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Jorge Oscar Benítez


La historia de Ángel Servando Benítez y de su sobrino Jorge Benítez, ambos desaparecidos, es una trama laberíntica dónde se cruzan datos, mitos, verdades y silencios que comienzan a romperse. A través del testimonio de Beatriz López, esposa de Ángel, y el de Oscar Benítez Valdez, hermano de Jorge, puede intentar reconstruirse parte de la historia familiar. Por segunda vez en el juicio, se escuchó la voz de una de las personas que permanecen desaparecidas. En este caso fue la voz de Jorgito, que tenía 16 años cuando lo desaparecieron. Llegó al juicio de la mano de Oscar, que nació después de su secuestro. (Por El Diario del Juicio*)  ✍️ Textos 👉 Fernando Tebele 💻 Edición 👉 Diana Zermoglio💻 Colaboración  👉Braulio Domínguez✏️ Ilustración  👉 Antonella di Vruno ー¿Qué te pasa? —le preguntó Beatriz López a Ángel Servando Benítez, de quien se había separado hacía un año.—Nada, nada —intentó evadirse Ángel.—Dale, que te conozco —insistió ella.—Que tengo miedo —le admitió.—¿Miedo? ¿Pero qué pasa? —quiso saber Beatriz.—No sabés lo que traje… —intentó explicarle, pero Beatriz lo interrumpió.—No me digas nada. No me lo digas —le soltó ella casi tapándole la boca con su mano.—Lo único que te pido —siguió Ángel— es esto: si no vuelvo en el día no te preocupes, pero si falto varios días, esto tiralo a la mierda —le avisó mientras le señalaba una caja y una valija que había traído de su viaje desde Brasil. Era el 15 de marzo de 1980. Unos días después, una patota cayó en la casa de Sarandí donde había sucedido el diálogo. El Falcon casi se mete de trompa en la casa. Uno se quedó afuera y tres ingresaron sin pedir permiso. —¿Dónde está tu cuñado? —le preguntaron al hermano de Beatriz que recién había regresado de trabajar.—No sé, debe haber ido a trabajar —respondió.—Dame la ruleta, ¿dónde está la ruleta? —le gritaron mientras lo golpeaban para ablandarlo.—No sé —respondió asustado y aturdido por los golpes.—¿Dónde está la ruleta? —insistieron, cada vez más golpes, al tiempo que revolvían todo. No dejaron de preguntar hasta que encontraron la caja de madera, la tomaron y se fueron.Cuando Beatriz habló con su hermano, quien le contó lo que había pasado, supo que, aunque apenas hubieran pasado horas del diálogo en el que Ángel le confió que tenía miedo, debía deshacerse del resto del equipaje que no habían encontrado. Antes, lo revisó. Era una suerte de neceser. Había una media docena de juegos de pasaportes de diferentes nacionalidades y cédulas de identidad, más 500 dólares. Salió a la calle y fue hasta el arroyo, que en la actualidad corre entubado por Sarandí desde Mitre hasta la autopista. Apretó la mirada contra el cielo y cuando bajó la cabeza, vio cómo los documentos ondulaban en el vaivén de la corriente leve. No eran simplemente papeles los que se iban. El agua se estaba llevando, también, buena parte de la esperanza de Beatriz. *** La frialdad de la justicia vendrá bien hoy, mientras afuera el sol aplasta los cuerpos. Se retoman las audiencias del juicio y al comienzo parece que habrá menos gente; pero no, los asientos se completan de a poco, salvo las sillas que -ya todo el mundo sabe- van a ocupar los imputados que están en Buenos Aires. A través de las pantallas, se lo ve más claro que nunca antes a Luis Ángel Firpo, que se presenta al juicio en Mar del Plata. A Alberto Daniel Sotomayor se lo ve poco y de lejos desde Tucumán. Y ya no se lo verá más, sabremos unos días después, porque se convertirá en la tercera víctima del Impunevirus en lo que va del juicio. Primero Casuccio, luego Muñoz, ahora Sotomayor. De 9 imputados que