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Jorge Norberto Apa


Norberto Apa escuchó el veredicto acostado en su cama. “Prisión perpetua”, leyó Esteban Carlos Rodríguez Eggers, Presidente del Tribunal Oral Federal N°4 de San Martín. Supo entonces Apa que la táctica para evitar su segunda condena había llegado a su fin. Eran un poco más de las dos y media de la tarde. Se le revocó el beneficio de la prisión domiciliaria y se ordenó su traslado a una cárcel del Servicio Penitenciario Federal. Previamente se le realizarán estudios sobre su estado de salud. También se comunicará al Ministerio de Defensa para que “se dé inicio al proceso de baja por exoneración del condenado y la suspensión de todo goce, retiro o jubilación que pueda estar gozando”. Los fundamentos de la sentencia se darán a conocer el 10 de agosto junto con los fundamentos del veredicto del 10 de junio, en el se condenó a los otros acusados por la represión a la Contraofensiva Montonera.  (Por El Diario del Juicio*)  ✍️ Redacción: Paulo Giacobbe 💻 Edición: Fernando Tebele 📷 Foto de portada: Captura pantalla transmisión La Retaguardia Apenas pasadas las 9:30 de la mañana, el genocida Norberto Apa volvió a intentar demorar la lectura del veredicto. Hernán Corigliano, el abogado defensor de quien fuera Jefe de la División Inteligencia “Subversiva Terrorista”, dependiente del Departamento Interior de la Jefatura II de Inteligencia del Estado Mayor General del Ejército Argentino, entre el 15 de enero de 1979 y el 14 de noviembre de 1980,, esta vez no tuvo éxito.  El 10 de junio pasado, cuando correspondía la lectura del veredicto por la represión a la Contraofensiva Montonera, Corigliano presentó un informe médico asegurando que Apa no entendía el proceso en su contra por atravesar un proceso demencial. En esa oportunidad, el genocida fue apartado del juicio y se condenó a los otros cinco imputados. Luego de una evaluación realizada por profesionales del Cuerpo Médico Forense, quienes concluyeron que Norberto Apa “activamente simula y sobresimula un cuadro psicopatológico sin consistencia clínico semiológica enmascarando su realidad psíquica”, el Tribunal que además de Rodríguez Eggers integran la jueza María Claudia Morgese Martín y el juez Matías Alejandro Mancini,  inmediatamente ordenó la continuidad del debate.  Cuando Rodríguez Eggers saludó formalmente a Apa, el abogado defensor se apresuró a tomar la palabra. “De manera preliminar voy a formular un planteo”, anticipó. Se trataba, nuevamente de lo mismo: ganar tiempo. Corigliano solicitó un pedido de suspensión de la audiencia y realizó un recurso de reposición. Luego de un cuarto intermedio, el tribunal decidió continuar. Quedaban por delante las últimas palabras del genocida, que por el escenario dispuesto y una aparición imprevista, tendrán características típicas de una obra de teatro.  Reanudación, ahora sí Acostado, de camiseta blanca, con sus dos manos en el abdomen, Apa escuchaba tapado en sábanas claras. A su espalda podía verse el impecable respaldo de una cama antigua y el empapelado color crema con dibujos de flores en la pared. A su lado un velador con pantalla y un crucifijo.  —Señor Apa ¿me escucha? —preguntó el Presidente del Tribunal.  —Sí… sí —contestó el genocida.  —Bien, le cuento señor Apa, —continuó Rodríguez Eggers— la audiencia que se lleva adelante tiene que ver con que el Estado, a las personas imputadas, les provee de dos tipos de defensa: la primera tiene que ver con una defensa de carácter técnico, que es la que ejerció el doctor Corigiliano durante todo el debate; y la segunda tiene que ver con una defensa de carácter material, que es la defensa que los imputados tienen para hacer por sí mismo, en todas sus declaraciones, en el momento que pueden en la audiencia formular alguna observación, pedir la palabra, etc.. etc… El Estado, el último momento que le da al imputado para expresarse ante el tribunal es este, que se denominan las últimas palabras, es el último momento que en nosotros lo vamos a escuchar antes de proceder al dictado de la