Abuelas de Plaza de Mayo
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Lo sostuvo el abogado Ariel Noli en la audiencia de este lunes. La querella de sobrevivientes del Terrorismo de Estado encabezada por Carlos Lordkipanidse y Patricia Walsh, e integrantes de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos, hizo uso de su derecho a réplica para contestar algunos de los polémicos planteos del defensor particular Guillermo Fanego en las audiencias pasadas. Noli hizo un repaso histórico sobre el Terrorismo de Estado en nuestro país y corrigió muchos de los términos que utilizó el abogado defensor para agraviar tanto a sobrevivientes como a fiscales, querellas y miembros del Tribunal. Junto a él, replicó también Adrián Krmpotic, quien dejó en claro que el alegato del abogado defensor no sirvió para refutar la prueba nueva que presentó la fiscalía, que sitúa a Horacio Luis Ferrari en la ESMA en el año 1977. (Por La Retaguardia) ✍️ Redacción: Diego Adur 💻 Edición: Fernando Tebele 📷 Foto de portada: transmisión audiovisual en vivo Fernando Tebele/Diego Adur Este cuarto tramo de la Megacausa ESMA, que se estimaba corto, ya lleva más de dos años. Algunas audiencias se suspenden —como fue el caso de la anterior, debido a un problema de salud de Fanego— y otras se atrasan, como la de este lunes, que comenzó por lo menos cuarenta minutos después de su hora estipulada, las 14:30. Las dilaciones en los juicios de lesa humanidad no hacen más que garantizar la impunidad biológica para los genocidas. De hecho, uno de los 10 imputados en este tramo, Néstor Eduardo Tauro, falleció en febrero del año pasado sin la posibilidad de ser condenado por sus crímenes de lesa humanidad. Apenas comenzó la audiencia, una nueva intervención de Fanego devendría en un cuarto intermedio. El abogado defensor quiso impedir la exposición de la querella, aduciendo que ya habían replicado. Diez minutos después, el presidente del Tribunal, Daniel Obligado, comunicó que de manera unánime, junto a las juezas Adriana Pallioti y Gabriela López Iñíguez, había decidido darle continuidad a la réplica de la querella. Ariel Noli, en representación de la querella que encabezan Carlos Sueco Lordkipanidse y Patricia Walsh e integrantes de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos (AEDD), respondió algunas de las cuestiones planteadas por Fanego en las audiencias anteriores. Dijo que estos juicios no eran de venganza, sino que eran “juicios de Memoria, Verdad y Justicia, resultado de la lucha inclaudicable del pueblo argentino contra la impunidad, lucha encabezada por los sobrevivientes al horror, por nuestras Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, por los hijos de las víctimas, por los diversos organismos de derechos humanos y todas aquellas personas que han hecho una forma de vida la lucha contra la impunidad”. También destacó que estas causas son necesarias para que el Terrorismo de Estado no vuelva a suceder nunca más. Denunció los términos utilizados por el abogado defensor en su alegato de semanas anteriores, y que tuvieron como destinatarios a todas las partes: desde jueces a fiscales, pasando por sobrevivientes y fiscales o abogados querellantes: ”basura humana”, “artista payaso”, “mentirosa e ignorante”, entre muchos otros, que no hacen más que mostrar “la calidad moral del agresor”. Noli también sostuvo que “los imputados no son presos políticos”, como Fanego los describe. El abogado querellante explicó que “la ausencia de motivación personal es el elemento típico de los delitos políticos y su correlato es la reivindicación de los mismos, no su negación”. Y agregó: “Por el contrario, no hemos escuchado en el transcurso de este debate a ninguno de los acusados hacerse cargo de los hechos cometidos y reivindicarlos como un hecho político o colectivo que respondiera a sus ideas o creencias”. Además, el abogado de la querella hizo un repaso histórico en el que enumeró los distintos episodios en los que el Estado, a través de las fuerzas represivas, atacó, secuestró, torturó y asesinó a trabajadores, trabajadoras y estudiantes en todo el país. El punto central de estos hechos aberrantes