comenzaron el juicio, quedan a esta altura sólo 6.Como cada jornada, antes de que comiencen los testimonios, los abogados piden la “dispensa”, eufemismo que esconde el privilegio de evitarles oír, de boca de sus víctimas, todo lo que hicieron. Quedan eximidos de escuchar los testimonios, en general dramáticos, de quienes han sufrido el Terrorismo de Estado. Cuando se van, esas sillas también son ocupadas; lo que incomoda ahora ya no es el sol, es el aire acondicionado que congela a la altura del cuello. Beatriz López saluda mientras camina por el pasillo que la conduce a la silla de quienes testimonian. Parece distendida. Ya se verá que no. Cuenta que se casaron en 1973. “Él ya trabajaba en su oficio de chapista. Yo también trabajaba, así que formamos un hogar”, recuerda con cariño y cierta nostalgia. Va y viene en el tiempo durante su relato sereno y algo desordenado. Salta a 1979, el año en el que Ángel se va del país hacia España, al encuentro de su hermano Oscar y su sobrino Jorge, que por entonces tenía 15 años. Cuando alcanza a nombrar a Jorgito, hace una pausa. —No voy a hablar de él porque me voy a quebrar y no puedo.—Sí puede —le dice el juez Esteban Rodríguez Eggers, que cabecea mirando a una de sus secretarias, quién rápidamente capta la señal y le acerca unos pañuelitos.—No, gracias, no voy a llorar, me lo prometí —la frena Beatriz con tono amable, pero sigue —, fue el ser más luminoso que conocí en mi vida. Una criatura de luz. Un pibito extraordinario, que me parece que tenía más lucidez, conciencia y madurez que el padre y la madre. No quiero ofender a nadie y pido disculpas si lo que digo perturba a alguien. Jorge era lo más. Para mí fue el mejor de todos los Benítez. Le robaron la vida, le robaron la vida —repite—. Tenía mucha conexión con su tío, aunque Ángel también tenía mucha conexión con Dani, su otro sobrino. Daniel está pegado a su silla en la primera fila. Intenta no llorar desconsoladamente, se le nota. La escucha con toda su atención. Puede imaginarse que una película llena de recuerdos se proyecta en su cabeza, rasurada en los costados.Beatriz no puede precisar la fecha, pero sitúa la separación con Ángel en 1979. “Cuando

Se reanudaron las audiencias con tres testimonios, dos de ellos vinculados a la familia Benítez. Primero declaró Beatriz López, la esposa de Ángel Servando Benítez que fue secuestrado y luego desaparecido. En el segundo turno estuvo Oscar Benítez, hermano de Jorge Benítez, un adolescente de 16 años que también está desaparecido. Ambos testimonios aportaron emoción y data histórica desde diferentes lugares. El cierre fue para un sobreviviente de la Contraofensiva, Ramón Rosales, quien narró su experiencia de entradas y salidas del país, de las que consiguió sobrevivir. El juicio continuará el próximo jueves 13, desde las 9 horas. (Por El Diario del Juicio*) 📷 Fotos 👉 Diego Guiñazú / Virginia Croatto / Daniel Cabezas / Luis Piccoli📷 Selección de fotos 👉 Gustavo Molfino  ✍️ Textos 👉 Fernando Tebele 💻 Edición 👉 Martina Noailles ☝ Foto de portada 👉 Una bandera aparece colgada en la fachada enfrente del tribunal. Tiene todos y cada uno de los nombres de quienes formaron parte de la Contraofensiva y fueron desaparecidos/as. 📷 Diego Guiñazú/El Diario del Juicio ☝ Beatriz López declaró casi dos horas. Contó cómo fue su relación con Ángel Servando Benítez, un chapista de autos que se integró a Montoneros. Beatriz contó cómo fue la relación entre ambos y se detuvo especialmente en un encuentro familiar que tuvieron en Río de Janeiro poco tiempo antes de que Ángel, de 29 años, y su sobrino Oscar, de 16, fueran secuestrados cuando eran parte de la Contraofensiva. 