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Dolores Guadix


La declaración del médico militar Gabriel Salvador Matharan sorprendió a las personas que no venían asistiendo al juicio y pudieron verla en vivo a través de El Diario del Juicio. Para los habitué, fue una más de las varias declaraciones de gendarmes y militares que, alrededor del crimen de Gervasio Martín Guadix, han titubeado o se contradijeron, lo que demuestra la puesta en escena de su supuesto suicidio en el puente fronterizo de Paso de los Libres, Corrientes. Desde Paraná, Matharan repitió sistemáticamente una respuesta: “No recuerdo señor”, aunque le preguntara la jueza Morguese Martín, que le recordó que estaba declarando bajo juramento. La querella familiar pidió su detención. (Por El Diario del Juicio*)  ✍️ Texto 👉 Fernando Tebele/Fabiana Montenegro💻 Colaboración  👉 Diana Zermoglio📷 Fotos 👉  Gustavo Molfino/El Diario del Juicio📷 Documentos 👉 El Diario del Juicio📷 Foto de Portada 👉  Desde Paraná, por videoconferencia,  📷 Gustavo Molfino —La situación de estar en una testimonial lo impone de una obligación, que es la de manifestarse con la verdad, pues si no lo hiciera podría incurrir en el delito de falso testimonio cuyas penas, en algunos casos, alcanzan los 10 años de prisión. Técnicamente, el falso testimonio es afirmar una falsedad, negar o callar la verdad, aunque sea una parte de ella, ¿jura o promete decir la verdad? —informa y pregunta el presidente del tribunal, Esteban Rodríguez Eggers. Lo hace siempre que está por comenzar un testimonio, pero cada vez que participa un gendarme o un médico militar vinculado al fraguado suicidio de Gervasio Martín Guadix -en realidad secuestro y asesinato-, esa información acerca del falso testimonio cobra otra relevancia.—Sí, juro —se escucha una voz tenue que llega por videoconferencia desde Paraná, Entre Ríos.—Señor Matharan, ¿jura o promete decir la verdad? —repregunta el juez, que no lo ha escuchado.—Juro juro —responde más cerca del micrófono el testigo, y muestra ya algo de impaciencia.—Usted es médico, ¿no es así?—Sí, soy médico.—En diciembre del año ‘80 prestaba servicio en el Regimiento 5, ¿o no? —consulta el juez.—En el 5 de Infantería de Paso de los Libres.—¿Qué cargo tenía ahí?—Era el jefe de la enfermería.—¿Su especialidad en medicina?—Geriatría y gerontología.—¿Pediatría?—Ge-ria-tría, con G —aclara el médico, ya sin la paciencia que le tendrán luego a él.—Durante su servicio en el Regimiento 5 de Paso de los Libres, ¿tiene presente haber hecho algunas autopsias?—No recuerdo señor.—¿No recuerda si hizo autopsias, o no recuerda cuántas?—No recuerdo señor —comienza a repetir el testigo, pero casi balbuceando, alcanza a aclarar—, no recuerdo cuántas autopsias hice. Como el juez no reparó en esa respuesta, interviene, desde su casa, la jueza María Claudia Morguese Martín. —Perdón, Doctor —le aclara a Rodríguez Eggers—, el señor dijo que no recordaba cuántas hizo. ¿Usted hizo autopsias? —le consulta la jueza a Matharan con una voz inconfundiblemente femenina, también para el testigo, que da el primer indicio de tener respuesta automática.—No recuerdo, señor —y después de unos segundos se corrige—. Señora, perdón.—¿No recuerda haber hecho alguna autopsia en su vida? —insiste Morguese Martín.—No señora —responde, contradiciendo su propia respuesta anterior. Así se veía la firma que Matharan no pudo alcanzar a ver. Es la autopsia oficial sobre el cuerpo de Guadix. Se les pasó por alto una evidente fractura de brazo que el EAAF (que publicamos más abajo). O no era el cuerpo de Guadix, o estaban ocultando la fractura porque era producto de las torturas.📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio Gabriel Salvador Matharan aclarará un par de veces que tiene 80 años. “Se lo ve bien”, soltará Rodríguez Eggers en una de ellas. La imagen que llega desde Paraná no es la mejor. El médico militar está lejos. Se le ve la máscara con vincha y se le adivina una camisa celeste, quizá de jean. Su firma aparece en la autopsia oficial que refrendó el supuesto suicidio de Guadix. Cuando el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) realizó una nueva autopsia sobre ese cuerpo, notó una fractura expuesta en su brazo, imposible de pasar por alto, pero que no figura en el análisis oficial; tal vez porque quisieron ocultar el asesinato, o porque no se tratara del cuerpo de Guadix.Matharan irá desde los “No recuerdo señor” hasta culpar por sus olvidos al aislamiento producto de la cuarentena. Cuarenta minutos del mismo modo. El informe del EAFF que da cuenta de la autopsia realizada después de la exhumación delos restos de Guadix. Allí se reporta una fractura en el brazo, que no figura en la autopsiaque firmó Matharan, aunque no haya ratificado que fuera su firma.El Diario del Juicio *** Abruma el calor en noviembre. Es la audiencia número 27. La voz del periodista Carlos Rodríguez, a quien casi nadie deja de llamar Carlitos, resuena en la sala, directa, franca, sin estridencias. Es la voz cuando se piensa en la palabra compañero. Lleva años defendiendo, como delegado, los derechos de los trabajadores y trabajadoras de Página/12. Tiene una extensa trayectoria periodística vinculada a los derechos humanos. Escribió más de 100 perfiles de represores para el diario de la Asociación Madres de Plaza de Mayo. Entre sus investigaciones, además, está el proceso judicial que buscó esclarecer la muerte de Omar Carrasco, el soldado asesinado en 1994 mientras cumplía con la “colimba” en Zapala, Neuquén, y que determinó el final del Servicio Militar Obligatorio.En septiembre u octubre del ‘96, Rodríguez recibió en las oficinas de Página/12 un sobre cerrado sin ninguna identificación. Tenía una nota breve dirigida a él que decía: “Porque usted investiga el caso Carrasco”.“Por la precisión de la información, que yo pude comprobar después”, asegura, que no tiene dudas: era alguien de adentro del Ejército. El jefe del fuerza en ese momento era el General Martín Balza, que en 1980 estaba a cargo del Grupo de Artillería 3 de Paso de los Libres. El informe complicaba a Balza, y también mencionaba un nombre que hasta ese momento no se conocía demasiado: el del coronel Carlos Alberto Roque Tepedino quien, según el documento, organizó el envío de un grupo de Inteligencia a Neuquén para realizar una investigación paralela sobre

En la segunda jornada del año, declararon cinco testigos. Por un lado estuvo Adela Segarra, militante de Montoneros y ex diputada nacional, que narró su historia militante antes del exilio, junto a quien fuera su pareja, Joaquín Areta, desaparecido en 1978. Los otros cuatro testigos estuvieron por videoconferencia desde Paso de los Libres y Dolores, todos por el mismo caso: el suicidio fraguado de Gervasio Martín Guadix, que en realidad fue secuestrado y desaparecido. La falsa muerte, actuada por un integrante de fuerzas de Inteligencia, luego fue utilizada como una fake news del genocidio, para dar cuenta de que, supuestamente, las personas desaparecidas estaban en realidad fuera del país. Entre olvidos y contradicciones, cada vez queda más expuesta la maniobra que contó con condimentos de manipulación, muerte y malas actuaciones.(Por El Diario del Juicio*) 📷 Fotos 👉 Gustavo Molfino📷 Selección de fotos 👉 Martina Noailles ✍️ Textos 👉 Fernando Tebele 👆 Foto de Portada   Dolores Guadix, la hija de Gervasio Martín Guadix, lee viejas declaraciones de los testigos buscando alguna contradicción entre ambos momentos. En realidad, hubo varias en los cuatro testimonios que tuvieron que ver con el caso de su padre. 📷 Gustavo Molfino 👆 El único de los imputados detenidos en cárcel común, Marcelo Cinto Courtaux, es conducido por personal del Servicio Penitenciario Federal. Ciinto presenció un par de audiencias completas a fines del año pasado, pero ahora prefiere regresar al Penal. “Entiendo que les dé bronca que tengan permiso para irse, pero no creo que haya otro tribunal que al menos los haga venir a dar el presente”, dijo un asistente primerizo de este proceso. “No podemos naturalizar estos privilegios, porque además no se van a la cárcel, se van a sus casas, y eso es lo que más molesta”, le respondió una integrante habitual del público.📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆 De los cinco testimonios de la jornada, cuatro tuvieron que ver con el caso de Gervasio Martín Guadix, secuestrado y desaparecido, de quien se fraguó un supuesto suicidio en el cruce fronterizo de Paso de los Libres para realizar luego una campaña mediática en torno de la idea de que las personas desaparecidas estaban en realidad fuera del país intentado reingresar. El primer turno fue para Darío Genaro Goya, un empleado de la Aduana. En el sumario realizado en aquel momento por el gendarme Olari, que ya fue testigo en este juicio, Goya dijo que vio como “una persona se tomaba la garganta” y luego caía sin vida. Sin embargo, aquí dijo que vio la escena de lejos, cuando ya la persona estaba en el piso. En videoconferencia desde Corrientes, le mostraron un croquis que figura en el expediente, que indica con una cruz el lugar donde el -todo indica- falso Guadix cayó al piso.📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆 En la espera por el comienzo, en la primera fila y a plena sonrisa. A la derecha María Fernanda Raverta, que es la hija de María Inés Raverta, una de las secuestradas y desaparecidas en Perú, actualmente Ministra de Desarrollo de la Comunidad en la Provincia de Buenos Aires. En el centro, Laura Segarra, hija de Adela y media hermana de Raverta. A la izquierda, Virginia Croatto, asistente habitual al juicio además de querellante y una de las primeras testigos. 📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆 La segunda testigo y a la vez la más esperada de la jornada fue Adela Segarra. La ex diputada nacional recordó a Joaquín Areta, secuestrado y desaparecido en junio de 1978. Antes de salir del país rumbo a España, Segarra y Areta convivieron con Federico Frías. “Le decíamos El Dandy. Nuestra responsable era María Antonia Berger”, relató. 📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆 Entre otras cosas de la época previa al exilio, Segarra recordó la militancia durante el mundial de fútbol, con la consigna Argentina campeón, Videla al paredón. Ya en España luego de pasar por Brasil y Francia, se instalaron en una casa de Torrelodones, a unos 30 kilómetros de Madrid. De esa casa recuerda especialmente Magdalena Gagey y sus niños Fernando y Diego, y a Mariana Toti Guangiroli, con su pequeña hija Victoria. Guangiroli fue desaparecida durante la Contraofensiva. Victoria contó en este juicio cómo Segarra la recibió como una hija propia en Mar del Plata, muchos años después. 📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆 Al cierre de su testimonio, Adela se abraza con Raverta. Segarra tuvo una actitud muy maternal con varias de las hijas de sus compañeras desaparecidas. 📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆 Segarra leyó sobre el cierre, a pedido del abogado Pablo Llonto, una carta que conservó, firmada por Fermin, en realidad Ángel Servando Benítez. “Sabemos que la victoria llegará, creo en ustedes y en mí”, les dice a sus compañeras y compañeros. Desde la primera fila, la hija de Fermín, María Sol Benítez, se seca las lágrimas. 📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆 En esta jornada fue muy relevante el rol del abogado Rafael Flores, aquí realizando una pregunta. El de Guadix es el único caso con querella por fuera de la que representa Pablo Llonto. Flores es cuñado de Guadix. Su trabajo, junto al de la Fiscal Gabriela Sosti, fue indagar en las contradicciones permanentes de quienes participantes de aquel sumario de 1980 y que participaron de esta audiencia. Al lado de Flores, el abogado de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, Ciro Anicchiarico.📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆 Luego de Segarra siguieron las videoconferencias. Daniel Esteban Riquelme intentó esquivar las preguntas apelando al tiempo transcurrido. Con titubeos y otras dificultades, el gendarme que trabajó 38 años en el puente recordó que había una ventana con los vidrios polarizados. “Algunas personas que bajaban de los micros entraban ahí con personal de inteligencia”, recordó.  “Tiene la gambeta intacta, Riquelme”, se escuchó por lo bajo en alguna de sus contradicciones. 📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆 Las contradicciones de Riquelme resultaron tan evidentes, que el presidente del tribunal, Esteban Rodríguez Eggers, le recordó: “está declarando bajo juramento y la pena por el delito de falso testimonio es de 10 años”. 📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆 A través de las cámaras, una de las secretarias del juzgado les hizo reconocer fotos, croquis y

