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Buscan restos de personas desaparecidas en el Puesto Vasco de Quilmes

Escrito por el julio 26, 2022


Hugo Santiago Colaone, Secretario de Derechos Humanos de Quilmes e integrante del Colectivo Quilmes Memoria Verdad y Justicia, brindó detalles sobre el trabajo que el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) desarrolla en donde funcionó el Centro Clandestino de Detención Tortura y Exterminio Puesto Vasco, en la subcomisaria de Don Bosco, Partido de Quilmes. El testimonio de un policía. Lo hallado hasta ahora y el trabajo realizado. La desafectación del inmueble y el objetivo de convertirlo en sitio de memoria.

Redacción: Paulo Giacobbe
Textuales: María Eugenia Otero
Edición: Fernando Tebele

Funcionarias/os locales de Quilmes, provinciales y nacionales junto a integrantes del EAAF recorriendo las zonas en investigación. (Foto: Sec. de DD.HH)

El equipo Argentino de Antropología Forense está realizando “sondeos exploratorios y excavaciones arqueológicas” en donde estuvo emplazado el centro clandestino de detención tortura y exterminio Puesto Vasco, según informaró la Secretaria de Derechos Humanos de Nación. “Se buscan evidencias” de enterramientos clandestinos. Puesto Vasco funcionó  en la subcomisaría de Don Bosco, Partido de Quilmes y formó parte del “Circuito Camps”. 

El predio fue desafectado en junio de 2021, hasta ese momento funcionó la Comisaría de la Mujer y Familia. “Cuando se terminó de construir la Comisaría de la Mujer nueva, se empezó a tomar ya como un sitio de memoria. Junto con ello, la entrega de llaves, el lugar, la preservación de todo”, explicó Hugo Colaone en diálogo con el programa Oral y Público de La Retaguardia. Al mismo tiempo impulsaron una investigación que venían realizando desde el Sitio para la Memoria ex Centro Clandestino de Detención Tortura y Exterminio Pozo de Quilmes, el más importante de los “chupaderos” del municipio. Se cree que Puesto Vasco fue el segundo. Ambos funcionaron en dependencias policiales. No fueron los únicos dos.

La investigación “se juntaba con Puesto Vasco porque hay muchos y muchas compañeras que pasaron por los dos lugares”. En eso fue que se encontraron con la declaración de Julio Emmed a la Conadep el 10 de febrero de 1984.  

En 1977, Emmed era agente de la Policía de la Provincia de Buenos Aires en la sección Dirección General de Investigaciones. Era custodia personal del genocida Miguel Etchecolatz e integrante del grupo operativo. Según sus propias palabras, la primera prueba de confianza la dio a mediados del 77: “En un enfrentamiento en Berisso cuando cubrí a un soldado con fuego granado de ametralladora. Allí en un departamento que se encontraba frente a la estación de Berisso había dos mujeres y un hombre. Todos terminaron muertos”. Con ese voto de confianza a Emmed le entregan una credencial de oficial subinspector a nombre de Ricardo Martínez. 

Hugo Colaone se refirió a dos de los tantos operativos en los que participó Emmed: “Él decía que había participado en dos operativos. Un primer operativo que habían matado a dos mujeres y un hombre, jóvenes siempre, y que esos cuerpos los llevaron a Avellaneda. El otro operativo, otra vez también dos mujeres y un hombre, que los matan en Brandsen y bueno, finalmente los llevan a Puesto Vasco y (dice) que los entierran en una fosa, que fueron quemados con cubiertas y después los taparon. La mitad de ese relato es cierta, porque se verificó que en Avellaneda los cuerpos, los tres cuerpos, eran esos que había dicho él. Falta buscar en Quilmes”.

El testimonio de Emmed en relación a Puesto Vasco

Se podría pensar que los dos operativos relatados por Emmed en realidad tenían un solo objetivo: asesinar y hacer desaparecer a un grupo de jóvenes que tenían secuestrados. En su plan de exterminio, los represores consideraron que lo mejor era engañarlos. Hacerles creer que habían sido “rehabilitados” y que salían del país. Y sí, fueron dos operativos, porque fueron trasladados en dos tandas.