sentencia, obviamente es un derecho que usted tiene de decir lo que crea conveniente, ¿va a ser uso de ese derecho? —No entiendo —susurró una voz femenina al lado de Apa, probablemente perteneciente a la persona que no se veía pero estaba en ese mismo cuarto para atenderlo en las cuestiones técnicas de la sala virtual. Pegado al susurro fue que Apa dijo: “No le entendí nada de lo que dijo doc… señor”. Pese a estar acostado, Norberto Apa había trastabillado. Pues en su respuesta se estaba refiriendo al juez como doctor. Cuando se dio cuenta de su error lo dejó en “doc” y se reacomodo diciéndole “señor”. Si no entendía nada,  ¿por qué le decía doctor y sobre todo por qué lo modificó para dejarlo en señor?    Fue entonces que el Presidente del Tribunal volvió a preguntar:  “¿Tiene algo para decirnos? Apa realizó una pausa, movió negativamente la cabeza y dijo: “no, repito, no le entendí nada de lo que dijo, no puedo hablar nada porque no entendí nada eso”.  —¿Tiene algo para decirle al tribunal además de que no entendió?  —No —clarificó el genocida.   —Bien, entonces entendemos que no quiere decirnos nada mas, muchas gracias señor Apa —intentaba concluir Rodríguez Egger cuando la voz femenina se interpuso con mas energía que cuando le susurraba a Apa. Ahora también se podía ver la palma de de su mano abierta en la pantalla. —Perdón doctor, perdón doctor —dijo la voz— ¡no es que tiene una negativa, no entiende lo que usted está diciendo!  —Señora, yo no sé quién es usted, no sé quién es usted, así que por favor…  —Soy la hija, soy la hija —dijo la voz.  —Está bien, por favor… —repitió el Presidente del Tribunal.  —No entiende oraciones largas,  hágasela corta así la entiende. Cortita por favor, en serio le digo. Rodríguez Eggers, dijo que más allá de la intromisión de la persona que había dicho ser la hija y que desconocía el nombre, aceptaba hacerle preguntas cortas: “¿Señor Apa tiene algo para decirnos?”. Luego de un silencio prolongado, Apa repreguntó: “¿de qué?”. —Del juicio que se le lleva

Últimas palabras y veredicto sobre el genocida Jorge Norberto Apa, después de la verificación médica de su estado de salud.

El genocida demoró este momento todo lo que pudo pero el tiempo es hoy. El TOF N°4 de San Martín, dará a conocer la parte final del veredicto por la represión a la Contraofensiva montonera esta tarde a las 14 horas. Por la mañana, el acusado podrá decir sus últimas palabras. Ambas instancias serán trasmitidas en directo por el canal de YouTube de La Retaguardia. (Por El Diario del Juicio*)  ✍️ Redacción: Paulo Giacobbe 💻 Edición: Fernando Tebele El 10 de junio pasado, este mismo Tribunal, conformado por Esteban Carlos Rodríguez Eggers, Matías Alejandro Mancini y María Claudia Morgese Martín, condenó a prisión perpetua por los crímenes de Lesa Humanidad cometidos durante la represión a la Contraofensiva Montonera, a 5 genocidas, todos integrantes de la estructura de  Inteligencia del Batallón 601 del Ejército. A 2 de los 3 que gozaban del beneficio de la prisión domiciliaria, se las revocó y  ordenó su traslado a cárceles del Servicio Penitenciario Federal. El 13 de julio, dos de esos tres condenados fueron trasladados a la Unidad Penal Federal N°34 de Campo de Mayo y familiares de los represores agredieron al equipo periodístico de La Retaguardia que fue a retratar la partida.   De este modo, los genocidas Luis Firpo, Marcelo Cinto Courtaux, Eduardo Ascheri y Jorge Bano se encuentran cumpliendo su condena en la cárcel; en cambio Roberto Dambrosi pudo conservar el beneficio de la prisión domiciliaria por haber tenido un ACV.  