📷 Diego Guiñazú/El Diario del Juicio ☝ También relató la preocupación de Ángel Servando Benítez por preservar del alcance de los genocidas unas cajas que había traído en su viaje: “No sabés lo que traje”, le dijo. Ella le pidió que no le contara. Una de las cajas tenía una ruleta que oficiaba de embute. Luego del secuestro, los genocidas regresaron a buscarla y se la llevaron. Beatriz se deshizo de la otra caja, tal cual le había pedido Ángel. La tiró en un arroyo luego de haber visto que contenía documentos de diferentes nacionalidades y dinero.  📷 Diego Guiñazú/El Diario del Juicio ☝ Desde la primera fila, la había observado atentamente durante su testimonio. Al terminar fue la primera en dirigirse hacia su abrazo. María Sol Benítez hija del matrimonio entre Ángel y Beatriz. Ya declaró en esta causa hace algunas audiencias, en la que leyó y mostró algunas de las cartas que enviaba su padre. 📷Daniel Cabezas/El Diario del Juicio ☝ Oscar Benítez Valdez es hermano de Jorge Benítez, el joven desaparecido a los 16 años. No lo conoció. Nació como parte de una nueva relación de su padre, también Oscar Benítez, que colaboró con Montoneros y murió hace algunos años. En su testimonio, Oscar pidió permiso para pasar un audio. Allí se escucha la voz de Jorgito en un mensaje vía casete que le envió a su padre Oscar. Lo grabo junto a su hermano Daniel, que no podía contener su emoción desde la primera fila.  📷 Diego Guiñazú/El Diario del Juicio ☝ Oscar Benítez aportó algunas de las fotos de su hermano y su tío junto a otros compañeros y compañeras. Aparecen Mariana Guangiroli, Ricardo Zucker, Marta Libenson, Verónica Cabilla, Miriam Antonio Frerichs, Raúl Milberg, Ernesto Emilio Ferré Cardozo, Ángel Benítez y Jorge Benítez. También está el Padre Jorge Adur, porque están reunidos para bautizar a Ana Victoria, la hija de Marta Libenson 📷 Diego Guiñazú/El Diario del Juicio ☝ Los jueces Rodríguez Eggers y Mancini observan las fotos aportadas por Oscar Benítez.  📷 Diego Guiñazú/El Diario del Juicio ☝ Oscar contiene, tras su declaración, a Nelly, la madre de Jorgito, que siguió atenta y emocionada todo el testimonio, y volvió a escuchar la voz de su hijo a través del audio que Oscar compartió en la sala. 📷 Diego Guiñazú/El Diario del Juicio ☝ En un mismo llanto desconsolado, Daniel y Oscar, los dos hermanos de Jorgito, se aprietan en un abrazo conmovedor. Cada vez que termina un testimonio, se produce una suerte de ronda de abrazos, que en realidad son mucho más que eso. Hay allí complicidad, amor, cariño, orgullo, tristeza, desolación. Todo junto en esos cuerpos apretados. 📷 Diego Guiñazú/El Diario del Juicio ☝ En un breve parate del juicio, la familia Benítez en pleno ocupando la primera fila (también se ve, segunda desde el fondo, a Ana María Montoto Raverta). Con anteojos rojos aparece Olga Benítez, que fue testigo del juicio y es la hermana de Ángel y tía de Jorge. 📷 Luis Piccoli/El Diario del Juicio ☝ El último testigo de la jornada fue un sobreviviente. Ramón Rosales. Había estado detenido antes del golpe del 24 de marzo de 1976 en Mendoza, donde pasó por el D2, que sería luego el centro clandestinos de detención tortura y exterminio más grande de la provincia. Salió en libertad con la “opción” de salir a México, y continuó allí su militancia como parte de uno de los grupos TEA (Tropas Especiales de Agitación) que actuó en este caso en el sur del gran Buenos Aires. Rozales consiguió entrar, realizar la tarea, salir y sobrevivir.  