“A fines del 77 o principios del 78 se me llama al despacho del Comisario General, en presencia del padre Christian Von Wernich… y se me pregunta si con un golpe de judo era yo capaz de dormir a una persona en el pequeño espacio de la parte trasera de un vehículo…”, relató Emmed a la CoNaDeP (Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas), lo que era la idea troncal del operativo. Pero el golpe de yudo de película salió mal y después de unos forcejeos le pegó varias veces con la culata del arma en la cabeza. En el auto terminaron todos ensangrentados, incluso Von Wernich, que según lo relatado por Emmed, viajaba con ellos. Ese es el primer grupo que esconden como NN en el Cementerio de Avellaneda. Para el segundo operativo modifican algunas partes del plan original. Lo del engaño lo mantienen. Salen de madrugada. 

“Se había cambiado completamente el procedimiento, y se había pedido un colectivo Mercedes Benz a Infantería -que era un móvil para traslado de la Policía-; este vehículo fue solicitado para efectuar el supuesto traslado de los subversivos desde la Brigada de La Plata hasta Aeroparque con un móvil de custodia -un Torino-; eran dos mujeres y un hombre, entre 25 y 30 años, que salieron por sus propios medios de la Brigada de La Plata. Una de las mujeres, de baja estatura, tenía un pie más corto que el otro. Ya tenían todas sus pertenencias, valijas, bolsos, etc. Y se les había entregado la documentación y el dinero para el viaje, cruzeiros, dólares y pesos. Salen de la Brigada de La Plata y el colectivo siempre acompañado por el Torino. Yo iba en el colectivo. Cuando pasamos el cruce Echeverri, los esposamos y les vendamos los ojos. En ese momento los tres jóvenes sabían lo que habría de ocurrirles y no dijeron palabra. Parecían totalmente resignados a lo que venía. Una de las mujeres se largó a llorar  Pero no dijo tampoco palabra. Habremos hecho unos quince o veinte minutos de viaje cuando entramos por un camino lateral de tierra, y nos encontramos en pleno descampado. Serían las seis o las seis y treinta de la mañana. Se los hizo descender a los tres del colectivo, se les quitaron las esposas, se los hizo desnudar completamente, se retiraron todas las prendas que habían dejado y con resto de las pertenencias se amontonaron a un costado. El sargento Miguel Ángel Pérez, que estaba a cargo, les ordenó que se tiraran sobre la tierra y allí los ultimaron el sargento Pérez, el cabo Alfredo Teico, y el sargento Vara. Los tres al mismo tiempo descargaron sus armas sobre los cuerpos a aproximadamente un metro de distancia, con armas calibre 32 y 38. Dieron varios impactos de bala en el corazón. Las armas no eran de la repartición. Aparentemente estaban todos muertos, cuando una de las mujeres, la más baja con el defecto en el pie, pidió que la mataran. El sargento Pérez le descerrajó un tiro a quemarropa, de 38mm. Se verificó que los tres estaban muertos y antes de subirlos al colectivo nuevamente se quemó todo, las pertenencias, absolutamente todo. Se los cargó en el micro, y se los trasladó hasta la morgue de la Jefatura de la Provincia donde quedaron depositados en la cámara de la morgue. A los tres días se nos ordena retirar la camioneta -concretamente fui yo que recibió la orden- y juntamente con Montechiari tuvimos que retirar de la morgue los tres cadáveres. Con dos móviles de custodia los trasladamos hasta Puesto Vasco. Entramos la camioneta y en un pozo que ya estaba hecho en Puesto Vasco, previo arrojar unas cubiertas de autos y gasoil mezclado con nafta, se introdujeron los tres cuerpos, se los tapó con cubiertas y combustible y se los quemó totalmente. Estuvimos quemándolos durante casi cinco horas…quedó personal del puesto para finalizar el trabajo…”.

