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Hospital Borda


Personas detenidas en el ámbito de la Ciudad son trasladadas al Hospital Interdisciplinario Psicoasistencial José Tiburcio Borda, lo que pone en riesgo el funcionamiento de la institución y el tratamiento e integridad de las y los pacientes. Daniel Calvo, integrante del Frente de Artistas del Borda dialogó con el programa radial Estás muteadx acerca de esta problemática y explicó cuáles son sus consecuencias. Entrevista: Pedro Ramírez Otero / Julián BouvierRedacción: Agustina Sandoval LernerEdición: Valentina MaccaroneFoto: Emiliano Rojas Salinas De a poco, el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires fue trasladando personas privadas de su libertad al Hospital Interdisciplinario Psicoasistencial José Tiburcio Borda, debido a la problemática carcelaria, que se traduce en un aumento de personas detenidas sin inicio de un proceso judicial, es decir, de manera “preventiva”, para lo cual no alcanzan las instituciones penales. Daniel Calvo, integrante del Frente de Artistas del Borda, explicó que “es una clase de limpieza que está haciendo la Ciudad de Buenos Aires, dentro del marco de una campaña llevada adelante por Jorge Macri, donde todo responde a un plan de tener una ciudad blanca y limpia”. Sin ningún tipo de permiso oficial, disposición o resolución, el hospital se fue convirtiéndo en una cárcel. “El Hospital Borda tiene una guardia en la cual al entrar vas a ver tres o cuatro patrulleros de la Policía de la Ciudad, los cuales ingresan a personas que han levantado de las calles”, dijo Calvo. ¿Derecho a la Protección de la Salud Mental? Más allá del análisis del problema carcelario, con sus múltiples violaciones a los derechos humanos, ¿qué sucede con las personas que se encuentran habitando el establecimiento por algún tipo de padecimiento mental? La Ley Nacional de Salud Pública fija su objetivo en “asegurar el derecho a la protección de la salud mental de todas las personas, y el pleno goce de los derechos humanos de aquellas con padecimiento mental”. Esta norma, que rige también para el ámbito de la Ciudad y las provincias, es fundamental para el abordaje integral del tratamiento de salud mental, además de establecer la aplicación de políticas públicas y, no menos importante, parte de la presunción de la capacidad de todas las personas. En relación con las internaciones, el principio fundamental es el carácter restrictivo y la brevedad de las mismas. En el marco de la regulación, Calvo dijo: “La Ley de Salud Mental, marca en su artículo 14 que para un ingreso no voluntario a la institución, debe existir la argumentación del peligro, para sí o para terceros. Para sí misma, sería en caso de un intento de suicidio”. Con la decisión institucional de ingresar a personas privadas de su libertad, estas se encuentran fuera de la órbita de la ley, porque no corresponde asignarles un tratamiento como pacientes del hospital. Existe una laguna en lo legal, que da lugar a pujas y presiones por parte del Poder Judicial hacia trabajadores y trabajadoras del Borda. A su vez, con el ingreso de estas personas con procesos penales, surgen problemas en la convivencia con los y las pacientes, conflictos y violencia, que ponen en riesgo la integridad de quienes habitan el lugar. “Lo que están haciendo es chantajear a los médicos de la guardia del Hospital Borda, diciéndoles que si ellos no cumplen con las órdenes de los fiscales, están en situación de ser juzgados por no atender a las personas. Y en caso de que lo hagan, están infringiendo la ley nacional, que dice que, sin tener una evaluación previa, no se puede ingresar a las personas”, contó el integrante del Frente de Artistas. Además de todas las consecuencias que trae la incorporación de presos comunes al hospital, Calvo explicó cómo se manejan estas personas una vez que ingresan: “Tienen el acompañamiento de un efectivo de la Policía de la Ciudad dentro de los servicios, y ese personal de la policía está armado. En los hechos es muy grave, porque ya ha pasado en el hospital que una persona armada alegara que un paciente lo había atacado con un tramontina, cosa que no es así, porque las personas que están alojadas comen con cubiertos de plástico, y soltó un disparo intimidatorio hacia el techo dentro del servicio”. Calvo, por último, remarcó que esto no solamente afecta a las personas que tienen padecimientos mentales, “sino también a los trabajadores, porque les resulta imposible trabajar con estos efectivos que disparan al aire por un ‘ataque”.

