«¿Por qué las viejas no podemos hablar de coger?»
Por LR oficial en CABA, Educación Sexual Integral, Feminismo
Lo dijo Rosa Rodríguez Cantero, poeta y una de las participantes del cortometraje “Viejas que hierven”, un film que viene a demostrar que las adultas mayores también gozan y sienten deseo. Pasó por el programa Estás muteadx, de Radio La Retaguardia, habló acerca del documental y comentó la repercusión que tuvo después de su paso por el Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (BAFICI).
Entrevista: Pedro Ramírez Otero/Julián Bouvier
Redacción: Julián Bouvier
Edición: Pedro Ramírez Otero
Foto de portada: Poesía a Mano Alzada
El corto documental “Viejas que hierven”, que realizó Violeta Tapia, está protagonizado por cinco mujeres mayores de setenta que cuentan sus historias en torno a la sexualidad y al deseo. Rosa Rodríguez Cantero, Norma Castillo, Stella Solanas, Griselda Negri, Clarisa Santos.
Rosa Rodríguez Cantero, poeta, contó cuál fue su proceso para empezar a poner en palabras lo que sentía respecto a su sexualidad y goce: “La idea surgió a partir de una revolución que vengo haciendo a nivel personal. Empecé a los 60 años recién a instruirme en la poesía. Comencé a hacer talleres, para aprender a manejar la palabra, porque antes tuve que criar a mis cinco hijos. Cuando la más chica se casó y se fue, me dediqué a hacer lo que más soñaba, que era aprender a escribir poesía. Y ahí también me empezó a surgir una rebelión contra los sistemas, contra los paradigmas, contra todo lo que está establecido. Porque después de que pasamos los 50, hay cosas a las que parece que no tenemos derecho. Una abuela está solo para tejer escarpines o para cocinarle a los nietos. No para tener deseo sexual, no para tener una vida propia, enamorarse, frustrarse, todo lo que conlleva una relación amorosa. A partir de esa revolución empecé a escribir en favor de los adultos mayores, aunque a mi me gusta que me digan vieja”.
La poeta contó cómo nació la propuesta de la realizadora del documental: “Violeta Tapia siempre se preguntó cómo sería su vejez. Y a partir de ahí, ella me escuchó en algún lado, me llamó y empezamos a coordinar. Este material se filmó antes de la pandemia y después quedó todo postergado. Yo no tenía idea de cómo iba a ser, ni quiénes iban a participar, pero como era un proyecto de chicos y chicas que estudian cine, me pareció copado y me prendí. Es una divina Violeta. Y es muy creativa e ingeniosa. Hizo casi todo, la edición, la música, los textos, todo”.
Rodríguez Cantero habló también acerca de cómo opera el patriarcado en la sociedad y en la institución familiar. «Me costó años de evolución, porque yo veinte años atrás me hubiese puesto el pañuelo celeste y hubiese defendido las dos vidas. Sin embargo, en los últimos diez años estuve con el pañuelo verde, convencida. Porque me gusta mucho hablar con la juventud, con adolescentes. Y aprendo un montón. En nuestra época teníamos muchos mandatos. Mi papá, cuando yo tenía doce años me dijo: ‘Un aborto es matar a un chico adentro de la panza de la madre. Y si vos alguna vez llegas a quedar embarazada, avisame pero, por favor, no dejes que te maten un chico en tu vientre’. Mi mamá, cuando le pregunté del tema, me golpeó. Entonces para mí la palabra de mi papá era sagrada. Y fijate que esa imagen tan violenta de que te arranquen un chico a pedazos era para que yo jamás pensará que un aborto podía ser posible y autorizado. Entonces tuve que romper con todo eso», dijo. Y comentó qué aprendizajes le brindó el feminismo en los últimos años: «Aprendí que hay que tratar de romper esos mandatos, y reconocer que no tenía razón en todo lo que pensaba. Y que hay mucho espacio para nosotras, pero que lo tenemos que pelear. Hay cosas que nos vienen desde chiquitos. Es normal que un pibe de doce años le cuente a los amigos ‘¿sabés la paja que me hice?’. En cambio, a mí me pasó que en una conversación de mujeres, una mujer de 60 años admitió que ella se masturbaba y las otras se enojaron. Le empezaron a gritar ‘vieja pajera, sos una indecente’. Eso es el patriarcado, del que también las mujeres somos parte muchas veces».