Dolores Guadix, Aixa Bona y el ex gendarme Oscar Alberto Olari se refirieron, durante esta jornada 26 del juicio, al secuestro y desaparición de Gervasio Martín Guadix, que la dictadura publicitó como un suicidio en la frontera de Paso de los Libres, Corrientes. La hija y la esposa de Guadix recuperaron su historia. El ex gendarme Olari, quien firmó el sumario del supuesto suicidio, se metió en un lío con su concierto de “no recuerdo”. (Por El Diario del Juicio*)  📝 Texto 👉 Fernando Tebele📷 Fotos  👉 Gustavo Molfino/Julieta Colomer💻 Colaboración especial  👉 Valentina Maccarone💻 Edición 👉 Martina Noailles👆 Foto de Portada: Dolores Guadix en plena declaración  📷 👉 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio El ex gendarme Oscar Alberto Olari está transpirando. No se le ven las gotas, es cierto, pero está sudando. Su nerviosismo llega a tal punto que, aun cuando le anuncian que su testimonio terminó, se queda sentado en la silla. “Mire que puede retirarse, eh”, tiene que insistirle el presidente del tribunal, Esteban Rodríguez Eggers. Olari se pone de pie. Con su mano grandota le cuesta abrir la puerta baja de madera que lo lleva al pasillo hacia la salida. Pasa entre la poca gente que queda a esa altura de la larga audiencia. Mira al piso, siempre. Desde la primera fila, sale disparada Dolores Guadix, la hija de Gervasio Martín Guadix. Él no la ve, pero ella corre detrás. Lo alcanza justo antes de que salga de la sala. Con la puerta entreabierta, Olari se enfrenta con la foto de Guadix: “Te acordás de él, ¿no?”. Le pone el rostro de su padre delante de sus ojos. No lo toca. Olari se pone más nervioso aún, pero se controla. Le empuja la imagen para quitársela de encima y sale. Llega hasta la puerta del tribunal y, apenas pisa la primera baldosa de la calle, se va corriendo sin que nadie lo persiga; tal vez sus propios fantasmas corrieran detrás. Si la justicia funciona, debería volver pronto. Dolores queda shockeada. Aguantó lo que pudo. Soportó 40 años de dolor. Con todo el aprendizaje de la lucha de los organismos de derechos humanos encima, con un gesto y unas pocas palabras, descargó algo de su enojo contenido. *** Rafael Flores, además de abogado querellantes sólo por el caso Guadix/Bona, es parte de la familia, porque está casado conuna de las hermanas de Aixa Bona, sobreviviente de la Contraofensiva, que declaró después de su hija.📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio “Esta es tu oportunidad para contarle al tribunal las circunstancias que para tu vida sucedieron a partir del secuestro y del asesinato de tu padre. La palabra es tuya”. El que da el pie esta vez es Rafael Flores, abogado querellante sólo por este caso. No es cualquier caso para él. Está casado con una tía de Dolores Guadix, que es quien está ahora sentada y a punto de hablar de sus padres. “Soy la hija de Gervasio Martín Guadix y Aixa Bona. Lo que voy a contar no es que lo recuerde, pero es lo que pude reconstruir en estos años por los relatos, por cosas que me fui enterando e investigando”. Le llaman Luli a Dolores, que se expresa sin apuro y cuida cada palabra. “Yo esperé 40 años, ahora espérenme a mí que voy a relatar a mi ritmo”, parece decir, pero no dice. Repasa la historia de sus abuelos y no tarda en posarse en la figura de su padre. “Tenía mucho sentido del humor, todos lo que lo recuerdan siempre rescatan el sentido del humor que le ponía a la situación. A él lo crió la empleada doméstica que era sordomuda, le decíamos La muda. Se adoraban al punto que la eligió como mi madrina. Ella sí era muy peronista”, contrapone con el antiperonismo de sus abuelos.Luli le dedica un tiempo importante de su testimonio a la sensibilidad y los saberes de su padre; se codeaba con el arte de todas las maneras que pudiera. “Le gustaba la literatura, el arte, dibujaba y pintaba muy bien. Tenía