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Etchecolatz, cada vez más cerca de la domiciliaria

Por LR oficial en Derechos Humanos, Julio López, Justicia, Nacionales

Hoy recibió ese beneficio en dos causas. Quedan otras dos por resolver, pero según Guadalupe Godoy, una de las abogadas que consiguió sus condenas «está cada vez más afuera». La semana pasada se había generado una confusión acerca de qué tribunal debía intervenir en esa decisión; incluso algunos medios publicaron que le habían denegado el beneficio. Carlos Zaidman, de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos (AEDD), dialogó con el programa Oral y Público en Radio La Retaguardia para aclarar la competencia de cada órgano y explicó anoche que la decisión definitiva se tomaría hoy y lo haría el Tribunal Oral Federal Nº1, que es el mismo que lo juzgó, pero sin la integración del juez Rozanski, que se excusó tras denunciar amenazas en las que todas las miradas -cuando no- apuntan al genocida que Jorge Julio López, en su declaración, denominó «un chacal, un asesino serial». (Por La Retaguardia)

Acerca de las versiones 

Etchecolatz está cada vez más cerca de regresar a su domicilio en el bosque Peralta Ramos de Mar del Plata. Los fallos de hoy no efectivizan el beneficio, ya que faltan otras dos causas en las que definir su situación, pero la semana pasada varios medios publicaron que su pedido había sido denegado. En realidad, un juez lo mandó al hospital para que lo asistieran por la huelga de hambre que lleva adelante, pero esa medida tampoco se efectivizó. Así lo explicó Carlos Zaidman: «Hubo una confusión medio inducida con los tribunales que intervienen, finalmente el que tiene la facultad de aceptar o no la domiciliaria es el que lo juzgó pero ya sin la presencia de Carlos Rozanski. Pienso que había una intención clara de movilizar. Lo que se trata la posible libertad de irse a la casa de este genocida Miguel Osvaldo Etchecolatz, un chacal, como había adjetivado perfectamente Jorge Julio López», dijo y luego aclaró: «Todavía no está en un hospital, hay verdades y mentiras. La negativa a la domiciliaria se la da (Enrique) Kreplac que es juez de un tribunal de instrucción. Lo manda al hospital porque ya hace doce días que está en huelga de hambre pero lo manda extramuros, es decir, fuera de la cárcel. Etchecolatz eligió un lugar cerca de Montegrande que pagaba él», contó Zaidman. Esa denegatoria será clave el lunes, ya que si le conceden la domiciliaria en la tercera causa que tiene el TOF 1, la de Kreplac sería la que garantice que continúe preso. El militante de derechos humanos explicó cómo fue su recorrido por la institución de salud: «Entró a la guardia, lo revisaron, le hicieron todas las comprobaciones de un caso así e informan que está perfecto, que no necesita ser internado, y lo mandan de nuevo a Ezeiza. El informe dice que empezó con 73 kilos y ahora estaría pesando 67, pero las compañeras, buscando unos documentos viejos, encontraron un informe viejo de abril de este año, donde figuraba su peso y era exactamente el mismo. Es decir que ahora, doce días después de esta huelga, pesa lo mismo que en abril. Es un intento más de hacer creer que este hombre está enfermo, que es un pobre viejo inocente e incapaz de hacer algo malo».
Zaidman explicó quién es Etchecolatz: «Este hombre tiene seis condenas efectivas, tres a perpetua. No está preso por haber robado un kilo de pan, sino por haber asesinado a cientos de compañeros, haber torturado a miles, desaparecido a otros tantos y robado bebés, entre ellos la nieta de Chicha Mariani, Clara Anahí Mariani Teruggi. En la primera sentencia luego de caídas las leyes de obediencia debida y punto final, el primer juicio que logramos es el de Etchecolatz. Ya el dictamen fue claro, el tribunal dijo que la peligrosidad de esta persona es tal que no puede permanecer un día más fuera de la cárcel. No nos olvidemos que a ese juicio el genocida llegó con el beneficio de la prisión domiciliaria». El ex detenido explicó por qué eso se revirtió: «Cuando se hizo el allanamiento en la casa y se encontró una pistola de grueso calibre con una cantidad grande de municiones, una pistola lista para ser usada, se le revocó esa domiciliaria y se lo mandó a Marcos Paz. Los defensores, en ese momento, volvieron a solicitar la domiciliaria diciendo que Etchecolatz tenía una enfermedad terminal. Esto fue en el año 2006, hace diez años que nos mintieron y nos vuelven a mentir».
«Nosotros debemos coincidir esta vez con lo que dijo el ministro Avruj, que el 50% de los genocidas -aunque él no los llamó genocidas- está con domiciliaria, hayan sido hallados culpables o estén esperando una sentencia. De ese 50%, el 90% fue otorgada durante el gobierno kirchnerista, y esto ya es grave e implica un grado de impunidad muy grande. Ahora, que le den la domiciliaria a este tipo que emblemáticamente es la represión, el más alto funcionario oficial viviente de la época de la dictadura en la provincia de Buenos Aires. Fue la mano derecha del general Camps», denunció.
Para Zaidman, hay que considerar dos circunstancias: «Por un lado pesa la carga simbólica por la impunidad y por otro lado sabemos que esto significaría un aluvión de pedidos de domiciliaria porque si se la dan a este tipo con tres perpetuas y unas cuantas más van a pedirlo todos. Es lo que tenemos y es a lo que nos estamos oponiendo. Ya hicimos dos concentraciones y manifestaciones exigiendo que no le den la domiciliaria». La última concentración se realizó hoy a las 9 de la mañana donde está el Tribunal Oral Federal 1, en 4 y 51. Pero cerca del mediodía parecía que la noticia se postergaría una vez. Sin embargo, hace apenas minutos, los abogados fueron notificados de las malas nuevas: Etchecolatz accedió al beneficio en dos de las causas. Los jueces Germán Castelli (por motivos humanitarios) y Daniel Alejandro Esmoris (por el mero cumplimiento del requisito etario); en cambio el juez Lemos votó en contra. La abogada Guadalupe Godoy, que actuó en los juicios en los que Etchecolatz fue condenado, fue contundente: «Ya está. En dos de los tres incidentes resolvieron otorgarle la prisión domiciliaria a Etchecolatz los jueces Germán Castelli (por motivos humanitarios) y Daniel Alejandro Esmoris (por el mero cumplimiento del requisito etario). Sigue adentro, porque faltan dos incidentes más, pero ya cada vez más afuera», expresó en su Facebook.

