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Vanesa Orieta

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¿Quién mató a mi hermano?, la película de Ana Fraile y Lucas Scavino sobre la desaparición forzada y asesinato de Luciano Arruga y la construcción de Familiares y Amigos, ganó el primer premio en el Festival Internacional de Cine de Derechos Humanos de Buenos Aires. En el programa Enredando las Mañanas dialogamos con Ana Fraile desde Alemania, donde vive temporalmente. (Por RNMA)La co-directora de ¿Quién mató a mi hermano? explicó que el Festival Internacional de Derechos Humanos de la Ciudad de Buenos Aires es “el más importante que tenemos en Argentina y para nosotros era como el lugar natural para mostrar la película, es muy emocionante” y aseguró que “las películas que se mostraron fueron muy buenas”.Fraile contó que Scavino, el co-director, le expresó: “Julio Santucho, que es el creador de este festival que ya tiene 18 años, le dijo que estaban a disposición, porque ellos tienen una muestra ambulante durante el año, así que espero que podamos coordinar bien para que cada vez que la película se mueva, tanto en el circuito comercial como en eventos que nosotros creemos, pueda ser acompañada por este festival también, así que hay como mucho recorrido para adelante”.Ana Fraile no estuvo en la entrega de premios, porque vive temporalmente en Nüremberg, pero relató lo que Scavino le contó: “se empiezan a entregar los premios, primero fue el del público, las menciones y demás, y el último fue el de ¿Quién mató a mi hermano?. Lo que me dijo, que a mí me pareció que es parte de lo que nos pasó a nosotros dos como equipo, es: ‘mirá, yo siempre escuché a Vanesa, escuché a Mónica, la vimos en el archivo a Norita diciendo <<Luciano Arruga presente>> y sabés que esta vez me salió decirlo’, entonces por primera vez lo dijo, le salió, y todo el cine o la gente que estaba ahí en la ceremonia gritó con él, entonces para mí fue como la frutilla del postre porque es parte de lo que sentimos con Lucas en todo este proceso”. En ese punto, destacó que La Retaguardia, desde donde se hizo ese día el Enredando las Mañanas, participó: “no es que participó, en una parte. Nosotros empezamos a hacer un recorrido tímido, lento y con cierta distancia, y habernos encontrado con ustedes hizo que se hiciera como un puente y que pudiéramos unir las experiencias de cada uno y crear un equipo que creo que a este documental le hizo muy bien, y parte de lo que tiene es eso. Entonces para mí es muy importante y fundamental que quienes hacemos documentales podamos acercarnos a investigadores periodísticos, sobre todo de medios alternativos, para poder trabajar en conjunto. Creo que este proyecto muestra la fuerza que tiene cuando los documentalistas nos unimos a periodistas investigadores de medios alternativos, no de medios masivos y oficiales”.Desde el Enredando, le pedimos a Fraile que simulara el discurso que hubiera dado en la premiación, entonces dijo: “dedicaría el premio a Luciano, a Vanesa, a Mónica y a todo el grupo de Familiares y Amigos. Y a ustedes, y diría lo que le dije a Lucas desde el inicio: que me parece que hacen falta 30.000 más, que esta película y la forma que tuvimos de hacerla solamente fue una corroboración de la importancia de contar la vida, no solo de quienes fueron víctimas de desaparición forzada, sino de la lucha de las familias, de los amigos y del entorno por descubrir qué sucedió, entonces este sería como nuestro aporte a la memoria de Luciano”.Acerca de futuras proyecciones, aclaró: “Lo que estamos planeando es poder estrenar a fines de septiembre, principios de octubre, y lo que nos gustaría es poder trabajar en conjunto el estreno en los cines con las organizaciones y los barrios, porque estaría buenísimo que podamos llenar las salas y que todos puedan ir a ver la película al cine, y para eso vamos a tener que juntar recursos para poder hacerlo, entonces estamos trabajando en ese sentido. Después de que sea ese recorrido en los cines vamos a poder llevar el documental a todos los lugares que queramos”. Y contó que: “nos seleccionaron en una escuela de cine y DDHH en Venecia, y esa selección es justamente para desarrollar ese proyecto, para poder encontrar financiamiento y fondos para poder bancar una movida así de poder mostrar la película en todos los lugares que nosotros queramos y no solo en los que podamos”.Consultada acerca de por qué no aparece mencionado Daniel Scioli, gobernador de la Provincia de Buenos Aires cuando desapareció Luciano Arruga, Ana Fraile respondió que “no lo nombramos, como no nombramos a ninguno de ellos, porque en realidad decidimos nombrar a quienes llevaron adelante una lucha, una búsqueda y una pelea que nos parece que es lo que hay que poner en relieve. Todo lo demás no mencionamos a ninguno, decidimos hacer el camino de poder sensibilizar a partir de la búsqueda de verdad. Tenemos claro quiénes son esas personas y lo único que tienen que hacer es ir presos por ser responsables de crímenes, y no solo de uno, lo tuvimos claro desde el inicio”.Si hay algo que está latente en la película todo el tiempo es que el caso de Luciano Arruga no es un caso aislado, sino que es parte de una problemática. Es notorio que tampoco es cuestión de un gobierno en particular y es evidente es que las fuerzas de seguridad del Estado tienen estas prácticas.“Era tanta la cantidad de gente involucrada a lo largo de todos estos años que la decisión justamente fue mostrar la lucha que lleva adelante Familiares y Amigos en contra del Estado, de la forma que sea, nos pareció que ahí estaba el corazón de la historia”, finalizó la directora. DESCARGAR