Además se refirió a las ideas establecidas que existen en torno a la sexualidad y reflexionó acerca de cómo podemos repensar esta temática. «Cuando hablo con gente de mi edad, lo primero que dicen algunas mujeres es: ‘¿Qué vamos a tener sexo si al viejo no se le para?’. Eso me causa impotencia. Porque no es solo la penetración. Tener sexo es abrazarse, es buscarse las cosquillas, es contarse fantasías. Es poder tocarse de nuevo, reconocer los cuerpos. A los 70 años tenemos deseo, tenemos piel, tenemos un montón de cosas que revivir. Yo estoy viuda desde hace más de 40 años. Y tuve algunos chongos. Pero como tenía hijos chiquitos, no quería traer un tipo a mi casa. Pero, ¿por qué los viejos no podemos hablar de coger? Hay chicas de 40, 50, que tienen hijos, y esos chicos ven en la tele la guerra en vivo, asesinatos, casos de pedofilia. De todo eso se habla tranquilamente. Pero de que los abuelos tengan ganas de coger, de eso no se puede hablar», dijo.
La poeta habló acerca de la importancia del amor propio al cuerpo, con las dificultades que eso conlleva en una sociedad que tiene rígidos parámetros de belleza.
“¿Por qué no puedo mostrar mi cuerpo? Yo ahora lo amo. Mucho tiempo lo odié, porque tenía estrías, las marcas que dejan los embarazos, la lactancia. Y me odiaba. Hasta que encontré un tipo que me gustó y yo le gusté a él, aunque era mucho más joven que yo. Y él amaba mi cuerpo. Entonces, si él lo amaba, ¿por qué no lo voy a amar yo? Ahí me lo empecé a cuestionar y a replantear. Pero es mi cuerpo, me aguantó 75 años. Cinco partos, cinco lactancias. El trabajo, porque toda mi vida fui empleada doméstica para sacar adelante a mi familia. No puedo pretender tener el cuerpo de una modelo de 35 años. Entonces amo esto que soy”. contó.
Otras expresiones artísticas por el deseo en la vejez
En Quilmes hay una exposición sobre cuerpos desnudos, que se realizó como un homenaje en el marco del aniversario del nacimiento de Eva Perón. Rodríguez Cantero participó y habló acerca de cómo impactó en el público: “Hay seis fotos mías, desnuda, con poemas hechos por mí. Y la repercusión que tuvo en la gente fue extraordinaria. Nunca lo imaginé. Había hombres, mujeres. Una chiquita de nueve años me dijo que le gustaría tener una abuela como yo. Y una señora de setenta y pico que me abrazó y me dijo: ‘Al fin me estás dejando ver lo que yo nunca pude ver’. Es increíble lo que produce esto. Muchas mujeres de mi edad me toman como referente. Estuve en una actividad con las chicas de la Campaña por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito y leí parte de mis libros. Tengo varios libros que hablan de todo esto: ‘El amor en tiempos del PAMI’, ‘Lo senil no quita lo caliente’. Cuando bajé del escenario después de hablar, una mujer me preguntó si alguna vez había usado un juguete sexual. Hasta ese momento no había usado, pero le dije que estaba bien que use. Que cada quien podía hacer con su vida lo que quiera, en tanto y en cuanto no moleste a los demás. En la soledad de tu cuarto, ¿por qué no? Y otra mujer me preguntó: ‘¿Qué pasa si te das cuenta de que sos lesbiana y queres estar con una mujer?’. Eso le había pasado a una amiga de ella. Y le dije que somos dueñas de nuestra vida, y lo único que nos vamos a llevar es la ternura, los momentos gratos que vivamos en este último tiempo, la sensación de sentirnos queridas, amadas, deseadas».