Canción actual

Título

Artista


Gervasio Martín Guadix


Alegato de la querella por los casos de Gervasio Martín Guadix y Aixa Bona (sobreviviente), a cargo del Dr. Rafael Flores DESCARGAR *Este diario del juicio por la represión a quienes participaron de la Contraofensiva de Montoneros, es una herramienta de difusión llevada adelante por integrantes de La Retaguardia, medio alternativo, comunitario y popular, junto a comunicadores independientes. Tiene la finalidad de difundir esta instancia de justicia que tanto ha costado conseguir. Agradecemos todo tipo de difusión y reenvío, de modo totalmente libre, citando la fuente. Seguinos diariamente en https://juiciocontraofensiva.blogspot.com

Con la presencia en la sala de uno de los imputados, Eduardo Eleuterio Ascheri, se realizó la cuarta jornada del alegato del Ministerio Público Fiscal a cargo de Gabriela Sosti. En más de cuatro horas, repasó entre otros casos, los secuestros del grupo de prensa, tres parejas de militantes que tenían que editar libros y fueron secuestradas; solo sobrevivieron Daniel Cabezas, Nora Hilb y Aixa Bona. Fueron asesinadas las otras tres: Alfredo Lires, Gervasio Guadix y Graciela Álvarez. Sosti también repasó el calvario de Silvia Tolchinsky, el secuestro del cura Jorge Adur y Lorenzo Viñas, entre otros. Ascheri derramó una lágrima cuando escuchó una de las historias. (Por El Diario del Juicio*)  ☝ Foto de Portada   Mientras Sosti desarrolla la historia de Selva Varela Istueta, una lágrima recorre la mejilla de Ascheri. Quienes asistieron a la audiencia y detectaron la situación, coincidieron en señalar que es extraño que alguien que en su ampliación indagatoria no se lamentó por lo que les ocurrió a las víctimas, se sensibilice con la historia de una de ellas. Y dijeron casi a coro: “si le genera alguna sensibilidad, que diga lo que sabe”. Ascheri fue sorprendido durante el juicio, en dos ocasiones, violando la prisión domiciliaria. 📷 Fotos 👉 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio📷 Selección de fotos 👉 Martina Noailles/Fernando Tebele ✍️ Textos 👉 Fernando Tebele/Martina Noailles ☝ En la previa de la audiencia, Daniel Cabezas, sobreviviente del genocidio, coloca las pancartas con las fotos de quienes fueron desaparecidas/os en cada silla. Salvo en una, la que sorprendentemente ocupó Eduardo Ascheri, uno de los imputados. Ascheri quedó rodeado de las fotos interpeladoras. 📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio ☝ Ascheri quedó rodeado de rostros. Sus ausencias dicen más que cualquier palabra. 📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio ☝ Selva Varela Istueta tenía apenas un año cuando en 1977 secuestraron y desaparecieron a su padre Mario Aníbal Bardi y a su mamá Claudia Istueta, médicos, militantes montoneros de zona sur. Su madre había pedido que, si algo les pasaba, Selva fuera criada por compañeros, no por la familia. Esos compañeros fueron Carlos Karis y Nora Larrubia. El 13 de septiembre de 1980 dormían la siesta cuando entró la patota. Selva tenía 3 años y su hermanito Juan Carlos (hijo de Karis y Larrubia) era bebé. Se llevaron a Carlos y a Nora. A los chicos los dejaron con unos vecinos. Terminaron adoptados por aquella tía que Claudia Istueta había querido evitar. Selva, o Pajarito como la llamaban en la guardería de Cuba, es una de las tantas víctimas de la última dictadura que asesinó a sus madres y a sus padres, a los biológicos y a los del corazón. 📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio ☝ Desde la pantalla, el “Negro” Juan Carlos Silva parece clavar su mirada en Eduardo Eleuterio Ascheri, quien fuera jefe de la División Planes del Departamento de Inteligencia del Comando de Instituto Militares y ahora espera sentencia en este juicio. De barbijo negro y prisión domiciliaria, Ascheri asistió a la última audiencia y escuchó en vivo el alegato de la fiscal Sosti. Tiene 86 años. Silva tenía 30 cuando lo secuestraron el 26 de junio de 1980, el mismo día que al padre Adur y a Viñas en Paso de los Libres. Por el caso de Silva, entre otros, se escucharon los testimonios de su compañera, Ana Testa y la hija de ambos, Paula Silva Testa. 📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio ☝ Francisco Goya fue secuestrado y desaparecido. Uno de sus hijos, Carlos Goya Martínez Aranda fue apropiado. Recuperó su identidad por el incansable trabajo de Abuelas de Plaza de Mayo. También declararon Emilio y Juan Manuel, otros de sus hijos, quién relató la cercanía de su padre a las Ligas Agrarias y la relación que lo unía a Quique Lovey, principal referente de esa organización campesina. 📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio ☝ La revista Para Ti tituló “Habla la madre de un subversivo muerto”. Era en realidad una entrevista fraguada que le forzaron hacer a Thelma Jara de Cabezas mientras la tenían cautiva bajo tormentos desde abril de 1979 en la ESMA. Daniel Cabezas, integrante del grupo Prensa de la Contraofensiva, supo así que su madre estaba viva. “Esta es una muestra más de la ‘acción psicológica’ de la dictadura tendiente a construir conceptualmente y adjetivar a ese enemigo a destruir. La función de ese discurso estigmatizante, embustero y artero era paralizar, domesticar a la sociedad, pretendiendo convencerla de la necesidad de ese exterminio. Y de paso instalar el escenario del más ominoso terror”, sostuvo Sosti en su alegato. 📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio ☝ “Lo más determinante es la constancia del interrogatorio bajo tormentos que le hicieron los especialistas de inteligencia que se desplazaron para secuestrarlo”, dijo Sosti cuando tomó el caso de Antonio Tovo, quién tuvo a su cargo la articulación sindical entre Rosario y otros cordones industriales. “El interrogatorio inmediato fue en Rosario. No hace falta aclarar que no había ninguna autoridad judicial ni prevención alguna para evitar las torturas”. Grafica de ese modo, por un lado la tortura como metodología para conseguir información aplicada en todos los casos, sin excepción; por otra parte, la fiscal, al abordar la cuestión de la información obtenida bajo tortura de personas que luego serían desaparecidas, desmitifica en torno de la entrega o no de datos era una de las cuestiones que definía la vida y la muerte de las personas durante el genocidio. La perversión genocida no funcionaba de ese modo.  📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio ☝ Desde la foto, Gervasio Martín Guadix, parte del grupo de prensa, junto a Verónica Cabilla, la joven secuestrada al reingresar al país. Sosti repasó las declaraciones de los gendarmes y médicos que participaron del informe oficial que avaló el supuesto suicidio de Guadix en la frontera, sobre todo el de quien lo llevó adelante, Juan Carlos Olari, de quien dijo que esperaba que pronto estuviera imputado por lo que, como se ha visto durante el juicio, fue un secuestro y asesinato.  📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio ☝ Aixa Bona era una de las seis personas que

Aixa Bona, sobreviviente de la represión a la Contraofensiva de Montoneros, aseguró que el ex comisario Roberto Álvarez, uno de los testigos en la audiencia de hoy, la trasladó secuestrada desde Campo de Mayo hasta una comisaría de la Policía Federal en San Martín. Bona lo reconoció viendo la transmisión del juicio por TV, que se emite por La Retaguardia y El Diario del Juicio. (Por El Diario del Juicio*)  📷 Fotos 👉 Gustavo Molfino📝 Textos 👉  Fernando Tebele/Martina Noailles Una gran conmoción causó esta mañana el reconocimiento que realizó la sobreviviente de la represión a la Contraofensiva de Montoneros de una de las personas que la trasladó secuestrada desde Campo de Mayo hacia la Departamental de la Policía Federal en San Martín. El testimonio transcurrió durante la audiencia 44 de este juicio histórico. El ex Jefe de esa dependencia e integrante del aparato de inteligencia de la Federal, Roberto Álvarez, ante una pregunta de la fiscal Gabriela Sosti acerca de si llegaban a la comisaría personas que venían de Campo de Mayo, respondió: “No. Enviados por Campo de Mayo no. En una oportunidad se encontró una persona que decía que había estado en Campo de Mayo. Una persona femenina. Yo estaba circulando con el auto no identificable y ella estaba caminando por la ruta, con signos de extravío, y le pregunté como policía. La llevé a la delegación. Ella me dijo que debía haber estado en alguna dependencia de Campo de Mayo”. En su testimonio en este mismo juicio, Aixa Bona había relatado con detalles su secuestro.  Allí contó que una de las personas le dio datos sobre su compañero, Gervasio Martín Guadix, luego asesinado, pero que aún estaba con vida en el centro de torturas de esa guarnición militar. Bona vio el testimonio de Álvarez y rápidamente le avisó a su abogado Rafael Flores (que además es su cuñado), que Álvarez era la persona que la llevó clandestinamente desde Campo de Mayo hasta la comisaría de San Martín. Tras esa comunicación, Flores intervino para informar al tribunal: “Mi representada, querellante en esta causa, ha seguido esta audiencia y manifiesta que reconoce en la figura del señor Álvarez como la persona que la fue a buscar a Campo de Mayo. Lo pongo en consideración del tribunal”, dijo Flores. Bona estaba siguiendo la audiencia virtual a través de La Retaguardia y El Diario del Juicio. Uno de los abogados defensores, Hernán Corigliano, planteó la suspensión de la testimonial “porque existe riesgo de autoincriminación”. Una de las diferencias entre ser testigo y ser imputado, es que quienes dan testimonios prestan juramento o promesa de decir verdad; en cambio, alguien con una acusación en su contra puede negarse a declarar contra sí mismo.  El ex comisario Roberto Álvarez muestra su DNI antes de comenzar a declarar, cuando todavía no sabía que Aixa Bona lo reconocería a través de la pantalla.📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio Luego de un cuarto intermedio, el TOF 4 de San Martín, a cargo de los jueces Esteban Rodríguez Eggers, Matias Mancini y María Claudia Morgese Martín, decidió aceptar el pedido de todas las partes y anunciarle a Álvarez que su testimonio quedaba suspendido. A esa altura con un inocultable nerviosismo, mientras los anteojos que colgaban en su frente caían contra la nariz, Álvarez acató la orden del juez de desconectarse de la audiencia virtual, y el debate siguió con otros dos testimonios, entre ellos el de María Cecilia Rodríguez Elizalde, la esposa de uno de los imputados, Marcelo Cinto Courtaux. En diálogo con el programa Oral Y Público de Radio La Retaguardia, apenas terminada la audiencia, Aixa Bona aseguró que: “apenas lo vi, lo reconocí. No solo lo reconocí físicamente si no que le reconocí la voz. Tuve contacto con él la noche en la que me sacan de Campo de Mayo. Yo pensé que era un ‘traslado’. Lo vi cuando me saca la capucha. Quería hablar. Me preguntaba qué pensaba. No tengo ninguna duda, en esa situación uno no se olvida de la cara, pero además está igual, un poco más canoso, y le reconocí la voz”. Cuando Bona le preguntó por su compañero Guadix, Álvarez le dijo: “‘está ahí, está colgado’. Después supe que colgado era que su situación no estaba todavía resuelta. Luego lo llevaron a Paso de los Libres”. Guadix fue asesinado y la dictadura intentó hacer pasar su crimen por un suicidio en el puente fronterizo de esa localidad correntina, como si recién ingresara desde Brasil.  En los próximos días, las querellas solicitarán al juzgado de instrucción a cargo de Amelia Vence, que imputen a Álvarez en la megacausa de Campo de Mayo. Es esperable, también, que soliciten su detención. *El Diario del Juicio por la represión a quienes participaron de la Contraofensiva de Montoneros, es una herramienta de difusión llevada adelante por integrantes de La Retaguardia, medio alternativo, comunitario y popular, junto a comunicadores independientes. Tiene la finalidad de difundir esta instancia de justicia que tanto ha costado conseguir. Agradecemos todo tipo de difusión y reenvío, de modo totalmente libre, citando la fuente. Seguinos diariamente en https://juiciocontraofensiva.blogspot.com

