Santiago Almirón, el joven que puede ser condenado a perpetua sin pruebas
Por LR oficial en Causas Armadas, Derechos Humanos, represión estatal, Santiago Almirón
En la mañana de ayer, en el Tribunal Oral en lo Criminal N°3 de Morón, comenzó el juicio contra Santiago Almirón, acusado de un homicidio por el que lo podrían condenar a cadena perpetua. Su familia y el abogado defensor, Alejandro Bois, aseguran que se trata de una causa armada. Los 4 testigos presenciales del crimen no reconocieron a Almirón como el asesino. La Retaguardia participó de la audiencia y recogió testimonios fuera de la sala. (Por La Retaguardia)
🎤 Cobertura en juicio y redacción: Julián Bouvier 💻 Textuales: Valentina Maccarone💻 Edición: María Eugenia Otero/Fernando Tebele
📷 Foto de Portada: Juan Cicale
📷 Fotos en nota: Juan Cicale – Archivo Valentina Maccarone/La Retaguardia
El hecho por el que se acusa a Santiago Almirón sucedió el 31 de agosto de 2018 en un local de comidas de la localidad de Morón. Un hombre entró con un arma al grito de “Majo, dame la plata”. Alejandro, un comerciante de la zona que pasaba a visitar a quienes trabajaban en este local, intentó agarrarlo por la espalda para reducirlo y comenzaron un forcejeo. Un balazo le atravesó una vena de la pierna. El hombre que entró a robar escapó corriendo. En minutos llegó el SAME, que se llevó a Alejandro al hospital. Murió allí unas horas después.
Las cuatro personas que atestiguaron acerca del hecho (cuatro trabajadores del comercio de comidas) sostienen que el autor del delito tenía entre 25 y 30 años de edad, medía 1,65 metros de estatura y usaba barba. Santiago Almirón, que tenía en ese momento 22 años, mide 1,83 y no usa barba. En las cuatro ruedas de reconocimiento de las que participó,, nadie lo identificó como el agresor.
En una recorrida por el barrio, el jefe de calle Matías Barcos, vio a Santiago cortando el pasto, le pidió el DNI y le sacó una foto. El policía luego se presentó a declarar en la comisaría de la zona exponiendo que un testigo de identidad reservada mencionó que un chico, llamado Santiago Almirón, había cometido el hecho. Este testigo nunca fue citado a declarar.
El día del juicio (afuera)
A las 9 de la mañana de este 8 de febrero, más de 100 personas se concentraron en las puertas de los tribunales de Morón para exigir la inmediata libertad de Santiago Almirón. Estuvieron allí su familia y amistades, la Coordinadora contra la Impunidad Policial,, movimientos sociales y políticos, partidos de izquierda, medios alternativos de comunicación y militantes que se autoconvocaron, junto a otras familias víctimas de causas armadas y de gatillo fácil.
La fresca mañana de lunes fue entrando en calor con una olla popular y las canciones del cantor popular Abelardo Martín. Las voces de familiares víctimas de la represión estatal se fueron sumando al micrófono.
La olla popular le puso calor a la jornada de lucha. 📷Juan Cicale |
María y Romina, madre y tía de Santiago Almirón, alzaron la voz primero. Les siguieron las madres de otros pibes víctimas de causas armadas: las de Ezequiel Bazán y Jhonatan Agüero. Luego, las madres de Axel Romero y Juan Manuel Orellana. Fabiola Aguirre contó del caso de su hijo Diego Chávez y dio pie a que las hijas de Nancy Montiel, quien también se encuentra presa por una causa armada, relataran el caso de su madre. Por último, hablaron Adriana, la madre de Diego Cagliero, el joven asesinado por la Policía bonaerense hace 2 años en Martín Coronado y Leo, el hermano de Darío Santillán, de infaltable presencia en estas causas.
