Eugenio Semino: «El ajuste se da sobre un sector que tiene dificultades en términos de reclamo»
Por LR oficial en CABA, Economía, Nacionales, semino, trabajadoras, Trabajadores
El defensor de la tercera edad de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires dialogó con el programa radial Otras Voces, Otras Propuestas. Allí, analizó la nueva fórmula que el Gobierno nacional quiere aprobar en el Congreso para modificar el cálculo de movilidad de los haberes jubilatorios. (Por La Retaguardia)
🎤 Entrevista: Luis Angió
✍️ Redacción: Nicolás Rosales
💻 Edición: Pedro Ramírez Otero
📷 Foto de portada: Página 12
—La Retaguardia: ¿Cómo quedan los haberes con esta nueva fórmula que se quiere implementar?
—Eugenio Semino: En realidad el primer dato es que de nuevo no tiene nada. Porque es la misma fórmula que había regido entre el 2008 y el 2017. En segundo término, se venía discutiendo en una Comisión Bicameral desde hace cinco meses, y el lunes 10 de noviembre apareció precipitadamente a la diez de la noche sin ningún tipo de consenso previo, aun con los propios, esta fórmula. Que es simplemente mostrarle a quienes llegaron hoy al país, el FMI (Fondo Monetario Internacional), que el Gobierno nacional tiene el absoluto control sobre las voluntades de aquellos que se ven damnificados por estas ridículas quitas de haberes que sufren, en este caso los jubilados y pensionados. En las reuniones de comisión, me tocó participar en una de ellas como invitado, yo hice un planteo que creo que es el válido, en cuanto a que no vale ninguna fórmula de movilidad, mientras no exista la recomposición del haber. Es decir, sobre 18 mil pesos, que es lo que ganan cuatro millones de jubilados, jubiladas, pensionados y pensionadas, cualquier fórmula que apliquemos, nos va a dar resultados absolutamente ridículos, porque con 18 mil pesos en Argentina no se puede vivir. Vale decir que si tenemos en cuenta que en los últimos tres años, incluido este, los haberes jubilatorios perdieron prácticamente entre el 40 y el 50 por ciento de su poder adquisitivo. A lo que debieran estar dedicados hoy los funcionarios y los legisladores es a ver cómo se recompone ese haber. Doy un ejemplo muy elocuente: en el mes de diciembre nuevamente el Ejecutivo va a sacar un decreto para reajustar ese mes. Y el reajuste va a ser aproximadamente de seis puntos, el 6%. Esto, sobre las mínimas de 18 mil pesos, son exactamente mil pesos. Es decir, 33 pesos por día. Que alguien consiga un alfajor por ese precio, porque el jubilado va a tener que llegar con los 19 mil pesos al mes de marzo. Estamos hablando de algo inmoral directamente, que genera la política, y que pagan con su vida los trabajadores jubilados que por otra parte aportaron al Estado durante 30, 40 años y que hoy no pueden siquiera cubrir un cuarta parte de lo que son sus necesidades básicas.
—LR: Esta fórmula arrancaría desde el 2021, ¿habrá algún retroactivo o el reconocimiento de alguna pérdida?
—ES: No. En el 2017, los jubilados en el llamado cambio de fórmula, en el factor empalme, les robaron seis puntos. Esto no lo digo yo, si no que ya lo dijo la Corte Suprema en una cantidad de casos. Durante los años 2018 y 2019, perdieron veinte puntos respecto a la inflación. Y tampoco lo digo yo, lo decía quien era candidato en ese momento y hoy es el presidente de la Nación. Es más, decía suelto de cuerpo: “Yo ni bien asuma, esto lo resuelvo rápidamente, vendo las Leliqs (Letra de Liquidez del Banco Central) y pago los veinte puntos que perdieron los jubilados. No vendió las Leliqs. Decretó la emergencia previsional e hizo por decreto todos los reajustes del año hacia la baja. Por otra parte, hoy cuando acumulamos desde aquellos seis puntos hasta diciembre de este año, es donde vamos a ver que hay haberes que perdieron el 40% de su poder adquisitivo, y otros, los medios o más altos, que perdieron alrededor del 50%. Ergo, el problema está dado en que el ajuste se da sobre un sector que tiene dificultades en términos de la posibilidad de reclamo. Y ha sido el más afectado en el mundo y en Argentina por parte del coronavirus. El 80% de los fallecidos son adultos mayores. Y, a su vez, quienes los podrían haber ayudado respecto a la vida cotidiana en muchos casos, que son sus familias, están también quebradas económicamente como lo está el jubilado. Así que, frente a esta situación, se avanza contra este despiadado ajuste sobre las jubilaciones y pensiones. En definitiva, sobre lo que el trabajador aportó durante toda su vida.
—LR: Se estima que va a haber un tope anual para los aumentos de las jubilaciones definido por los recursos que reciba el ANSES, ¿será así?
—ES: Claro. El tema es el siguiente: las dos variables que va a utilizar para reajustar esta fórmula son la variación del salario del trabajador activo por un lado en el 50%, y la otra mitad la recaudación impositiva, es decir impuestos que tienen destinados porcentajes a la seguridad social. Ahora bien, ambas variables hoy están absolutamente depreciadas porque el salario y las paritarias se han ido a la baja, y de la recaudación que está atada al consumo, también va a la baja. Lo que dice la ley es que si va bien la recaudación y esa mejora supera el 1.3% del promedio de años anteriores, directamente no es que va a mejorar el haber del jubilado si no que se le pone un tope. No va a trasladarse por las dudas al jubilado. La verdad es que la ley es macabra, monstruosa. Es inmoral la reforma que pretende hacerse.
—LR: ¿Qué se puede esperar?
—ES: Yo espero que en la Legislatura los distintos bloques de oposición no sean condescendientes. Desde el punto de vista judicial nosotros ya llevamos los tres amparos colectivos a la Corte, que lo tratará algún día. Ni abrió el cajón. Nosotros llegamos por vía per saltum cuestionando la emergencia y los decretos del 18 de marzo, y al día de hoy no tomó ningún tipo de acción. Al margen de esto, me parece que lo que necesitamos desde hace mucho tiempo es que los trabajadores en general tengan participación en la lucha por este tipo de reivindicaciones. Porque en Argentina el problema es que nadie se considera viejo. Nadie quiere ser viejo por estas cosas, porque la vejez implica pobreza, exclusión, y pérdida de derechos. Uno ve, en otros países, que cuando se intentó la reforma previsional en Francia salieron cientos de miles de franceses a la calle a protestar, a enfrentar al gobierno. Y quienes salieron eran los jóvenes trabajadores que no querían perder de futuro los derechos que iban a conculcar. Acá, lamentablemente esto no está pasando. Y en gran parte la dirigencia sindical es funcional al Gobierno y a las empresas, históricamente.