Esa declaración que Emmed realizó frente a la CoNaDeP el 10 de febrero de 1984, fue desmentida por él mismo el 8 de mayo de 1985 ante la Cámara Federal. Argumentó que desde la Comisión le habían ofrecido 20 mil dólares y una reducción de la pena que purgaba por algunos de sus delitos, pero no por crímenes de lesa humanidad. Al día siguiente, el secretario de la CoNaDeP, Raúl Aragón, en declaraciones al diario La Razón, descalificó lo dicho por el policía y concluyó que actuó “bajo amenazas”. El 16 de agosto de 2007, Graciela Fernandez Meijide, también integrante de la CoNaDeP declaró a Pagina/12 que al represor Emmed “luego lo mataron en el ’85, no sabemos por qué”. Meijide tampoco especificó quiénes. 

El trabajo del EAAF

Con la información recolectada, “avisamos a la Secretaría de Derechos Humanos de Nación, a la Subsecretaría de Provincia. Ellos se encargan de pasárselo al Juez Federal (de La Plata, Ernesto) Kreplak, y ahí se empieza un nuevo proceso de no innovar, en donde se le da la orden al equipo de Antropología Forense para empezar a buscar”, contó el secretario de Derechos Humanos de Quilmes a La Retaguardia. 

“Tuvo que pasar bastante tiempo porque ese lugar en ese momento, que es más o menos 30 metros por 45, había un depósito de la DDI lleno de autos muy viejos, tres container de la época de la aduana paralela, muchos árboles caídos, basura y repuestos de coches que se ve que no los habían sacado y los fueron dejando. Cañaverales, bueno, además de alimañas, ratas, etcétera. En todo ese proceso hicimos todo un trabajo de desmalezamiento, de sacar primero los coches…”, relata con obstinada paciencia Colaone al recordar ese trabajo. “Los container, ni bien los quisimos sacar, se rompieron, salió todo, estaba lleno de zapatillas, de casetes de audio y video. Bueno, hasta que sacamos todo esto nos llevó bastante tiempo. No fue fácil buscar los recursos, las herramientas para sacarlo”. 

Despejado el lugar, el 6 de julio de 2022 ingresó el Equipo Argentino de Antropología Forense: “Se pusieron a hacer la traza o el trabajo que ellos hacen, que es una forma de trincheras que hacen de diez metros y así van buscando. Dividido por sectores. En ese trabajo fueron apareciendo algunas zonas que parecía que había basura, se descartaba, se iba descartando, hasta que se halló un lugar de más o menos 2 metros de diámetro, una especie de pozo semicircular o tipo riñón. Empezaron a encontrarse alambres de cubiertas de auto, desechos también viejos de esa época. Entonces eso lleva a pensar que puede ser lo que los militares llamaban capacha, que era hacer un agujero, tirar cubiertas, tirar los cuerpos, volver a tirar cubierta, madera, que sé yo… poner gasolina y quemarlos”, agregó el militante de Derechos Humanos, Hugo Colaone. 

Buscando evidencias se encontraron algunos objetos que están siendo investigados. “Se hallaron botellas de gaseosa viejas, de las chiquititas, monedas… Se encontraron muchas cosas quemadas y el suelo quemado. O sea, como el círculo, todo el círculo quemado. Y ahora se está buscando hacia abajo. Así que esperamos los resultados”, señaló Colaone.    

Sitio de Memoria

El Secretario de Derechos Humanos de Quilmes participó el miércoles pasado de una recorrida por donde funcionó el centro clandestino Puesto Vasco, junto a la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza; el Secretario de Derechos Humanos de Nación, Horacio Pietragalla; el Subsecretario de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires, Matías Moreno; la directora del EAAF, Natalia Federman; la directora de Sitios y Espacios de Memoria, Lorena Battistiol; y Mariela Fumagalli, responsable de la Unidad de Búsqueda. 

La idea también es convertir el lugar en sitio de memoria. “Esto lo venimos charlando ya hace rato pero en estos días nos juntamos con la Secretaría de Derechos Humanos de Nación, de Provincia, la Universidad de Quilmes, el municipio de Quilmes y el Colectivo Quilmes, Memoria, Verdad y Justicia, que somos los que estuvimos en el proceso de recuperación del Pozo de Quilmes para hacerlo Sitio de memoria. Así que en estos días nos juntamos justamente para ver la forma de integración y de conducción que le vamos a dar al sitio”, concluyó Hugo Colaone. 


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