📷 Diego Guiñazú/El Diario del Juicio ☝  Ya en las puertas del tribunal y luego del cierre de la primera audiencia, Rosales comparte foto con Pablo Llonto, el abogado de la querella mayoritaria. Además de haber sido parte de los grupos TEA, Rozales entró varias veces al país para “sacar” gente. La operación consistía en regresar con un kit de documentos falsos y dinero que permitía a militantes que estaban en riesgo de ser secuestrados pudieran abandonar el país para salvar sus vidas.  📷 Virginia Croatto/El Diario del Juicio *Este diario del juicio por la represión a quienes participaron de la Contraofensiva de Montoneros, es una herramienta de difusión llevada adelante por integrantes de La Retaguardia, medio alternativo, comunitario y popular, junto a comunicadores independientes. Tiene la finalidad de difundir esta instancia de justicia que tanto ha costado conseguir. Agradecemos todo tipo de difusión y reenvío, de modo totalmente libre, citando la fuente. Seguinos diariamente en https://juiciocontraofensiva.blogspot.com

El lunes pasado se realizó una nueva audiencia. Declararon Amor Amati (la compañera de Roberto Perdía), Gustavo Herrera, Benjasmín Chiapino y Nélida Rey. Fue otra extensa jornada, en un día no habitual. Amati relató su paso como una de las personas a cargo de la guardería de La Habana y la secuencia de secuestros en Perú. Herrera dio detalles de las interferencias televisivas, incluso aportó casetes al tribunal. Chiapino habló de su vida militante dedicada a “mejorar la vida de los campesinos”. Nélida Rey recordó a Jorge Oscar Benítez Rey. (Por El Diario del Juicio*) 📷 Julieta Colomer📷 Daniel Cabezas📷 Luz Deñisoff📷 Virginia Croatto📝 Fernando Tebele💻 Martina Noailles☝ Foto de portada: Antes de comenzar la audiencia, la fiscal Gabriela Sosti, con un tapado estilo Principito, dialoga con uno de los nietos de Amor Amati, que estaba por declarar. El chico, que tiene 13 años, pudo presenciar el testimonio de su abuela autorizado por su padre y su madre. 📷 Julieta Colomer ☝ La audiencia comenzó una vez con demora. Cuando llegó la jueza Morguese Martín, ingresaron los imputados. El que está por sentarse es Raúl Guillermo Pascual Muñoz. Atrás viene Jorge Eligio Bano.  📷 Julieta Colomer/El Diario del Juicio ☝ Ya sentados. En primer plano Marcelo Cinto Cortaux, el único preso en cárcel común. Luego Ascheri y Bano. Tapado Muñoz. Detrás Apa y al fondo Casuccio.  📷 Julieta Colomer/El Diario del Juicio ☝ El primer testimonio fue el de Amor Amati de Perdía. Se refirió a su paso por la guardería de La Habana, y relató lo que vivió durante el operativo del Batallón de Inteligencia 601 en Perú. Amati comentó que cuando habló por teléfono con Noemí Gianetti de Molfino, que luego sería secuestrada y asesinada. Mima, como la conocían, le dijo: “Esto está podrido”.  📷 Julieta Colomer/El Diario del Juicio ☝ En primera fila, observa la declaración una de las nietas de Amati, mirando el monitor para verla de frente. En la fila de atrás, la nietra de Armando Croatto y Susana Brardinelli. Las adolescentes son amigas.  📷 Virginia Croatto/El Diario del Juicio ☝ De izq. a der. Sabina, su padre Dante Martín (su padres también fueron parte de la Contraofensiva), Amor Perdía (hija de Perdía y Amati), Sahid y Roberto Perdía.  📷 Julieta Colomer/El Diario del Juicio ☝ El segundo testimonio fue el de Gustavo Herrera. Participó en la Contraofensiva en los grupos que interfirieron las señales de canales de TV. Entregó al tribunal casetes con las consignas que se escuchaban en remplazo de las señales originales. “Mi obesesión es cómo pasamos esta historia de una generación a la otra”, señaló.  📷 Julieta Colomer/El Diario del Juicio ☝ Estudiantes de la Escuela de Educación Media Nº2 DE 17 Rumania. Pertenecen al curso 5º 2ª. Fueron como parte del Programa La Escuela va a los Juicios.  