Canción actual

Título

Artista


viaje al mundo wichí


La provincia que mejores números mostró durante toda la pandemia es la que gobierna Gildo Insfrán desde 1995. En diciembre los contagios se dispararon y el racismo señaló a las comunidades originarias como responsables. El rol de la policía. Los centros de aislamiento que retienen a las personas con resultados negativos. Las críticas de la oposición más reaccionaria reclamando por “los derechos humanos” y la visita del Secretario de DD.HH. de la Nación, Horacio Pietragalla Corti que terminó en apoyo al Gobierno provincial. (Por La Retaguardia) ✍️ Redacción: Fernando Tebele 💻 Textuales: Julián Bouvier/Agustina Sandoval Lerner 💻 Edición: Pedro Ramírez Otero/María Eugenia Otero/Diego Adur “Señora, usted dio negativo pero tendrá que ir a un centro de aislamiento porque estuvo en contacto con una persona que dio positivo”, le dijo un oficial de la Policía de Formosa a Dionisia López. El reloj marcaba el mediodía del lunes 11 de enero. Se desesperó. Ya había pasado una hora desde que se acercó a la guardia del hospital para que la hisoparan porque había compartido un rato con una persona positiva de Covid-19. Tuvo que dejar a su niño de 10 años esperando afuera, bajo la sombra de un árbol, con su teléfono celular. Ella no podía salir, él no podía entrar, no tenían forma de comunicarse. Media hora atrás, una médica le anunció que si el resultado era negativo se iría para su casa a cumplir un aislamiento preventivo. No fue así. Al menos consiguió a los gritos que dejaran ingresar a su hijo, quien le contó llorando que le hicieron “un montón de preguntas” durante la espera. Recién a las 23 la llevaron a una escuela donde permaneció aislada durante 15 días. Las imágenes que tiene de las primeras horas en la escuela no son las mejores. Se recuerda temblando, apenas un poco más tranquila cuando su esposo le pudo llevar ropa limpia: “La pasé mal. El baño era un asco. Nos turnábamos para limpiar, pero el olor a cloaca era muy fuerte”. Durante varios días el nene durmió lejos de su madre. La comida no tenía sabor: “Seguramente los policías les dicen que no le pongan sal para que nos digan que estamos enfermos”, le dijo su niño percibiendo desde temprano las distancias entre buenos y malos.  El 18 de enero la volvieron a hisopar. También a su hijo. Ambos dieron negativo. Cuando preguntó le dijeron que debía quedarse 15 días más porque “una chica dio positivo”. Finalmente, este miércoles 26, después de otro resultado negativo, le entregaron un papel que le permitió volver a su casa. El alta no llegó en manos de un médico sino de un policía. Todo un símbolo. En el oeste está el agite La historia de Dionisia es una entre tantas. La Retaguardia pudo acceder a por lo menos una docena de testimonios más o menos similares, con contrastes, pero con inexplicables padecimientos en los centros de aislamiento. No tuvimos que indagar, las denuncias se sucedían una tras otra. Este relato de la ciudad de Formosa se torna más oscuro y represivo cuanto más al oeste de la provincia ocurra. En los departamentos Ramón Lista, que limita con Salta; y Matacos, con Salta y Chaco como vecinas, la situación se complejiza de manera notoria. “La pandemia llegó a Formosa después de tanto tiempo —explica Juan Rosasco, cura pasionista que está desde hace 6 años en Ingeniero Juárez, la ciudad cabecera de Matacos—. Acá tuvimos los primeros casos a fin del año pasado. Y el Gobierno aplicó su política, que son los Centros de Alojamiento Preventivo, donde se aísla a las personas, a los contactos estrechos, y a todos los que son positivos se los interna en lo que son los centros de salud, donde se los atiende. Es una situación que estalló”, asegura. “Esta forma generó y sigue generando mucho malestar, porque la gente es llevada a estos centros y no la pasan bien. Algunas imágenes de lo que pasa en Formosa capital trascendieron pero imagínate eso en una escuela que no está preparada para ser un lugar de alojamiento, como tampoco el Estadio del Cincuentenario. En cada aula hay cuatro, cinco camas. Los baños son todos compartidos por los 30, 40, 50 que estén en cada uno de estos centros. Entonces terminan siendo lugares donde todos están asustados, porque se van contagiando”. En ese