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Santiago Almirón


Santiago Almirón recuperó su libertad luego de dos años y medio de estar en prisión por una causa armada. La decisión estuvo a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 3 de Morón, después de que la fiscal, Carolina Rodríguez, desistiera de la acusación al joven por no contar con las pruebas suficientes para hacerlo. Almirón estaba detenido desde el 30 de agosto de 2018, acusado de un homicidio que no cometió. (Por La Retaguardia) ✍️ Crónica y cobertura del juicio: Julián Bouvier 💻 Edición: Diego Adur Los nervios y la ansiedad fueron protagonistas de la jornada del pasado jueves en la que Santiago Almirón fue absuelto y recuperó su libertad. Desde temprano, familiares y amistades del joven, junto a organizaciones sociales y políticas, organismos de derechos humanos y militantes que asistieron de forma autoconvocada, cortaron las calles linderas a los tribunales de Morón para exigir la inmediata libertad de Santiago.  Si bien en la jornada anterior se había previsto que el juicio podría extenderse, la expectativa general era que declararan las últimas personas, se den los alegatos y haya veredicto.  Entre cánticos y una gran olla popular, llegaban algunos mensajes alentadores desde adentro del Tribunal. Y otros no tanto. La fiscal insistía en acusar a Almirón, aunque sin elementos concretos. El primer peritaje de balística mostraba una coincidencia con el arma reglamentaria que portaba la hermana del acusado, pero eso, como ya aseguró el abogado defensor Alejandro Bois, no significaba que sea el arma homicida. Posteriormente hubo dos nuevas pericias que contradecían la anterior. Si bien  el tipo de arma coincidía, eso no fue elemento suficiente para decir que era la misma que asesinó a Alejandro Moreno, el 27 de julio de 2018. Luego de que la perito de balística pasara a declarar, tocó el turno de algunas personas allegadas a Santiago, convocadas como testigos de concepto. Es decir, personas que por conocer al imputado podían dar cuenta de cómo se desenvolvía en su vida cotidiana y pintar a Santiago Almirón tal como es, para que quedara claro que la imputación que le estaban haciendo era injusta. Hicieron hincapié, además, en el horario de trabajo: como el joven cortaba el pasto durante la tarde, era incompatible que haya estado en su trabajo y en el lugar del hecho al mismo tiempo.. Las testigos aseguraron que Santiago estaba en su trabajo en el momento del crimen.  Foto: Archivo Valentina Maccarone/La Retaguardia Después de un cuarto intermedio, llegó la hora de que la fiscal expusiera su alegato. Después de remarcar que ella creía que Santiago Almirón “algo tiene que ver con el hecho”, admitió que no tenía pruebas concretas y renunció al derecho de acusar.  Por su parte, el abogado defensor, Alejandro Bois, quien ya cuenta en su trayectoria con varias causas desarmadas desde lo judicial, acompañó el pedido de absolución y, además, solicitó la libertad inmediata de Santiago. En su alegato, aprovechó para criticar a los tribunales que, teniendo causas que pasan años sin ser investigadas, someten a prisiones preventivas a personas inocentes. También remarcó que uno de cada cuatro casos de preventiva son inocentes. Desde dentro del tribunal llegó el mensaje que decía, simplemente, “Libertad”. Esa palabra sintetizó la búsqueda de tantas personas y de muchas madres que estuvieron en la calle acompañando a la familia Almirón, y  lamentablemente están viviendo una situación parecida. La libertad se festejó. Más allá de los cuidados que exige este momento de pandemia, los abrazos, los llantos y los gritos se hicieron presentes y la calle se convirtió en una fiesta.  Horas más tarde, la familia compartió una foto regresando del penal de Magdalena con Santiago ya en libertad.  La justicia tardó dos años y medio en devolver a Almirón a su vida, de la que nunca tendría que haber salido. Y las amistades de Alejandro Moreno siguen sin encontrar justicia. Es decir que al armar una causa no solo le arruinan la vida a quien acusan y sufre la cárcel, sino también a la familia que sigue luchando por conocer la verdad.