El 31 de enero se cumplió un nuevo aniversario de la desaparición de Luciano Arruga. En esta nota, repasamos solo algunos de los hechos más significativos en la lucha por verdad y justicia impulsada por sus familiares y amigos. Un caso emblemático que ayudó a visibilizar una problemática, aunque (todavía) sin resolución judicial. (Por Rosaura Barletta para La Retaguardia*) *Esta nota fue publicada en la edición de enero 2019 de La Retaguardia Papel. Ante las declaraciones de Patricia Bullrich, que consideró el caso de Luciano una construcción de organismos de derechos humanos, publicamos esta nota que es apenas un mínimo repaso por la causa. Fotos: Agustina Salinas y Natalia Bernades Podríamos decir que la historia de la desaparición de Luciano Arruga comenzó hace diez años, y eso tendría sentido. También podríamos decir que comenzó hace doce, cuando el ex intendente de La Matanza fundó el destacamento policial que luego sería su peor pesadilla. Lo cierto es que hay cinco años y ocho meses que deberían -y pudieron- haberse evitado. Es el período en el que el paradero del joven de 16 años fue una incógnita sin sentido. Ni muerto ni vivo, estuvo, al menos para la justicia, que definió su búsqueda hasta el 2013 como averiguación de paradero. En ese año, la Justicia Federal tomó el expediente y cambió la carátula: ahora se habla de una desaparición forzada de persona. Y aunque el delito es de lesa humanidad y la letra es clara -sólo puede ser cometido por el Estado-, en todo este tiempo no declaró ningún efectivo policial, y sí lo hicieron reiteradamente los amigos de Luciano. Amigos que, además de ser señalados implícitamente como quienes deberían (y no pueden) aportar información relevante, son blanco de hostigamientos y persecución hasta el día de hoy.Ahora podemos ir a los hechos. Luciano Arruga tenía 16 años cuando, el 31 de enero de 2009, fue secuestrado, torturado y desaparecido. Con el hallazgo de su cuerpo, se comprobó que los límites de la tortura exceden ampliamente a los de nuestra imaginación; o peor: la tortura no tiene límites. Sus segundos finales constituyen una escabrosa historia irreproducible en la dimensión que realmente reviste. Corrió por la vía rápida de la General Paz y fue atropellado por un auto. Un accidente. Listo. Fin. NN. Así se expresó, al menos con el cuerpo la versión oficial. Enterrado como NN en el cementerio de la Chacarita, con una autopsia inconducente -e incorrecta- se descompuso al mismo ritmo en que era instalado el tema en la agenda pública: hay un desaparecido por la Policía en democracia. El debate sobre la mesa fue aún más profundo que eso. El fulgor de las expresiones contra la inseguridad devenidas en fascismo en el caso del barrio de Lomas del Mirador, con una organización encabezada por el “vecino” Gabriel Lombardo, hacían varias veces más dificultosa la campaña por la aparición con vida de Luciano, que desde el 31 de enero faltaba de su casa. También ponía obstáculos la fiscal Roxana Castelli, que puso la investigación en manos de la propia Policía denunciada y se negó a recibir a la familia de Luciano durante los 45 días en los que tuvo la causa a su cargo, días en los que se perdieron pruebas fundamentales. 2009 fue un calvario. Las primeras pericias Tuvieron que pasar tres meses sin noticias de Luciano para que se realizara el primer peritaje en el entonces destacamento de Lomas del Mirador, el que su familia señalaba con convicción y conocimiento de causa. Lo ordenó la nueva fiscal, Celia Cejas, luego de que Roxana Castelli fuera removida. Los perros reaccionaron de forma positiva en la dependencia policial, reconociendo rastros de Luciano, y también lo hicieron en el Monte Dorrego, un descampado de la zona. También, observando el recorrido del GPS de los patrulleros, se supo que uno estuvo parado en el predio peritado durante dos horas en aquella madrugada. La medida trascendente, sin embargo, llegó dos años después: el peritaje con luminol. Se trata de un líquido que permite detectar ADN y otros elementos pero, dos años después, ningún material genético coincidía con el de Luciano, que pudo haberse deteriorado o “limpiado”.Hasta mediados de 2012 y con interrupciones reiteradas de la fiscalía y el juzgado, el Grupo Antropológico Arqueológico Memoria e Identidad (GAMI) trabajó en el Monte Dorrego y se utilizó un aparato llamado georadar, que identifica remociones en la tierra. Efectivamente había habido movimientos en la tierra del descampado y del entonces destacamento. Estas medidas de prueba no significan nada en sí mismas, tampoco aisladas, sino como parte de una investigación que se desarrolla con celeridad, en la que una medida conduce a la otra. Pero para llegar a la siguiente, que fue el cambio de carátula de la causa y su traspaso al fuero federal, hubo que esperar hasta 2013. El tiempo relatado transcurre con rapidez, casi a toda velocidad en estas líneas, es que es una enumeración de acciones tan pequeñas -y mayoritariamente inconducentes- que son difíciles de ubicar con el grado de lentitud con que sucedieron.Primero, como resultado de la reunión que la familia de Luciano había tenido con el entonces gobernador Daniel Scioli en agosto de 2012, y de forma tardía, el ejecutivo de la Provincia tomó la decisión de desplazar a los ocho efectivos sospechados por la desaparición de Luciano. Néstor Díaz, que se desempeñaba como subcomisario en la seccional 1 de Esteban Echeverría; el subcomisario Ariel Herrera, que prestaba servicios en la 4 de Morón; el subteniente Oscar Fecter, de la 1 de Lomas de Zamora; el subteniente Daniel Alberto Vázquez, de la 2 de Lomas de Zamora; el oficial Martín Monte, de un destacamento de Pompeya y Damián Sotelo, José Márquez y Hernán Zeliz, de las comisarías 1, 2 y 3 de Morón. El poder judicial, quedó demostrado, tiene una lógica conductista: se impulsa con estímulos. El estallido mediático del pase a disponibilidad de los policías desembocó en el cambio de carátula de la causa: con ocho sospechados fuera de la fuerza,

Este domingo se vio por primera vez en cines ¿Quién mató a mi hermano?, la película de Ana Fraile y Lucas Scavino que recorre la trágica historia de Luciano Arruga y, en paralelo, la construcción colectiva de Familiares y Amigos. Una de las integrantes de La Retaguardia asistió a la función de prensa y comparte en estas líneas algunas de sus sensaciones más descarnadas. (Por Agustina Salinas para La Retaguardia) Vanesa Orieta cuenta que su angustia aumenta a medida que se acerca a la General Paz. Ahí es donde Luciano corrió escapando, con miedo, de no sabemos cuántas vejaciones, torturas y humillacione por parte de la policía aquel 31 de enero de 2009. Desde ese día, Luciano se sumó a la lista de desaparecidos en democracia. La perversión de poder hacer y deshacer impunemente se estaba desbarantando porque Luciano dijo NO. Y al decir “no robo para la policía” se le responde con torturas. En el recorrido de la película, Vanesa recuerda la impunidad en el caso de la desaparición, tortura y muerte de su hermano Luciano, y reconoce que tiene furia. Lo que desea es que “el caso de Luciano visibilice la problemática de represión y violación de derechos que sufren los pibes y las pibas pobres”. Esto y muchísimo más, dice Vanesa en el documental ¿Quién mató a mi hermano?, de Ana Fraile y Lucas Scavino, que se estrenó ayer en el BAFICI. No sabría qué agregar a esos relatos del documental. Familiares