punto coinciden casi todos los testimonios: muchas personas que ingresaron como sospechadas de haberse contagiado y permanecieron allí aún con resultados negativos en los análisis, finalmente terminaron contrayendo el virus por haber estado en contacto en los centros de aislamiento con personas que ya ingresaron como positivas de Covid-19: “La Organización Mundial de la Salud lo dice muy claro: son recomendables los lugares de cuarentena pero acotados en el tiempo, porque sino se promueven los contagios. Esto la provincia no lo escucha”, se indigna Rosasco. Aislados a 500 kilómetros de casa Más que aislamientos, algunos casos de personas pertenecientes a comunidades Wichí, Qom, Nivaclé y Pilagá (las cuatro etnias que habitan la provincia) parecen detenciones. No se explica de otro modo que hayan sido encerradas en centros de aislamiento de la ciudad capital de la provincia a unos 500 kilómetros de distancia. Como si a una persona de la localidad bonaerense de Avellaneda la llevaran a aislarse a la ciudad costera de Miramar. No podría suceder eso en Buenos Aires pero sí en Formosa, básicamente porque con las comunidades originarias no alineadas políticamente con el gobernador Gildo Insfrán, puede pasar cualquier cosa.  Alejandra Carrizo es psicóloga. Vive en Formosa capital, donde ejerce en el sistema público de salud. Integra la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) local y también la regional de la Asociación de Psicólogas y Psicólogos. Corrobora las denuncias de atropellos varios: “Los traslados forzosos y la fragmentación de los grupos familiares profundizan la angustia por la ausencia de información a las familias, lo que ha generado muchísimo malestar y fricción a las personas”. Carrizo está en un centro para residentes que regresaron desde otras provincias, y

Mara Puntano, periodista y abogada salteña, contó cómo es la vida de las comunidades wichí en Salta. Las peripecias para tener agua para beber y al abandono estatal que sufren hace tiempo. Puntano habló de genocidio, comparó la situación con la invasión colonizadora y se refirió a la corrupción política. Al momento de la publicación de esta nota, se conoció la muerte de Ayelén Torres, la novena niña wichí que murió en poco tiempo. Era oriunda de Santa María. El hospital más cercano queda a 22 kilómetros. (Por La Retaguardia)🎤 Entrevista 👉 Fernando Tebele y Pedro Ramírez Otero✍ Texto 👉 Nicolás Rosales💻 Edición 👉 Fernando Tebele📷 Foto de Portada 👉 Tres niñas wichí sonríen, a pesar de todo. La del medio tiene una malformación atribuible al uso indiscriminado de agrotóxicos en la zona: nació con un solo brazo. (Rodrigo Caballero/La Garganta Poderosa) Mueren niños y niñas por desnutrición en Salta, titularon los medios tradicionales de comunicación. La abogada y periodista Mara Puntano en esta extensa charla, fue más a fondo para entender la realidad de un problema que no es de ahora, sino desde hace mucho tiempo, pero que necesita soluciones urgentes, que parecen no estar llegando, más allá de algunos anuncios realizados por el Ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, e incluso algunos empresarios como Marcelo Tinelli, que prometió realizar pozos para extracción de agua, uno de los problemas esenciales de las comunidades. —La Retaguardia: Lo que pasó ya lo sabemos, pero me gustaría escuchar una primera reflexión tuya y cómo ves que lo vive el resto de la sociedad.—Mara Puntano: Lo que está pasando es la manifestación de la perversidad de un sistema. Lamentablemente Salta tiene una historia en donde sigue siendo como hace 500 años con la conquista. A partir de ahí se comienza con el plan de extinción de las poblaciones indígenas, y las mismas lamentablemente han buscado las formas de resistencia. Digo esto, porque no han podido en 500 años acabar con ellas. Hay una diversidad. Salta es la provincia argentina con más diversidad etnológica: hay 14 etnias diferentes, formas de hablar, de manifestarse, de luchar. Diferentes silencios y diferentes estrategias para sobrevivir. Evidentemente, este sistema y esta conquista no ha terminado, y Salta sigue siendo una familia feudal en donde esas familias que vinieron de España con la espada y con la cruz siguen gobernando y están en absolutamente todos los lugares de poder. Es por eso que se produce este genocidio específicamente contra alguna de las etnias que son más pacíficas, esa es la característica del pueblo wichí. —LR: Para quienes no conocen la situación allí en el territorio wichí el desmonte ha avanzado de manera desmedida, como en todo el país, y eso les ha cambiado el modo de vida también. —MP: Sí, el pueblo wichí naturalmente es nómade, se traslada y vive de la naturaleza, de la Madre tierra, de la pesca, de la caza y de la recolección de frutos.  