📷 Daniel Cabezas/El Diario del Juicio ☝ El tercer testimonio fue el de Benjasmín Chiapino, de 80 años. Hombre de campo, contó que cuando se fue, lo hizo con una idea clara: “A los 16, me fui con la idea mejorar la vida de quienes viven en el campo”. Fue parte de las Ligas Agrarias. “Cuando uno vive lejos de una universidad cree que el otro siempre es el que sabe”, definió.  📷 Daniel Cabezas/El Diario del Juicio ☝ Chiapino contó que durante la dictadura hubo un intento por armar la Liga Argentina de Básquetbol, pero que no prosperó porque los dirigentes decían que el término liga “es comunista”. 📷 Virginia Croatto/El Diario del Juicio ☝ La última testigo fue Nélida Rey. Lo hizo por su hijo, Jorge Oscar Benítez, desaparecido durante la Contraofensiva. Ante la presencia de la secretaria del juzgado, señala a las personas de la foto.  📷 Luz Deñisoff/El Diario del Juicio ☝ En la primera fila, Oscar Benítez Valdez, hermano de Jorge. Con la rosa rosa tejida, Olga Benítez. 📷 Luz Deñisoff/El Diario del Juicio ☝ El abrazo final entre Rey y Benítez, que declaró en la audiencia 20. El testimonio de Rey tuvo el tono emotivo que siempre se da en el caso de las madres que declaran por sus hijos e hijas.  📷 Daniel Cabezas/El Diario del Juicio ☝ Luz Deñisoff es la hija de Olga Benítez. Con sus fotos, aporta al Diario del Juicio habitualmente. Pero aquí, además, estaba asistiendo a un testimonio de su familia.  📷 Virginia Croatto/El Diario del Juicio ☝ Rey con la foto de Jorge Oscar Benítez Rey en el pecho, luego de testimonio. 📷 Virginia Croatto/El Diario del Juicio *Este diario del juicio por la represión a quienes participaron de la Contraofensiva de Montoneros, es una herramienta de difusión llevada adelante por integrantes de La Retaguardia, medio alternativo, comunitario y popular, junto a comunicadores independientes. Tiene la finalidad de difundir esta instancia de justicia que tanto ha costado conseguir. Agradecemos todo tipo de difusión y reenvío, de modo totalmente libre, citando la fuente. Seguinos diariamente en https://juiciocontraofensiva.blogspot.com

El tribunal rechazó un pedido de revocatoria de la prisión domiciliaria del imputado Eduardo Ascheri, quien fue fotografiado por Gustavo Molfino en un bar de las cercanías del juzgado. Para los jueces, la secuencia de fotos publicadas ayer por El Diario del Juicio no alcanzan para verificar el permiso que se dio Ascheri para tomarse un cafecito en el bar antes de ir al juicio, como lo haría cualquiera de nosotros/as.Además de esta controveria, hubo tres testimoniales. Graciela Galarraga, Benjamín Antonio Frerichs y Olga Benítez. Y la renovación del tribunal: ya no está más Alejandro de Korvez. Su lugar lo ocupa María Claudia Morguese Martín. Desde la próxima semana, el juicio se realizará todos los jueves. (Por Gustavo Molfino para El Diario del Juicio*) ☝ Foto de portada: El abogado querellante Pablo Llonto presentó al comienzo de la jornada un pedido para revocar la prisión domiciliaria de Eduardo Ascheri, que fue fotografiado por Gustavo Molfino en un bar ubicado a 250 metros del juzgado. 📷 Gustavo Molfino/DDJ ☝ Por la llegada de la nueva jueza, el inicio de la audiencia se demoró cerca de una hora. Recién a las 10:07 comenzó el debate. Antes, se dio una particularidad: el público asistente se quedó con las pancartas en alto durante varios minutos.  📷 Gustavo Molfino/DDJ ☝ En las anteriores audiencias pudo notarse cómo los imputados miran al piso cuando entran y salen de la sala. Esta vez, se encontaron con un camino de fotos de personas desaparecidas en el suelo. Como puede verse, Ascheri, en esta ocasión, eligió no mirar al suelo.  