Aixa Bona, sobreviviente de la represión a la Contraofensiva de Montoneros, aseguró que el ex comisario Roberto Álvarez, uno de los testigos en la audiencia de hoy, la trasladó secuestrada desde Campo de Mayo hasta una comisaría de la Policía Federal en San Martín. Bona lo reconoció viendo la transmisión del juicio por TV, que se emite por La Retaguardia y El Diario del Juicio. (Por El Diario del Juicio*)  📷 Fotos 👉 Gustavo Molfino📝 Textos 👉  Fernando Tebele/Martina Noailles Una gran conmoción causó esta mañana el reconocimiento que realizó la sobreviviente de la represión a la Contraofensiva de Montoneros de una de las personas que la trasladó secuestrada desde Campo de Mayo hacia la Departamental de la Policía Federal en San Martín. El testimonio transcurrió durante la audiencia 44 de este juicio histórico. El ex Jefe de esa dependencia e integrante del aparato de inteligencia de la Federal, Roberto Álvarez, ante una pregunta de la fiscal Gabriela Sosti acerca de si llegaban a la comisaría personas que venían de Campo de Mayo, respondió: “No. Enviados por Campo de Mayo no. En una oportunidad se encontró una persona que decía que había estado en Campo de Mayo. Una persona femenina. Yo estaba circulando con el auto no identificable y ella estaba caminando por la ruta, con signos de extravío, y le pregunté como policía. La llevé a la delegación. Ella me dijo que debía haber estado en alguna dependencia de Campo de Mayo”. En su testimonio en este mismo juicio, Aixa Bona había relatado con detalles su secuestro.  Allí contó que una de las personas le dio datos sobre su compañero, Gervasio Martín Guadix, luego asesinado, pero que aún estaba con vida en el centro de torturas de esa guarnición militar. Bona vio el testimonio de Álvarez y rápidamente le avisó a su abogado Rafael Flores (que además es su cuñado), que Álvarez era la persona que la llevó clandestinamente desde Campo de Mayo hasta la comisaría de San Martín. Tras esa comunicación, Flores intervino para informar al tribunal: “Mi representada, querellante en esta causa, ha seguido esta audiencia y manifiesta que reconoce en la figura del señor Álvarez como la persona que la fue a buscar a Campo de Mayo. Lo pongo en consideración del tribunal”, dijo Flores. Bona estaba siguiendo la audiencia virtual a través de La Retaguardia y El Diario del Juicio. Uno de los abogados defensores, Hernán Corigliano, planteó la suspensión de la testimonial “porque existe riesgo de autoincriminación”. Una de las diferencias entre ser testigo y ser imputado, es que quienes dan testimonios prestan juramento o promesa de decir verdad; en cambio, alguien con una acusación en su contra puede negarse a declarar contra sí mismo.  El ex comisario Roberto Álvarez muestra su DNI antes de comenzar a declarar, cuando todavía no sabía que Aixa Bona lo reconocería a través de la pantalla.📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio Luego de un cuarto intermedio, el TOF 4 de San Martín, a cargo de los jueces Esteban Rodríguez Eggers, Matias Mancini y María Claudia Morgese Martín, decidió aceptar el pedido de todas las partes y anunciarle a Álvarez que su testimonio quedaba suspendido. A esa altura con un inocultable nerviosismo, mientras los anteojos que colgaban en su frente caían contra la nariz, Álvarez acató la orden del juez de desconectarse de la audiencia virtual, y el debate siguió con otros dos testimonios, entre ellos el de María Cecilia Rodríguez Elizalde, la esposa de uno de los imputados, Marcelo Cinto Courtaux. En diálogo con el programa Oral Y Público de Radio La Retaguardia, apenas terminada la audiencia, Aixa Bona aseguró que: “apenas lo vi, lo reconocí. No solo lo reconocí físicamente si no que le reconocí la voz. Tuve contacto con él la noche en la que me sacan de Campo de Mayo. Yo pensé que era un ‘traslado’. Lo vi cuando me saca la capucha. Quería hablar. Me preguntaba qué pensaba. No tengo ninguna duda, en esa situación uno no se olvida de la cara, pero además está igual, un poco más canoso, y le reconocí la voz”. Cuando Bona le preguntó por su compañero Guadix, Álvarez le dijo: “‘está ahí, está colgado’. Después supe que colgado era que su situación no estaba todavía resuelta. Luego lo llevaron a Paso de los Libres”. Guadix fue asesinado y la dictadura intentó hacer pasar su crimen por un suicidio en el puente fronterizo de esa localidad correntina, como si recién ingresara desde Brasil.  En los próximos días, las querellas solicitarán al juzgado de instrucción a cargo de Amelia Vence, que imputen a Álvarez en la megacausa de Campo de Mayo. Es esperable, también, que soliciten su detención. *Este diario del juicio por la represión a quienes participaron de la Contraofensiva de Montoneros, es una herramienta de difusión llevada adelante por integrantes de La Retaguardia, medio alternativo, comunitario y popular, junto a comunicadores independientes. Tiene la finalidad de difundir esta instancia de justicia que tanto ha costado conseguir. Agradecemos todo tipo de difusión y reenvío, de modo totalmente libre, citando la fuente. Seguinos diariamente en https://juiciocontraofensiva.blogspot.com

Declaran: María Cecilia Rodríguez Elizalde, ex esposa del imputado Marcelo Cinto Courtaux; Rubén Oscar Guardiola, vinculado al fraguado suicidio del integrante de Montoneros Gervasio Martín Guadix; y Roberto Álvarez, Comisario de la delegación San Martín de la Policía. Foto: Margarita Vich, secuestrada y desaparecida el 15 de septiembre de 1979 *Este diario del juicio por la represión a quienes participaron de la Contraofensiva de Montoneros, es una herramienta de difusión llevada adelante por integrantes de La Retaguardia, medio alternativo, comunitario y popular, junto a comunicadores independientes. Tiene la finalidad de difundir esta instancia de justicia que tanto ha costado conseguir. Agradecemos todo tipo de difusión y reenvío, de modo totalmente libre, citando la fuente. Seguinos diariamente en https://juiciocontraofensiva.blogspot.com