Entonces, estas políticas que aplican estos gobiernos corruptos —nacional y provincial— entregando, saqueando, terminan expulsando a las comunidades de sus territorios ancestrales, porque hay que decir que el pueblo wichí tiene más de mil comunidades. Muy pocas de ellas tiene personería jurídica, la mayoría no, y son así, la característica es ser nómade. Se trasladan de acuerdo adonde hay alimento, pero con esto han sido cercados por campos de soja en donde se han desmontado todos sus árboles, fundamentalmente ell algarrobo, que es un alimento que da mucha saciedad y tiene muchas propiedades para nutrir a los niños y  los grandes. Su madera sirve para hacer artesanías, muebles, el pueblo wichí es un trabajador excelente de la madera. También con el monocultivo de la soja se les quitó la posibilidad de comer de sus árboles y de trabajar de su madera. Además,  los persigue la policía fluvial cuando van a pescar, o sea los echan de sus ríos. Los wichí se manejan entre los ríos Bermejo y Pilcomayo, parte del límite con Bolivia. Precisamente en esa zona están cercados por los empresarios sojeros y petroleros que aplican el fracking y contaminan las aguas. Aparte, en las empresas petroleras hay cuerpos parapoliciales y en cualquier protesta es criminalizado el aborigen que muchas veces no hablan castellano y por lo tanto no tienen ni acceso a comunicarse en la justicia. Quedan presos sin causa alguna. Tampoco tienen acceso a la salud pública las mujeres, porque a pesar de que tiene que haber leyes que interpreten, no hay un programa que se implemente adonde haya un intérprete bilingüe tanto en la justicia, la educación y la salud. No se cumple con la legislación. Esto provoca hambre, y la muerte de los más vulnerables. Por eso decimos que es un etnocidio, un genocidio, y no es de ahora. Salta es tan feudal, que la mayor parte de la población naturaliza estas cosas, a tal punto que en la Cámara de diputados se aprobó, a libro cerrado y en tratamiento exprés,  un proyecto de ley elevado por el Poder Ejecutivo a través del Gobernador (Gustavo) Sáenz. En vez de llamar y abrir las sesiones legislativas para declarar la emergencia socioalimentaria para ayudar a las comunidades indígenas, se presentó un proyecto de elevar el número de miembros de de la Corte de Justicia, precisamente para poner a medida en estos cargos al hermano del ex Gobernador Juan Manuel Urtubey, que es Rodolfo, legislador nacional, quien estaba a cargo del fondo de reparación histórica. Es decir, quien era el responsable de hacer las obras de agua potable para las comunidades que no se hicieron. Y también decimos que ese proyecto es para garantizar la responsabilidad de los responsables de este genocidio, que son: Urtubey, quien recibió millones de parte de la Nación para terminar con la desnutrición y no lo hizo porque siguen pasando todas estas muertes. Hay 32 niñitos internados, pero hay más de 2000 niños en grave riesgo de muerte y este fondo de reparación histórica en manos del hermano, que ahora va a ser

Alfonso Fernández, vecino del Barrio Obrero, en el que también hubo hostigamiento de efectivos a los jóvenes indígenas, explicó cómo se produjo la represión en el Barrio 50 Viviendas de Ingeniero Juárez, y en qué condiciones se encuentran los baleados, que aún no recibieron atención médica porque las ambulancias del hospital no se acercan al lugar y ellos no quieren ir al hospital porque temen ser detenidos. Los heridos son dos, Denis Agüero fue baleado con plomo en la rodilla y Oscar Agüero, en la espalda. (Por La Retaguardia)Foto: La herida de Oscar Agüero Fernández explicó cómo comenzaron los hechos: “En el Barrio Obrero, aproximadamente a las 3:00 de la madrugada hubo un enfrentamiento de los chicos con la Policía. Después, a