mucha iniciativa. Traje algunos dibujos de él para que vean que no miento en cuanto a su capacidad analitica, la habilidad tecnica, la complejidad de los espacios que construye. Viendo sus dibujos te das cuenta de la inteligencia que tenía. Recuerdo mucho un dibujo que tenía cuando era chica, un dibujo de una rata disfrazada de rata. Se permite una suerte de ironía. Era muy hábil para transmitir sin palabras lo que quería decir. Tenía mucha sensibilidad social, por eso estudió arquitectura, como para unir sus pasiones. También hizo una película que yo no pude ver pero conocí a los actores y actrices que trabajaron. Hacía afiches con serigrafía”, resalta. Uno de los dibujos de Guadix que su hija Dolores presentó al tribunal de San Martín Cuenta que “empezó a militar en la Juventud Peronista en la facultad de arquitectura. “Ahí conoció a mi mamá y empezaron una relación. Después se unieron a Montoneros. En un momento dibujó una historieta sobre el 17 de octubre que se repartió y gustó mucho”. Dice que a raíz de eso lo convocaron para sumarse al grupo de prensa que se había instalado en México, en el año 1978. Allí “conoce a varios de los compañeros que están incluidos en esta causa. Algunos ya declararon como Ana María Ávalos, Daniel Cabezas, Nora Hilb”. También nombra a “Alfredo Lires, Graciela Álvarez, que están desaparecidos”. Dolores se desliza por el relato como navegando sobre un mar calmo, pero ya llegaría el momento de la tormenta. Reconstruye instancias del comienzo de la Contraofensiva. “Sé que ahí se hizo una reunión donde se evaluó el tema. Para esa época ya se sabía de las aspiraciones que tenía Massera porque de la ESMA liberaba compañeros que mandaba al exterior y ellos contaban. Se desestimó la posibilidad de negociar. Había intentos por parte de Massera para eso”, expresa en torno del proyecto político no exento de perversidad del entonces hombre fuerte de la Armada Argentina. “Se evaluó el desgaste de la dictadura en términos políticos. Se decidió volver para

La querella de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación pidió que se impute por el delito de falso testimonio al testigo Oscar Alberto Olari, gendarme que en 1980 estuvo a cargo de elaborar un sumario por el supuesto suicidio de Gervasio Martín Guadix en Paso de los Libres, Corrientes. Guadix no se suicidó. Había sido secuestrado en Buenos Aires el 26 de agosto de 1980 y, tras pasar por Campo de Mayo, fue llevado a la frontera con Brasil a un puesto donde el Ejército intentaba que prisioneros marcaran a sus compañeros de militancia que entraban o salían del país durante la Contraofensiva montonera. El ex gendarme Olari fue el cuarto testigo en la audiencia de ayer, en la que también brindaron su testimonio Dolores Guadix y Aixa Bona, hija y compañera de la víctima. Además, realizó una corta comparecencia Eduardo Triay, quien compartió casualmente el regreso a la Argentina de Ricardo Marcos Zucker y Marta Libenson, quienes se encuentran desaparecidos. (Por El Diario del Juicio*)  👆 Foto de portada: El ex gendarme Olari, visiblemente nervioso, espera una resolución sobre su controvertido testimonio. Al fondo de la primera fila, sostienen pancartas con la foto de Guadix, su hija Dolores Guadix, y Gabriel Sesar, la actual pareja de quien fuera su compañera, Aixa Bona. 📷 Fernando Tebele/El Diario del Juicio📷 Fotos 👉 Gustavo Molfino/Julieta Colomer/Fernando Tebele📝 Textos 👉 Martina Noailles/Fernando TebeleEdición 👉  Martina Noailles 👆 Algunas intervenciones en la cuadra del juzgado da cuenta de la presencia de un juicio por crímenes de lesa humanidad. Puede ser una pintada en la vereda, o una foto en un árbol. 📷Julieta Colomer/El Diario del Juicio 👆 El comienzo ya fue fuerte. El testimonio de más de dos horas de Dolores Guadix, la hija de Gervasio Martín Guadix, fue prolijo y tranquilo, pero la historia de la familia estuvo cargada, como la de casi todas las de quienes participaron de la Contraofensiva, de un dramatismo marcado por las ausencias y la reconstrucción de la historia, no siempre sencilla.  📷Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆 Aixa, Guadalupe y Rafael Flores, primos de Dolores, acompañaron su testimonio y el de su tía Aixa, que vendría después.  