El día del juicio (adentro)
Durante el juicio declararon las 4 personas que fueron testigos directos del hecho. Las cuatro trabajaban en el local de comidas en el que sucedió el asesinato, todas ellas tenían amistad con Alejandro, la principal víctima de aquel día. Esas cuatro personas aseguraron, al ver en la pantalla a Santiago Almirón, quien participó de manera remota del juicio, que no fue él quien entró a robar al local y disparó sobre su amigo.
Luego de las primeras testimoniales, siguió la declaración de una de las hermanas de Santiago. Daiana es policía. En ese momento cumplía servicio en la Policía Metropolitana en la Ciudad de Buenos Aires, pero como cursaba un embarazo delicado le habían permitido que no portara su arma reglamentaria y que hiciera reposo en su casa. Por esa razón, ella tenía el arma guardada en una baulera de la pieza de su madre. a noche del hecho, la policía allanó la casa de Santiago, preguntó si había algún arma en la casa y la hermana dijo que sí. Acompañó a los policías a buscarla y se la entregó.
Como las características de ese arma coinciden con la vaina y el casquillo de bala que mató a Alejandro, la fiscalía afirmó que ahí había un argumento sólido para juzgar a Santiago. De hecho, la fiscal, durante el interrogatorio de Daiana, le consultó sobre el arma asegurando que se trataba del arma homicida, a lo que el defensor Bois respondió que no se concluyó que esa fuera el arma homicida. El tribunal hizo lugar a la objeción de Bois.
Por último declaró el policía Matías Barcos, a quien la familia señala como el responsable de armar la causa. En su declaración aseguró haber hecho todo lo que debía, y no respondió a muchas de las preguntas que le hizo la defensa alegando no recordar. Luego de más de 5 horas de jornada judicial, el tribunal llamó a un cuarto intermedio hasta el jueves próximo.
La familia de Santiago durante una de las tantas actividades de denuncia, acompañadas por Nora Cortiñas. 📷 Archivo Valentina Maccarone/La Retaguardia |
Voces de apoyo
Claudio Castro, de la Coordinadora Contra la impunidad policial, quien pasó más de un año preso por una causa armada, estuvo presente en la jornada. “Nos encontramos una vez más luchando contra las causas armadas, esta vez en el juicio injusto a Santiago Almirón, donde el TOC 3 lo tiene encerrado entre cuatro paredes impidiendo que organismos de derechos humanos puedan estar presenciando el juicio. Y esto lo digo para que la gente de este Palacio de injusticia pueda escuchar lo que sucede acá adentro, en el TOC 3, donde a Santi lo quieren juzgar entre cuatro paredes, sin permitir incluso que su familia pueda presenciar el juicio. Sin permitir que Santiago pueda estar presente en su propio juicio con la excusa del Coronavirus que ya es insostenible, con la cual la justicia hace meses viene incumpliendo con sus tareas. Hace meses y hasta podría decir hace un año que viene incumpliendo. Primero les quiero agradecer a los compañeros que vienen a solidarizarse con Santiago Almirón. Seguro la familia lo podrá decir en algún momento pero yo me adelanto… como la familia viene hace más de dos años sosteniendo esta lucha para poder buscar la solidaridad de diferentes organizaciones, para hacer saber la injusticia que viene padeciendo Santiago Almirón, que sin elementos que se puedan sostener, hoy llega a juicio. Donde uno a uno le fueron negados todos los pedidos de ACELERACION, todos los beneficios le fueron negados de manera engañosa”.