El domingo 5 de diciembre no fue un día más para el Hospital Borda: se celebró el Festival de Variedades N° 93. La Retaguardia entrevistó a Rodrigo Peiretti, coordinador y encargado de la organización del evento. Peiretti es artista de las tablas disidentes y, en busca de nuevos desafíos, se acercó al Borda hace ya once años con una pregunta inquietante: ¿Qué es la verdadera inclusión? (Por La Retaguardia) 🎤 Entrevista: Bárbara Barros  ✍️ Redacción: Marilina Contreras 💻 Edición: Diego Adur 📷 Fotos: Bárbara Barros/Emiliano Rojas Salinas “El principal objetivo del Festival de Variedades, es la integración entre pacientes —actualmente se denominan usuarios de salud—, artistas y público. Es un festival creado principalmente para los usuarios”, comenzó a explicar Rodrigo Peiretti, coordinador y encargado del Festival de Variedades del Borda. —¿Qué significa el festival para los pacientes-usuarios? —Lo que noto, lo que veo en los pacientes y lo que me comentan, es que lo esperan. Para ellos es un día de fiesta, un día de encuentro, es un día para sociabilizar, es un día de diversión. Lo esperan todo el tiempo. —¿Cuál es el objetivo del Festival? —La intención del Dr. Daniel Camarero (Director del Centro Cultural Borda) cuando abrió el Centro Cultural hace once años, era que no fuera una cuestión interna, es decir que sea nada más para los usuarios del hospital y algunos allegados, sino que tuviese un intercambio con el afuera importante: Pudiera venir público. Pudieran venir otros artistas. —¿Cómo te acercaste al C.C. Borda? ¿Qué te llevó a querer ser el coordinador de este espacio? —Apenas abrió el Centro Cultural fui a ver de qué se trataba el espacio. En ese momento estaban convocando artistas plásticos que fueran a pintar con los pacientes. Los días jueves era el único día que se abría. Entonces fui. En una oportunidad fui y no porque sea artista plástico sino porque soy actor, me disfracé de artista plástico. Fui porque quería tener la experiencia. Con el paso del tiempo me fui enganchando con lo que sucedía ahí y terminé de entender lo que el doctor quería y buscaba con este proyecto. Al cumplirse un año el Centro Cultural hizo una fiesta con performance y demás. Eso trajo un montón de gente y fue una fiesta. Fue ver todo el proceso que realizaron los pacientes-usuarios, poder socializar, aprender a construir cosas, a expresarse. Si bien yo no soy de la idea de que el arte cura, digamos, pero sí creo que ayuda a una mejor calidad de vida. Si te vas a curar o no, no dependería del arte, depende de una enorme cantidad de cosas, a veces quizás inexplicables. Entonces ahí fue cuando le propuse al doctor hacer el festival. Le dije que para mi tiene que tener una periodicidad mensual para que toda la gente sepa que los primeros domingos del mes siempre está esto, para que se corra el boca en boca, porque además todo esto es voluntario, sin presupuesto. No es que iba a tener grandes publicidades. Entonces, hacer este festival para mí tenía una cosa triple: Poder tener esas experiencias me generaron muchas preguntas. Por ahí eran preguntas que tenía desde antes, pero en este espacio, en un Centro Cultural, en un Hospital neuropsiquiátrico, de qué se trata la inclusión era mi pregunta en aquellos años. ¿Qué es exactamente la inclusión? De qué se trata esta cosa, del compartir. Preguntas que por supuesto no tienen respuestas todavía, porque son temas súper complejos y enormes. Pero tener esta experiencia, una especie de experimentación en este tipo de espacio, es una experiencia muy única. Por otro lado a les artistas que siempre nos cuesta encontrar espacios, estaba este espacio gigante y con todo por hacer, y yo podía hacerlo. Soy una persona de teatro, de muchos años de estar conectado con muchas actividades artísticas de toda la vida. Entonces también me daba cuenta de que era una buena oportunidad para traer gente que haga el espacio. Podía ser ese nexo entre gente, artistas de diferentes índoles, disciplinas, y el Hospital y el Centro Cultural. Entonces estaba la fiesta para los pacientes, el intercambio y la idea del público. Era una cosa que cerraba bien por todos lados, se fueron agregando muchos colaboradores, a hacer talleres y cosas. El Festival se convirtió en la muestra, en el que todos los talleres que funcionaban en el Centro Cultural, una vez por mes mostraban las creaciones de los usuarios-pacientes, las cosas que hacían y así se fue armando. Una cosa increíble. El Festival tiene un poquito más de nueve años. El que hicimos ahora fue el número 93, así que bueno, pasamos la pandemia. —¿Cómo transitaron la pandemia el Hospital, el Centro Cultural y el Festival de Variedades? ¿Se sostuvieron las actividades? —El año de la pandemia íbamos a tener el festival número 100. Justo en diciembre de 2020. Esperamos tenerlo el año que viene. Durante la pandemia se detuvo todo, por supuesto. El Hospital cerró el ingreso. Se cerró el Centro Cultural porque los usuarios quedaron en sus pabellones, pero no podían utilizar este espacio libremente. Y ahora, más de un año y medio después, se reabrió. Lo que sobrevivió fue el taller de pintura y el taller de serigrafía de “Unidas por el Borda”. Sobrevivió el festival porque pudimos hacerlo ahora, en diciembre, pero estuvo suspendido. Lo demás hay que rearmarlo. Todo esto es súper voluntario. La vida de las personas que venían a dar talleres cambió con la pandemia, nuevos trabajos, con otras ocupaciones. Si el año que viene va todo bien, se rearmará. En cuanto al contacto en la época de la pandemia, fue muy poco. Por suerte algunas personas, de los colaboradores del Centro Cultural por contacto del doctor o por contacto de algunos enfermeros o enfermeras que conocen, pudieron hacer llegar novedades y saludos a los pacientes. Los usuarios estuvieron mucho tiempo preguntando cuándo podría volver. Como sucede en el ámbito de afuera, adentro también hay quienes tenían más miedo. Todas esas cosas que