La mala alimentación

Se trata de lo mal que comen hoy los chicos y chicas en las escuelas de la Ciudad de Buenos Aires. Detrás de la comida y a través de viandas, se deja ver un negocio millonario con las empresas concesionarias privadas que brindan este servicio con la aprobación del Gobierno porteño. Mala calidad, menos cantidad y poca nutrición son algunas de las denuncias de las cooperadoras escolares. La imagen del cocinero o cocinera del comedor escolar parece haber quedado en el pasado. María Eva Koutsovitis, del Observatorio por el Derecho a la Ciudad, pasó por el programa radial Tengo una Idea y brindó más detalles sobre el tema.

Entrevista: Graciela Carballo/Carlos Morchio/Nicolás Rosales
Redacción: Nicolás Rosales
Edición: Pedro Ramírez Otero
Foto: Defensoría del Público

“Hemos lanzado una campaña junto a cooperadoras, familias, y el conjunto de la comunidad educativa que se llama ‘Por una alimentación de calidad y gratuita para todes’ y la misma arrancó cuando nos enteramos, justo una semana antes que empiecen la clases, que el Gobierno de la Ciudad había llamado a una licitación pública para definir qué empresas iban a ocuparse del servicio de alimentación de los comedores escolares durante los próximos cuatro años. Para quienes no saben, el servicio está privatizado desde la década del 90, es decir que antes de esto en las cocinas de las escuelas todos los días se cocinaban alimentos frescos. Desde que se privatizó, hace 20 años, son 19 las empresas que se reparten este negocio multimillonario. La licitación pública tenía destinado un presupuesto de 50 mil millones de pesos, y para este año estimamos que será de 12 mil para las 19 empresas”, comenzó María Eva Koutsovitis, del Observatorio por el Derecho a la Ciudad.

Por otro lado, denunció: “Mientras tanto, las niñas y niños que concurren a las escuelas públicas reciben desayunos de tan solo 37 pesos, almuerzos de 320, y refrigerios por 110. El negocio es enorme, de manera progresiva se precariza el acceso a los alimentos en las escuelas públicas. Son 290 mil el total de estudiantes que a diario reciben un vaso de mate cocido con alguna barra de cereal de tercera marca, o una magdalena ultraprocesada. Cuando analizamos la licitación pública, lo que observamos es que el pliego de la licitación estaba orientado para seguir beneficiando a estas mismas 19 empresas que son sistemáticamente denunciadas por las cooperadoras y por las familias”.

Koutsovitis también recordó uno de los graves reclamos por las viandas que se entregaban en las escuelas: “A principios de 2020, una de estas concesionarias, Lamerich SA, fue quien tuvo importantes denuncias de intoxicación de estudiantes de las escuelas donde presta servicio alimentario. En la licitación quedan fuera de juego cooperativas y pymes”. 

Una campaña y el camino judicial

“La campaña empezó a tomar forma juntando firmas. Son más de 23 mil en un Change.org, que lo que busca es poner en discusión por completo el sistema alimentario de las escuelas públicas de la Ciudad. También llevamos adelante una acción judicial de amparo colectivo que tiene por objeto frenar la licitación en curso. Porque el Gobierno de manera inconsulta vuelve a privatizar el servicio de comedores sin ninguna instancia de participación para el conjunto de la comunidad educativa”, detalló.

Por último, Koutsovitis mencionó la inconstitucionalidad del sistema de becas para acceder a los comedores de las escuelas. “Las familias tienen que llenar engorrosos formularios, presentar certificados de pobreza. El servicio está arancelado y atenta contra la gratuidad y universalidad de la educación pública”, dijo.

Hoy en día son solo cuatro escuelas en la Ciudad que tienen comedores escolares como los de antes y son autogestionados por las cooperadoras.