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juicio Pablo Vera


A partir de una serie de episodios de represión policial que se repiten y acrecientan en las villas 21-24 y Zavaleta, la Red de Organizaciones Contra la Violencia Institucional de esos barrios (ROCVI), convocó la semana pasada a una conferencia de prensa en la Legislatura porteña para dar a conocer la situación. En el marco de la cobertura conjunta de La Retaguardia junto a Radio Sur, dialogamos con Alejandro Rivero de la organización Casa Cambalache, María del Carmen Verdú de CORREPI y Mónica Alegre, mamá de Luciano Arruga; además de los reportes de Miranda y Carlos, integrantes de Radio Sur, sobre el desarrollo de la actividad. (Por La Retaguardia)Foto: Matías Levonian Represión selectiva “En la conferencia hicimos un raconto de esos casos que no apuntan solamente a la población en general sino que están localizados. Empezábamos contando sobre dos casos de compañeros de la Casa de la Cultura que también son referentes culturales del barrio. Se estaban fumando un pucho y vieron cómo detenían a 5 jóvenes y por meterse terminaron siendo rodeados por más de 80 policías. Hay videos que muestran esto. También los golpearon, pero lo más tremendo es que los llamaron por los nombres sin que ellos se hubieran identificado. Les preguntaron por dónde andaban, qué medios de transporte utilizaban. También aplican contravenciones por pintar Libertad para Belén o Aborto Legal a la gente del Partido Obrero de la villa 21-24″, denunció Rivero, integrante de Casa Cambalache. “También la Corriente Villera Independiente ha sufrido aprietes en actividades que eran más políticas y en otras que no lo eran tanto, como reparar un mural de la calle California (también en el barrio de Barracas). En el caso concreto de casa Cambalache, días antes de una actividad que hicimos en agosto en el marco de la Campaña Nacional contra las Detenciones Arbitrarias se acercó un trinomio de la Policía Federal, dos varones y una mujer sin identificación y con mucha prepotencia pidiendo que se les dieran los datos de los que integramos Cambalache”, agregó. El militante aclaró que, “lógicamente no se los dimos y el día en que se hizo el festival sufrimos aprietes los organizadores. Después nos llamaron de urgencia porque fueron a casa Cambalache a sacar fotos, nosotros tuvimos el atino de empezar a filmar 50 metros antes de llegar, no eran sólo tres, eran más de diez los que estaban ahí. La mayoría se empezaron a poner las identificaciones que, entre nosotros, no sabemos si los nombres que llevan en sus chalecos son los nombres verdaderos, pero por lo menos se pusieron los carteles y con mucha violencia nos dijeron que como nosotros los estábamos filmando a ellos, ellos también tenían el derecho de filmarnos a nosotros como integrantes de una organización social”, contó. Represión preventiva “Tenemos casos que van desde un integrante de la escuela de música Orilleros de 18 años que fue detenido, golpeado, obligado a desnudarse varias veces dentro de las comisarías y le hicieron firmar papeles en blanco hasta una amenaza a un pibe en el marco de una detención arbitraria: ‘Te vamos a armar una causa, te tiramos un paquete con droga y listo’. Uno de los casos de otro vecino en Zabaleta cercano a la organización Zabaleteros que fue golpeado junto con su familia por personal de la gendarmería. Seguimos hablando de casos, uno de los más aberrantes es de un joven de 18 años que venía de un cumpleaños familiar de la provincia de Buenos Aires fue interceptado por agentes de la Bonaerense y fue violado”, denunció. “Él terminó inconsciente apareciendo en Retiro. Podría seguir contando un montón de casos de gente sobre la que lógicamente no estamos dando nombres porque no nos interesa exponer. Alejandra de La Poderosa contaba hace un rato que tanto Iván como Ezequiel, por razones preventivas, no pueden vivir en su barrio por haber denunciado”, planteó Rivero con respecto a la identidad de las víctimas.“Por otra parte, un amigo que no vive aquí pero milita en el barrio me contó que pararon el colectivo donde estaba como en la época de Bulacio y bajaron a hombres y esta vez también a mujeres. A la pareja de este chico, un policía masculino la manoseó toda y le dijeron ‘qué buenas tetas que tenés’. Eso es generar una reacción para golpearlo. La mujer lo detuvo, pero si no lo hacía no sabemos si no lo tenemos que ir a visitar al hospital. Esas prácticas son permanentes, son sistemáticas y no empezaron en este gobierno”, aclaró el militante. Causas comunes Para Mónica Alegre, la mamá de Luciano Arruga, “asistió mucha gente, los pedidos que se hacen están bien. Que la policía esté identificada, porque últimamente no llevan chapa, no tienen patente en las patrullas, porque vos no sabés quién te está