y Amigues lo dijeron todo. Se lo dijeron en la cara al torturador de Luciano, el oficial de la policía Diego Torales. Se lo dijeron en la cara al abogado Juan Grimberg, defensor del torturador: “Mi hijo era cartonero porque decidió no robar para la policía”, dijo Moni, su mamá, en ese juicio. Se lo dijeron al cordón de policías: “¡Ustedes son una manga de lacras! Mi nieto no quiso robar para ustedes, por eso lo masacraron”, gritó Marta, la abuela de Luciano. Lo dijeron todo, señalaron a toda la cadena de responsabilidades en la desaparición de Luciano: a los policías, al juez, a la fiscal, al intendente, al gobernador. Nunca se callaron ni se cansaron de preguntar: ¿Dónde está Luciano? Armaron afiches, stencils, remeras. Montaron una radio para desbaratar el relato hegemónico y para seguir preguntando: ¿dónde está Luciano? Se bancaron lo peor de la miseria estatal: el poder institucional para armar un plan de impunidad y persecución. Porque la desaparición de Luciano continuó con un hostigamiento constante a todxs lxs familiares y amigxs. Sin embargo, el abrazo colectivo y la organización entre ellos y ellas fue determinante para desentrañar qué pasó con Luciano. ¿Dónde está mi hermano? fue el primer título del documental, que se ve tachado intencionalmente en el afiche… En el transcurso del registro audiovisual, encontraron el cuerpo de Luciano. Luego de 5 años y 8 meses de atropellos -por usar una definición o sinónimo absurdo de todo lo injusto- lo cambiaron por “¿Quién mató a mi hermano‘”. La lucha de familiares y amigxs tuvo ese desenlace pero no un final. Encontrarlo fue el resultado de un camino que no se terminó, se replicó en muchas más denuncias a la represión estatal. Si hay algo que es constante en el documental son las emociones: llantos, tristezas, furia. En las secuencias silenciosas de la película, que muestran el barrio 12 de octubre con fondos de luz azul policial, dentro de la sala de cine se escuchan los llantos. Incluso varixs trabajadorxs del festival se sumaron a mirar. No emocionarse con esa sucesión de relatos descriptos es muy dificil. Si nos duele mirarlos, sentirlos en el cuerpo es inexplicable. Y bien lo dice Pablo Bregante después de tocar unos acordes: “me pasa algo raro, no sé por qué”. Debe ser esa molestia llamada injusticia. O “justicia de mierda”, como gritó Vanesa.

Como cada año, cuando llega la fecha para marchar por Luciano, medios comunitarios, alternativos y populares, confluimos para realizar una cobertura conjunta. Aquí la crónica de la marcha, con testimonios recogidos durante la transmisión radial. (Por Medios Comunitarios, Alternativos y Populares*) Entre todas las angustias con las que cargan los Familiares y Amigos de Luciano Arruga, durante la semana una les significó un peso que podríamos considerar casi banal: “¿Qué hacemos si llueve el sábado?”, se preguntaron casi a coro. Algo estaba claro y era que la lluvia no los iba a parar. No los frenó el poder del Estado desaparecedor en todas sus formas, mirá si una tormenta podría hacerles caer al piso. Para variar, el pronóstico del tiempo falló. Pero no fue el único intento de anticipo que evidenció errores de cálculos. “Es enero”. “Hace mucho calor”. “Es lejos, lo tendrían que hacer en la Plaza de Mayo o en el Congreso”. Estas y otras frases que anunciaban una marcha floja, parecieron haber sido forjados, de tan errados, en el Servicio Meteorológico. La Matanza, y en particular Lomas del Mirador, tembló el sábado durante toda la tarde, en una marcha que se mostró por avenidas visibles en el comienzo para luego meterse en la 12 de Octubre, el barrio donde vivió Luciano Arruga y en el que aún permanece parte de su familia.La cita fue en Av. Gral. Paz y Mosconi. Un puente separa allí algo más que dos distritos. Del otro lado de la circunvalación que divide Buenos Aires Provincia de Buenos Aires Ciudad (expresado de una manera muy PRO), Mosconi se convierte en Emilio Castro. Las cervecerías de moda y los restoranes chetos cambian la fisonomía por completo. Pero estamos del otro lado. En todo sentido. Y ese otro lado no es cualquier lugar. Vanesa Orieta, la hermana de Luciano, lo contó mejor que nadie en el comienzo de la transmisión radial conjunta de los medios comunitarios: “Nos encontramos hoy acá en General Paz y Mosconi. Para nosotros es un lugar que nos recuerda el 17 de octubre del año 2014, que es el momento en el que logramos encontrar los restos de Luciano”. No sorprende encontrarse allí con Pablo Pimentel, referente de la APDH de La Matanza, el primer organismo de derechos humanos que le abrió la puerta a Vanesa. Pimentel remarca lo que es evidente: hay un antes y un después del día que Luciano dejó de ser un NN enterrado en el cementerio de Chacarita. “Ahí empieza una nueva etapa, lo que es el 17 de octubre de 2014, y a partir de ahí la realidad es que si no habla la gente que vive sobre esta colectora y denuncia y cuenta lo que pasó esa madrugada cuando a Luciano lo obligan a bajar de un patrullero y lo obligan, como a Ezequiel Demonty, no a cruzar el Riachuelo sino a cruzar una autopista… es lo que todavía está impune, es lo que todavía hay que investigar y debe ser juzgado”. La marcha arranca cuando el camión, que oficiará también de escenario, dobla desde la colectora hacia Mosconi. “Bienvenidos al Partido de La Matanza”, dice un cartel que quedará más tarde en clara minoría entre los pasacalles y los carteles que rápidas brigadas irán colgando en los postes, subidos unos/as a los hombros de otros o a una escalera, lo mismo da. Carteles con las caras de Rafael Nahuel, Santiago Maldonado, Daniel Solano, y tantas otras víctimas de la represión estatal.Pimentel hace balance: “10 años que han sido de una búsqueda y lucha intensa de parte primero de los familiares, de los amigos, y de los organismos que a primera hora nos vinieron a ver y nos pusimos a disposición. Mucha indiferencia de parte de la justicia, una cantidad de hechos que han subestimado a la familia, como las escuchas telefónicas; cuando la causa se federaliza toma otro tono y pudimos demostrar que cuando el Estado se hace presente con todo sus actores, utilizando la figura del habeas corpus dio resultado. Ojalá que quienes tienen que ahora hacer justicia reúnan todos los elementos que necesitan y los responsables de lo que sucedió, empezando por los responsables políticos, que se lo dijimos en ese momento cuando nos reunimos con el gobernador. Desde Daniel Scioli para abajo tendrán que hacerse cargo de la policía que formaron, la que no cuidaron, y la que reclutó