli, que descubrió al genocida argentino en la calle. “Scilingo, como se sabe, es el primer condenado por delitos de genocidio, tortura y terrorismo, que hubo en la Audiencia Nacional de Madrid, que se comenzaron a desarrollar en el año 1996. Se instruyó en el juzgado nro. 5 de Baltasar Garzón, impulsado por el fiscal Carlos Castresana, que posteriormente, en una convocatoria a distintos abogados, en donde efectivamente Carlos Slepoy, fue quién aunó ese llamado o convocatoria, donde establecimos distintas querellas, en especial contra Scilingo, teniendo en cuenta que en el ´96 estaban las Leyes de Impunidad, la de Obediencia de Vida y Punto Final”, dijo Benites-Dumont acerca del proceso que tuvo como un emblema esencial de justicia al abogado y ex preso político argentino Carlos Slepoy, que murió hace poco más de un año.“Fue muy importante. Hubo muchas críticas que afirmaban: ‘¿cómo van a hacer en Madrid un juicio por genocidio en Argentina?’, que venían no sólo de quienes gobernaban en aquel entonces, sino también de fuerzas políticas y de abogados. Parecía que se violaba la soberanía criminal de las Juntas Militares y de las Fuerzas Armadas porque se aislaba los casos afuera. Paralelamente a esto, poco antes, se inicia el juicio a Pinochet, en función del principio de Justicia Universal, que es un derecho internacional que está contemplado prácticamente por la infinidad de los países que componen el mapamundi político. Lo de Pinochet incitó a que caigan estos prejuicios que mencioné anteriormente, que se tradujo en un juicio contra Scilingo”, indicó. Aquel juicio movió el avispero en la Argentina, generando un consenso social de que era necesario terminar con la impunidad aquí y comenzar con el proceso de juicios que hoy tenemos tan naturalizados, pero que costó tanto conseguir.Acerca de las razones por las que el genocida declaró y se autoinculpó, Benítes-Dumont aseveró: “A Scilingo, cuando vino a España, una fuerza española le prometió que iba a ser testigo protegido, que iba a percibir un salario. Cuando llega Scilingo, le hicimos escraches donde estaba hospedado, y por supuesto, participamos de todas y cada una de las audiencias de instrucción. Más tarde, se instruye el juicio, la demanda pasa a la Sala Nacional e la Audiencia Penal y finalmente en el año 2004, fue condenado a 640 años de prisión. En las distintas apelaciones que hizo Scilingo, llegó al Tribunal Supremo, y se le aumenta la condena a 1024 años”.“Scilingo fue condenado por 30 muertes, (en) dos vuelos de la muerte, y por 256 casos de secuestro, seguidos de detención ilegal y tortura. No era nominal su participación en la ESMA. Participó en el Plan de Exterminio”, explicitó. A juntar firmas “Hace unas semanas salió en un periódico, que Scilingo estaba paseando por un pueblo de las sierras. Intentamos comunicarnos con ese periódico, pero no nos dijeron que pueblo era. Comenzamos a indagar de un pueblo a otro. El periódico indicaba algunas mínimas precisiones: una casa arriba de un supermercado, entre otras. Lo encontramos. Justo un compañero estaba viviendo en el pueblo donde estaba viviendo Scilingo. Hablamos con él y se comenzó a convocar gente de un pueblo muy pequeño en las sierras de Madrid, que está a 5km de la cárcel de Soto del Real donde Scilingo tiene que cumplir condena. Es un pueblo de derechas y con mucha población del Servicio Penitenciario. Barajamos distintas acciones, como hacer un escrache, pero fundamentalmente difundir y poner sobre la mesa quién es Scilingo, y qué hace compartiendo el aire libre con gente”.“Casualmente en ese pueblo vive una hija de desaparecidos de Argentina. Ella no sabía que estaba Scilingo allí. Fue una gran conmoción para ella. El pueblo es Soto del Real, y ahí mismo, en un acto convocado por gente de la izquierda del pueblo, agrupados en Cambiemos Soto, gente de Podemos y anticapitalistas, los vecinos fueron informados. Se habló de Scilingo y la bronca que existe en España de no poder enjuiciar al franquismo. Se pasó un breve video con las declaraciones de Scilingo, y le solicitamos a un edil/concejal del ayuntamiento de Soto delRreal, que envíe una solicitud de persona no grata. Nosotros haríamos una declaración Non Grata Popular, juntando firmas, no solamente de Soto, sino del mundo entero, por todos los que están implicados en las causas y en la justicia por los 30000 desaparecidos y lograr la condena de los genocidas”, contó.“Fuimos muy bien recibidos y el concejal se comprometió a hacer esa formulación legal en el ayuntamiento, cuando le adjuntemos la cantidad interesante de firmas, y en eso estamos, juntando firmas, sacando la Campaña en todas partes (llamada ‘Genocida Scilingo, persona non grata en el ayuntamiento del Soto del Reeal’)”, dijo la sobreviviente del Terrorismo de Estado en Argentina.Hoy Scilingo tiene salidas transitorias, a pesar de los años a los que está condenado. “Hay dos argumentos: una dice que es un buen preso, otra que dice que ya cumplió 70 años. Pero hay un detalle en la Justicia Penal Española. Hay una revisión de causas: el condenado por equis delito, pide perdón. Está muy incrustado el perdón católico, y pide perdón y queda relevado del castigo. Bueno, Scilingo nunca pidió perdón. Lo aclaro porque este es un condicionante para la rebaja de años. Si bien él no pidió perdón, cumple con la edad (70 años), preso modelo e inserción familiar, ya que su familia vive en Soto del Real”La declaración a la que hace referencia Andrea Benites-Dumont está publicada en al página der la AAED. Quienes quieran sumarse para declarar persona no grata al genocida Scilingo en