pegando o quién te va a torturar. Es algo lógico y es un derecho que tenemos como seres humanos y como sociedad. La tortura es gravísima. Escuché decir por ahí ‘bueno, pero están con vida’ ¿Pero cómo viven esos pibes? ¿Cómo siguen? ¿Cómo vive un pibe después de una violación masiva? ¿Tiene un asesoramiento, acompañamiento psicólogico? No, él vive solo, solo y acosado porque lo viven hostigando y amenazando. Tiene que dejar sus raíces y se tiene que ir de ahí. Está muerto en vida. Esos son delitos cometidos por las instituciones policiales avaladas por el Estado”, aseveró.Además, Alegre contó: “El programa que hicimos a dos años del hallazgo del cuerpo de Luciano en Radio Zona Libre, en el destacamento de Lomas del Mirador estuvo muy sentido, pusimos nuestra cuota de alegría pero no se puede no derramar una lágrima, ¿no? Ya pasaron dos años”, recordó.Miranda, integrante de Radio Sur, aportó información sobre la radio abierta que se realizó afuera de la legislatura, en paralelo con la conferencia de prensa realizada adentro: “Graciela Rosenblum, de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, destacó la presencia de medios alternativos, comunitarios, populares que son casi los primeros que están al pie de estas luchas y estos reclamos

Durante la cuarta jornada judicial por el homicidio de Pablo Alejandro Vera, tanto la querella (Victoria Naffa), como la fiscal de cámara (Graciela Echegaray) y la defensa de Jorge Villegas expusieron sus alegatos finales. Al concluir estos alegatos, el juez de la causa Fernando Sánchez Freytes confirmó que la sentencia será escuchada el día 11 de marzo siguiente. En esta última jornada las partes acusatorias sostuvieron la caratula de “Homicidio triplemente agravado”, mientras que la defensa (Juan Luis Vincenty) exigió la absolución del imputado Jorge Villegas. Éste último emitió tres frases antes que terminara la ronda de alegatos. En el recinto estuvieron presentes Nora Cortiñas, Mónica Alegre (madre de Luciano Arruga) y Ely Hernández (madre de Brian Hernández). (Por Gustavo Figueroa para La Retaguardia). (Por La Retaguardia)Foto: Nora Cortiñas presenciando los alegatos (Foto: Gustavo Figueroa)Primero: los alegatos de la querella. Implacabilidad y minuciosidad  Victoria Naffa en la exposiciónde su alegato Victoria Naffa -abogada defensora de la familia de Pablo Vera y querellante en la causa contra el suboficial Jorge Villegas- fue clara, concreta y concluyente en su estudio minucioso del caso -tanto en los hechos declarados en acta, luego de ocurrido el homicidio, como en las declaraciones de los testigos dentro del Poder Judicial de Fiske Menuco-. Al finalizar su exposición exigió: “Esta querella, en representación de la familia de Pablo, solicita se condene a Jorge Villegas -con demás datos personales obrantes en auto- a la pena de Prisión perpetua por ser autor penalmente responsable del delito de Homicidio doloso triplemente calificado por el empleo de arma de fuego, abuso de la función policial y alevosía. Se solicita también se condene a Jorge Villegas a la pena de inhabilitación absoluta -en igual término y demás accesorias en términos del art. 12 del Código Penal-. Y solicita se remita copia de las declaraciones de Martín Centeno -de fojas 156 y 157- a la unidad temática que corresponda a los fines se investigue el presunto delito de Falso testimonio. Por la memoria de Pablo y porque ningún crimen más sea cometido por el Estado. Que se haga justicia.” La coartada del robo Victoria Naffa se encargó de destruir la falsa coartada del robo explicando varios hechos significativos que lograban poner en duda la teoría de la defensa. La abogada querellante comenzó diciendo: “Por más indicios que hayan existido de que existió un robo; por más indicios que existieran de que Pablo cometió ese robo, ni Villegas ni la fiscalía, ni este tribunal van a poder determinar con certeza la autoría de Pablo respecto al robo. Y ésto por un sólo motivo: porque Villegas lo mató a Pablo; porque Villegas mató al que él consideraba que era sospechoso de haberle querido robar el auto. Villegas no pusó al sospechoso a disposición de la justicia. Villegas condenó a su sospechoso y lo mató. Y no sólo él lo condenó, sino que muchos lo condenaron: ‘Policía mata a ladrón’, eran los titulares del diario el día del hecho.” Los elementos de riesgo: una bolita y dos servilletas La querella, insistente y específica, precisó y abordó los elementos que tenía la víctima la noche que fue asesinado. La pronunciación de estos por parte de la querella fue revelador a la hora de pensar y proyectar el cuadro de situación con el que se encontró el suboficial Villegas.