a jóvenes (entre ellos a Luciano). La negativa de un joven a robar para la Policía es la condena de muerte o que lo empapelen y vaya a una cárcel. La reflexión es que ahora tiene que haber una verdadera justicia, que los responsables materiales e intelectuales vayan presos”. Entre las banderas de las organizaciones sociales y políticas hay una que sobresale. No por tamaño ni por colores, sino porque tiene la cara de Luciano como emblema. Es la columna de La Poderosa. Nacho Levy explica que no están ahí por la muerte de Luciano, sino, más que nada, por su vida: “La vida de Luciano Arruga, que a nosotros nos acompaña en cada uno de nuestros barrios, en cada una de nuestras asambleas, todos los días del año desde antes de que nos conociéramos, cuando Luciano estaba vivo resistiendo contra lo mismo, contra lo que resisten nuestras ranchadas: negándose a robar para la policía e intentando dar cuenta de cómo funciona la inseguridad auspiciada por las fuerzas de seguridad dentro de nuestros barrios. Hasta el día de hoy que Luciano está en el pecho de todos nosotros en esta marcha y en todas las marchas. Porque con Rodolfo Walsh y Juana Azurduy forman el logo de La Poderosa y no por casualidad, no porque sea un símbolo, no porque sea un homenaje, sino porque es la verdad. Nosotros somos una organización que surgió de las barriadas y de los conocimientos que los movimientos populares forjaron en su resistencia. No salimos de una universidad y aprendimos a jugar al fútbol hombres y mujeres con los parámetros que había escrito Paulo Freire

16 años son mucho para demasiadas cosas. Para el dolor de los familiares, 16 años de tristeza imparable. También son gran cantidad de años para la impunidad. Dos policías presos por las crímenes de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, pero siguen siendo para la justicia dos locos sueltos, dos zarpados. 16 años de acumular testimonios de ex funcionarios o de referentes políticos dan cuenta de que la represión estaba preparada, y que la planificación contemplaba la brutalidad que luego se vio. Aquí compartimos un fotoinforme y las intervenciones desde el escenario, durante la Jornada Cultural que se realizó el domingo en la Estación Darío Santillán y Maximiliano Kosteki. (Por La Retaguardia)Fotografías: Agustina Salinas / Audios: Fernando Tebele / Redacción: Paulo Giacobbe y Fernando Tebele. Entre aplausos, Alberto Santillán comenzó a agradeciendo a los presentes, a las Madres, a Vanesa Orieta, a Vicente Zito Lema, a Orlando (Agüero) que acompaña  en la Comisión Independiente por Justicia por Darío y Maxi, a sus hijos y nietos. También dijo que Nora Cortiñas no pudo ir por estar enferma y le mando un fuerte abrazo. Luego repasó lo conseguido: “Estamos a días de cumplir 16 años del asesinato de Darío, del asesinato de Maxi. Lo que hemos conseguido lo hemos conseguido en las calles, la condena a perpetua a Fanchiotti y  Acosta, hemos conseguido que esta estación no se llame más Avellaneda, esta estación se llama Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, hemos conseguido que el poder judicial que nos ha archivado la causa, hemos conseguido que se desarchive la causa”, y pidió un fuerte aplauso para “los abogados que dan todo y no piden nada”.  Y denunció lo que falta: “Ni la justicia ni el poder político nunca tuvieron la mas perra idea de investigar a los políticos, hace unos días nos tenemos que fumar que Felipe sola se presente para candidato a presidente, que bronca, que impotencia”. Y lo que genera bronca: ”No puedo ver que compañeros que caminaron al lado de Darío, al lado mío exigiendo justicia, que hoy estén encolumnados  atrás del asesino de Sola, no lo voy a perdonar, no me voy a olvidar, entonces parece que cada hombre tiene su precio, se cagan y pisan a los asesinados. No solo están los asesinos, están los traidores, no permitamos que después vuelvan. Basta de pisar el cadáver de Darío y pisar el cadáver de Maxi para ellos avanzar”. Alberto relató la importancia de estar acompañado y sumarse a otras luchas: “Uno se fortalece. Como padre voy a varios lugares, y me solidarizo con muchos casos como ellos se solidarizan conmigo, es ahí donde uno se pone fuerte. Porque uno esta al lado de un par que también necesita que estén al lado de él, y esa persona se da cuenta que también uno necesita. Solos no podemos hacer nada. Yo solo no hubiese podido sostener estos 16 años de justicia sino fuera por ustedes. Por distintos movimientos, madres,  padres, y tantos compañeros”. La desaparición seguida de muerte de Santiago Maldonado y el accionar represivo como política de Estado: “Si hablamos del caso de Santiago Maldonado todos los que tuvieron que ver con la desaparición y asesinato de Santiago Maldonado, fueron todos ascendidos. Después viene la doctrina Chocobar, este asesino recibido por el presidente, generando todas muertes nuevas. Total, si el gobierno los ampara, la justicia los ampara, matemos a los pibes. Esto es una demostración, la de hoy, de que estamos firmes. Que nadie piense que vamos a claudicar”. Por ultimo, Alberto, recordó a su hijo Darío y dijo estar orgulloso de ser su padre: “Darío decía la importancia de creérnosla, porque si nos la creemos, vamos a poner a cada uno en su lugar. Y él hablaba de toda esta clase política, corrupta, asesina. Son 16 años y nadie me quita el orgullo, si bien el dolor es grande, nadie me quita el orgullo y en él me fortalezco. Sigo aprendiendo de Darío. Yo hace rato que no había visto el documental de Dari y lo fuimos a ver el otro día con los compañeros de Lanús, y si bien me pego fuerte, por otro lado también esta esto de que uno es digno, de que uno tiene, porque él vive en nosotros,  un hijo al cual hay que honrar, que no hay que quedarse en la calle llorándolo, sino todo lo contrario. Seguir y seguir. Si bien la justicia va a tardar en condenar a los autores intelectuales, este es el camino, nos va a costar mucho. Tenemos el ejemplo de las Madres. Nadie nos va a correr. Nadie nos va a callar la boca, nadie de la clase política va a tener la tranquilidad suficiente porque donde vayan los iremos a buscar”. Recién llegado de Patagonia, donde estuvo acompañando a los familiares y amigos de Daniel Solano en el juicio que investiga la desaparición y asesinato del trabajador, Vicente Zito Lema explicó que fue “para que los nueve policías tengan la sentencia que merecen y que otra vez el poder, con las artimañas del poder judicial,  trata que esto no se cumpla”. Anteriormente había estado en un acto en Mar del Plata por Santiago Maldonado. “La muerte no tiene reparo. Los asesinatos tampoco. Pero los asesinos tienen que pagar por lo que han hecho. Aquí hay mucha gente joven y eso es hermoso. Cuando hace 16 años asesinaron a los compañeros Darío y Maxi, eran apenas niños o recién saliendo a la vida y aquí están. La muerte está pero la vida también esta y de eso se trata. Esa historia de pelea contras el poder que es la muerte y ponerle el cuerpo, la dignidad, la memoria, el amor, la fraternidad, el deseo de no bajar los brazos por mas que parezca que hay noches que son eternas y que no hay nada que hacer contra el poder y el terror. Y eso no es así, compañeros, nunca bajaremos los brazos. Porque bajar los brazos es entregar el país a los compañeros caídos, a los compañeros