las 7:00 hubo otra vez un enfrentamiento en el barrio 50 Viviendas. Los policías hacen guardia en las esquinas. Cuando los chicos pasan al lado de ellos les largan palabras discriminatorias, les hablan a nuestros chicos insultándolos”, denunció sobre el trato que reciben cotidianamente de la policía. La Retaguardia, que viajó a Formosa hace algunos meses, pudo observar el hostigamiento policial que viven los wichí y también la constante vigilancia policial en todas las esquinas del barrio, un complejo de viviendas sociales que los wichí tomaron hace 10 años cuando se enteraron de que serían entregadas a personas que vivían en la capital provincial.En ese barrio, habíamos podido ver a Santiago Torres, también en una situación de abandono, sin atención médica, después de que la policía le quitara un ojo con una bala de goma. La misma situación había vivido también su papá. Ambos tuvieron que venir a Buenos Aires para ser atendidos, luego de la publicación de esa nota.El problema se repite ahora: los wichí no van al hospital, porque los maltratan o los detienen, entonces quedan en sus casas, abandonados a su suerte. La herida de DenisAgüero. Durante una transmisión especial que Radio La Retaguardia realizó para la Red Nacional de Medios  Alternativos, Alfonso Fernández además sostuvo que los cruces entre los jóvenes wichí y la policía son reiterados, y que cuando la policía los hostiga, algunas veces responden: “Los adolescentes les responden ya a ellos no les gusta. Después, fueron al 50 Viviendas, tenemos dos chicos que tienen las rodillas lastimadas. Uno está tirado con un balazo de plomo en la rodilla y no hay atención médica. El otro recibió una bala también de plomo en la espalda, tampoco tiene atención médica. No vienen las ambulancias del hospital a nuestro barrio. Necesitan atención médica urgente”, insistió Fernández.Al cierre de esta nota, de las 4 personas detenidas, 2 fueron liberadas porque eran menores. Los 2 mayores fueron llevados a la Alcaidía de Las Lomitas. Los 2 heridos permanecían en sus casas sin atención médica.El referente wichí de esa localidad, Agustín Santillán, regresó a su casa hace unos días luego de haber estado un mes en Buenos Aires. Sin embargo hoy no se acercó al lugar también ante la posibilidad de quedar detenido por la policía. DESCARGAR

 El líder wichí de Ingeniero Juárez, que recuperó su libertad tras 6 meses de prisión política, dialogó con María Eugenia Otero y Fernando Tebele en Radio La Retaguardia, apenas minutos después de recuperar su libertad y cuando todavía no se había reencontrado con su familia fuera de la Alcaidía de Formosa, donde fue sometido a una cruel persecusión “por reclamar por los derechos de nuestra comunidad”. Santillán aseguró que continuará reclamando, a pesar de que su abogado, Daniel Cabrera, dijo que queda en libertad bajo presión y que podrían volver a encarcelarlo para perseguirlo políticamente. (Por La Retaguardia) Foto: Agustín Santillán, a la derecha, junto a Víctor Hugo Delgado, apenas ambos recuperaron su libertad. “Estoy muy contento por estar el libre ya que estaba hace mucho tiempo preso injustamente. Agradezco a los hermanos y a los medios por haber difundido, estoy muy agradecido”, dijo en el comienzo. Se lo escuchó con su hablar pausado característico de los wichí, pero a la vez más relajado y feliz.“Estoy a 8 cuadras de la Alcaidía todavía y no pude ver a mi familia”. Poco después de esta charla su esposa Gabriela Torres llegó junto a su pequeño hijo para un encuentro pleno de felicidad.“Hay cosas que están mal acá en Formosa. Usan a la justicia y a la policía. Te arman causas y ellos manejan el poder. Yo voy a seguir adelante, porque a mí me dijeron cosas muy injustamente por reclamar, me acusaron de cosas que no hice. A mi señora la metieron presa y ella no se ha asustado, pero a nosotros nos han perjudicado mucho. En estos 6 meses no pudimos trabajar, perdimos trabajos, pero eso no importa, lo más importante es estar acá firme reclamando por todas las injusticias que pasan nuestras comunidades. Vos ves gente muy callada, que no se anima a denunciar. Es muy triste ver a hermanos estar siendo utilizados por el gobierno para hablar en mi contra, pero yo a esa gente no les tengo bronca ni odio, sino