“No tenemos acreditado un robo consumado. No tenemos acreditado la autoría de Pablo. Tenemos acreditado que el auto de Villegas mostraba signos de haber sido forzado, tanto en su puerta delantera como en el tambor de la puerta delantera. Sin embargo, se acreditó que el tambor difícilmente haya podido ser forzado por Pablo, justamente por las pertenencias que tenía Pablo al momento de su muerte. Y me parece importante hacer hincapié en cuáles eran estas pertenencias según lo que surge del acta de procedimiento policial, porque también el detalle de estas pertenencias va a determinar que nunca existió una amenaza para la vida de Villegas o terceros por parte de Pablo. Pablo tenía en ese momento: dos servilletas, un papel, un cigarrillo, un muñeco, una bolita -tipo billar-, una pastilla, una pulsera, una billetera. Un billete, un teléfono y un documento de “‘La Tati’ -su hija de dos años-. ¿Alguien puede creer realmente qué con estos elementos Pablo iba a poder forzar el auto? ¿Y qué con estos elementos iba a poner en riesgo la vida de alguien? Es imposible.” La puerta que nadie recuerda si estaba abierta o cerrada Para reforzar la improbabilidad del robo o la falta de acreditación judicial del mismo, Victoria Naffa hizo referencia a los dichos de cada uno de los testigos. Ninguno, salvo Sañico, pudo confirmar si, cuando llegaron a la escena del homicidio, la puerta estaba abierta o no:“Y también es imposible que Pablo haya abierto la puerta del auto; de hecho el testimonio de Sañico (Gustavo) nos dice mucho al respecto, porque este testigo que llegó -este policía que llegó- minutos después de sucedido el hecho dijo que encontró la puerta cerrada del auto; lo cual no coincide con otros testimonios, pero si coincide con las respuestas evasivas que absolutamente todos los policías tuvieron con respecto al estado de la puerta ¡Perdón! Al estado de la puerta no, sino a si la puerta estaba abierta o cerrada. Porque todos los testigos que estuvieron en el lugar del hecho pudieron dar precisiones concretas, precisas y detalladas respecto a que la puerta estaba forzada, donde estaba forzada; que el tambor estaba forzado, pero no recordaban si esa puerta que habían visto tan detenidamente estaba abierta o cerrada.” Tiempo y espacio: incoherencia e inverosimilitud Al articular el relato de los testigos (vecinos de Villegas) y los dichos dentro de la indagatoria del propio Villegas la querella logró desarmar las relaciones incongruentes de tiempo y espacio que se intentaba imponer como versión de los hechos. “En su indagatoria Villegas comienza su relato diciendo que cuando se acercó a la puerta del auto encontró a Pablo acostado en el interior del auto. Ésto no pudo ser acreditado

La tercera jornada judicial por el asesinato del joven rionegrino Pablo Alejandro Vera, fue acotada y breve. Tuvo, como datos novedosos, la ampliación de pena para el único imputado, el suboficial Jorge Villegas, y la desestimación de dos testigos -más los testigos propuestos en una primera instancia por la querella para la cuarta jornada del juicio-. Acompañaron a la familia Vera dentro del recinto César Casas (papá de Matías Casas) y Claudia Painevil (hermana de Carlos Painevil). (Por Gustavo Figueroa para La Retaguardia)Foto: Los jueces, al final de la jornada, decidiendo la determinación de la querella. (Gustavo Figueroa)22 de febrero de 2016, Fiske Menuco“Voy a sostener la calificación de ‘Homicidio Triplemente Agravado” por la utilización de un arma de fuego, abusando de la función o cargo -art. 80, inciso 9- y por alevosía -art. 80, inciso 2, más art. 41 bis-.”De esta forma, y antes que comience la ronda de testigos, la fiscal de cámara Graciela Echegaray se pronunció ante los jueces y la sala presente. Más tarde la abogada querellante Victoria Naffa, prescindió de dos de los testigos propuestos para esa jornada.La batalla comunicacional Neuquén capital está a casi 45 kilómetros de la ciudad de Fiske Menuco. Las separan dos pequeñas ciudades. Y entre esas dos ciudades comienzan y terminan dos provincias diferentes -por lo menos administrativa y políticamente-. Este pequeño trayecto lo realicé junto a Marco Painevil, un joven mapuche neuquino e integrante de la radio alternativa “Zona Libre”-que estuvo presente en cada una de las jornadas del juicio-.Marco Painevil y Fermín Martínez -integrantes de la misma radio-, dejan sus actividades laborales, cotidianas y semanales para poder cubrir, como medio alternativo, cada una de las jornadas del juicio por el homicidio de Pablo Vera; o mejor aún: sus actividades diarias, dentro de la construcción y la carpintería, les permite financiar la cobertura de cada una de las jornadas judiciales del juicio contra el suboficial Jorge Villegas.“Nosotros ponemos todos nuestros recursos en función de la comunicación y la visibilización de un caso -de violencia institucional-”, me advirtió como un principio ético y de responsabilidad comunicacional Fermín Martínez.