La declaración del médico militar Gabriel Salvador Matharan sorprendió a las personas que no venían asistiendo al juicio y pudieron verla en vivo a través de El Diario del Juicio. Para los habitué, fue una más de las varias declaraciones de gendarmes y militares que, alrededor del crimen de Gervasio Martín Guadix, han titubeado o se contradijeron, lo que demuestra la puesta en escena de su supuesto suicidio en el puente fronterizo de Paso de los Libres, Corrientes. Desde Paraná, Matharan repitió sistemáticamente una respuesta: “No recuerdo señor”, aunque le preguntara la jueza Morguese Martín, que le recordó que estaba declarando bajo juramento. La querella familiar pidió su detención. (Por El Diario del Juicio*)  ✍️ Texto 👉 Fernando Tebele/Fabiana Montenegro💻 Colaboración  👉 Diana Zermoglio📷 Fotos 👉  Gustavo Molfino/El Diario del Juicio📷 Documentos 👉 El Diario del Juicio📷 Foto de Portada 👉  Desde Paraná, por videoconferencia,  📷 Gustavo Molfino —La situación de estar en una testimonial lo impone de una obligación, que es la de manifestarse con la verdad, pues si no lo hiciera podría incurrir en el delito de falso testimonio cuyas penas, en algunos casos, alcanzan los 10 años de prisión. Técnicamente, el falso testimonio es afirmar una falsedad, negar o callar la verdad, aunque sea una parte de ella, ¿jura o promete decir la verdad? —informa y pregunta el presidente del tribunal, Esteban Rodríguez Eggers. Lo hace siempre que está por comenzar un testimonio, pero cada vez que participa un gendarme o un médico militar vinculado al fraguado suicidio de Gervasio Martín Guadix -en realidad secuestro y asesinato-, esa información acerca del falso testimonio cobra otra relevancia.—Sí, juro —se escucha una voz tenue que llega por videoconferencia desde Paraná, Entre Ríos.—Señor Matharan, ¿jura o promete decir la verdad? —repregunta el juez, que no lo ha escuchado.—Juro juro —responde más cerca del micrófono el testigo, y muestra ya algo de impaciencia.—Usted es médico, ¿no es así?—Sí, soy médico.—En diciembre del año ‘80 prestaba servicio en el Regimiento 5, ¿o no? —consulta el juez.—En el 5 de Infantería de Paso de los Libres.—¿Qué cargo tenía ahí?—Era el jefe de la enfermería.—¿Su especialidad en medicina?—Geriatría y gerontología.—¿Pediatría?—Ge-ria-tría, con G —aclara el médico, ya sin la paciencia que le tendrán luego a él.—Durante su servicio en el Regimiento 5 de Paso de los Libres, ¿tiene presente haber hecho algunas autopsias?—No recuerdo señor.—¿No recuerda si hizo autopsias, o no recuerda cuántas?—No recuerdo señor —comienza a repetir el testigo, pero casi balbuceando, alcanza a aclarar—, no recuerdo cuántas autopsias hice. Como el juez no reparó en esa respuesta, interviene, desde su casa, la jueza María Claudia Morguese Martín. —Perdón, Doctor —le aclara a Rodríguez Eggers—, el señor dijo que no recordaba cuántas hizo. ¿Usted hizo autopsias? —le consulta la jueza a Matharan con una voz inconfundiblemente femenina, también para el testigo, que da el primer indicio de tener respuesta automática.—No recuerdo, señor —y después de unos segundos se corrige—. Señora, perdón.—¿No recuerda haber hecho alguna autopsia en su vida? —insiste Morguese Martín.—No señora —responde, contradiciendo su propia respuesta anterior. Así se veía la firma que Matharan no pudo alcanzar a ver. Es la autopsia oficial sobre el cuerpo de Guadix. Se les pasó por alto una evidente fractura de brazo que el EAAF (que publicamos más abajo). O no era el cuerpo de Guadix, o estaban ocultando la fractura porque era producto de las torturas.📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio Gabriel Salvador Matharan aclarará un par de veces que tiene 80 años. “Se lo ve bien”, soltará Rodríguez Eggers en una de ellas. La imagen que llega desde Paraná no es la mejor. El médico militar está lejos. Se le ve la máscara con vincha y se le adivina una camisa celeste, quizá de jean. Su firma aparece en la autopsia oficial que refrendó el supuesto suicidio de Guadix. Cuando el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) realizó una nueva autopsia sobre ese cuerpo, notó una fractura expuesta en su brazo, imposible de pasar por alto, pero que no figura en el análisis oficial; tal vez porque quisieron ocultar el asesinato, o porque no se tratara del cuerpo de Guadix.Matharan irá desde los “No recuerdo señor” hasta culpar por sus olvidos al aislamiento producto de la cuarentena. Cuarenta minutos del mismo modo. El informe del EAFF que da cuenta de la autopsia realizada después de la exhumación delos restos de Guadix. Allí se reporta una fractura en el brazo, que no figura en la autopsiaque firmó Matharan, aunque no haya ratificado que fuera su firma.El Diario del Juicio *** Abruma el calor en noviembre. Es la audiencia número 27. La voz del periodista Carlos Rodríguez, a quien casi nadie deja de llamar Carlitos, resuena en la sala, directa, franca, sin estridencias. Es la voz cuando se piensa en la palabra compañero. Lleva años defendiendo, como delegado, los derechos de los trabajadores y trabajadoras de Página/12. Tiene una extensa trayectoria periodística vinculada a los derechos humanos. Escribió más de 100 perfiles de represores para el diario de la Asociación Madres de Plaza de Mayo. Entre sus investigaciones, además, está el proceso judicial que buscó esclarecer la muerte de Omar Carrasco, el soldado asesinado en 1994 mientras cumplía con la “colimba” en Zapala, Neuquén, y que determinó el final del Servicio Militar Obligatorio.En septiembre u octubre del ‘96, Rodríguez recibió en las oficinas de Página/12 un sobre cerrado sin ninguna identificación. Tenía una nota breve dirigida a él que decía: “Porque usted investiga el caso Carrasco”.“Por la precisión de la información, que yo pude comprobar después”, asegura, que no tiene dudas: era alguien de adentro del Ejército. El jefe del fuerza en ese momento era el General Martín Balza, que en 1980 estaba a cargo del Grupo de Artillería 3 de Paso de los Libres. El informe complicaba a Balza, y también mencionaba un nombre que hasta ese momento no se conocía demasiado: el del coronel Carlos Alberto Roque Tepedino quien, según el documento, organizó el envío de un grupo de Inteligencia a Neuquén para realizar una investigación paralela sobre

