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Una obra que retrata la violencia de género silenciada

Escrito por el noviembre 6, 2016


Fernando Álvarez y Marcela Haimovichi llevan adelante un obra de teatro llamada El Sabor y se presentan todos los jueves en el teatro Corrientes Azul en el barrio de Villa Crespo (Av. Corrientes 5965). Estuvieron en el piso del programa radial La Retaguardia con Fernando Tebele y María Eugenia Otero, presentaron su trabajo en relación a la violencia de género psicológica y realizaron una dramatización radial de una parte de su texto. (Por La Retaguardia)


-Por fin, te estaba esperando ¿Cómo te fue?
-Se me hizo tarde, ¿dónde está el jogging?
-En la pieza.
-Acá no está.
-Sí, fijate bien, arriba de la silla… ahí.
-Ah ¿Hay algo fresco para tomar?
-Sí, ya te traigo ¿Todo bien?
-Sí, todo bien, ¿qué querés, detalles? Me la pasé trabajando como un loco, sin parar un minuto. Revisé contratos, vi a millones de personas. Quilombo, quilombo y quilombo.
-¿Qué clase de quilombo?
-Quilombos. Echaron gente.
-¿Echaron gente?
-¡Sí! Echaron gente
-¿Mucha?
-Qué sé yo. Cinco, seis, siete.
-¿A quién?
-¿Qué me preguntás, si no conocés a nadie?
-Sí que conozco. A Gutiérrez.
-…
-¿Echaron a Gutiérrez? ¡Qué hijos de puta!
-Sí, a Gutiérrez, a Espósito y a Mendiola ¿Qué querés que haga? Yo no podía hacer nada, ¿querés fumarte vos a esos hijos de puta?
-Qué vergüenza…
-Qué egoísta que sos. No te das cuenta el esfuerzo que yo estoy haciendo, sos la mujer más rara que conozco. Cualquier mujer en tu lugar estaría orgullosa del marido que progresa pero vos no. Vos no sentís orgullo, vos sentís vergüenza.
-¡Yo no dije eso!
-Sí, sí, dijiste eso.
-No quise decir eso. Tranquilizate, me voy a cenar con María.
-¡¿Cómo que te vas?!
-Ya te lo había avisado.
-¡A mí no me dijiste nada!
-Sí, te lo vengo diciendo toda la semana.
-A mí no me dijiste nada. Igual, claro, vos hacés lo que querés. Bárbaro. Yo llego y vos te vas, yo me rompo el orto trabajando y vos acá, tranquila. Desayunás, hablás con tus amigas, cantás, con tu voz, hacés arte. Vos sos una artista y yo soy el pelotudo que saca la basura todos los días mientras vos acá te quedás sin ninguna puta preocupación ¿Querés que hagamos al revés?

* * *

“La temática que abordamos en la obra es la violencia de género. Lo contamos de una forma particular, cuando Fer (Álvarez) decidió que el teatro (Corrientes Azul) tenía que ser la herramienta para poder debatir y compartir información, para poder despertar conciencia y me invitó a participar, yo puse una condición y era que no hablemos de la violencia física. Por supuesto que me impresiona e impacta cuando escucho que todos los días muere una mujer pero también percibo que hay algo de anestesia en esta información que nos pone distancia, nos aleja”, analizó Haimovichi. “Yo quería compartir con él la experiencia de hablar de la violencia que está más cerca, la que nos puede pasar a nosotras. También nos puede pasar la violencia física, pero la psicológica puede pasar desapercibida. Esa fue la propuesta y a partir de ahí empezamos a buscar texto, directora y todo lo que fue sucediendo”, contó.
En el caso de Álvarez, contó su acercamiento a la temática: “Se me ocurrió porque ya hace siete años que pertenezco a una ONG que es Enlaces Territoriales para la Equidad de Género. Hice una especialización en violencia y decidí que mi lugar en la militancia pasa por ahí y, como decía Marcela, me parece que el teatro es un vehículo extraordinario para llegar, para movilizar. Ya hicimos tres funciones; es muy movilizante ver a las espectadoras, en su mayoría mujeres, vienen y en algún lugar están hasta esperando que mi personaje le pegue, y en el debate lo han dicho”, contó con sorpresa. “Obviamente también vienen varones, y bienvenidos todos los varones que se animen a repensarse y a observarse y ponerse en cuestión, que es tan difícil para los varones en este mundo machista y patriarcal. Pareciera ser que si no hay golpe no hay violencia. Es algo absolutamente invisibilizado que es la violencia psicológica, la chiquitita, la de todos los días”, definió.
Además, para Álvarez, “no es necesario que la violencia psicológica llegue a la violencia física. En la mayoría de las parejas violentas no hay violencia física, para nada. Son los menos casos. Y por eso es muy difícil detectarla. Difícil para la víctima y para el afuera que desconoce la temática hostiga o revictimiza a la víctima. Una víctima llama a su mamá para decirle lo que le pasa y la mamá de ella la revictimiza: ‘Bueno, comprendelo, él está nervioso, ¿vos le preparaste la comida? Tenés que cuidarlo'”, consideró.
Como Álvarez, María Eugenia Otero es psicóloga social especializada en género, por lo que también hizo una consideración sobre la violencia psicológica: “Está absolutamente naturalizada para todos. Si revisamos nuestras historias particulares, en nuestras biografías, en la mayoría de nuestras historias está esta violencia sólo que no la reconocemos como tal. En la especialización en Educación Sexual Integral en la que laburo (que se dicta gratuitamente en el Profesorado Joaquín V. González) hay una herramienta que nos parece piola para visibilizar este tipo de violencia y es un video en el que en una pareja los roles están dados vuelta”, contó y detalló: “El varón hace de mujer y la mujer hace de varón. Se da una situación cotidiana en la que hay violencia psicológica desde el minuto uno pero que, como está encarnada en la mujer violentando al varón se hace muy visible y se nota mucho. Cuando le dice ‘este café es una asquerosidad’, ‘cómo que todavía no hiciste la costura’. Cuando termina te das cuenta de que es un sueño y vuelve a la normalidad, y en la normalidad, esa violencia parece normal porque es lo que vivimos”, planteó.

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