“A las personas en general e inclusive a las propias organizaciones militantes les cuesta pensar las desapariciones y los homicidios como un atentado a la identidad de los jóvenes y no como una consecuencia de la lucha de clases”, remató Painevil mientras manejaba su auto.Los diarios locales de Neuquén ilustran, con recurrencia, sus páginas con rostros de jóvenes -implicados en penosos procesos penales-: sus rostros, el color de piel, el grosor de su pelo no son signos metafóricos de la pobreza, de una pobreza de clase; son índices de una identidad, que se persigue y se castiga con ruidosa solemnidad.“Hay que meterle bala a los ladrones” expresó a modo de sentencia y verdad criolla un vicepresidente argentino. “Hay que cagarlos matando a todos esos negros (sin identidad)”, respondió la sociedad.La acción que oprime el gatillo también es cultural. Se trata de un arreglo tácito entre el verdugo, el poder institucional -de las fuerzas de seguridad-, el poder judicial y los propios principios de la sociedad: “hay que matar a todos esos negros -de identidad negada- en medio de la calle, a plena luz del día; sin contemplación, ni miramientos. No merecen la vida. Son salvajes. Sólo sirven para hacer daño”.Mientras transitamos los casi 45 kilómetros vimos, junto a Marco Painevil, una decena de personas con los mismos rasgos de los jóvenes que de tanto en tanto se hacen conocidos dentro de las páginas de la sección de policías -de los diarios locales de las provincias de Neuquén y Río Negro-; y no es casual que esas personas sean los que realizan el trabajo pesado y menos visible de la sociedad: peones de chacras, vendedores ambulantes, empleados de la construcción. Aunque, es verdad que si uno afina bien el ojo, también los puede ver -”bajo identidad reservada”- en otros ámbitos. Junto a Marco los seguimos viendo al llegar a la Ciudad Judicial; los vimos mientras armabamos la radio; y yo los seguí viendo al ingresar y caminar por los pasillos del Poder Judicial.¿A ellos también los estará aguardando un bala en la nuca o con la pobreza y el destierro cultural que los acongoja cotidianamente será suficiente para nuestra sociedad enemiga de los “rasgos identitarios”?“Detrás de una gorra hay una historia; y detrás de la historia una identidad”. El agravante Antes que cada uno de los cuatro testigos de la jornada pueda dar su relato de los hechos, la Fiscal de Cámara Graciela Echegaray expresó las razones y hechos que la llevaron a ampliar la condena del único imputado por el homicidio de Pablo Alejandro Vera, suboficial Jorge Villegas:“Conforme a las facultades previstas en el artículo 357, esta parte va a ampliar el requerimiento de elevación a juicio de fojas 506 / 520, respecto al agravante puntual ‘Alevosía’, art. 80 inciso 2 (…) Ello en virtud de que ésto ha surgido de los dichos del testigo Segundo Comandante Gonzalo Díaz -de la Gendarmería Nacional-, él que fue categórico al desvirtuar la posibilidad de que este tipo de armas se disparé por golpes, lo que venía ya a sumarse a la requisa del Gabinete de Criminalística -obrante a fojas 606 / 623- que precisaba la distancia del disparo, entre el contacto a 2, 5 centímetros. Siendo la requisitoria fiscal utilizado en potenciar el hecho descripto al decir presuntamente  ‘a muy corta distancia’. Esta fiscalía está en condiciones de sostener exactamente a esta distancia. Es decir, exigua.” Exposición de la fiscalGraciela Echegaray Luego de esta exposición el juez de la causa Fernando Sánchez Freytes, le preguntó al abogado defensor (Juan Luis Vincenty) del imputado si deseaba adherir u objetar -en dicho caso, tiene la facultad de pedir la suspensión del juicio para preparar la defensa-, quien no tuvó ninguna objeción al respecto.De esta forma durante los alegatos finales y la lectura de la sentencia se tendrá en cuenta el agravante de “Alevosía”, ya que la Cámara Fiscal comprendió que, como el arma reglamentaria -9 mm- está

En la emisión del jueves 18 de febrero de Enredando las mañanas repasamos, junto a Sol Arrieta de El Zumbido de Neuquén, los casos de dos jóvenes víctimas de gatillo fácil. Por un lado el de Pablo Vera, en Río Negro, y el primer día de juicio contra el policía Jorge Villegas, que lo mató de un disparo a 2,5 cm. de la nuca; por otro lado el de Matías Casas en Neuquén, cuya causa nos trajo una buena noticia hacia el final del programa con la confirmación de que el agente Héctor Méndez, que lo asesinó disparándole cuatro veces por la espalda, seguirá en la cárcel. (Por La Retaguardia)Pablo Pablo Vera era de un barrio de las afueras de Fiske Menuco (tal como está extendido nombrar a la ciudad de General Roca en algunos ámbitos vinculados a la militancia y el estudiantado) y fue asesinado en septiembre de 2014.