Es imposible contar aquí todo lo que escuchamos y vimos. Es imposible. Fueron incontables los testimonios en la jornada a 9 años de la desaparición de Luciano Arruga. Cada nuevo evento trae consigo a nuevas familias de nuevos lugares del país, por eso es que el clima se debate entre historias desgarradoras, de dolor y bronca, y lugares de encuentro con una valía inconmensurable. Sergio Maldonado y Mónica Alegre, pero también las madres de víctimas de gatillo fácil haciendo trencito al ritmo de las Kumbia Queers y los niños y niñas prestándose a los juegos de Anda Calabaza. Por eso es una cobertura difícil que llevamos adelante Radio Zona Libre, Radio Presente, Radio Sur, Espantarrejas (FM Riachuelo), La Colectiva, Dtl!, La Tribu, Antena Negra, FM En Tránsito y La Retaguardia. Acá compartimos sólo una mínima parte de los testimonios que se oyeron a lo largo del día, tanto en la transmisión radial de la actividad como en el escenario y las distintas asambleas, y el registro fotográfico de Laki Pérez, y Agustina Salinas y Natalia Bernardes de La Retaguardia. (Por *Medios comunitarios, alternativos y populares) Sergio, hermano de Santiago Maldonado La presencia del hermano de Santiago generó que muchos familiares quisieran conocerlo, sacarse una foto con él y con Andrea Antico, su compañera. Que quisieran contarle el caso de su familiar, o simplemente darle un abrazo. En su intervención durante la Asamblea de familiares, Sergio aclaró que venía a acompañar y que no había preparado qué decir. Sin embargo dijo mucho en pocas palabras: “A todos nos une por ahí el mismo sufrimiento, y es algo que el que lo puede entender es al que le pasó. No por lo que te dicen, o por lo que se puede imaginar, o sea todo el proceso va por dentro. Yo, personalmente, estuve 5 meses muy arriba y no tuve tiempo de asimilarlo. En este último mes, como que me cae la realidad. Me la paso llorando, siento mucha tristeza.  Y su vez siento que a veces nos tocan cosas y no las podemos evitar. Hoy venía en el avión y venía pensando en Luciano, que tendría por ahí 25 años. Con tan solo 16 años plantarse en una situación, y decir no va más, y ponerle el cuerpo. Yo me ponía en el lugar de Vanesa y debe ser…, o sea no debe ser, es doloroso. Pero también uno siente un orgullo de ese hermano, cuantos Lucianos por ahí él salvó; sí que lo vemos desde ese punto de vista. Puso el cuerpo para algo, para una causa, él dijo basta. Por ahí es difícil que a una madre, me pasa con mi vieja, no lo entiende y no le importa el haber dicho que no. Pero es una persona que pone el cuerpo para que otros no pasen por lo mismo, y tenemos que aprender de todo eso. Y parece que fuera el último, y después viene otro. Y ahora lo último que es Rafa (por Rafael Nahuel). Simplemente hay que acompañar, y estar juntos. Los políticos van y vienen, los gobiernos cambian. Y al que le reclamamos hoy, y el que nos apoya hoy, seguramente va estar dentro de un par de años. Y dentro de un par de años le golpearemos la puerta y seguiremos reclamando. Y a veces la justicia es así como lo que me tatué acá (y muestra un tatuaje en su brazo izquierdo, en el mismo brazo que se tatuó la cara de Santiago, que dice “Los dinosaurios van a desaparecer”) que está toda rota, quebrada, no se entiende. Y bueno, es lo que nos toca vivir, no tenemos escapatoria. Así que, simplemente agradecer por dejarme participar en este espacio y poder escucharlos a todos, a cada uno y a las familias. Muchas gracias, y gracias a Vanesa que la quiero mucho. Y por el apoyo grande que me dio, y me va acompañando. Y a veces no le entendía las cosas que me decía, y ahora, con el paso del tiempo, lo voy comprendiendo. Muchas gracias, ¡y Luciano presente!”.  Nora Cortiñas, Madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora Como cada jornada en la que se reclama justicia, Norita Cortiñas estuvo presente en el escenario y pidió recordar con alegría a los pibes y pibas que ya no están: “Es una jornada muy triste, pero hay que recordarlo a Luciano con una sonrisa. Y así tienen que ser los recuerdos. Para recordar lo mejor y todo lo bueno que ellos tenían. Querían que todo el mundo fuera feliz, que viviéramos en un mundo donde nadie pasara penas ni necesidades”, expresó la titular de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora que no se olvidó de los trabajadores del Estado despedidos en estos últimos días: “Hoy se dijeron y explicaron situaciones que estamos viviendo. Entre todos y todas tenemos que luchar para salir de esta situación. Hoy, a otra empresa más del Estado le llegó el ajuste. Es una lista de más de 250 trabajadores. Es un dolor continuo. Hoy están ahí, en el INTI, un espacio del Estado donde son necesarios todos los trabajadores, como es el Posadas, como es el Ministerio de Defensa y como todos los ingenios. Cada trabajador es imprescindible. Están haciendo un vaciamiento de voluntades de toda la vida. Gracias a ellos fuimos saliendo, caminando, de lo que fue el terrorismo de Estado elaborando un Estado constitucional día por día. Todos los trabajadores de todos los espacios son imprescindibles. No va a hacer falta suplantarlos. Nosotros vamos a tener que ser los forjadores de un camino en el que de a poquito volvamos a renacer como un país con justicia social, con toda la justicia, donde no haya represión y no haya persecución a todos los luchadores que quieren un país para todos y todas. Está en nuestras manos. Está en nuestra voluntad”, manifestó. Norita también habló de la necesidad de unirse para enfrentar a un enemigo común y tratar de apaciguar algunas diferencias para forjar ese camino hacia un