Jorge Norberto Apa había logrado quedar momentáneamente afuera de ese grupo reducido de genocidas el mismo día del veredicto mediante una presentación realizada por su abogado defensor, Hernán Corigliano. El letrado interpuso un certificado médico y dijo que su cliente no comprendía los hechos por estar atravesando un proceso demencial. Desde el sitio de noticias del Ministerio Público Fiscal, informaron que una junta médica integrada por profesionales del Cuerpo Médico Forense indicó que Apa “responde de forma parca, con evasivas, expresando desconocimiento ante las preguntas simples que esta junta le formula. Se interpreta tal actitud como de reticencia, oposición y refractariedad activa a nuestras intervenciones de evaluación psicosemiológica”. El Cuerpo Médico Forense agregó en su informe que “se observó a todo lo largo de la evaluación psicosemiológica una discordancia e inconsistencia en la actitud del examinado que activamente simula y sobresimula un cuadro psicopatológico sin consistencia clínico semiológica enmascarando su realidad psíquica, que impide a esta junta estimar correctamente el estado mental del causante conforme a las prácticas habituales de las evaluaciones que rutinariamente realizamos sin estos inconvenientes”. Y concluye: “dado el vigor psíquico necesario para mantener la actitud descripta ‘ut supra’ inferimos que la oposición del examinado refleja su aptitud psíquica para ajustarse al proceso penal en curso”. Jorge Norberto Apa, quien fuera Jefe de la División Inteligencia “Subversiva Terrorista”, dependiente del Departamento Interior de la Jefatura II de Inteligencia del Estado Mayor General del Ejército Argentino, entre el 15 de enero de 1979 y el 14 de noviembre de 1980, ya tiene otra condena por crímenes de Lesa Humanidad, y deberá ahora escuchar la sentencia que, seguramente, será condenatoria. Restará saber si conserva el beneficio de la prisión domiciliaria o si será enviado a las manos del Servicio Penitenciario Federal, examen médico mediante.  El 15 de noviembre de 2020,  Apa amplió su indagatoria y aceptó preguntas. Reconoció que en Campo de Mayo ocurrieron cosas “que no eran legales”, pero también discutió la cifra de 30 mil y, de manual de inteligencia, se ubicó ajeno a la represión. “En esta división el último lugar donde está la situación subversiva, en el último escalón estaba yo, acá, en la situación subversiva. Todo esto tenía como misión asesorar y asistir al Comandante por medio del Estado Mayor, en este caso también por medio del J II,” fue su intento, al tiempo que aseguró que su legajo era incorrecto. Luego de esa declaración fue operado por un tumor en la zona abdominal y no se volvió a presentar ante el TOF 4. Hernán Corigliano continuó el debate sin mencionar los problemas mentales, pero aportó fotos de la zona suturada y del tumor en lo que fue un acto innecesario. Apa, que además se repuso de Covid-19, desde las 9:30 de la mañana del 15 de julio de 2021, sin más dilaciones, podrá tener nuevamente la palabra en este tramo de la represión a la Contraofensiva Montonera.  Será el sexto represor juzgado, pero hay un séptimo. El ex integrante del Destacamento de Inteligencia 201 del Ejército de Campo de Mayo, Mario Guillermo Ocampo, quien estuvo prófugo más de seis años y goza del privilegio de la prisión domiciliaria, es el único protagonista de otro juicio que se desarrolla en paralelo ante este mismo tribunal.  *Este diario del juicio por la represión a quienes participaron de la Contraofensiva de Montoneros, es una herramienta de difusión llevada adelante por integrantes de La Retaguardia, medio alternativo, comunitario y popular, junto a comunicadores independientes. Tiene la finalidad de difundir esta instancia de justicia que tanto ha costado conseguir. Agradecemos todo tipo de difusión y reenvío, de modo totalmente libre, citando la fuente. 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El TOF Nº4 de San Martín, que condenó hace un mes a 5 integrantes de la Inteligencia del Ejército por la represión a la Contraofensiva de Montoneros, ordenó esta mañana “la inmediata detención” de Eduardo Ascheri y Jorge Bano. Al igual que el resto de los imputados, fueron condenados a prisión perpetua y deberán cumplirla en cárcel común. La decisión fue tomada después de las revisiones médicas que constataron que ambos pueden cumplir la pena a disposición del Servicio Penitenciario Federal. En tanto, Roberto Dambrosi permanecerá en prisión domiciliaria, ya que el tribunal determinó que no puede valerse por sí mismo. El