En otra extensa jornada, más de siete horas esta vez, se escucharon dos testimonios. Desde Paraná, por videoconferencia, se escuchó un testimonio que podría ser gracioso si no fuera grave: el médico militar Gabriel Salvador Matharan dio un concierto de “No recuerdo” e, incluso, argumentó que su falta de memoria se debía al aislamiento derivado de la pandemia. El testimonio más extenso fue el de la antropóloga Verónica Almada, que complementó el que dio Stella Segado la semana pasada, y precisó en torno de la organización de la inteligencia del Ejército, ya que se especializó en el ordenamiento y la clasificación de los archivos de esta fuerza. (Por El Diario del Juicio*)  📷 Fotos 👉 Gustavo Molfino📷 Selección de fotos 👉 Martina Noailles ✍️ Textos 👉 Fernando Tebele/Martina Noailles👆 Foto de portada  👉 El presidente del tribunal, Esteban Rodríguez Eggers, se saluda con la fiscal Gabriela Sosti. Signos de la nueva etapa en medio de la pandemia. 📷 Foto 👉 Gustavo Molfino 👆 En un salón casi vacío, los rostros de las víctimas gritan presente. Así será en las próximas audiencias mientras la pandemia obligue a la virtualidad e impida que los familiares puedan abrazarse después de cada testimonio. 📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆 “No recuerdo, señor”. Desde las oficinas del Tribunal Oral de Paraná y detrás de una máscara plástica de proteción ante el Covid-19, Gabriel Salvador Matharan, médico militar, dice no recordar absolutamente nada. Su edad y la pandemia, son las excusas. 📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆 Además de no recordar, cuando una de las secretarias del tribunal, Sandra Iglesias, le exhibió su firma para ver si la reconocía a través de la cámara, Matharan dijo que no veia bien.📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆 La firma era de un documento de la Gendarmería Nacional. Se trata de la supuesta autopsia de lo que, a esta altura puede asegurarse, fue el suicidio fraguado de Gervasio Martín Guadix. El hecho ocurrió en el puente fronterizo Uruguayana (Brasil) y Paso de los Libres (Argentina). Se publicó como el suicidio con la pastilla de cianuro de un “desaparecido que estaba en Europa”. En realidad Guadix estaba secuestrado y sería luego asesinado. Así de clara se veía la imagen que Matharan no pudo observar desde Paraná.📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆 La jueza Morguese Martín, a la distancia, mostró su enojo con las (no) respuestas de Matharan. Sobre todo con aquellas que sonaron a “respuestas preventivas”, en las que respondía “No me acuerdo, señor… disculpe, señora”, a preguntas sobre su actualidad o la idoneidad que tenía para practirar una autopsia. Al final de la jornada, las querellas y la fiscalía pidieron que se analice si hubo falso testimonio por parte de Matharan. La querella de la familia de Gervasio Martín Guadix, a cargo de Rafael Flores, solicitó además que se libre orden de detención.📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆 La segunda testigo fue la antropóloga Verónica Almada. En un extenso testimonio, que debió interrumpirse dos veces por problemas en el sistema virtual que la justicia le provee al TOFC Nº4 para realizar las audiencias, explicó entre otras cosas cómo se organizaba la inteligencia del Ejército Argentino.📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆 Almada trabajó en el equipo que dirigió Stella Segado. Está embarazada de cuatro meses, por lo que varias botellas con agua se fueron vaciando durante su testimonio. En el reparto de tareas de estudio de los diferentes documentos desclasificados, le tocó analizar los del Ejército.📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆 Entre el material hallado y desclasificado estaban los legajos de algunos de los imputados y el del militar Eduardo Francisco Stigliano, ya mencionado en otros testimonios. Stigliano pidió al Ejército una “reparación” por supuestas heridas en la “lucha contra la subversión”. A partir de ese pedido, en su argumentación, desnuda las metodologías operativas de la inteligencia del Ejército. Stigliano falleció, pero su legajo es una importante prueba en este juicio.📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆 La voluminosa causa por la represión a la Contraofensiva sobre una de las mesas en la sala, por cualquier consulta que se quisiera realizar al expediente.📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆 El defensor oficial, Lisandro Sevillano, a cargo de la defensa de los 6 imputados que no tienen condenas anteriores, fue y vino con el enchufe de su computadora hasta que pudo mostrar una placa que disparó una consulta a la testigo Almada.📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆 Hernán Corigliano es el abogado defensor de Norberto Apa, condenado ya a prisión perpetua por el asesinato de Ana María Martínez, militante del PST (Partido Socialista de los Trabajadores). Entre los documentos desclasificados figura una felicitación que recibió el genocida por la tarea realizada.📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio *Este diario del juicio por la represión a quienes participaron de la Contraofensiva de Montoneros, es una herramienta de difusión llevada adelante por integrantes de La Retaguardia, medio alternativo, comunitario y popular, junto a comunicadores independientes. Tiene la finalidad de difundir esta instancia de justicia que tanto ha costado conseguir. Agradecemos todo tipo de difusión y reenvío, de modo totalmente libre, citando la fuente. Seguinos diariamente en https://juiciocontraofensiva.blogspot.com

