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Tragedia de Once


La frase pertenece a Oscar Valcarcel, director de Emergencias del SAME (Sistema de Atención Médica de Emergencias de la Ciudad de Buenos Aires). Valcarcel contó cómo y por qué se interesó en esta especialidad médica, detalló el funcionamiento del servicio de emergencias porteño y la experiencia de trabajar en él durante muchos años.  Fue en diálogo con el programa Oíd Mortales, que conducen Cristina Varela y Luis Angió. (Por La Retaguardia) La primera pregunta que Cristina Varela le realizó a Oscar Valcarcel, el segundo en la línea de dirección del SAME luego de Alberto Crescenti, fue cómo se le ocurrió “meterse” en la medicina de emergencia. “Me lo vengo preguntando hace 22 años”, fue su rápida respuesta.“Todo arranca desde una época muy anterior a mi graduación –rememoró el actual director de Emergencias del SAME–; en la época en la que nosotros estudiábamos existía lo que se llamaba el practicantado, una especie de práctica clínica no reglada para estudiantes de los últimos años de medicina que se hacía en las guardias de distintos hospitales y que se consideraba, aunque si bien no era algo formal que estaba dentro del plan de estudios, como un paso importante en la formación del futuro médico. A partir de esta práctica uno se vinculaba con los distintos departamentos de urgencias o con los servicios de guardia como se llamaban en ese momento y ahí me picó el bichito. Después, con el correr del tiempo e  independientemente de mi formación en una especialidad, nunca perdí la vinculación con la emergencia y con el transcurrir del tiempo me fui acercando cada vez más al tema de la urgencia y alejándome un poquito de mi especialidad original que era tocoginecología. Con el paso del tiempo me fui especializándome en otras áreas, como traslado aeromédico, gestión de emergencias, entre otras”, se extendió luego.Actualmente no existe un número importante de médicos que se especialice en emergencias: “hay que partir de la base que en nuestro país, desde el punto de vista oficial, la medicina de urgencia es una especialidad recién desde hace 6 años, no es algo demasiado antiguo. Por otra parte, si bien existen excelentes centros de formación, hay cursos superiores y universitarios, todavía no está muy en claro cuál es la forma de acceder a esa titulatura o especialización. Pero además es un desafío muy grande por las condiciones de trabajo, pasando por los horarios, la dedicación intensiva, el poco reconocimiento que en general hay porque uno siempre se acuerda de su médico de cabecera de cuando era chico, del pediatra que te acompañó durante todo el proceso de la infancia, pero difícilmente te acuerdes de aquel que en determinado momento te sacó de un problema agudo, salvo que se haya establecido una relación pero la verdad es que muchas veces por la rapidez de los tiempos no llegas a saber ni el nombre del médico que te está atendiendo, o incluso por las condiciones en que está el paciente ya que muchas veces ni llegás a poder hablar con él”.De todos modos, Valcarcel señaló que dentro de la formación de Enfermería están apareciendo actividades de capacitación en emergencia: “pero también tiene su individualidad y este es un trabajo de equipo, no lo puede hacer uno solo. No me quiero olvidar de todas las disciplinas y las áreas que tienen que articularse para que esto funcione, porque con un médico de urgencia solo no hacés nada”. Jugando contra el tiempoPara Oscar Valcarcel una de las características que deben tener los sistemas de emergencias es la posibilidad de ir adaptándose a los cambios del medio donde se desarrollan: “con Alberto (Crescenti, director general del SAME) siempre decimos que somos como las bacterias, si no somos capaces de evolucionar nos vamos a extinguir y obviamente en estos últimos años ha cambiado muchísimo no solo la realidad sanitaria sino también todo lo que nos rodea desde el punto de vista tecnológico, de los medicamentos, de las distintas prácticas y procedimientos que se pueden aplicar. Hoy en día la medicina de urgencias que hace tiempo era como, por así decirlo, la hermanita pobre de la medicina, es toda una especialidad que tiene un corpus académico propio y de hecho en algunas universidades es hasta una asignatura, o sea que tiene su propia entidad, su propia individualidad diferenciada del resto de la medicina. Hay diferencias que son fundamentales, tradicionalmente la medicina clásica se basa en un interrogatorio, un examen físico, la presencia de estudios complementarios, diagnósticos diferenciales, se plantea el diagnóstico final, y el tratamiento a utilizar. En la patología de urgencia vos tenés un grave problema que es que estás jugando contra el tiempo, entonces esos pasos se aceleran muchísimo y ni hablar, por ejemplo, de lo que es la parte de prehospitalarios, es decir todo lo que sucede fuera de los muros del hospital, en los que ya de movida te olvidas de la parte de estudios complementarios y tenés que tomar decisiones inmediatamente basadas en lo que ves, en lo que supones y en lo que lograste detectar porque de lo contrario la