jueves podría resolverse la situación del sexto imputado, Jorge Norberto Apa, quien zafó del fallo aduciendo “incapacidad para comprender”. Los otros 2 condenados, Cinto Courtaux y Luis Ángel Firpo, ya estaban en cárcel común. (Por El Diario del Juicio*)  ✍️ Redacción: Paulo Giacobbe/Fernando Tebele 💻 Edición: Martina Noailles  📷 Fotos: Gustavo Molfino/El Diario del Juicio Se “deberá proceder a la inmediata detención” de Jorge Eligio Bano y de Eduardo Eleuterio Ascheri, ordenó esta mañana el Tribunal Oral Federal N°4 de San Martín, conformado por Esteban Carlos Rodríguez Eggers, Matías Alejandro Mancini y María Claudia Morgese.  Los genocidas, que hasta hoy gozaban del beneficio de la prisión domiciliaria, comenzarán a cumplir la condena a perpetua en la Unidad Penal Federal N°34 de Campo de Mayo. La suerte les comenzó a cambiar el 10 de junio de este año, después del veredicto en el juicio por la represión a la Contraofensiva Montonera. En un histórico fallo, el Tribunal había dispuesto “revocar las prisiones domiciliarias otorgadas a los imputados y ordenar sus traslados a cárceles del Servicio Penitenciario Federal”, previa revisión médica que corrobore su estado de salud.   Menos de quince días pasaron desde que Ascheri y Bano se presentaron ante el Cuerpo Médico Forense con estudios desactualizados. Con turnos renovados para nuevos estudios quedaron al descubierto. Ahora solo les queda cumplir con el mandato de la justicia en la cárcel de Campo de Mayo, dentro del mismo predio del Ejército que fue epicentro de la feroz represión contra la militancia de Montoneros que participó de la Contraofensiva. Eduardo Eleuterio Ascheri fue Jefe de la División Planes del Departamento de Inteligencia (G2) del Comando de Institutos Militares desde el 16 de octubre de 1978 hasta el 29 de noviembre de 1979; Jorge Eligio Bano fue Jefe de la División Operaciones del Departamento de Inteligencia (G2) del Comando de Institutos Militares desde el 14 de febrero de 1979 hasta el 16 de octubre de 1980; y fueron condenados junto a tres represores más: Luis Firpo y Marcelo Cinto Courtaux, que ya estaban en cárcel común; y Roberto Bernardo Dambrosi, que fue Jefe de la Compañía de Actividades Psicológicas del Batallón de Inteligencia 601 desde el 6 de marzo de 1979 hasta el 17 de noviembre de 1980. Dambrosi es el único de los 5 que continuará con el beneficio de la prisión domiciliaria , porque el informe pericial sostuvo que no puede valerse por sí mismo. Tuvo un ACV hace algunos años.  En tanto Jorge Norberto Apa, el sexto imputado que llegó con vida al final del juicio, adujo el día anterior al veredicto, a través de su abogado, que no comprendía los hechos por los que era juzgado. El tribunal decidió avanzar con las condenas al resto de los imputados, pero suspender la decisión sobre Apa hasta que se le realizaran estudios que corroboraran o no su imposibilidad de entender qué sucede a su alrededor. La junta médica ya se realizó, por lo que se espera que el tribunal anuncie, quizás esta semana, si dictará fallo contra él o lo dejará fuera del juicio. De ser considerado apto para comprender el proceso judicial, es probable que Apa también sea condenado a perpetua, al igual que el resto de los imputados. Quedaría en ese caso ver si el TOF Nº4 lo mantiene con el beneficio de la domiciliaria, o si su destino está también en una cárcel común. Otro tramo de la represión a la Contraofensiva Montonera se está juzgando en paralelo y tiene un solo acusado. Es el exintegrante del Destacamento de Inteligencia 201 del Ejército en Campo de Mayo, Mario Guillermo Ocampo, quien goza del beneficio de prisión domiciliaria, pese a que estuvo prófugo de la justicia por más de seis años. Si el Tribunal continúa con la misma línea y Ocampo es considerado culpable, posiblemente deba cumplir la pena en cárcel común. Pero para eso habrá que esperar.  *Este diario del juicio por la represión a quienes participaron de la Contraofensiva de Montoneros, es una herramienta de difusión llevada adelante por integrantes de La Retaguardia, medio alternativo, comunitario y popular, junto a comunicadores independientes. Tiene la finalidad de difundir esta instancia de justicia que tanto ha costado conseguir. Agradecemos todo tipo de difusión y reenvío, de modo totalmente libre, citando la fuente. 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El Tribunal Oral Federal N°4 de San Martín condenó a prisión perpetua a 5 de los acusados por la represión a la Contraofensiva Montonera. En un fallo histórico, ordenó “revocar las prisiones domiciliarias otorgadas a los imputados y ordenar sus traslados a cárceles del Servicio Penitenciario Federal”, previa revisión médica que corroborre que pueden estar en cárcel común. En tanto, esta mañana suspendió la condena sobre Apa a la espera de la constatación de su estado de salud.  (Por El Diario del Juicio*/La Retaguardia)  ✍️ Cobertura del juicio: Martina Noailles/Fernando Tebele ✍️ Redacción: Paulo Giacobbe/Fernando Tebele 💻 Edición: Fernando Tebele 📷 Foto de portada: Captura de pantalla Transmisión La Retaguardia Conformado por Esteban Carlos Rodríguez Eggers, Matías Alejandro Mancini y María Claudia Morgese, el TOF N°4 de San Martín condenó esta tarde prisión a perpetua en cárcel común previa revisión médica, a 5 de los 6 imputados que llegaron al final de este juicio. Eduardo Ascheri, Marcelo Cinto Courtaux, Jorge Bano, Luis Firpo y Roberto Dambrosi fueron condenados “a la pena de prisión perpetua e inhabilitación absoluta y perpetua, con accesorias legales, por hallarlo coautor penalmente responsable de los siguientes delitos, todos los cuales concurren materialmente: homicidio con alevosía y con el concurso premeditado de dos o más personas”. En tanto Jorge Noberto Apa, quien todo indica iba a recibir hoy la misma condena, esquivó de la situación por ahora, ya que su abogado interpuso ayer, a horas del veredicto, un pedido de exclusión del juicio por no comprender los hechos en medio de un proceso demencial. El tribunal había anunciado esta mañana que difería su decisión sobre Apa hasta que la semana próxima se constate si puede ser condenado o no. Los condenados Los 5 eran parte de la estructura de la Inteligencia del Batallón 601 del Ejército. Eduardo Eleuterio Ascheri fue Jefe de la División Planes del Departamento de Inteligencia (G2) del Comando de Institutos Militares desde el 16 de octubre de 1978 hasta el 29 de noviembre de 1979; Jorge Eligio Bano fue Jefe de la División Operaciones del Departamento de Inteligencia (G2) del Comando de Institutos Militares desde el 14 de febrero de 1979 hasta el 16 de octubre de 1980; Roberto Bernardo Dambrosi fue Jefe de la Compañía de Actividades Psicológicas del Batallón de Inteligencia 601 desde el 6 de marzo de 1979 hasta el 17 de noviembre de 1980;  Luis Ángel Firpo fue Jefe de la Central Contrainteligencia y Jefe de la División Seguridad del Batallón de Inteligencia 601 desde el 3 de diciembre de 1974 hasta el 31 de agosto de 1980; Marcelo Cinto Courtaux fue Jefe de la Sección Primera de Ejecución del Destacamento 201 de Inteligencia del Comando de Institutos Militares de Campo de Mayo desde el 7 de marzo de 1979 hasta el 17 de noviembre de 1980. El excluído por hoy es Jorge Norberto Apa, quien fuera Jefe de la División Inteligencia “Subversiva Terrorista” dependiente del Departamento Interior de la Jefatura II de Inteligencia del Estado Mayor General del Ejército Argentino entre el 15 de enero de 1979 y el 14 de noviembre de 1980. Todos los condenados gozaban del beneficio de la prisión domiciliaria, salvo Marcelo Marcelo Cinto Courtaux y Luis Firpo, a quién le fuera revocado ese beneficio el año pasado durante el debate oral y público, después de que se lo fotografiara en pleno paseo para realizar compras. Carlos Blas Casuccio, Raúl Guillermo Pascual Muñoz y Alberto Daniel Sotomayor integraban la lista de acusados con la que comenzó el juicio, pero murieron antes de conocerse la sentencia. Este juicio que acaba de terminar es histórico por varios motivos: consiguió torcer el rumbo estigmatizante que acompañó a las víctimas durante estas décadas. Reivindicó en cambio el derecho de los pueblos a la resistencia en tiempos de opresión. El TOF N°4 fue además el primero en aceptar la propuesta de La Retaguardia para transmitir en vivo las audiencias, aun cuando estaban en etapa de testimoniales. Esa apertura del tribunal posibilitó que luego otros tribunales tomaran la misma decisión.  