En la segunda jornada del año, declararon cinco testigos. Por un lado estuvo Adela Segarra, militante de Montoneros y ex diputada nacional, que narró su historia militante antes del exilio, junto a quien fuera su pareja, Joaquín Areta, desaparecido en 1978. Los otros cuatro testigos estuvieron por videoconferencia desde Paso de los Libres y Dolores, todos por el mismo caso: el suicidio fraguado de Gervasio Martín Guadix, que en realidad fue secuestrado y desaparecido. La falsa muerte, actuada por un integrante de fuerzas de Inteligencia, luego fue utilizada como una fake news del genocidio, para dar cuenta de que, supuestamente, las personas desaparecidas estaban en realidad fuera del país. Entre olvidos y contradicciones, cada vez queda más expuesta la maniobra que contó con condimentos de manipulación, muerte y malas actuaciones.(Por El Diario del Juicio*) 📷 Fotos 👉 Gustavo Molfino📷 Selección de fotos 👉 Martina Noailles ✍️ Textos 👉 Fernando Tebele 👆 Foto de Portada   Dolores Guadix, la hija de Gervasio Martín Guadix, lee viejas declaraciones de los testigos buscando alguna contradicción entre ambos momentos. En realidad, hubo varias en los cuatro testimonios que tuvieron que ver con el caso de su padre. 📷 Gustavo Molfino 👆 El único de los imputados detenidos en cárcel común, Marcelo Cinto Courtaux, es conducido por personal del Servicio Penitenciario Federal. Ciinto presenció un par de audiencias completas a fines del año pasado, pero ahora prefiere regresar al Penal. “Entiendo que les dé bronca que tengan permiso para irse, pero no creo que haya otro tribunal que al menos los haga venir a dar el presente”, dijo un asistente primerizo de este proceso. “No podemos naturalizar estos privilegios, porque además no se van a la cárcel, se van a sus casas, y eso es lo que más molesta”, le respondió una integrante habitual del público.📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆 De los cinco testimonios de la jornada, cuatro tuvieron que ver con el caso de Gervasio Martín Guadix, secuestrado y desaparecido, de quien se fraguó un supuesto suicidio en el cruce fronterizo de Paso de los Libres para realizar luego una campaña mediática en torno de la idea de que las personas desaparecidas estaban en realidad fuera del país intentado reingresar. El primer turno fue para Darío Genaro Goya, un empleado de la Aduana. En el sumario realizado en aquel momento por el gendarme Olari, que ya fue testigo en este juicio, Goya dijo que vio como “una persona se tomaba la garganta” y luego caía sin vida. Sin embargo, aquí dijo que vio la escena de lejos, cuando ya la persona estaba en el piso. En videoconferencia desde Corrientes, le mostraron un croquis que figura en el expediente, que indica con una cruz el lugar donde el -todo indica- falso Guadix cayó al piso.📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆 En la espera por el comienzo, en la primera fila y a plena sonrisa. A la derecha María Fernanda Raverta, que es la hija de María Inés Raverta, una de las secuestradas y desaparecidas en Perú, actualmente Ministra de Desarrollo de la Comunidad en la Provincia de Buenos Aires. En el centro, Laura Segarra, hija de Adela y media hermana de Raverta. A la izquierda, Virginia Croatto, asistente habitual al juicio además de querellante y una de las primeras testigos. 📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆 La segunda testigo y a la vez la más esperada de la jornada fue Adela Segarra. La ex diputada nacional recordó a Joaquín Areta, secuestrado y desaparecido en junio de 1978. Antes de salir del país rumbo a España, Segarra y Areta convivieron con Federico Frías. “Le decíamos El Dandy. Nuestra responsable era María Antonia Berger”, relató. 📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆 Entre otras cosas de la época previa al exilio, Segarra recordó la militancia durante el mundial de fútbol, con la consigna Argentina campeón, Videla al paredón. Ya en España luego de pasar por Brasil y Francia, se instalaron en una casa de Torrelodones, a unos 30 kilómetros de Madrid. De esa casa recuerda especialmente Magdalena Gagey y sus niños Fernando y Diego, y a Mariana Toti Guangiroli, con su pequeña hija Victoria. Guangiroli fue desaparecida durante la Contraofensiva. Victoria contó en este juicio cómo Segarra la recibió como una hija propia en Mar del Plata, muchos años después. 📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆 Al cierre de su testimonio, Adela se abraza con Raverta. Segarra tuvo una actitud muy maternal con varias de las hijas de sus compañeras desaparecidas. 📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆 Segarra leyó sobre el cierre, a pedido del abogado Pablo Llonto, una carta que conservó, firmada por Fermin, en realidad Ángel Servando Benítez. “Sabemos que la victoria llegará, creo en ustedes y en mí”, les dice a sus compañeras y compañeros. Desde la primera fila, la hija de Fermín, María Sol Benítez, se seca las lágrimas. 📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆 En esta jornada fue muy relevante el rol del abogado Rafael Flores, aquí realizando una pregunta. El de Guadix es el único caso con querella por fuera de la que representa Pablo Llonto. Flores es cuñado de Guadix. Su trabajo, junto al de la Fiscal Gabriela Sosti, fue indagar en las contradicciones permanentes de quienes participantes de aquel sumario de 1980 y que participaron de esta audiencia. Al lado de Flores, el abogado de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, Ciro Anicchiarico.📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆 Luego de Segarra siguieron las videoconferencias. Daniel Esteban Riquelme intentó esquivar las preguntas apelando al tiempo transcurrido. Con titubeos y otras dificultades, el gendarme que trabajó 38 años en el puente recordó que había una ventana con los vidrios polarizados. “Algunas personas que bajaban de los micros entraban ahí con personal de inteligencia”, recordó.  “Tiene la gambeta intacta, Riquelme”, se escuchó por lo bajo en alguna de sus contradicciones. 📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆 Las contradicciones de Riquelme resultaron tan evidentes, que el presidente del tribunal, Esteban Rodríguez Eggers, le recordó: “está declarando bajo juramento y la pena por el delito de falso testimonio es de 10 años”. 📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆 A través de las cámaras, una de las secretarias del juzgado les hizo reconocer fotos, croquis y