“Era la madrugada y estaba en el centro de la ciudad. Un policía que estaba de vacaciones salió con su arma reglamentaria y al grito de ‘alto policía’ se le acercó, lo agarró y le disparó en la nuca. Esta historia desde el primer momento fue planteada desde los medios como que un policía había matado a un chorro que le estaba queriendo abrir el auto, que lo había agarrado in fraganti, habían forcejeado y al policía se le había escapado un tiro”, relató Sol Arrieta, integrante de El Zumbido, uno de los medios que conforman la Red Nacional de Medios Alternativos.“Por supuesto se pudo probar que no era así, que todos esos son discursos estigmatizantes, funcionales a la policía. Es un caso que está repleto de irregularidades, no solamente en cuanto a, por ejemplo, las pericias, ya que cuando se peritó la ropa de Pablo estaba lavada, sino también a que, tal como ocurre en cualquier lugar de Argentina, si un pibe comete un delito, cualquiera sea, y sobre todo si es un asesinato, inmediatamente queda bajo prisión preventiva. De hecho aproximadamente el 60% de la población penitenciaria no tiene una sentencia firme todavía, un número que no es pequeño. En el caso del policía Jorge Villegas, que le disparó a Pablo a menos de 3 cm. de la nuca y lo mató en el acto, no se le dio prisión preventiva. A diferencia de cualquier persona, llegó al juicio en libertad”, explicó Arrieta.“En Neuquén –agregó– hemos logrado que todos los policías homicidas en casos de gatillo fácil lleguen a juicio en prisión. En el caso de Fiske Menuco en particular y Río Negro en general, la población todavía tiene muchas características que juegan en contra, de hecho se hicieron manifestaciones a favor del policía y se logró que llegara a juicio en libertad”.Arrieta recordó además otro hecho que marcó la lucha de familiares y amigos de Pablo Vera: “el asesinato fue en septiembre de 2014 y en noviembre, cuando la familia y militantes volvieron a exigir que el policía llegara preso al juicio, hicieron una manifestación frente a la ciudad judicial que no solamente fue reprimida, sino que 25 personas, familiares y amigos de Pablo Vera, entre ellas una mujer con 8 meses de embarazo, nenes de entre 11 y 13 años, fueron secuestrados y metidos en la comisaría, torturados y permanecieron 72 horas incomunicados. Esa es una causa que todavía no avanza y sin embargo a todas las personas que fueron torturadas sí se les abrieron causas”.El miércoles 17 de febrero fue la primera audiencia del juicio contra el policía Jorge Villegas. Radio Zona Libre y El Zumbido organizaron una radio abierta afuera del lugar, a pesar de que la idea original era retransmitir -tal como lo han hecho en otras oportunidades- lo que estaba pasando en la sala, ya que se trata de un juicio oral y público: “en este caso no nos permitieron sacar el audio, así que tuvimos que completar la mañana con entrevistas a familiares de otros casos que estaban presentes en el lugar. Pero básicamente en la primera audiencia hubo declaraciones de peritos, entre ellos de quien hizo la autopsia del cuerpo de Pablo, que pudo determinar que la bala entró a 2,5 cm., o sea que desbarató la hipótesis del forcejeo, de que sin querer se le escapó un tiro; también declaró el perito que pudo determinar que el tipo de arma que fue disparada no se dispara sola, sino que hay que accionarla voluntariamente, con lo cual en ese sentido la primera audiencia fue bastante próspera para la familia de Pablo. Villegas se negó a declarar como hacen siempre los policías en estos casos, ya que esperan a escuchar todos los testimonios y el último día piden hablar e intentan dar lástima”, repasó Arrieta.“En la primera audiencia además quedaron formuladas dos acusaciones contra la policía; la fiscalía y la querella no se pudieron poner de acuerdo en ese sentido porque la fiscalía insistió con esto de que para que se desencadene el hecho se partió de un robo, versión que por supuesto la querella no avaló”, agregó la integrante de El Zumbido.Respecto a la importancia de esta causa para la lucha y militancia en Fiske Menuco y en Río Negro en general, Arrieta reflexionó: “en realidad no es más importante que otras, sino que es un caso ejemplar, es decir hay otros casos de la región, en Neuquén, como el caso de Braian Hernández que era un chico menor, de 14 años, que iba en un auto con amigos y que efectivamente se comprobó que el policía disparó y le pegó en la nuca y lo mató. Es un caso que conmovió socialmente, porque era un chiquito, no estaba en una situación de robo, ni nadie lo puso en esa situación, se consiguió que le den perpetua al policía y sin embargo le bajaron la pena a 15 años, pero en este caso puntual de Pablo, inmediatamente se puso esa cosa del policía y el ladrón, el policía bueno que estaba cumpliendo con su trabajo, un chorro menos, todo ese discurso.