que me dan lástima porque son instrumentos usados por el gobierno pero yo sé que ellos también van a pasar lo mismo porque el gobierno te usa y después te tira”, aseguró Santillán en la primera comunicación con un medio tras recuperar su libertad.El referente wichí fue liberado junto a Víctor Hugo Delgado, que purgó prisión más tiempo aún que Santillán.En cuanto a su salud, Santillán dijo: “estoy bien. Trato de estar tranquilo. Es muy difícil salir porque uno hace mucho que no ve la luz, a sus seres queridos, lo que pasa en las comunidades, pero estoy muy contento de estar en libertad”, reiteró. En nuestro viaje a la comunidad wichí de Ingeniero Juárez, quienes la integran nos decían que Santillán era para ellos un referente siempre dispuesto a resolver los problemas que tuvieran. “Yo siempre me preocupaba. Venía mi señora (a visitarlo en la prisión), me contaba lo que sucedía allá y yo no pensaba en salir porque la causa que me armaron que era robo a mano armada era para que no saliera. Yo nunca robé ni usé armas. Hoy salí con Víctor Hugo Delgado, que también estaba preso y tampoco pensaba que iba a salir. Yo estuve preso por ser aborigen, por ser un referente indígena. Te tienen preso… Mirá cuántas cosas se robaron los políticos acá y están tan tranquilos disfrutando la plata que se robaron; son millonarios y yo tengo que sufrir 6 meses encerrado en un calabozo. Yo nunca robé ni pienso y eso es lo que más duele. Pero es así, acá en Formosa hay muchos hermanos que están injustamente detenidos. Hay muchos problemas acá”, relató.En referencia a con qué tipo de libertad queda, teniendo en cuenta la limitación que implica que continúe procesado en otras causas, Santillán dijo: “Últimamente (antes de caer preso) hablé con el ministro Ferreira (Antonio Emérito, Ministro de la Jefatura de Gabinete provincial). Él me pidió ayuda para hablar con los jóvenes y que no hagan disturbios ni robos. Yo le dije que me comprometía a hablar y a ayudar, no es que yo trabaje políticamente sino que soy el referente y quiero trabajar para la comunidad no más, pero sin ningún beneficio. Quiero que me dejen tranquilo. Ellos me quería dejar preso por la causa de la toma de la Municipalidad y el reclamo de las escuelas, justo surgió ese problema y yo no sabía nada, me fui a un barrio para una reunión y me agarraron ahí. Yo no tenía miedo porque no sabía que ahí me iban a meter preso. Saludé a los oficiales y todo y luego les dicen ‘llévenlo’ y ahí me cayeron encima como 30 policías. Me golpearon y me llevaron detenido. Recién hace unas semanas cuando vino Avruj (Secretario de derechos humanos de la Nación), me dieron medicamentos. Yo me curé sin medicamentos de las lesiones, así no más, sin nada”, relató. La toma de la municipalidad se dio porque en los barrios se enteraron que luego de la última inundación que sufrieron había llegado ayuda desde otros puntos del país que no había sido distribuida entre las comunidades.Cuando le preguntamos que pretendía hacer en sus primeras horas de libertad, Santillán dijo que quería “estar con la gente, porque ellos me están esperando en el barrio. Hace mucho tiempo que no veo la luz del día, apenas salir una hora afuera. Quiero ir y estar con los hermanos, compartir unos mates, hablar de lo que pasó y ver qué hacemos porque yo creo que hay muchas cosas que están mal y nadie se anima a denunciar porque acá el aparato del gobierno es muy grande, usan los medios, las redes sociales, los diarios, para ensuciar. A mí me han ensuciado, me trataron de delincuente de ladrón, de todo. Prendo la radio y escucho mi nombre, Lo que han sufrido mis hijos. Ellos están estudiando en una escuela entre aborígentes y criollos y los criollos se burlan ‘tu papá está preso, es un delincuente, robó cosas’ y

El referente wichí quedará libre hoy tras el fallo de la Cámara de Apelaciones de Formosa que revocó el único procesamiento que le quedaba pendiente. En estos momentos Santillán se encuentra realizano los chequeos médicos de rutina al tiempo que su esposa Gabriela Torres está viajando hacia Las Lomitas para encontrarse con él, esta vez ya en libertad. Ampliaremos. (Por La Retaguardia) Foto: Santillán (izquierda), junto a su abogado Daniel Cabrera (centro) y Víctor Hugo Delgado, también libre.