En paralelo se está juzgando otro tramo de la represión a  la Contraofensiva Montonera que tiene un solo acusado. Se trata de Mario Guillermo Ocampo, ex integrante del Destacamento de Inteligencia 201 del Ejército en Campo de Mayo, que goza del beneficio de prisión domiciliaria pese a que estuvo prófugo de la justicia por más de seis años.  *Este diario del juicio por la represión a quienes participaron de la Contraofensiva de Montoneros, es una herramienta de difusión llevada adelante por integrantes de La Retaguardia, medio alternativo, comunitario y popular, junto a comunicadores independientes. Tiene la finalidad de difundir esta instancia de justicia que tanto ha costado conseguir. Agradecemos todo tipo de difusión y reenvío, de modo totalmente libre, citando la fuente. Seguinos diariamente en https://juiciocontraofensiva.blogspot.com

El alegato de la defensa de Jorge Norberto Apa, el único imputado con una condena anterior a prisión perpetua por el crimen de Ana María Martínez, ocurrido en 1982.

Su ausencia se hizo notoria en la reanudación del juicio tras la feria judicial. Jorge Norberto Apa, el único imputado que ya tiene una condena anterior, fue operado por un tumor en la zona abdominal. En la certificación, su abogado Hernán Corigliano acompañó la presentación con fotos del abdomen de Apa suturado y hasta del mismísimo tumor, lo que no es habitual y generó molestias por lo innecesarias. El informe médico también denota que tuvo Covid-19 en noviembre pasado. El 15 de ese mes, el imputado amplió su indagatoria y respondió preguntas de todas la partes. Discutió la cifra de los 30 mil y se desentendió de cualquier delito. Mostró libros propios y también algunos de Montoneros, secuestrados durante los operativos. (Por El Diario del Juicio*)  ✍️ Texto 👉 Paulo Giacobbe💻 Edición  👉 Fernando Tebele/Martina Noailles 📷 Fotos 👉  Capturas de pantalla de la transmisión en vivo de La Retaguardia —La declaración indagatoria es el eje central del esquema de defensa. Con lo cual es la oportunidad que tiene usted para explicar aquellas cuestiones que crea conveniente en relación a los hechos que se le imputan. Esta situación constitucionalmente le plantea la posibilidad de que usted no está obligado a decir la verdad. Si responde preguntas puede omitir responder la pregunta, puede decir “no contesto”. Y nada de ello hace presumir cuestión alguna en su contra. Puede ser asistido por un abogado, como está, ya lo veo con el Doctor Corigliano al lado suyo. Si usted llegara a responder preguntas, cuando haya una pregunta directa no puede consultarlo al Doctor Corigliano sino que debe responder o no responder, ¿Está claro? —pregunta el presidente del Tribunal al comienzo de la jornada.  —Está claro —contesta el represor Jorge Norberto Apa, quien ingresó a la sala virtual en una habitación con luces estratégicamente dispuestas para iluminar un pizarrón blanco a su espalda. El efecto lumínico proyecta sombras sobre su cara y hombros. Los anteojos rectangulares que tiene puestos para leer parecen de sol y le ocultan parte del rostro, dejando, por momentos, percibir su mirada. Peinado a la gomina y de camisa azul. Todo es sombra y oscuridad en ese cuarto donde Apa dice tener claro el derecho constitucional que fue negado sistemáticamente a las víctimas del Terrorismo de Estado.  