En la mañana de ayer, en el Tribunal Oral en lo Criminal N°3 de Morón, comenzó el juicio contra Santiago Almirón, acusado de un homicidio por el que lo podrían condenar a cadena perpetua. Su familia y el abogado defensor, Alejandro Bois, aseguran que se trata de una causa armada. Los 4 testigos presenciales del crimen no reconocieron a Almirón como el asesino. La Retaguardia participó de la audiencia y recogió testimonios fuera de la sala. (Por La Retaguardia) 🎤 Cobertura en juicio y redacción: Julián Bouvier   💻 Textuales: Valentina Maccarone💻 Edición: María Eugenia Otero/Fernando Tebele 📷 Foto de Portada: Juan Cicale 📷 Fotos en nota: Juan Cicale – Archivo Valentina Maccarone/La Retaguardia El hecho por el que se acusa a Santiago Almirón sucedió el 31 de agosto de 2018 en un local de comidas de la localidad de Morón. Un hombre entró con un arma al grito de “Majo, dame la plata”. Alejandro, un comerciante de la zona que pasaba a visitar a quienes trabajaban en este local, intentó agarrarlo por la espalda para reducirlo y comenzaron un forcejeo. Un balazo le atravesó una vena de la pierna. El hombre que entró a robar escapó corriendo. En minutos llegó el SAME, que se llevó a Alejandro al hospital. Murió allí unas horas después.  Las cuatro personas que atestiguaron acerca del hecho (cuatro trabajadores del comercio de comidas) sostienen que el autor del delito tenía entre 25 y 30 años de edad, medía 1,65 metros de estatura y usaba barba. Santiago Almirón, que tenía en ese momento 22 años, mide 1,83 y no usa barba. En las cuatro ruedas de reconocimiento de las que participó,, nadie lo identificó como el agresor. En una recorrida por el barrio, el jefe de calle Matías Barcos, vio a Santiago cortando el pasto, le pidió el DNI y le sacó una foto. El policía luego se presentó a declarar en la comisaría de la zona exponiendo que un testigo de identidad reservada mencionó que un chico, llamado Santiago Almirón, había cometido el hecho. Este testigo nunca fue citado a declarar. El día del juicio (afuera) A las 9 de la mañana de este 8 de febrero, más de 100 personas se concentraron en las puertas de los tribunales de Morón para exigir la inmediata libertad de Santiago Almirón. Estuvieron allí su familia y amistades, la Coordinadora contra la Impunidad Policial,, movimientos sociales y políticos, partidos de izquierda, medios alternativos de comunicación y militantes que se autoconvocaron, junto a otras familias víctimas de causas armadas y de gatillo fácil.  La fresca mañana de lunes fue entrando en calor con una olla popular y las canciones del cantor popular Abelardo Martín. Las voces de familiares víctimas de la represión estatal se fueron sumando al micrófono.  La olla popular le puso calor a la jornada de lucha.📷Juan Cicale María y Romina, madre y tía de Santiago Almirón, alzaron la voz primero. Les siguieron las madres de otros pibes víctimas de causas armadas: las de Ezequiel Bazán y Jhonatan Agüero. Luego, las madres de Axel Romero y Juan Manuel Orellana. Fabiola Aguirre contó del caso de su hijo Diego Chávez y dio pie a que las hijas de Nancy Montiel, quien también se encuentra presa por una causa armada, relataran el caso de su madre. Por último, hablaron Adriana, la madre de Diego Cagliero, el joven asesinado por la Policía bonaerense hace 2 años en Martín Coronado y Leo, el hermano de Darío Santillán, de infaltable presencia en estas causas.  El día del juicio (adentro) Durante el juicio declararon las 4 personas que fueron testigos directos del hecho. Las cuatro trabajaban en el local de comidas en el que sucedió el asesinato, todas ellas tenían amistad con Alejandro, la principal víctima de aquel día. Esas cuatro personas aseguraron, al ver en la pantalla a Santiago Almirón, quien participó de manera remota del juicio, que no fue él quien entró a robar al local y disparó sobre su amigo. Luego de las primeras testimoniales, siguió la declaración de una de las hermanas de Santiago. Daiana es policía. En ese momento cumplía servicio en la Policía Metropolitana en la Ciudad de Buenos Aires, pero como cursaba un embarazo delicado le habían permitido que no portara su arma reglamentaria y que hiciera reposo en su casa. Por esa razón, ella tenía el arma guardada en una baulera de la pieza de su madre. a noche del hecho, la policía allanó la casa de Santiago, preguntó si había algún arma en la casa y la hermana dijo que sí. Acompañó a los policías a buscarla y se la entregó. Como las características de ese arma coinciden con la vaina y el casquillo de bala que mató a Alejandro, la fiscalía afirmó que ahí había un argumento sólido para juzgar a Santiago. De hecho, la fiscal, durante el interrogatorio de Daiana, le consultó sobre el arma asegurando que se trataba del arma homicida, a lo que el defensor Bois respondió que no se concluyó que esa fuera el arma homicida. El tribunal hizo lugar a la objeción de Bois. Por último declaró el policía Matías Barcos, a quien la familia señala como el responsable de armar la causa. En su declaración aseguró haber hecho todo lo que debía, y no respondió a muchas de las preguntas que le hizo la defensa alegando no recordar. Luego de más de 5 horas de jornada judicial, el tribunal llamó a un cuarto intermedio hasta el jueves próximo. La familia de Santiago durante una de las tantas actividades de denuncia, acompañadas por Nora Cortiñas.📷 Archivo Valentina Maccarone/La Retaguardia Voces de apoyo Claudio Castro, de la Coordinadora Contra la impunidad policial, quien pasó más de un año preso por una causa armada, estuvo presente en la jornada. “Nos encontramos una vez más luchando contra las causas armadas, esta vez en el juicio injusto a Santiago Almirón, donde el TOC 3 lo tiene encerrado entre cuatro paredes impidiendo que organismos de derechos humanos puedan estar presenciando el juicio. Y