Durante la visita, Gabriela Torres, la esposa del referente wichí preso hace más de cinco meses, intentó hablar con el gobernador de Formosa y manifestar el reclamo por su libertad. No sólo no la dejaron, sino que fue agredida y expulsada del sitio donde se encontraba Insfrán por personal de su seguridad personal y de la policía. Santillán sigue detenido por razones políticas, aislado del resto de los presos, en malas condiciones de salud y sin ser atendido. Fernando Tebele dialogó con Gabriela en el programa radial La Retaguardia donde explicó cómo fue su intento de reclamo frustrado y contó acerca la situación de su marido. Compartimos además un video donde se ve como le quitan a Torres el cartel que llevaba. (Por La Retaguardia) Insfrán visitó el lunes pasado Ingeniero Juárez para inaugurar una escuela. Gabriela Torres consideró oportuno acercarse al lugar para intentar hablar con él y manifestarle su reclamo por la libertad de Agustín. Pero como ya es costumbre en la provincia, fue maltratada por personal policial y por la propia seguridad del Gobernador. La echaron a empujones y ni siquiera pudo hacer visible su reclamo con el cartel que había preparado porque se lo rompieron ni bien quiso mostrarlo: “(Insfrán) Vino acá a Ingeniero Juárez a inaugurar una escuela nueva. Cuando me enteré de que venía, fui con mi cartel para presentarme pidiendo la libertad de Agustín. Mi cartel decía ‘Libertad para Agustín Santillán’. Cuando llegué ahí, había policías femeninas y de civil. Me perseguían por todas partes, me tapaban toda y no me dejaban entrar a la multitud. Cuando quise levantar mi cartel, uno de los guardias del Gobernador me lo sacó y me lo rompió. Me sacaron de ahí a empujones. Fueron guardaespaldas con tres policías femeninas que estaban de civil. Me decían que no podía hacer lo que estaba haciendo, que no podía levantar mi cartel y me sacaron a empujones. Yo le preguntaba por qué, por qué no podía levantar mi cartel. Les pregunté si podía hablar con el Gobernador. Por lo menos, si no podía hablar, quería mostrarle mi cartel, que por lo menos lo mire. Me dijeron que no se podía. Me alejé del lugar, vi que no podía”, relató Torres quien parece haberse acostumbrado a la fuerza a la impunidad de las fuerzas represivas de la provincia. La salud de Agustín Mientras Insfrán hace la vista gorda a los reclamos por su liberación, Agustín Santillán sigue preso y en muy malas condiciones de salud. Tiene neumonía y no recibe el tratamiento adecuado, solo algunos analgésicos básicos para la fiebre que le da su mujer, Gabriela: “Con Agustín estuve el domingo y lo vi un poco bajoneado. Todavía tiene fiebre por la neumonía que tiene. Los médicos de la Alcaidía se la diagnosticaron, ellos dicen que él tiene neumonía. No dieron la posibilidad de hospitalizarlo y no le están dando ningún medicamento. Yo le llevo remedios para la fiebre, calmantes no más. Para la neumonía no hace nada”, destacó.Hace unas semanas atrás, Santillán recibió en prisión la visita de Claudio Avruj, Secretario de Derechos Humanos. Días después, la APDH de Formosa, Amnistía Internacional y el CELS solicitaron verlo, pero en una respuesta casi burad, el juez López Picabea, dijo que el pedido era redundante que organizaciones de derechos humanos vayan a ver a Agustín, luego de que hubiese ido el funcionario: “Es lo que dijo el juez, que no hacía falta. La visita del Secretario ya es mucho, es suficiente. Así dijo el juez”, contó Gabriela, demostrando el destrato que las organizaciones reciben por parte de la Justicia.A Torres no le preocupa solamente la salud física de Agustín, sino también el aislamiento al que lo tienen sometido hace meses, donde no puede hablar ni ver a ningún otro preso: “Yo estoy cada vez más preocupada por la salud de él. Él está solo en la celda y no lo dejan hablar con nadie ni que nadie se acerque a él. No tiene contacto con los otros hermanos que están presos también en Lomitas. Está totalmente solo, eso es lo que más me preocupa”, expresó. Sin trabajo El padecimiento de la falta de Agustín en la familia se agrava aún más cuando el dinero no