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La secesión de Cataluña según la mirada de Gabriel Puricelli

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Cataluña se aleja de España
 (Imagen LR)

(Por La Retaguardia) El 9 de noviembre pasado, más del 30% de los 7,6 millones de habitantes de Cataluña participó del referéndum convocado por la sociedad civil de la región. A su vez, el 81% votó a favor de separarse de España, aunque la convocatoria no era vinculante y sus resultados fueron desconocidos por el gobierno de Mariano Rajoy. La Retaguardia dialogó con Gabriel Puricelli, coordinador del Programa de Política Internacional del Laboratorio de Políticas Públicas, sobre la importancia de esta consulta, el significado que deja sus resultados y su incidencia en América Latina.

“Nosotros vivimos en un país en el que si nos acordamos de lo que aprendimos en Educación Cívica del secundario las provincias pre-existen a la nación y le dan nacimiento; en el caso de España no existe una cláusula de ese tipo, por los niveles de autonomía que tienen las comunidades que las conforman no llega a ser un país federal como la Argentina. Esa es una de las cuestiones que hace tan problemática la lucha independentista que llevan adelante algunos sectores en Cataluña, y otros en el País Vasco, que son tal vez las comunidades donde es más fuerte el sentimiento secesionista en España, pero que se enfrentan a esta limitación constitucional de que son regiones con autonomía relativamente limitadas y que se rigen por una Constitución que en este caso -al igual que la Argentina- no prevé de ninguna manera el principio de secesión”, explicó a modo de introducción Gabriel Puricelli, en diálogo con La Retaguardia.
El coordinador del Programa de Política Internacional del Laboratorio de Políticas Públicas especificó que el nacionalismo autonomista siempre fue muy fuerte en Cataluña, pero que en los últimos dos años tomó un giro fuerte hacia el independentismo, por lo que la Constitución española comenzó a ser puesta en cuestión. “El gobierno de la comunidad autónoma de Cataluña, que se conoce con su nombre catalán de ‘Generalitat’, buscó un diálogo con Madrid para encontrar el modo de consultar a los catalanes respecto a la posibilidad de separarse de España. A diferencia de lo que sucedió recientemente en el Reino Unido con el caso de Escocia, donde el gobierno de la nación escocesa acordó con el gobierno central de Londres la realización de una consulta, las demandas de los nacionalistas catalanes, que están en el gobierno en esa región, no encontraron eco en España, en Madrid, que por un lado se amparó en estas cuestiones constitucionales, pero que además es un gobierno de derecha muy fuertemente centralista, una derecha en España que ya desde las épocas previas a la guerra civil y sobre todo durante el franquismo adoptó un cariz muy centralista, integrista católico, etc. En ese contexto, Madrid y Barcelona han llegado a una situación de choque y la consulta que se hizo el 9 de noviembre no ha tenido legalidad constitucional, y se hizo de un modo muy sui generis donde el gobierno de Cataluña facilitó la realización de la consulta que se hizo en escuelas públicas pero formalmente no fue el organizador, sino que fue la sociedad civil la que con voluntarios puso presidente de mesa, fiscales, etc.”.

El después

Para Gabriel Puricelli, la realización del plebiscito fue muy contundente, pero desde el gobierno español se resisten a que haya cambiado en algo la situación: “la línea que emana desde Madrid sigue siendo durísima, donde lo que se pone por delante es la idea de que la Constitución no prevé la secesión de ninguna región de España y que mientras persista esta demanda en Cataluña, Madrid no tiene nada que conversar. Por supuesto, Barcelona va subiendo un poco la apuesta, porque el significado de la consulta hay que explicarlo en términos de lo que podría hipotéticamente ser el resultado de unas elecciones políticas para el gobierno de Cataluña si las elecciones se realizaran mañana. La consulta no tiene efecto legal, porque no lo reconoce Madrid y además porque el propio gobierno catalán no pretendía que tuviera efecto inmediato, sino que la realizó para demostrarle a Madrid cuál era el estado de ánimo del pueblo catalán, sin embargo ese resultado implica que si hubiera elecciones políticas en Cataluña hoy con las tasas habituales de participación que se dan en elecciones políticas en Cataluña que es de cerca del 60%, si el mismo 81% de este 30% del total del padrón que se presentó a votar, votará mañana habría mayoría absoluta de votos y de bancas en el Parlamento regional para los partidos que reclaman la independencia, este es el significado concreto y que está tratando de hacer valer en este momento el gobierno de Barcelona”.