El 17 de octubre se cumplieron tres años de la aparición del cuerpo de Luciano Arruga enterrado en un cementerio como NN. Ese mismo día, ahora sabemos, el cuerpo de Santiago Maldonado apareció en el Río Chubut. Trágicas coincidencias que podrían ser casuales, o no. Cuando la familia de Santiago todavía no lo había reconocido, en el programa Otras Voces Otras Propuestas, conducido por Luis Angió y Rosaura Barletta, estuvo invitada Vanesa Orieta, hermana de Luciano. Su rol en la lucha por la verdad en el caso de su hermano fue inagotable y un ejemplo para las familias que aún hoy buscan a sus desaparecidos, o buscan verdad y justicia, como sucede ahora con la familia de Santiago. Orieta continúa reclamando justicia y castigo a los responsables por el asesinato de Luciano. (Por La Retaguardia) Para comenzar, Vanesa expresó sus sentimientos a poco de haberse cumplido 3 años de la aparición de los restos de Luciano Arruga, el mismo día en que se encontró un cuerpo en el Río Chubut, que en ese momento no estaba confirmado que perteneciera a Santiago. En ese contexto, pidió respeto para la familia, a quien consideró la única voz autorizada para proclamarse al respecto: “Es un día más en el que se vuelve a recordar un nuevo aniversario, esta vez de lo que fue la aparición de Luciano. Seguramente van cambiando las formas en las que una va transitando el dolor. Hoy tengo dolor. Fue un día de guardarse un poco y pensar, en un contexto en el que también tenemos que acompañar a una familia que vuelve a pedir la aparición de una persona, Santiago Maldonado. En el medio de esta noticia del hallazgo del cuerpo que podría ser el de Santiago, hay que esperar a la familia. Lo mismo decíamos nosotros cuando nos enteramos que había aparecido Luciano. La única voz autorizada para informar sobre el caso iba a ser la familia. En este caso pasa igual, a los únicos que vamos a escuchar son a los familiares de Santiago Maldonado. Es difícil describir qué se siente”, relató la hermana de Luciano, que puso en palabras ese sufrimiento: “El daño está hecho. Por más que uno se muestre firme, fuerte y contundente en las palabras, hay un dolor y un daño que es irreparable. Hay cosas que solo sabrán los más cercanos, esos males con los que nos han dejado y debemos lidiar en el día a día”, afirmó. Medios y Justicia, pareja infernal Como está pasando también en el caso de Maldonado, además del dolor propio de la desaparición y asesinato de su ser querido, la familia debió soportar la crueldad mediática y el encubrimiento por parte de la Justicia y el Estado: “Los tiempos de los medios, y en conjunto con la perversidad de los actores políticos y judiciales, hacen que la familia no pueda tener una reacción a tiempo para contestarles a estos sujetos entendiendo la magnitud de la perversidad y el sadismo. De este lado, nunca se puede imaginar hasta qué punto pueden llegar, pero pueden llegar al punto de digitar cuándo puede aparecer ese cuerpo que se está buscando. A nosotros nos ha llevado 6 años en poder encontrar a Luciano. Existe una causa con una carátula de desaparición forzada en la que hay muchas dudas respecto a la investigación. Esas dudas tienen que ver con la impunidad que ha creado la misma Justicia, el Estado en su conjunto. Ese daño hace que las familias no podamos entender las lógicas que operan, pero existe una lógica. A esta altura los familiares somos capaces de pensar hasta lo que cualquier ser humano que no ha transitado por esto no podría pensar. No tengan dudas. Son capaces de esto que estamos viendo por televisión, de plantar una teoría de que Luciano fue muerto por un simple accidente de tránsito y de mucho más” dijo haciendo referencia a las operaciones de algunos medios de comunicación y funcionarios políticos que se empeñan en desviar las responsabilidades.Precisamente, las familias conocen sobre quiénes recaen esas responsabilidades y al mismo tiempo entienden el poder que hay en juego, que les otorga casi absoluta impunidad: “Los familiares nos sentimos con total autoridad de decir que sabemos claramente quienes son los responsables de cada una de las desapariciones forzadas. Viendo y discutiendo con muchos familiares acerca de cuáles son las lógicas que operan, empezamos a entenderlas. Por eso, también nos arriesgamos a compararlas con las lógicas propias de lo que fue el genocidio. Los responsables tienen nombre y apellido, pero también tienen poder para poder ocultar cada una de las responsabilidades que les cabe. Con toda su furia y su poder pueden arremeter en contra de cada uno de nosotras, utilizando la información de nuestras vidas como ellos quieran para poder deslegitimar nuestras luchas y nuestras voces. Sabemos claramente de lo que son capaces. Son capaces de lo peor que uno pueda imaginarse. Lo que vemos en las series de televisión y en las películas de ciencia ficción, es la realidad misma. Estos tipos se mueven con ese poder, con total impunidad”, denunció Orieta.Una sociedad apática, que no se sensibiliza con las luchas de estos familiares desesperados, juega un rol fundamental para lograr que puedan desviarse e ignorarse de una manera macabra los pedidos de aparición con vida y castigo a los culpables de cometer estos crímenes de lesa humanidad: “Mientras, por supuesto, hay un gran número de seres humanos parte de esta sociedad que no está comprendiendo el gran problema que tenemos dentro. Uno se desespera porque todos empecemos a mirar de la misma forma esa verdad. No tenemos que obligar, tiene que nacer genuinamente el mirar con ojos críticos esta realidad que nos está superando y desbordando a todos. Yo creo que a todos nos interesa lo mismo, defender la democracia. Que tu sobrino y mi hijo puedan vivir en una sociedad donde estas cosas no sucedan más; donde no tengamos miedo de que si van a una marcha los detengan y los torturen