ocurrió con el genocidio provocado por la última dictadura cívico-militar-eclesiástica y empresaria, lo que Fanego en sus alegatos justificó porque “las Fuerzas Armadas debieron tomar el poder para defender a la población civil de estos dementes que venían asolándolos con la lucha armada”, recordó el querellante. También leyó algunos artículos de periódicos de más de 100 años de antigüedad en los que se podía observar una similitud discursiva con la expresada por Fanego durante sus alegatos e intervenciones. Noli llegó a la conclusión que “el lenguaje justificador del Terrorismo de Estado utilizado por la defensa como sus ironías respecto del lenguaje inclusivo atrasan más de 140 años”. La carrera de Ferrari Después fue el turno del doctor Adrián Krmpotic, por la misma querella. Se ocupó de los detalles sobre la prueba nueva que presentó el Ministerio Público Fiscal, un registro de embarcación que sitúa a Horacio Luis Ferrari destinado a la ESMA desde el 28 de enero 1977. Krmpotic indicó que los intentos de Fanego por refutar esa prueba fueron en vano, ya que “de su legajo de servicio no surge ninguna navegación a partir del 26 de enero de 1977”. Los libros de navegación que mostró el abogado defensor situaban al genocida en distintos puertos del país, pero no hay registro de esos viajes entre enero de 1977 y principios del 78. El abogado defensor, en su alegato, presentó “lo que supuestamente sería la foja de concepto de Ferrari durante el año 1977”. Al respecto, Krmpotic explicó que “en el contexto represivo, debe entenderse que el entramado burocrático se encontraba especialmente dispuesto para encubrir los movimientos y destinos del personal afectado de manera directa a las tareas represivas, dando cierta apariencia de legalidad al funcionamiento de la maquinaria genocida”. Además, mencionó testimonios de sobrevivientes que reconocieron a Ferrari en la ESMA: Ricardo Héctor Coquet, secuestrado el 10 de marzo de 1977 y cautivo en la ESMA hasta 1981, declaró en este juicio e identificó al imputado como el Teniente de Fragata Horacio Luis Ferrari; “Resulta verdaderamente absurdo suponer que Coquet, en el año 1987, inventara el nombre y el cargo completo de
Esta semana se reanudaron las audiencias en uno de los tramos de la megacausa Campo de Mayo. Fue de manera virtual y con participación de público y prensa. En el juicio se agrupan secuestros y desapariciones de trabajadores/as de Mercedes Benz, Ferrocarriles Argentinos, Colegio Militar y Área 400, entre otras. Son 22 los genocidas imputados por crímenes de lesa humanidad cometidos contra 323 víctimas. 12 de ellos no tienen condenas anteriores. Una de las testigos de la audiencia del miércoles, Lorena Battiostiol, habló con La Retaguardia luego de la declaración por las desapariciones de su papá y su mamá, que estaba embarazada, por lo que aún busca a su hermano o hermana. (Por La Retaguardia) 🎤 Entrevista: Fernando Tebele✏ Redacción y crónica de la audiencia: Diego Adur💻 Edición: Fernando Tebele El miércoles, pasadas las 10 de la mañana, se inició una nueva audiencia en el juicio N°20 de la Megacausa Campo de Mayo. Se sesionó de manera virtual, con la posibilidadde asistencia del público y de los medios de comunicación. El TOF N° 1 de San Martín, integrado por las juezas Silvina Mayorga, Nada Flores Vega y el juez Daniel Omar Gutiérrez, presidente del Tribunal, estuvieron presentes en la sala junto a algunas de las partes. Fue la reanudación del juicio que había comenzado de manera oral y pública el 29 de abril del año pasado en los Tribunales de San Martín. Hay 20 genocidas imputados por crímenes de lesa humanidad cometidos contra 323 víctimas: Luis del Valle Arce, Bernardo Caballero, Carlos Francisco Villanova, Miguel Ángel Conde, Carlos Eduardo José Somoza, Mario Rubén Domínguez, Hugo Miguel Castgano Monge, Arnaldo Julio Román, Santiago Omar Riveros, Eugenio Guañabens Perelló, Carlos Daniel Caimi, Luis Sadi Pepa, Ramón Vito Cabrera, Rodolfo Emilio Feroglio, Roberto Julio Fusco, Francisco Rolando Agostino,, Alfredo Oscar Arena, Carlos Javier Tamini, Federico Ramírez Mitchell y Luis Pacífico Britos. Raúl Guillermo Pascual