Dolores Guadix, Aixa Bona y el ex gendarme Oscar Alberto Olari se refirieron, durante esta jornada 26 del juicio, al secuestro y desaparición de Gervasio Martín Guadix, que la dictadura publicitó como un suicidio en la frontera de Paso de los Libres, Corrientes. La hija y la esposa de Guadix recuperaron su historia. El ex gendarme Olari, quien firmó el sumario del supuesto suicidio, se metió en un lío con su concierto de “no recuerdo”. (Por El Diario del Juicio*)  📝 Texto 👉 Fernando Tebele📷 Fotos  👉 Gustavo Molfino/Julieta Colomer💻 Colaboración especial  👉 Valentina Maccarone💻 Edición 👉 Martina Noailles👆 Foto de Portada: Dolores Guadix en plena declaración  📷 👉 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio El ex gendarme Oscar Alberto Olari está transpirando. No se le ven las gotas, es cierto, pero está sudando. Su nerviosismo llega a tal punto que, aun cuando le anuncian que su testimonio terminó, se queda sentado en la silla. “Mire que puede retirarse, eh”, tiene que insistirle el presidente del tribunal, Esteban Rodríguez Eggers. Olari se pone de pie. Con su mano grandota le cuesta abrir la puerta baja de madera que lo lleva al pasillo hacia la salida. Pasa entre la poca gente que queda a esa altura de la larga audiencia. Mira al piso, siempre. Desde la primera fila, sale disparada Dolores Guadix, la hija de Gervasio Martín Guadix. Él no la ve, pero ella corre detrás. Lo alcanza justo antes de que salga de la sala. Con la puerta entreabierta, Olari se enfrenta con la foto de Guadix: “Te acordás de él, ¿no?”. Le pone el rostro de su padre delante de sus ojos. No lo toca. Olari se pone más nervioso aún, pero se controla. Le empuja la imagen para quitársela de encima y sale. Llega hasta la puerta del tribunal y, apenas pisa la primera baldosa de la calle, se va corriendo sin que nadie lo persiga; tal vez sus propios fantasmas corrieran detrás. Si la justicia funciona, debería volver pronto. Dolores queda shockeada. Aguantó lo que pudo. Soportó 40 años de dolor. Con todo el aprendizaje de la lucha de los organismos de derechos humanos encima, con un gesto y unas pocas palabras, descargó algo de su enojo contenido. *** Rafael Flores, además de abogado querellantes sólo por el caso Guadix/Bona, es parte de la familia, porque está casado conuna de las hermanas de Aixa Bona, sobreviviente de la Contraofensiva, que declaró después de su hija.📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio “Esta es tu oportunidad para contarle al tribunal las circunstancias que para tu vida sucedieron a partir del secuestro y del asesinato de tu padre. La palabra es tuya”. El que da el pie esta vez es Rafael Flores, abogado querellante sólo por este caso. No es cualquier caso para él. Está casado con una tía de Dolores Guadix, que es quien está ahora sentada y a punto de hablar de sus padres. “Soy la hija de Gervasio Martín Guadix y Aixa Bona. Lo que voy a contar no es que lo recuerde, pero es lo que pude reconstruir en estos años por los relatos, por cosas que me fui enterando e investigando”. Le llaman Luli a Dolores, que se expresa sin apuro y cuida cada palabra. “Yo esperé 40 años, ahora espérenme a mí que voy a relatar a mi ritmo”, parece decir, pero no dice. Repasa la historia de sus abuelos y no tarda en posarse en la figura de su padre. “Tenía mucho sentido del humor, todos lo que lo recuerdan siempre rescatan el sentido del humor que le ponía a la situación. A él lo crió la empleada doméstica que era sordomuda, le decíamos La muda. Se adoraban al punto que la eligió como mi madrina. Ella sí era muy peronista”, contrapone con el antiperonismo de sus abuelos.Luli le dedica un tiempo importante de su testimonio a la sensibilidad y los saberes de su padre; se codeaba con el arte de todas las maneras que pudiera. “Le gustaba la literatura, el arte, dibujaba y pintaba muy bien. Tenía mucha iniciativa. Traje algunos dibujos de él para que vean que no miento en cuanto a su capacidad analitica, la habilidad tecnica, la complejidad de los espacios que construye. Viendo sus dibujos te das cuenta de la inteligencia que tenía. Recuerdo mucho un dibujo que tenía cuando era chica, un dibujo de una rata disfrazada de rata. Se permite una suerte de ironía. Era muy hábil para transmitir sin palabras lo que quería decir. Tenía mucha sensibilidad social, por eso estudió arquitectura, como para unir sus pasiones. También hizo una película que yo no pude ver pero conocí a los actores y actrices que trabajaron. Hacía afiches con serigrafía”, resalta. Uno de los dibujos de Guadix que su hija Dolores presentó al tribunal de San Martín Cuenta que “empezó a militar en la Juventud Peronista en la facultad de arquitectura. “Ahí conoció a mi mamá y empezaron una relación. Después se unieron a Montoneros. En un momento dibujó una historieta sobre el 17 de octubre que se repartió y gustó mucho”. Dice que a raíz de eso lo convocaron para sumarse al grupo de prensa que se había instalado en México, en el año 1978. Allí “conoce a varios de los compañeros que están incluidos en esta causa. Algunos ya declararon como Ana María Ávalos, Daniel Cabezas, Nora Hilb”. También nombra a “Alfredo Lires, Graciela Álvarez, que están desaparecidos”. Dolores se desliza por el relato como navegando sobre un mar calmo, pero ya llegaría el momento de la tormenta. Reconstruye instancias del comienzo de la Contraofensiva. “Sé que ahí se hizo una reunión donde se evaluó el tema. Para esa época ya se sabía de las aspiraciones que tenía Massera porque de la ESMA liberaba compañeros que mandaba al exterior y ellos contaban. Se desestimó la posibilidad de negociar. Había intentos por parte de Massera para eso”, expresa en torno del proyecto político no exento de perversidad del entonces hombre fuerte de la Armada Argentina. “Se evaluó el desgaste de la dictadura en términos políticos. Se decidió volver para