Mañana continuará el juicio contra el policía Daniel Santiago Veyga acusado por los asesinatos de Jonatan Kiki Lezcano y Ezequiel Blanco, ocurridos el 8 de julio de 2009. El martes pasado comenzó el debate oral que no fue público, ya que el Tribunal Oral Criminal Nº16 prohibió el ingreso de la prensa, salvo para tomar fotografías. Sin prensa no hay garantía de que un juicio sea público. De todos modos, intentamos armar la crónica que hubiésemos escrito si hubiéramos podido presenciar, pero lo hicimos a través del relato de Vanesa Orieta en el programa de Familiares y Amigos de Luciano Arruga y en la entrevista de La Retaguardia a Matías Busso, abogado de las familias. (Por La Retaguardia) Foto: Veyga se tapa el rostro para evitar ser visto (La Retaguardia) Sin prensa no es público “Esta es la mirada de un familiar que va a acompañar en este caso a los familiares de Kiki Lezcano y Ezequiel Blanco. Teniendo en cuenta que ya hemos participado de otros juicios, no cambia la actitud y la relación que tienen los jueces con los familiares que denuncian la represión por parte de los gobiernos constitucionales. En primer lugar, estábamos en una sala muy chica cuando la familia había solicitado una cantidad de asientos para que pudieran estar los familiares, organismos de derechos humanos, organizaciones sociales, periodistas. El trato es el mismo que en otros casos. Una sala muy chiquita. Fuimos pocos los que pudimos ingresar para acompañar a la familia. Pasó una tanda de periodistas que tomaron fotografías pero no pudieron quedarse en un juicio que era oral y público”. La primera que nos ayuda a realizar esta crónica es Vanesa Orieta, la hermana de Luciano Arruga. Aclara rápidamente que es una familiar que va a acompañar a otras familias, pero preocupada por el silencio que implica un juicio sin prensa, al día siguiente asumirá -una vez más- el rol de contar. Lo hizo participando del programa Desde Afuera, que Familiares y Amigos de Luciano Arruga realizan desde el estudio de Radio La Retaguardia.Lo que relata Orieta lo vivimos porque fuimos parte de ese primer grupo que entró solo a tomar las fotos que ilustran esta nota. Sin embargo, lo peor ocurrió después de un cuarto intermedio, cuando ingresó una segunda tanda de periodistas. Y como ya no estábamos, recurrimos otra vez a su relato: “Entró una nueva tanda de periodistas y los jueces se pusieron bastante nerviosos. Empezaron a levantar el tono de voz y les gritaron a los periodistas que habían ingresado para tomarle fotos al imputado. Los jueces dijeron que eso no estaba permitido, pidieron que sea revisada una de las cámaras de una de las fotógrafas. A todos nos metieron dentro de esa sesión diciéndonos que la hacíamos entre todos y todos estábamos obligados a que el orden se mantuviera. Uno mucho no puede decir porque no puede sumarle a la familia más nerviosismo pero podría sumar que si todos estamos para garantizar que esto funcione bien, la justicia debería haber garantizado primero que pudieran ingresar todos los que quedaron afuera y también los periodistas. Es bien importante que los medios puedan registrar las caras de los jueces que participan, del imputado y de los presentes. Es un juicio que se cerró en una primera etapa sin ser investigado el hecho, quedando sobreseído el policía Veyga y sin poder la familia obtener la justicia que necesitaba. Por este impulso de organización, de lucha de la familia y los amigos, de los abogados que se sumaron y del anterior, Juan Manuel Combi, que solidariamente se puso a disposición para que pudieran avanzar quienes hoy llevan la causa. Se pudo lograr que se reabriera la causa y que se impulsara este nuevo proceso de juicio. Ahora hay un policía responsabilizado por las muertes de los dos chicos que es Santiago Veyga”, contó Orieta.El abogado de las familias de Kiki Lezcano y Ezequiel Blanco, Matías Busso, dialogó con La Retaguardia. Allí también opinó acerca de la ausencia de prensa: “Es lamentable que no haya habido prensa. Nosotros advertimos al tribunal hace unos meses de que se tenía que encontrar una sala acorde a la importancia del juicio. Se ve que a los tribunales y jueces les incomoda hacer su trabajo de cara al pueblo y al público, por eso eligen esos reductos. Me dijeron que era un problema administrativo. Antes de entrar solicité lo mismo, les dije que les advertí, que mucha gente se iba a quedar afuera. Lo que ocurrió ayer en ese sentido es grave. El impedimento de lo oral y público puede acarrear la nulidad del debate entero, pero la elección que hicimos de seguir en el debate con estas condiciones fue por la decisión de la familia y no pedir la suspensión. Estábamos en todo el derecho de pedir la suspensión hasta que nos garantizaran una sala acorde al interés que surge de la causa. Hay un tema recurrente con esta causa, es que los jueces y fiscales no quieren hacerse cargo de darle la dimensión e importancia que tiene y quieren que pase inadvertida. Hace un mes cambiaron de fiscal como si fuera una causa más. Son reiterados en ese sentido. La actitud de los jueces siempre es la misma, porque en secreto se pueden hacer mucho mejor las cosas. Nosotros queremos que los jueces den respuestas sobre lo que pasa y en esa lucha estamos”, expresó Busso. En esta reconstrucción que encaramos, vaya a saber cuántas cosas Orieta no habrá podido registrar, o cuántas frases textuales que rescataríamos, hoy no podemos utilizar. En un medio como La Retaguardia, que propicia la herramienta comunicacional en manos de los actores y actrices sociales, solemos pensar que nuestro rol en instancias tan fuertes para las familias como un juicio tan difícil de conseguir, es justamente poder observar desde un lugar que, por más implicados que estemos en la noticia, no llega nunca al nivel de conmoción que puedan sentir quienes han pasado por esas situaciones. Mañana habrá que ver

En el Enredando las Mañanas de este jueves 16 de marzo, charlamos con Mauro Testa, integrante de la Cátedra libre de Derechos Humanos “Luciano Arruga” que comenzó este sábado 18 en la Casa de la Memoria de Rosario. (Por RNMA) “Desde La Casa de la Memoria venimos pensando esta cátedra desde hace un par de años. En el 2014 empezamos; preparamos una fundamentación, unos objetivos y después de un tiempo logramos armarla y concretarla”, contó Mauro Testa: “con Vanesa Orieta y con Familiares y Amigos de Luciano Arruga hemos tenido mucho contacto”.Sobre las y los participantes, Testa resaltó que estará presente la hermana del joven asesinado y desaparecido por negarse a robar para la policía bonaerense y Ana Laura López, socióloga del Grupo de Derecho Penal y Derechos Humanos. “Este sábado estaría destinado a ´jóvenes y poder punitivo´; se va a hablar sobre baja de edad de imputabilidad, que vuelve a estar en vigencia lamentablemente”, subrayó.“Es una Cátedra que se define como popular, sin entrar en el plano académico nos acompaña gente que está en contacto con la realidad”, aseguró Testa.“En Santa Fe hay mucho vaciamiento de las políticas sociales y también de las penales juveniles; ni siquiera los chicos en edad de punibilidad que tienen que sufrir el encierro están bien atendidos”, resaltó y reflexionó: “si uno quiere sumar mucho más jóvenes al sistema y no funciona para los que están, mucho menos funcionaría”.“Van a estar presentes los familiares de las víctimas de la masacre de Pergamino; fue algo que surgió de empezar a difundir la Cátedra en las redes”, contó Testa. Sobre la masacre en la comisaría de Pergamino, en la que fueron asesinados siete hombres, dijo que “sucedió hace muy poco tiempo y ya se están organizando, ellos mismos pidieron venir y obviamente les dimos el espacio”.“Acá en Rosario en los últimos dos años hubo 10 casos  de chicos que aparecieron en el río y está comprobado que fue la policía, casos de gatillo fácil, el linchamiento de David Moreira”, relató.Mauro Testa concluyó diciendo que “el poder punitivo actúa de una forma impune total” y contó que a las 18 horas del sábado habrá una conferencia de prensa y a las 19 comenzará la cátedra en la Casa de la Memoria, ubicada en Santiago 1815 de la localidad de Rosario, “aunque la idea es darle un perfil popular y que no esté ligado a un lugar, que sea itinerante”. DESCARGAR