La segunda jornada del juicio en el que se intenta determinar las circunstancias en las que murió Vera, luego de ser baleado por el policía Villegas, dejó indicios, entre las contradicciones de los testigos, para entender la trama del encubrimiento. (Por Gustavo Figueroa para La Retaguardia) Foto:El testigo Martín Centeno observando la entrega del acta de procedimiento a los jueces de la causa. “Esta parte frente a las numerosas contradicciones e inconsistencias del testigo establece una falta por el presunto falso testimonio o inclumplmiento del deber como funcionario público”. Con esta frase, la abogada Victoria Naffa se refirió al tercer testigo de la segunda jornada, oficial Martín Centeno.Nuevamente, en esta nueva jornada judicial fueron 6 las personas que testificaron dentro del caso por el asesinato de Pablo Vera: 2 vecinos del imputado Villegas y 4 policías que estuvieron presentes en la escena del crimen.Fernando Sánchez Freytes (juez de la causa) tuvo varias intervenciones -al igual que en la primera jornada- clarificadoras y de vital importancia, siempre en referencia a las declaraciones de los agentes de las fuerzas de seguridad dentro de la causa. Dudas para responder -Fernando Sánchez Freytes (juez de la causa): ¿Se siente con experiencia para redactar las actas de procedimiento? -Oficial Martín Centeno (testigo): No. -Fernando Sánchez Freytes: ¿Cómo? -Martín Centeno: No. Lleva tiempo. -Fernando Sánchez Freytes: ¿Pero el día del hecho este, estaba con experiencia de redactar actas o no? -Martín Centeno: Si. -Fernando Sánchez Freytes: ¿Sabe la importancia legal del acta? -Martín Centeno: Si. -Fernando Sánchez Freytes: ¿Lo capacitaron para eso? -Martín Centeno: Si. -Fernando Sánchez Freytes: ¿Sabe que es un instrumento público? -Martín Centeno: Si. -Fernando Sánchez Freytes: Vamos a precisar algunos conceptos suyos vertidos dentro del acta cuando llegó al hecho: ¿Usted fue el primer funcionario público qué llegó? -Martín Centeno: Si. -Fernando Sánchez Freytes: Cuando usted va a declarar al juez de instrucción hace algunas precisiones sobre el acta. Usted manifiesta en un momento dado que Villegas balbuceaba y que dio a entender de que hubo un forcejeo. Dio a entender; esto quiere decir que de manera no directa. El señor no le dijo: “Mira Centeno hubo un forcejeo”. Dio a entender. Por eso no lo puse en el acta. Dígame: si el señor hubiera usado la palabra “hubo un forcejeo”, quiero entender que usted lo hubiera asentado en el acta. Entonces, como le dio a entender y no quedó claro usted, junto a la importancia que le da al acta, es que no lo asienta. Pero también tengo que entender que lo que usted acento es lo que ocurrió. -Martín Centeno: Si. -Fernando Sánchez Freytes: Usted dice en un momento dado del acta: “que Villegas manifiesta”. No es un dato menor. Es decir, Villegas manifestó, llorando en estado de shock -pone comillas usted-: “Lo maté”. “Lo maté”. Dos veces. “Me quiso robar mi auto”. “Se me escapó un tiro”. “Lo encontré en el auto”, “Cuando salió corriendo lo seguí”. “Le quise pegar un culatazo y se me escapó el tiro”. “Fue un accidente”. ¿Fue así? -Martín Centeno: Si. -Fernando Sánchez Freytes: Una cosa más y termino. Usted habló del automóvil. Desde este auto en cuestión. Y quiero que me diga que: ¿cuándo usted lo observó tenía algo dañado exteriormente? -Martín Centeno: No me acuerdo.  -Fernando Sánchez Freytes: Le digo lo que dice el acta: “la puerta del conductor se encuentra violentada en su marco y en su cerradura. ¿Lo recuerda ahora? -Martín Centeno: Si. Releer las declaraciones El sargento Pablo Valdez tuvo quereleer su declaración. -Fernando Sánchez Freytes: lo que se le va a exhibir ahora es su declaración judicial que usted ha presentado ante el Magistrado Público. Fíjese y dígame si está su firma ahí.  -Sargento Pablo Valdéz (testigo): Si. -Fernando Sánchez Freytes: Sí. Bien. Vamos a completar un poco, porque le referíó a la señora fiscal de que no recuerda de que el imputado le haya dicho nada por el estado total de shock en el que se encontraba. Usted le dice al señor magistrado, cuando vino a declarar acá -el 2 de octubre de 2014-: “veo a Villegas con el arma en la mano, la señora de él y el hijo”. Hasta ahí: igual. “La mujer lloraba y el estaba temblando. Lo único que me dijo sin que le preguntara nada: ‘me estaba robando el auto. Se me escapó un tiro. Lo maté. Tomá el arma. Está cargada’. ¿Recuerda eso? -Pablo Valdéz: Sí. Ahora sí. -Fernando Sánchez Freytes: Ahora sí. ¿Fue así?-Pablo Valdéz: Sí. -Fernando Sánchez Freytes: Y una pregunta más qué le hago: cuando usted desciende del rodado como chofer, ¿el reglamento dice que el chofer siempre tiene que estar en el auto o le permite bajar? -Pablo Valdéz: Y… depende la función. En realidad uno es el policía y tiene que descender del vehículo. -Fernando Sánchez Freytes: porque he tenido colegas suyos que me han dicho: ‘yo del auto no me puedo bajar’. -Pablo Valdéz: Sí, pero yo me voy a bajar. -Fernando Sánchez Freytes: En esa situación bajó. Le pregunto lo siguiente: cuando usted se baja, ¿siempre se quedó al lado de Centeno o se separaron ustedes? -Pablo Valdéz: No. No lo tenía ahí. -Fernando Sánchez Freytes: Porque Centeno lo dejó asentado en el acta. ¿No recuerda? Porque como lo asienta en el acta puede ser que Centeno también lo escuchó o porque usted le dijo para que Centeno lo volcará en el acta. -Pablo Valdéz: No recuerdo. La mirada de María y las balas en la recámara  La mamá de Vera. Otra de las frases importantes de la jornada las pronunció el oficial subinspector Nicolás Bravo, el quinto testigo de la jornada judicial. -Victoria Naffa (abogada querellante y representante de los familiares de Pablo Vera): le voy a hacer algunas preguntas en base a su condición policial. Según su conocimiento, ¿la policía de Río Negro tiene permitido usar el arma con una bala en recámara? -Nicolás Bravo: “No. En base al reglamento interno -el RRDP- no debemos poseer bala en recámara. ¡Para el transporte!.

Esta mañana comenzó en Fiske Menuco (ciudad lamentablemente conocida como General Roca), Río Negro, el juicio que intentará determinar cómo murió Pablo Vera. El policía Jorge Villegas está en el banquillo de los acusados en un juicio crucial en la provincia para dar vía libre o ponerle un freno al gatillo fácil. (Por Gustavo Figueroa para La Retaguardia) Foto: El arma reglamentaria junto a las pericias del crimen (Gustavo Figueroa)El disparo en la nunca El 25 de septiembre de 2014, el oficial Jorge Villegas le disparó, con su arma reglamentaria, un tiro en la nuca a Pablo Vera, un joven rionegrino de 23 años.Luego de salir de su casa el oficial encontró al joven intentando robar su automóvil detenido en la vía pública. Sin dudarlo Jorge Villegas silenció de por vida a Pablo Vera. No hubo derecho a réplica, ni enfrentamientos. Ni juicio previo. Tampoco se encontró otra arma en el lugar del hecho.En noviembre del mismo año se dictó la excarcelación de Villegas, en un fallo polémico e injusto, ya que la versión de “un disparo accidental”, que declaró el oficial de las fuerzas policiales de Río Negro , era incomprobable e insostenible.Hoy se juzga a Jorge Villegas por “Homicidio doblemente agravado por uso de arma de fuego y abusando de la función policial” Roca Ruta Nacional 22, entre Allen y FiskeMenuco (Foto: Gustavo Figueroa) Fiske Menuco (mal llamado General Roca), es una ciudad universitaria y agrícola. Oculta y en constante construcción. Antes de ingresar a la ciudad -transitando por Ruta Nacional Nº 22- se pueden reconocer distintos puntos estratégicos de la fruticultura regional y del país; se puede presenciar la monotonía del color. El verde de los frutales acompaña cada escena que uno intenta enfocar desde el camino. Un verde opaco de tierra seca. Sólo alamos, perales y manzanos se logran ver, en abundancia, cubiertos de la tierra y el polvo propio de una región árida y seca. Finalmente, cuando se ingresa en la ciudad, se atraviesa una entrada de doble mano imponente y suntuosa, propia de las ciudades y los municipios corruptos que se empeñan en “embellecer” los puntos centrales de