La querella de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación pidió que se impute por el delito de falso testimonio al testigo Oscar Alberto Olari, gendarme que en 1980 estuvo a cargo de elaborar un sumario por el supuesto suicidio de Gervasio Martín Guadix en Paso de los Libres, Corrientes. Guadix no se suicidó. Había sido secuestrado en Buenos Aires el 26 de agosto de 1980 y, tras pasar por Campo de Mayo, fue llevado a la frontera con Brasil a un puesto donde el Ejército intentaba que prisioneros marcaran a sus compañeros de militancia que entraban o salían del país durante la Contraofensiva montonera. El ex gendarme Olari fue el cuarto testigo en la audiencia de ayer, en la que también brindaron su testimonio Dolores Guadix y Aixa Bona, hija y compañera de la víctima. Además, realizó una corta comparecencia Eduardo Triay, quien compartió casualmente el regreso a la Argentina de Ricardo Marcos Zucker y Marta Libenson, quienes se encuentran desaparecidos. (Por El Diario del Juicio*)  👆 Foto de portada: El ex gendarme Olari, visiblemente nervioso, espera una resolución sobre su controvertido testimonio. Al fondo de la primera fila, sostienen pancartas con la foto de Guadix, su hija Dolores Guadix, y Gabriel Sesar, la actual pareja de quien fuera su compañera, Aixa Bona. 📷 Fernando Tebele/El Diario del Juicio📷 Fotos 👉 Gustavo Molfino/Julieta Colomer/Fernando Tebele📝 Textos 👉 Martina Noailles/Fernando TebeleEdición 👉  Martina Noailles 👆 Algunas intervenciones en la cuadra del juzgado da cuenta de la presencia de un juicio por crímenes de lesa humanidad. Puede ser una pintada en la vereda, o una foto en un árbol. 📷Julieta Colomer/El Diario del Juicio 👆 El comienzo ya fue fuerte. El testimonio de más de dos horas de Dolores Guadix, la hija de Gervasio Martín Guadix, fue prolijo y tranquilo, pero la historia de la familia estuvo cargada, como la de casi todas las de quienes participaron de la Contraofensiva, de un dramatismo marcado por las ausencias y la reconstrucción de la historia, no siempre sencilla.  📷Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆 Aixa, Guadalupe y Rafael Flores, primos de Dolores, acompañaron su testimonio y el de su tía Aixa, que vendría después.  📷Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆 Luli, como le dicen, mostró dibujos de su padre. No sólo por el valor de traer su sensibilidad a la escena del juicio, sino también porque a su madre, mientras estuvo desaparecida en Campo de Mayo, le decían: “qué linda letra tiene su marido, qué bien dibuja”, lo que demuestra que él también estaba secuestrado, aunque luego simularían un suicidio en un supuesto ingreso al país en ómnibus. 📷Julieta Colomer/El Diario del juicio 👆 Ante la mirada del defensor oficial, Lisandro Sevillano, el foco de Luli se mantuvo en el repaso de cómo fueron encontrando pruebas de que el suicidio había estado teatralizado, con una persona que se hizo pasar por su padre, según consta en informes de inteligencia, algunos desclasificados, y otros que fueron dejados hace años en la redacción del diario Página 12 al periodista Carlos Rodríguez, que dará su testimonio la próxima semana. 📷Julieta Colomer/El Diario del Juicio 👆Al cierre de su largo testimonio, Dolores se desarmó en este abrazo con su primas y su primo. La emoción del final dejaba paso al comienzo del testimonio de la madre de Dolores, Aixa Bona, que estuvo primero desaparecida y luego presa hasta el retorno de la democracia. 📷Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆Aixa Bona era parte de un grupo de tres matrimonios que conformaban unas TEA (Tropas Especiales de Agitación). Una de sus tareas fue imprimir un libro de Montoneros y distribuirlo por correo. 📷Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆Cerca del cierre del testimonio, Aixa pidió una foto de su compañero, y su hija le acercó la suya. 📷Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆Alberto Venero, amigo de la infancia de Guadix, asistió a un día especial para el caso específico porque comenzó a develarse la trama de la propaganda mentirosa de la dictadura. No se hablaba entonces de Fake News, pero exactamente de eso se trataba: publicar una noticia falsa en los diarios que en aquel momento contaban con una gran credibilidad social. 📷Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆Observa en primer plano Gabriel Sesar, actual pareja de Aixa Bona, que acompaña a su familia en la reconstrucción histórica que remplaza al pacto de silencio de los genocidas. Más atrás, Magdalena Sesar, la hermana de Dolores. 📷Gustavo Molfino/El Diario del Juicio 👆Bona relató cómo estuvo sostenida su esperanza de que si a ella la habían blanqueado, también harían lo mismo con Guadix, cosa que finalmente no sucedió. 📷Julieta Colomer/El Diario del Juicio 👆El único testimonio que no fue por el caso Guadix, fue el de Eduardo Triay, quien había conocido en la universidad a Ricardo Marcos Zucker, uno de los integrantes de Montoneros desaparecidos, del que era amigo. Triay contó muy concretamente, en apenas 15 minutos de testimonio, que compartió viaje desde Río de Janeiro, en ómnibus, con Zucker y la que era entonces su pareja, Marta Libenson. Su testimonio es importante para marcar la fecha del ingreso al país de Zucker y Libenson, antes de ser secuestrados apenas pisaron suelo argentino. 📷Gustavo Molfino/El Diario del Juicio Al finalizar el testimonio de su madre, Dolores posó con dos amigos de su padre, que lo acompañaron desde su infancia: Marcelo Barandiaran (a su derecha) y Alberto Venero. Las sonrisas se iban a escapar de sus rostros rápidamente porque estaba por comenzar su testimonio el ex gendarme Oscar Alberto Olari. 📷Julieta Colomer/El Diario del Juicio 👆Olari comenzó tranquilo y seguro. Llegó al juicio oral como testigo convocado por la querella que encabeza el abogado Rafael Flores, en representación de la familia Guadix/Bona. Durante su extenso testimonio, el ex gendarme, que se encargó de realizar el sumario judicial del supuesto suicidio, se mostró reticente a responder las preguntas sobre las innumerables irregularidades y omisiones de aquel informe. Su frase de cabecera fue: “No recuerdo”. 📷Fernando Tebele/El Diario del Juicio 👆 Ante las preguntas de la fiscal Sosti, del abogado de la querella de Rafael Flores (que sólo litiga en este