📷 Gustavo Molfino/DDJ ☝ Esta es una de las fotografías que el abogado Pablo Llonto utilizó para pedir, con el respaldo del resto de las querellas y de la fiscal, la revocatoria de la prisión domiciliara de Eduardo Ascheri. Esta secuencia fue registrada el martes pasado, minutos antes del comienzo de la audiencia 19. El bar se llama Petit Plaza, y queda a 250 metros del juzgado.  📷 Gustavo Molfino/DDJ ☝ El presidente de tribunal, Esteban Rodríguez Eggers, observa las fotografías. A su lado, la jueza María Claudia Morguese Martín, escucha la argumentación de Llonto. “Es habitual en los casos de lesa humanidad que cuando los imputados llegan al debate creen que tienen via libre para ir a tomar un café, para dar una vuelta por los negocios cercanos… pero están con prisión domiciliaria, no se modificó nunca su situación y no hay ninguna resolución de prisión domiciliaria que establezca que usted tiene media hora para tomar un café en la previa. Es de la casa al tribunal y del tribunal a la casa. Y él quebrantó la orden del tribunal”, dijo luego el abogado a El Diario del juicio. El tribunal dejó su resolución para el final del día, cuando comunicaron que no consideraban constatada la violación de la domiciliaria. Sin embargo, Rodríguez Eggers le dijo al abogado de Ascheri, Hernán Silva que le recomendara “tomarse el cafecito en su cada antes de venir”, lo que daría cuenta de que para el juez, la situación ilegal existió. 📷 Gustavo Molfino/DDJ ☝ Eduardo Ascheri estuvo presente en la sala (como el resto de los acusados) mientras se dio el debate tras su paseo.  📷 Gustavo Molfino/DDJ ☝ La jueza Morguese tuvo un rol mucho más activo que su antecesor de Korvez. Pidió aclaraciones de nombres y apodos a las personas que dieron su testimonio.  📷 Gustavo Molfino/DDJ ☝ La primera testigo fue Graciela Galarraga. Declaró por su compañero, Julio César Ramírez, uno de los militantes de Montoneros que fueron secuestrados en el operativo del Batallón de Inteligencia 601 en Lima, Perú. Las otras dos personas secuestradas y desaparecidas en esa secuencia fueron María Inés Raverta y Noemí Gianetti de Molfino.  📷 Gustavo Molfino/DDJ ☝ Benjamín Antonio Frerichs declaró por su hermana Miriam. Tiene guardadas una treintena de cartas que Miriam le escribió a su padre.  📷 Gustavo Molfino/DDJ ☝ Ciro Annicchiarico, abogado querellante por la Secretaría de Derechos Humanos de La Nación, dialoga durante el cuarto intermedio con Rodolfo “Tojo” Ojea Quintana y su compañera, Graciela Cecilia Imaz. 📷 Gustavo Molfino/DDJ ☝ El último turno fue para Olga Benítez. Declaró por su hermano y su sobrino desaparecidos. Su hermano era Ángel Servando Benítez. Jorge Oscar Benítez, sobrino de ambos, también está desapareccido. Tenía 16 años.  📷 Gustavo Molfino/DDJ ☝ Benítez llevó atado en su cuello el pañuelo blanco símbolo, ya más que de las Madres de Plaza de Mayo, de la lucha por Memoria, Verdad y Justicia. 📷 Gustavo Molfino/DDJ ☝ Olga recibió el abrazo, entre otras personas, de su hija Luz, que habitualmente asiste al juicio. 📷 Gustavo Molfino/DDJ ☝ Entre el público, estuvo presente la diputada nacional Silvia Horne (cuello de camisa a rayas). 📷 Gustavo Molfino/DDJ *Este diario del juicio por la represión a quienes participaron de la Contraofensiva de Montoneros, es una herramienta de difusión llevada adelante por integrantes de La Retaguardia, medio alternativo, comunitario y popular, junto a comunicadores independientes. Tiene la finalidad de difundir esta instancia de justicia que tanto ha costado conseguir. Agradecemos todo tipo de difusión y reenvío, de modo totalmente libre, citando la fuente. Seguimos diariamente en https://juiciocontraofensiva.blogspot.com