Hola Madrid, te estamos llamando

En este sentido, Puricelli remarcó que el gobierno catalán no pretende la independencia a partir de este resultado, ya que incluso había un fallo del Tribunal Constitucional de Madrid contra la realización de un referéndum vinculante, pero sí implica una clara muestra de que le está queriendo decir al gobierno español: “desde Cataluña le dicen ‘siéntense a negociar porque ustedes saben que si, como sucede en todo régimen parlamentario, nosotros decidiéramos disolver el Parlamento catalán mañana y llamar a elecciones, ustedes se encontrarían con toda seguridad frente a una situación donde el gobierno catalán sería de mayoría, independentista, y además la mayoría de quienes fueran a votar en esa elección se expresaría en este sentido’, y en ese punto está hoy la pulseada entre Madrid y Barcelona”.
Además, Puricelli destacó que en Cataluña hay una gran variedad de partidos que apoyaron el referéndum: “es una región que tiene un sistema político propio que no se parece en nada al sistema político español a nivel nacional. Lo mismo sucede en el País Vasco. En Cataluña los nacionalistas que hasta hace poco eran autonomistas y ahora en su gran parte han virado al independentismo son gobierno en Cataluña de manera casi ininterrumpida desde las primeras elecciones democráticas posteriores al franquismo, en 1978. El Partido Popular en Cataluña nunca ha obtenido más del 15% de los votos y en más de una ocasión ha estado por debajo del 10. El único partido de nivel nacional que es importante en Cataluña y que ha estado en el gobierno es el socialismo, sin embargo el PSOE en Cataluña no existe como tal sino que existe el Partido Socialista de Cataluña, que está federado al Partido Socialista Obrero Español, con lo cual en Cataluña ni siquiera existe para las elecciones regionales la marca PSOE. Y por otra parte, hay partidos de la izquierda independentista, el más importante es la Izquierda Republicana de Cataluña, que era gobierno en Cataluña hasta el golpe de Estado de Franco en 1936, y que todas las encuestas indican que si hubiera elecciones hoy se transformaría en el partido más importante de Cataluña. A la izquierda de Izquierda Republicana, hay por lo menos dos formaciones más que tienen también representación en el Parlamento catalán y que por supuesto también están a favor de la independencia”.

La mirada latinoamericana

Al ser consultado acerca de qué lectura se puede hacer sobre estos movimientos independentistas tanto desde Argentina como desde América Latina, Gabriel Puricelli afirmó: “por un lado, hablaría de lo extraño que nos resulta a nosotros como latinoamericanos el secesionismo, porque en general después de la independencia en América Latina se constituyeron Estados con una homogeneidad étnica, política y geográfica que hace que prácticamente no haya en América Latina movimientos secesionistas, ni tradición de secesionismo, ni condiciones políticas para que alguno de nuestros países deje de existir tal como existe actualmente. Aunque puede haber alguna disputa limítrofe como las islas del Caribe que se pelean entre Nicaragua y Colombia o como siguen existiendo entre Perú, Bolivia y Chile, ningún país de América Latina prevé un secesionismo salvo el breve período donde el anti-masismo en Bolivia esgrimió una idea separatista de las regiones más prósperas del este boliviano. En cambio, en Europa toda esta cuestión no se da solo en España, está el caso del Reino Unido y Escocia, pero en Bélgica por ejemplo hay también tensiones quizás más fuertes que en el Reino Unido, es un país que todos los días está al borde de transformarse en dos entidades separadas, en esto hay un contraste muy grande”.
En cuanto a un elemento que sí podría ser común en ambos continentes, Puricelli reflexionó: “la radicalización independentista en Cataluña, y en alguna medida también en Escocia, guarda cierta relación con la crisis no resuelta en los países sobre todo en el sur de Europa, por supuesto con un epicentro importante en España, que arranca con la crisis global de 2008 y que en varios de esos países no termina de superarse; entonces los reclamos asociados a la situación de crisis económica se terminan re-alimentando con la reivindicación independentista, y yo creo que uno de los factores más importantes a considerar en la radicalización de este proceso en Cataluña es la preocupación de fondo que tienen todos los españoles, catalanes o no, respecto de esta tasa de 40% de desempleo entre los jóvenes, 25% de desempleo general en el total de la población, desahucios, es decir desalojos por créditos hipotecarios impagos que son moneda corriente de todos los días. Me parece que es en ese contexto que una reivindicación que ya estaba presente pero con menos fuerza adquiere este vigor tan grande que efectivamente amenaza hoy por hoy la unidad de España”.

La reflexión y el análisis de Gabriel Puricelli semanas después del referéndum –no vinculante– en el que un importante porcentaje de la población de Cataluña votó por independizarse de España.

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