Reproche —Yo hace seis años que estoy detenido en mi domicilio sin ninguna causa que amerite tal situación —comenzó diciendo Norberto Apa, quien goza del beneficio de la prisión domiciliaria y fue condenado a prisión perpetua por el secuestro y asesinato de Ana María Martínez, militante del Partido Socialista de los Trabajadores—. Por lo tanto voy a empezar diciendo cuál es el reproche y dice que es haber arbitrado los medios necesarios para reunir información relativa a presuntos grupos u organizaciones subversivas, procesarla, proporcionarla y difundirla a sus superiores y subalternos para la ejecución del plan de represión implementado por el entonces gobierno militar, puntualmente en este caso, para actuar en lo que se denominó la contraofensiva montonera entre los años 1979 y 1980. Ese es el reproche —lee el represor, mira a su abogado y se para. La cámara deja de captar su ensombrecido rostro. Son veinte segundos de incertidumbre entre los concurrentes.  —No, es que tenía los papeles… porque cambiamos de lugar… —explica entonces Apa y no se sabe que está haciendo— Dios mío… pero che… —busca algo, una hoja, un documento, podría ser cualquier cosa, no queda claro si lo encuentra y se sienta. Consulta a su abogado en un murmullo. Se vuelve a parar y con lo que parece una antena de radio portátil va señalando y explicando el cuadro sinóptico de la organización represiva que incluye un pequeño mapa de Argentina dividido en zonas de distinto color, dibujado en la pizarra.  “Arriba están las cinco zonas…”, señala el militar y nombra al Batallón 601 y el despliegue del Ejército hasta llegar a su división que, dice, se llamaba “situación subversiva” y luego “situación subversiva terrorista”, pero anteriormente se había llamado “división mediano plazo” porque había una que se llamaba corto plazo. “En esta división el último lugar donde está la situación subversiva, en el último escalón estaba yo, acá, en la situación subversiva. Todo esto tenía como misión asesorar y asistir al comandante por medio del estado mayor, en este caso también por medio del J II,” intenta despegarse Apa y distingue “dos elementos de distinta naturaleza: el Estado Mayor era para asesorar y asistir y el Batallón 601, que era el mayor elemento para hacer reunión de información”.  La primera pregunta de la jornada llegará pronto y será realizada por el abogado querellante Pablo Llonto:  —¿De dónde sacó este gráfico? —Este gráfico está en toda la documentación del caso, creo que usted lo debería conocer —es la respuesta del imputado Norberto Apa.   —Pero la marca del punto negro que usted puso abajo, ¿quién la puso? —La puse yo para significar donde estaba. —¿Y el otro punto? —¿Cuál otro punto? Este es el único punto que hay, que significa que yo estaba destinado en esta División, que es la última división del Estado Mayor en la parte de Inteligencia. —contesta Apa, tratando de disimular al otro punto.  —Yo veo otro punto, pero puede ser porque la imagen se ve difusa —insiste Llonto. —Usted ve otro punto acá. Este dice que en el año 79 yo era Auxiliar en esta División y en el año 80 era Jefe. Y le digo esto porque hay un error en todo el sumario que dice que yo en el año 79 y 80 era el efe.  —Por eso, usted hizo dos agregados al menos a ese gráfico. —Aclaraciones, no agregados, aclaraciones —se le ocurre contestar al represor luego de un silencio prolongado.  Jorge Norberto Apa observará “un enorme y profundo desconocimiento por parte de la fiscalía respecto de la estructura militar”. Va a decir que las víctimas no fueron integrantes de “presuntos” grupos u organizaciones subversivas porque “nada tenían de presuntos”, que fueron declarados ilegales y sediciosos por gobiernos constitucionales. Dirá que su División, llamada Situación Subversiva Terrorista,

Ampliación de indagatoria del genocida Jorge Norberto Apa, el único imputado ya condenado con anterioridad a la pena de prisión perpetua por el asesinato de Ana María Martínez *Este diario del juicio por la represión a quienes participaron de la Contraofensiva de Montoneros, es una herramienta de difusión llevada adelante por integrantes de La Retaguardia, medio alternativo, comunitario y popular, junto a comunicadores independientes. Tiene la finalidad de difundir esta instancia de justicia que tanto ha costado conseguir. Agradecemos todo tipo de difusión y reenvío, de modo totalmente libre, citando la fuente. Seguinos diariamente en https://juiciocontraofensiva.blogspot.com