las comunas que administran, mientras el resto parece incontenible.El nombre de General Roca no es una presencia simbólica, ni una referencia histórica del pasado en la zona del Alto Valle, ese límite político ínfimo entre las provincias de Río Negro y Neuquén. En la actualidad, responde a una presencia cultural que se materializa de forma constante y regular. El abuso de poder de las instituciones es una de las formas de materializar las prácticas culturales impuestas, a fuerza de golpes, por la milicia colonial de antaño; aunque, hay que reconocerlo, en muchos casos la ciudadanía también ha logrado apropiarse de estos principios y mandatos. Las prácticas culturales son imposiciones que no tiene fecha de caducidad, ni fronteras. Muchas veces se ejercen sobre cuerpos sometidos a los que se les niega su origen e identidad. Es un mecanismo silencioso y efectivo de desplazamiento y persecución. Muchos desaparecidos, víctimas de gatillo fácil y jóvenes cumpliendo condena en penales son castigados y excluidos -dentro de un evidente proceso de genocidio encubierto, que nunca se detuvo- por sus rasgos identitarios. No es casual que muchos jóvenes originarios, junto a sus familias, residan en los sectores postergados de la sociedad, en la periferia. Primero el destierro y el estigma. Luego viene la pobreza. Finalmente la muerte violenta y justificada (culturalmente). Las pericias El perito Díaz mostrando el mecanismode seguridad del arma criminal.(Foto: Gustavo Figueroa) En la primera jornada del juicio contra el oficial Jorge Villegas se presentaron seis peritos, quienes dieron su versión de los hechos, con datos técnicos e ilustraciones visuales. Esto incluyó un muestrario fotográfico (incluido en el expediente) y la presentación del arma con la que se cometió el asesinato.“El arma no se disparó sola; y por golpe tampoco. No tiene indicio. Tampoco fue un punto de pericia. No se dispara. Es estándar. Tiene todos los seguros”, concluyó contunde el perito Bruno Díaz, responsable de realizar el informe de gendarmería en el lugar donde se encontró el arma, la vaina servida y el cuerpo sin vida de Pablo Vera. La pólvora La abogada Naffa preguntándole alperito Jerez.(Foto: Gustavo Figueroa) -Victoria Naffa (abogada querellante y representa de los familiares de Pablo Vera): ¿Qué se detectó en la muestra? -José Jerez (criminalística): La reacción positiva. Le explico: el reactivo lo que determina es la presencia del ion nitrito, es decir la presencia de pólvora. Ese reactivo aplicado a la pólvora se manifiesta en un viraje de color; una reacción cromática, y de tipo puntiforme. Tiene una coloratura específica y una forma específica. Cuando nosotros tenemos todos esos elementos decimos que la reacción es positiva. Las huellas. Los indicios -Victoria Naffa: con respecto al lugar del hecho, ¿recuerda o puede describir cuál era la situación de la víctima o que posición se encontraba? -Nicolas Zapata (criminalística): la víctima la fijamos con el indicio uno. Estaba en posición cubito ventral. Y estaba tapado cuando llegamos, con un nylon. Las fotografías del cuerpo las hicimos al final. -Victoria Naffa: ¿Y la presencia del auto donde se realizaron las pericias? -Nicolas Zapata: el auto estaba ubicado hacia unos metros en cardeal norte de donde estaba el cuerpo. Y sobre el vehículo lo que puedo decir, es que presentaba signos de violencia en la puerta delantera del lado del conductor, en el parante vertical. Y también el tambor de la cerradura. Y la exigencias levantadas sobre el vehículo fueron levantamiento de rastros sobre la puerta, de la parte externa e interna. Y se documentó un diseño de pie calzado que había en una puerta trasera, del mismo sector. -Victoria Naffa: ¿Recuerda en qué lugar se encontró el arma? -Nicolas Zapata: Recuerdo que estaba entre el cuerpo y el vehículo. -Graciela Echegaray (fiscal de cámara): Cuando usted dice que llegó e hizo el relevamiento de campo, ¿había dos cercos perimetrales, o un solo cerco? -Nicolas Zapata: Dos cercos. El primero era muy reducido. Estaba donde estaba