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Caso Cristian Aldana: “La impunidad se acaba cuando abrimos la boca”

Escrito por el julio 29, 2017


Lo dijo Ariell Luján. La primera denunciante de Cristian Aldana, cantante de El Otro Yo, dio una entrevista al programa A Mi No Me Importa, de Radio La Retaguardia, con motivo de que la Cámara de Casación porteña revisará la detención del acusado, señalado por abuso sexual por ocho jóvenes -en el momento de los hechos menores de edad- y actualmente con prisión preventiva desde diciembre pasado. (Por La Retaguardia)

“La primera estrategia de todos los violentos es seguir reviviéndote el trauma que ellos mismos forjaron. Son psicópatas, sanos hijos del patriarcado. Me enteré hace unas horas (el viernes) por la página oficial de Telefé Noticias que se aceptó la apelación que presentó Cristian Aldana. Mañana me darán la respuesta desde la querella y quienes manejan la causa. Es algo esperable, algo que piden los violentos, apelan, apelan, apelan. No podría decir si hay reales posibilidades de que esta persona quede libre o no. Tampoco me quiero meter tanto en términos judiciales porque prefiero que hablen quienes saben y estudiaron”, aclaró Luján. “Desde el lugar que hablo siempre es del de denunciante y persona que dejó de ser víctima. Darle claridad o herramientas a otras pibas que se están animando a denunciar es importante. Primero hay que dejar en claro que la palabra denuncia no sólo refiere a una denuncia en el ámbito judicial o penal sino de abrir la boca y contar tu historia. Cuando cuento por primera vez la historia a una amiga, a una hermana o a mi madre, eso ya es una denuncia y toma estado público y es político”, consideró. “Es importante que nos agarremos de esto para seguir abriendo la boca, seguir contando nuestras historias, ya no desde el lugar de víctimas sino de personas que estamos comprometidas con una deconstrucción. Es algo que va más allá de nuestra historia personal y lo que a nosotras nos pasa”, definió la denunciante.

La causa Aldana

“Cristian Aldana está preso desde diciembre. Hay más de ocho denuncias penales, yo lo vengo denunciando desde abril de 2011 en el ámbito judicial, pero a los 17 años empecé haciéndolo en el ámbito privado. Contándole a su ex manager, a su vestuarista y toda la gente de alrededor que en ese momento se lavaron las manos. Eso también forma parte de la denuncia. Que lo sepa de mi boca: no va a salir. Esto es un aviso para todos los violentos y abusadores”, advirtió y se refirió a un caso que La Retaguardia cubrió: “Incluyendo a Tenembaun por el caso del Yrurtia. No son impunes, no van a ser impunes. Eso ya nosotras logramos que no exista más. Ya no hay más impunidad. Es necesario saber esto. La impunidad se acaba cuando abrimos la boca. Ahí se acaba, para poder deconstruir el tema del sistema judicial porque si no pareciera que si no se hace la denuncia, eso no sucedió. Y, peor aún, dependiendo de la resolución judicial es la opinión de las personas o la sociedad. Eso nos convierte en cómplices, sostenedores y alimentadores de eso”, aseguró. “Es importante situarnos en el lugar de alerta y observación continua porque somos parte de la historia, la formamos, y hoy estamos decidiendo deconstruirla. Es necesario saber qué rol jugamos dentro de esta maqueta para no caer en lo que decía Nvard (http://www.laretaguardia.com.ar/2017/07/justicia-de-genero.html) de que el sistema judicial no les cree a las víctimas. Cómo les va a creer una persona común si desde la institución te mandan ese mensaje. Por eso es importante saber que la institución no tiene la última palabra. Es necesario asumir nuestro rol con la mayor madurez que podamos”, planteó. “También me preguntaron por qué denuncio si critico al sistema judicial. Hay que criticarlo todo el tiempo, porque si vamos a creer que va a meter a los malos presos y a los buenos los va a dejar afuera, porque ese es el concepto, entonces hay que exigirle. Yo estoy formando parte de esta sociedad y vivenciando el día a día en la calle y en la vida. Siempre hay que exigirles a las instituciones, hay que seguir haciéndolo. Espero que después de tanta exigencia, en algún momento se autodestruyan”, señaló Luján. Luego, la denunciante se refirió a las posibilidades de acción en este contexto: “Pero, bueno, eso será dentro de muchos, muchos años. Por ahora, lo que estamos haciendo es inflar el globo. En estos momentos, es de color amarillo y en algún momento esperamos que se pinche. No podemos dejar de exigir porque son los que tienen acceso a que muchas cosas se transformen de raíz. Mientras tanto, no hay que quedarse de brazos cruzados. Tampoco desde ese lugar de ‘qué amargada, todo el día peleando, es insoportable’, sino desde el lugar de que sé muy bien en la sociedad perversa en que me criaron y forjaron y el rol que me asignaron incluso antes de nacer. Si sabemos eso y estamos pudiendo verlo, tengamos la responsabilidad y madurez necesarias para que en cada accionar estemos deconstruyendo esa porquería que nos oprime”.
“Desde mi humilde lugar, quiero decirles a todas las pibas que no se callen, que denuncien y que lo hagan como quieran y como tengan ganas. Hacer una canción, escribirlo en una pared, en internet, de la forma en que les salga, en el sistema judicial. Pero es necesario que hablemos de estas cosas porque no se puede pasar a otra cosa si no podemos sacarnos estas cosas de encima. Yo afirmo que el 100 % de las mujeres fuimos abusadas en menor o mayor medida en algún momento de nuestras vidas. Lo que yo denuncio no es sólo que esa persona me golpeó, me violó, me abusó”, enumeró. “El padre de Tenembaun también se aprovechó del término abuso para relativizar la denuncia contra su hijo, pero el abuso sexual en el sistema judicial es lo mismo que la violación. Es más, la palabra violación no se usa. Ahora está cada vez más naturalizado escuchar hablar de violaciones, femicidios, golpes, violencia y podemos escucharlo, también es necesario saber que una violación no es comer pochoclos y mirar una película. Una violación te caga la existencia”, sentenció. “Es muy difícil recuperar la coherencia, reformar tu vida después del nivel de violencia que nos hizo vivir esta persona. Ha hecho cosas muy aberrantes”, aseguró. Luján se refirió a su recorrido para dejar el rol de víctima: “En mi deconstrucción y en mi observación personal, asumí que estuve en situación de esclavitud sexual con Cristian Aldana. Asumí que estuve hasta en situaciones de trata y hasta podría decir prostitución legalizada. Cristian Aldana no es mi ex pareja, es mi ex dueño. Yo estoy denunciando a la persona que me concibió desde los 13 años la idea de esclavitud. No es algo liviano ni pasajero. Hay que saber que estamos hablando de cosas serias que arruinaron vidas”, aseguró. “La pasamos muy mal. Es muy grave que exista la posibilidad de que Cristian Aldana quede libre y es muy necesario decir estas cosas porque estamos diciendo que no nos vamos a callar más ni vamos a parar hasta que todos los violadores estén escrachados y presos”, advirtió Luján.
Además, Luján hizo un análisis más general: “Cuando denunciamos y dejamos de ser víctimas, dejamos de ser víctimas de todo un sistema. De la Justicia, de la Policía, incluso de la institución familiar que prefiere mirar para otro lado y no escucharte, calla y silencia a la persona que con un esfuerzo muy grande logra sacarse a esa historia de adentro. Es importante saber y empoderarnos. No estamos luchando contra Hello Kitty sino contra un sistema que nos viene esclavizando hace miles de millones de años”.

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