consecuencia para el paciente puede ser muy gravosa. Muchas veces no tenés elementos en los que apoyarte para cerrar el diagnóstico y te manejas, como decían los antiguos semiólogos, en el ojo clínico, la primera impresión, el interrogatorio muy dirigido y búsqueda de determinados signos físicos”. Articulación del engranaje de emergenciasEn el marco de la charla con Cristina Varela, Valcarcel detalló cómo es el funcionamiento del SAME desde el momento en que llega una llamada a la línea 107: “es el número de emergencia médica de la ciudad de Buenos Aires, un número cortito, gratuito, universal, que te pone en comunicación directa con la central operativa del SAME. Nuestros operadores reciben, analizan, categorizan, despachan y trasmiten; el conductor de la ambulancia que te tiene que llevar es además un colaborador directo; el médico que va a bordo es el que va a hacer el apto médico y luego si hace falta el traslado del paciente a un

Desde las 14 de hoy, los familiares y amigos de víctimas y heridos de la Tragedia de Once convocan a una concentración en Comodoro Py para oír la sentencia por la masacre ferroviaria más grande de la historia. María Luján Rey dialogó con Alfredo Grande e Irene Antinori en Radio La Retaguardia, durante el programa Sueños Posibles (Por La Retaguardia)Foto de M.A.F.I.A.El choque producido el 22 de febrero de 2012 dejó un saldo de 52 muertos y 800 heridos. El juicio llevó más de un año y medio y tiene 28 imputados, todos empresarios y funcionarios, excepto Marcos Córdoba, el motorman. Las pericias realizadas sobre la formación arrojan que el deterioro del tren fue clave para que se produjera el aplastamiento en forma de acordeón de los primeros dos vagones y que el segundo terminara encima del primero. En Sueños Posibles, Alfredo Grande dialogó anoche con María Luján Rey, mamá de Lucas Menghini Rey, una de las víctimas falales cuyo cuerpo permaneció desaparecido mientras estaba dentro del tren, donde fue hallado dos días después.“Esperamos con mucha ansiedad, es sumamente importante para nosotros. Llegamos con la tranquilidad que a lo largo de este juicio tan extenso que comenzó en marzo de 2014 se han puesto de manifiesto una cantidad inmensa de pruebas que el Tribunal tiene en su poder para valorar la responsabilidad de cada uno de los imputados y dictar una sentencia condenatoria”, explicó Rey. Según la activista, el fallo será histórico: “Se condenará a los corruptos, funcionarios y empresarios, amigos del poder, que han permitido que se gestara la masacre o la tragedia de Once y la muerte de 52 inocentes y dejar laceradas las vidas de más de 800 personas”.Rey explicó que la mayor parte del arco político dio su apoyo a los familiares de víctimas. “Lamentablemente, quienes ejercían el gobierno y sus seguidores nos pusieron a los familiares en un lugar que no nos corresponde. Somos familiares que luchan por justicia trascendiendo las banderías políticas. No somos la oposición de un gobierno, sino que nos oponemos a que los corruptos y asesinos de escritorio ocupen cargos en la función pública”. En este sentido, Rey aclaró que hubieran adoptado la misma posición si el gobierno hubiese sido otro o si volviese a pasar durante esta gestión. “Jamás hubo un interés político y partidario. Es el derecho ciudadano de vivir tranquilos y en un país donde los delincuentes sean enjuiciados y encarcelados. El gobierno no lo entendió así y prefirieron sostenerle la mano a Jaime, a Schiavi, a Cirigliano, y faltarnos el respeto en cada oportunidad que tuvieron a los familiares de las víctimas de la tragedia de Once”, dijo.La mamá de Lucas contó que el grupo de familias tuvo una fuerte identificación con los familiares de víctimas de Cromañón y que, al igual que a ellos, intentaron silenciarlos: “Evidentemente esto sucede cuando uno se pone de pie y lucha por justicia, en una lucha que no se compra, que no se vende y que no claudica. A pesar de todos los intentos han tenido resultado con Cromañón ni con nosotros. Lo que sí puedo decir es que los familiares nos hemos sentido siempre acompañados por gran parte de la sociedad y por referentes que nos honra haber tenido a nuestro lado desde el primer momento”. Rey mencionó a tres de las personalidades que apoyan su lucha: “Tener en cada actividad y a cada paso a Nora Cortiñas y Elia Espen es un honor. Que nos haya acompañado quien hoy es el Papa Francisco, que nos haya invitado a Roma para contenernos y darnos aliento. Son esas personas que encarnan los valores por los que luchamos. Estamos muy orgullosos de la lucha que hemos llevado adelante y del acompañamiento que hemos recibido”.Rey reflexionó sobre su vida personal, trascendiendo el momento de la sentencia y la lucha de estos años: “De aquí en adelante estaré de duelo porque a la pérdida la siento todos los días. Su ausencia, su falta. También siento que sigo siendo su mamá, su amor y que él merece de mí lo mejor que pueda dar. Esta lucha me ha permitido sentirme tranquila sabiendo que cumplo con Lucas, con Lara que hoy está conmigo y con mi nieta, la hija de Lucas, haciendo lo mejor que puedo para dejarles un país mejor que el que tenemos”.