Munición gruesa

Zaidman explicó que no pudieron evitar que «desde la primera semana en que secuestraron a López, cada fecha (aniversario de su segunda desaparición) nos tiraran con algo. Que nos inventaran un cadáver enterrado en el parque Pereyra Iraola, que dieran vuelta todo Punta Indio, un auto quemado en Mar del Plata, las pistas de la mujer pájaro que lo había visto, también se dio vuelta media playa de Berisso porque un vidente también había dicho que estaba ahí… Todas esas cosas fueron pasando los 18 de septiembre. Esta vez nos tiraron con munición gruesa, muy gruesa, con la posibilidad de que este tipo que es culpable ya demostrado en juicio de la primera desaparición de López y el principal sospechoso, para nosotros el instigador, de la segunda, se vaya con domiciliaria», aseguró. Zaidman concluyó: «Llamamos a todos a oponerse, a hacer oír este rechazo a la domiciliaria a este genocida y a cualquier otro. Etchecolatz es incluso sospechoso de las amenazas que recibió el juez Rozanski, que por eso se tuvo que retirar del tribunal en las causas en que el genocida está involucrado».
Etchecolatz, cuando hizo uso del derecho a la última palabra antes de su primera condena, dijo: «No es este tribunal el que me condena, son ustedes los que se condenan». Ese mismo día había desaparecido Jorge Julio López. Sobran razones para creerle: si se concreta su libertad, los condenados seremos nosotros.

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