📷Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆 Luli, como le dicen, mostró dibujos de su padre. No sólo por el valor de traer su sensibilidad a la escena del juicio, sino también porque a su madre, mientras estuvo desaparecida en Campo de Mayo, le decían: “qué linda letra tiene su marido, qué bien dibuja”, lo que demuestra que él también estaba secuestrado, aunque luego simularían un suicidio en un supuesto ingreso al país en ómnibus. 📷Julieta Colomer/El Diario del juicio 👆 Ante la mirada del defensor oficial, Lisandro Sevillano, el foco de Luli se mantuvo en el repaso de cómo fueron encontrando pruebas de que el suicidio había estado teatralizado, con una persona que se hizo pasar por su padre, según consta en informes de inteligencia, algunos desclasificados, y otros que fueron dejados hace años en la redacción del diario Página 12 al periodista Carlos Rodríguez, que dará su testimonio la próxima semana. 📷Julieta Colomer/El Diario del Juicio 👆Al cierre de su largo testimonio, Dolores se desarmó en este abrazo con su primas y su primo. La emoción del final dejaba paso al comienzo del testimonio de la madre de Dolores, Aixa Bona, que estuvo primero desaparecida y luego presa hasta el retorno de la democracia. 📷Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆Aixa Bona era parte de un grupo de tres matrimonios que conformaban unas TEA (Tropas Especiales de Agitación). Una de sus tareas fue imprimir un libro de Montoneros y distribuirlo por correo. 📷Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆Cerca del cierre del testimonio, Aixa pidió una foto de su compañero, y su hija le acercó la suya. 📷Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆Alberto Venero, amigo de la infancia de Guadix, asistió a un día especial para el caso específico porque comenzó a develarse la trama de la propaganda mentirosa de la dictadura. No se hablaba entonces de Fake News, pero exactamente de eso se trataba: publicar una noticia falsa en los diarios que en aquel momento contaban con una gran credibilidad social. 📷Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆Observa en primer plano Gabriel Sesar, actual pareja de Aixa Bona, que acompaña a su familia en la reconstrucción histórica que remplaza al pacto de silencio de los genocidas. Más atrás, Magdalena Sesar, la hermana de Dolores. 📷Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆Bona relató cómo estuvo sostenida su esperanza de que si a ella la habían blanqueado, también harían lo mismo con Guadix, cosa que finalmente no sucedió. 📷Julieta Colomer/El Diario del Juicio 👆El único testimonio que no fue por el caso Guadix, fue el de Eduardo Triay, quien había conocido en la universidad a Ricardo Marcos Zucker, uno de los integrantes de Montoneros desaparecidos, del que era amigo. Triay contó muy concretamente, en apenas 15 minutos de testimonio, que compartió viaje desde Río de Janeiro, en ómnibus, con Zucker y la que era entonces su pareja, Marta Libenson. Su testimonio es importante para marcar la fecha del ingreso al país de Zucker y Libenson, antes de ser secuestrados apenas pisaron suelo argentino. 📷Gustavo Molfino/El Diario del Juicio Al finalizar el testimonio de su madre, Dolores posó con dos amigos de su padre, que lo acompañaron desde su infancia: Marcelo Barandiaran (a su derecha) y Alberto Venero. Las sonrisas se iban a escapar de sus rostros rápidamente porque estaba por comenzar su testimonio el ex gendarme Oscar Alberto Olari. 📷Julieta Colomer/El Diario del Juicio 👆Olari comenzó tranquilo y seguro. Llegó al juicio oral como testigo convocado por la querella que encabeza el abogado Rafael Flores, en representación de la familia Guadix/Bona. Durante su extenso testimonio, el ex gendarme, que se encargó de realizar el sumario judicial del supuesto suicidio, se mostró reticente a responder las preguntas sobre las innumerables irregularidades y omisiones de aquel informe. Su frase de cabecera fue: “No recuerdo”. 📷Fernando Tebele/El Diario del Juicio 👆 Ante las preguntas de la fiscal Sosti, del abogado de la querella de Rafael Flores (que sólo litiga en este