Es extraña la mezcla de sensaciones. Díficil de poner en palabras. Por un lado es tristeza: nadie quisiera estar allí por los motivos por los que estamos. Pero también hay alegría cruzando el ambiente. Es otra movilización masiva con el caso de Luciano Arruga como disparador, pero con decenas de familiares de víctimas de represión estatal en todo el país. Esta es la fecha de Luciano, sí; pero también se va convirtiendo en la fecha para que cada cual levante su voz por cada uno de los pibes. (Por Medios comunitarios, alternativos y populares*)Por el No a la baja en la edad de imputabilidad Aquello de la alegría en el ambiente seguramente no corre para Mónica Alegre, la mamá de Luciano. Otras veces ha contado que a ella en particular la fecha no solo la entristece, también la deprime. Sin embargo, saca fuerzas de algún lugar que ella misma desconoce y se queda en la primera fila: “Estamos acá para pedir justicia por Luciano, pero no tan solo por Luciano, sino por todos los pibes desaparecidos, por todos los pibes que no tuvieron la suerte de tener el eco que tuvo Luciano, para darle fuerzas también a esas familias que vinieron desde muy lejos, que vinieron a ser escuchadas. También marchamos por eso, por todas las mujeres víctimas de trata, víctimas de violencia de género. Luchamos por los negritos sin justicia y por las pibas sin justicia, por eso luchamos. También por el no a la baja de la edad de imputabilidad. Yo no entiendo mucho de leyes ni de política, pero yo creo que a los 14 años ¿qué le podés enseñar a un niño encerrado con personas que ya están mal? Ese niño va a salir con más bronca, con más odio a la sociedad, y eso no es reinsertar  a una persona a la sociedad. Eso es involucrarlo en el delito, como ponerlo en un colegio para delinquir”, aseguró la mamá de Luciano minutos antes de arrancar la marcha desde el lugar donde su hijo fue atropellado por un auto en la madrugada del 1 de febrero de 2009, en la vía rápida de la General Paz, todo indica que obligado por la Policía de la Provincia de Buenos Aires, que lo perseguía sistemáticamente desde hacía meses, tras haberse negado a aceptar una oferta para robar para ellos, con zona liberada y provisión de armas incluidas. “No es un policía es toda la institución” Mientras la marcha arranca en su paso firme y multitudinario hasta la Plaza Luciano Arruga, en su barrio, la 12 de octubre, alguien pasa ofreciendo la hermosa agenda 2017 de la CORREPI (Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional). No es un simple “vendedor”; es, ante todo, el papá de Cristian Marcelo Bogado, asesinado a sus 20 años, en 2004 por el policía José Luis Díaz. Nicanor Bogado detiene un instante su tarea con las agendas y dice: “Una de las tantas cosas que aprendí en CORREPI es a discernir que no es un policía, es toda la institución. Debemos ir tomando la conciencia nuestra, que la burguesia y los explotadores, antes de que nazcamos, y lamentablemente  por eso gran parte de nuestro pueblo explotado, actúa como lo hace porque tiene esa conciencia burguesa. No es que tengamos guita o poder, sino la conciencia burguesa que es fundamental. Lamentablemente los grandes medios nos biombaredean en forma permamente. Por ejemplo cuando los compañeros tienen que salir a la calle, los medios no salen a decir por qué se movilizan, no salimos por deporte, salimos por una necesidad, De esa forma los grandes medios confunden a nuestro pueblo explotado, enfrente a  explotados contra explotados”, aseguró y siguió intentando generar recursos para la organización autogestiva. “La dirigencia política saquea Argentina y después el pibe de 14 años es el responsable de todo” No solo hay familiares. Los referentes políticos de un amplio arco de izquierdas también se hacen presentes. Uno de ellos es Luis Zamora, de Autodeterminacion y Libertad: “Siempre es un lugar de convocatoria de la familia de Luciano y de Vanesa. Es una fecha en la que se recuerda la desaparición de Luciano. Hace dos años se encontró a Luciano después de tanta pelea. Pero tambien significa lo que le pasa a miles de pibes, toda una discusion de la accion estatal, policial, judicial, de los dirigentes politicos, que terminan su accionar en un Luciano Arruga. Todos estamos escuchando la discusión de la baja de edad de imputabilidad, y como sigue en crecimiento todo el desastre que hacen las instituciones, y lo quieren descargar en un pibe de 14 años. La dirigencia politica saquea toda la argentina, y después el pibe de 14 años pasa a ser el responsable de todo. Esto es un rebrote, porque esto tambien lo discutió el gobierno anterior, hubo varios intentos de querer abrir el debate. La desigualdad avanza, al avanzar la desigualdad crece la protesta, y frente a la protesta tienen que tomar medidas, y como no tienen tanto sostén social para ciertas medidas represivas, por eso es un ida y vuelta. Ahora de acá nos vamos a la lucha de los trabajadores de AGR-Clarin”, sostuvo. El debate sobre una posible baja en la edad de imputabilidad penal fue recurrente. “Luciano fue llevado a la muerte por funcionarios de la Policía bonaerense” Ella sabe que quienes tenemos micrófono en mano la buscamos más que a nadie. Lo sabe y lo asume. Tiene la misma angustia de su madre, pero su lugar de hermana quizá le permita también algo de aquella alegría. Se la ve furiosa. Va a tomar el rol de ir hablándoles a los vecinos de un barrio de casas bajas de clase media como Lomas del Mirador. Se sube al camió que oficia de escenario y grita mientras mira a los costados buscando las miradas de sus vecinos y vecinas. En una de las pausas, deja su voz más calma para la transmisión inclusiva de los medios comunitarios, alternativos y populares: “Significa todo estar acá nuevamente