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Romina Lovillo, la tía de Santiago, señaló las responsabilidades policiales: “Santi es víctima de una causa armada por la comisaría 1ª de Morón. Nosotros somos de Tesei. Un día hubo un hecho en la localidad de Morón y el jefe de calle se ve que no tenía ganas de investigar ni trabajar. No tienen ganas, no trabajan. Solo van a los barrios a buscar a los pibes más vulnerados o a cobrar las coimas a los transas para seguir viviendo con esa caja chica que tienen aparte de su sueldito. Como no encontraba al culpable de ese hecho, decidió hacer algún recorrido por ahí a ver si veía algún perejil y justo estaba Santi cortando el pasto. Lo único que coincide con la persona que entró a hacer el hecho eran los ojos claros. Le pidió el documento a Santi, le sacó una foto y se fue. Se fue a redactar la causa. No hay nada en contra de él, el jefe de calle fue el que redactó toda esa causa, inventando que un testigo que no se va a presentar hoy porque no existe. El puso que no se quería dar a conocer, excusándose por todo lo que iba a decir. Sacó todos sus datos del DNI de Santiago y armó esa causa. Llegó a la comisaría, se presentó para que se terminara con toda esta locura porque sabía que no había cometido ningún hecho. Pasó cuatro ruedas de reconocimiento donde los damnificados dijeron que él no era la persona que había entrado al local. El hecho ocurrió a las cuatro y media de la tarde. No eran las doce de la noche ni era una madrugada oscura. En sus primeras declaraciones habían afirmado que si veían al delincuente que entró a cometer el hecho lo iban a reconocer y no fue así. Las cuatro ruedas de reconocimiento dieron negativas. Se llevaron casi diez celulares de mi casa porque supuestamente había un audio donde Santi decía “yo maté a un viejo”. Los diez celulares se peritaron y también dieron negativo. Todo esto se sigue sosteniendo por una falencia que el juzgado aceptó de la policía, una policía corrupta que agarró a Santi como podría haber agarrado a cualquier otro pibe. Por eso nos mantenemos firmes y esperando hoy conseguir la absolución de Santi y seguir luchando por las causas armadas. Gracias a todos por estar”.
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Adriana, madre de Diego Cagliero: “Hoy estamos acá por Santi. Yo escuchaba a la mamá y las familias que están acá peleando por la libertad de sus hijos y a mí también me gustaria estar pidiendo por mi hijo pero eso no va a pasar porque a Diego lo mataron el 19 de mayo de 2019 en Martin Coronado a manos de Rodrigo Cesar Ezequiel Gastan, un policía de la bonaerense. Lamentablemente el gatillo fácil no son palabras vacías sino que representa el modo de actuar de la policía avalado por el Estado. Un Estado que reprime y que reprime a los jóvenes y a los niños, a los más desposeídos, a las mujeres que sufren vulneración de derechos. […] Acompañar a las familias de los pibes que luchan por su libertad es un compromiso social. […] La justicia siempre siempre se va a inclinar de un solo lado y es el lado de los policías, de los uniformados, del lado del Estado que los avala, de un gobierno que está sabiendo lo que pasa y sin embargo no actúa, incita a la represión o nos ignora. Entonces nosotros tenemos que salir a la calle para que nos escuchen, para que nos entiendan”.
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La mamá de Santiago expresó su bronca y su angustia pero también sus certezas sobre el futuro, que se reafirman a partir de la confianza en la organización popular. Rodeada de otras madres y familiares, de militantes y organizaciones, María asegura: “Es muy duro lo que estamos pasando con mi familia. Yo no voy a hablar de la causa. Voy a hablar de Santiago. Santiago hoy es un chico de 24 años. Dos cumpleaños pasó en el penal. Y mi hermana siempre le dice que aguante un poquito más. La justicia que nosotros pensamos que nos tiene que cuidar y apoyar en todas las cosas, no está. Dentro de todo, el anímicamente está bien, pero demuestra otra cosa. Son muy tristes las videollamadas. Esta pandemia fue muy dura porque estuvimos casi diez meses sin vernos, solo por videollamada. No le hemos faltado a una visita. Jamás. Con tormenta, con cuarenta grados de calor viajamos a verlo. Él no está solo, tiene a su familia y tiene todo el apoyo de todos ustedes. Quiero que vaya a mi casa y se va a ir a mi casa porque no vamos a parar hasta que esté en mi casa”.