alcanza. Ante el continuo e ininterrumpido acoso policial, Gabriela tuvo que dejar su trabajo. Renunció al hotel donde alguna vez los integrantes de La Retaguardia la llevaron durante su visita a Formosa y donde también sufrieron en carne propia la persecución permanente a la que se ven sometidos todos y todas los que pretenden ver a Santillán fuera de la cárcel: “Estoy cada vez peor. Ahora ya no puedo ni trabajar porque la policía me sigue a todos lados. En mi trabajo, venía la policía a amenazar a la dueña donde yo trabajaba. Ya no trabajo más. No quiero que ella tenga problemas. Por eso dejé de trabajar ahí. Vivo a cuenta de mi asignación de $900. No puedo hacer otra cosa. No puedo trabajar porque no puedo salir”, denunció Torres, desesperada. ¿Cómo sigue la causa? “Hasta ahora el abogado (Daniel Cabrera) no me dijo nada. No hay ninguna novedad. Lo único que me dijo, hace un par de semanas, es que ya apeló en la Cámara de Formosa, pero todavía no hay fecha”, respondió. Santillán tiene una sola causa con prisión preventiva. La Cámara ya había declarado la nulidad de ese procesamiento. Se lo devolvió a Picabea y el juez recaratuló la causa y lo volvió a procesar. Antes de eso, había rechazado la excarcelación de Agustín, en una situación -como casi todas en este proceso- irregular desde lo técnico, ya que le negó la excarcelación cuando Santillán no tenía ningún procesamiento, por lo tanto ninguna razón jurídica para estar preso. Luego lo volvió a procesar con prisión preventiva.Por último, Gabriela tuvo palabras de agradecimiento para con La Retaguardia y también con todos y todas aquellos que la acompañan, apoyan y ayudan en su pelea por la libertad de su marido, Agustín Santillán: “Quería agradecerles

El referente wichí que perdió su libertad hace más de cuatro meses fue trasladado a la Alcaidía de Las Lomitas, donde continúa detenido de forma ilegal. Santillán debería estar en libertad después de que la Cámara declarara nulo el procesamiento de su última prisión preventiva vigente, pero el juez López Picabea denegó el pedido de excarcelación. Gabriela Torres, esposa de Agustín, fue entrevistada en el programa Enredando Las Mañanas donde contó acerca de este traslado y pidió que termine con la huelga de hambre que ya lleva 24 días. (Por RNMA) Gabriela se mostró preocupada por la salud de Agustín, a quién desde su traslado a Formosa veía solo los domingos tras recorrer 400 kms. y dijo que espera que haya levantado la huelga de hambre. Una de las exigencias de Santillán era ser trasladado a Las Lomitas para estar más cerca de su familia. Notificiación del rechazo de laexcarcelación. “Estamos muy mal con la noticia que nos llegó ayer, que le negaron la libertad a Agustín. El domingo estuve con él. Todavía sigue con la huelga de hambre. Hoy me mandó mensaje el abogado, que ya lo trajeron acá, a Las Lomitas. Ahora voy a intentar verlo para saber si va a levantar la huelga de hambre. Todos queremos que él levante la huelga de hambre. Cuando fui no pude convencerlo. Hoy voy a intentar de ir para que levante la huelga. Me había dicho que si lo trasladaban a Las Lomitas lo iba a hacer. Por eso quiero ir y hablar con él para que me confirme si va a levantar la huelga o ya la levantó. Lo que más me preocupa es la salud de Agustín”, remarcó Torres, angustiada. El rechazo del pedido de excarcelación también alcanzó a Víctor Hugo Delgado, otro de los detenidos además de Roberto Frías. Ahora los tres están en la Alcaidía de Las Lomitas, aunque Santillán permanece aislado en una celda individual.Más allá que Agustín ya debería estar en libertad, el traslado a la Alcaidía de Las Lomitas puede considerarse una buena noticia, y quizá signifique un paso previo a su excarcelación; si no fuera así al menos implica la cercanía con su familia que, ahora, solo debera recorrer casi 200 kms. para visitarlo. Sin embargo, la situación de los wichí en la provincia parece empeorar cada vez más: “Estoy esperando que me llame al abogado. Me va a informar cómo está él. Estaba muy preocupado porque dicen que acá la Policía está juntando dirigentes de cada comunidad. Quieren