Muñoz, que estaba imputado en este juicio y en de la represión a la Contraofensiva de Montoneros, murió impune el año pasado; También murió Benito Rubén Ángel Omaecheverría. Tramo Ferroviarios En la audiencia se escucharon los testimonios de familiares de víctimas en la causa conocida como Ferroviarios, donde están imputados los represores Carlos Javier Tamini, Carlos Eduardo José Somoza, Hugo Miguel Castagno Monge, Carlos Francisco Villanova, Luis Sadí Pepa y Santiago Omar Riveros. Se trató de diversos operativos realizados entre el 31 de agosto y el 5 de septiembre de 1977 donde un grupo de tareas secuestró trabajadores de Ferrocarriles Argentinos, junto a mujeres embarazadas y otros familiares. El primer testigo de la mañana fue Roberto Landaburo, el hermano de Leonor Rosario Landaburo, quien se encuentra desaparecida. Roberto relató la historia del secuestro de su hermana ocurrido el 31 de agosto de 1977 a sus 25 años de edad y embarazada de 7 meses y medio, junto a su compañero Juan Carlos Catnich. Leonor fue secuestrada en su domicilio en el barrio de Flores de la Ciudad de Buenos Aires y Juan Carlos en los talleres del Ferrocarril Mitre de José León Suárez, zona norte del Gran Buenos Aires, donde trabajaba. También contó acerca de otros cuatro operativos de detención ilegal llevados a cabo por la Policía ferroviaria. Según su testimonio, su hermana fue trasladada al “galpón de El Campito” donde fue vista por Ema Battistiol. Luego agregó que Sandra Mosori, la hija de Battistiol, también vio a su hermana en El Campito. Roberto aseguró que “varios trabajadores ferroviarios fueron secuestrados en esos días, entre el 31 de agosto y el 6 de septiembre”. Sobre el destino de su sobrino o sobrina, declaró que tuvo conocimiento de una persona, Virginia, que en octubre de 1977 estuvo internada en el hospital de Campo de Mayo y vio allí a un bebé que habían llamado Federico, que era el nombre que Landaburo y Catnich le iban a poner a su hijo. Luego, señaló que sobre el bebé nacido en cautiverio “no tenemos ninguna noticia”. Para cerrar, el testigo dijo: “Más importante que las condenas que puedan recibir los acusados es que se conozca esta historia, que los niños en los colegios sepan qué fue lo que pasó. Son crímenes que tienen que ser castigados. Eso se logra si se habla en las escuelas, en los centros sociales y donde sea para que esto no vuelva a pasar nunca más”. Luego declaró María Esther Landaburo, hermana de Leonor. Ella contó cómo encontró el hogar que compartía con su hermana después de su desaparición:“Cuando llegué al domicilio había mucho olor a humo de cigarrillo y colillas tiradas. Fue una escena totalmente inusual ya que ninguna de nosotras fumaba”, explicó. La testigo dijo que tuvo conocimiento del destino de su hermana por dos sobrevivientes: “Ema (Battistiol) y Sandra (Mosori) la vieron, no sé en cuantas oportunidades, pero la vieron en El Campito”, señaló. También declaró sobre el destino desconocido de su sobrino o sobrina nacida en cautiverio: “Leonor cursaba un embarazo de riesgo. Hizo reposo durante mucho tiempo. En el momento del secuestro estaba cursando el séptimo mes del embarazo. (En Campo de Mayo), Virginia vio a una supuesta asistente social que llevaba un bebé en brazos llamado Federico y era hijo de una presa de la cárcel de Campo de Mayo nacido en la primera quincena de octubre de 1977… Seguimos buscando a nuestro sobrino o sobrina. Fue un hecho cruel, dolorosísimo. Nos fuimos reconstruyendo para buscar a nuestro sobrino o sobrina. Tenemos una responsabilidad personal. Es lo que tenemos que hacer y lo que estamos haciendo. Es nuestra responsabilidad como tíos”, aseguró. Las hermanas Battistiol Por la misma causa, declararon dos testigos más: Lorena y Flavia Battistiol dieron testimonio por el secuestro y desaparición de su madre Juana Colayago, que cursaba un embarazo de 6 meses, y su padre Egidio Battistiol, ocurrido el 31 de agosto de 1977. En el mismo operativo fueron secuestradas la tía de las testigos, Ema Battistiol, y su prima, hija de Ema, Sandra Mosori. Ellas dos fueron liberadas una semana después, mientras que Battistiol padre, Colayago