que los referentes firmen como un permiso para que la policía entre a las comunidades y hagan un allanamiento casa por casa. El abogado está averiguando y me va a avisar ahora cómo es el tema. Recién vino gente y preguntaron preocupados. Todavía no sé nada, no está confirmado. El abogado está averiguando por qué la Policía quiere hacer eso”, relató preocupada.Gabriela Torres no solo debe enfrentar la ausencia de su esposo, preso injusta e ilegalmente, y hacerse cargo de su familia por su cuenta, sino que también debe soportar día tras día la persecución de los servicios de inteligencia que operan en la zona, controlándola impunemente y haciéndole sentir su presencia: “Es muy doloroso. Acá no tengo libertad. Salgo a buscar alimento y me siguen los de inteligencia. Entro a un kiosco o un almacén y entran también para ver qué compro. Voy a la terminal y me sigue una moto. Llego a la terminal y me sacan fotos, sin disimular. Subo al colectivo y me sacan fotos. No sé por qué hacen eso”, lamentó Torres, reflejando una verdad incuestionable: en Formosa, toda persona que no reporte a Gildo Insfrán, es vigilada de manera constante y bien visible; y si pertenece a alguna comunidad originaria, todo puede ser peor. ESCUCHAR O DESCARGAR AUDIO

El referente wichí escribió una nueva carta desde la Alcaidía de Formosa, donde permanece detenido desde hace más de cuatro meses. Aunque ya no le quedan causas con prisión preventiva, ya que todas fueron cayendo, la justicia formoseña lo mantiene preso y alejado de su familia. La salud de Santillán desmejora a cada día ya que continúa con su huelga de hambre esperando, al menos, que lo trasladen nuevamente a Las Lomitas. (Por La Retaguardia)20 días de huelgaDomingo 20 de agosto de 2017 Desde la cárcel de Formosa escribo esta carta. Hace como 20 días que decidí hacer huelga, mandé un escrito al juez López Picabea pidiendo que me trasladen de nuevo a Lomitas y por mi libertad. Hasta ahora no tengo ninguna novedad. Voy a seguir con mi huelga de hambre pase lo que pase con mi vida, porque me acusan de cosas que no hice. Si me pasa algo, ya todos saben quiénes son los responsables. Lejos de mi pueblo, lejos de mi familia, pido acercamiento familiar y no me responde. Yo sé que todos tenemos derecho. Siento un dolor, y por ser “indio” me discriminan. El juez no importa mi condición económica. Seguiré con mi huelga hasta donde dé mi cuerpo. Si debo morir, moriré luchando por mi derecho.Atte. Agustín Santillán29.041.687

Santiago Torres despertó y le costó saber si todavía estaba en un sueño. Tardó unos segundos en darse cuenta que no dormía en su cama, sino en un hotel del barrio porteño de Once y recordó que la ciudad lo abruma y le provoca dolor de cabeza. 1500 kilómetros lo separan de su casa en el Barrio 50 Viviendas en Ingeniero Juárez, Formosa. Hasta aquí llegó junto a su papá. Ambos recibirán la atención médica a la que no pudieron acceder en su ciudad. Los dos perdieron uno de sus ojos en diferentes hechos pero por el mismo motivo: disparos de bala de goma de la Policía, que practica tiro al pichón con los hermanos wichí. (Por La Retaguardia) Así como a quienes lo entrevistamos nos impactó verlo tirado en su cama, desahuciado, muchas personas se sensibilizaron con las notas en la que contamos su historia y la de su padre. Una de ellas fue Félix Díaz, referente qom y presidente del Consejo Consultivo y Participativo Indígena. Díaz conoce la realidad de su provincia, obviamente no necesita de estas crónicas para enterarse de nada nuevo; pero, a veces, la visibilización sirve para mover algunas piezas. Unas semanas después de nuestro paso por la zona, el Consejo debía realizar una Asamblea en Ramón Lista, una localidad cercana a Ingeniero Juárez. De paso, una delegación de médicos de ese organismo visitó la casa de los Torres y constató la gravedad del asunto. Por eso decidieron garantizar su traslado y atención en Buenos Aires. El viaje que debieron emprender Santiago y el papá desnuda su realidad cotidiana: no pueden accceder a la salud en su propio territorio. El porqué es terrible.  Los wichí casi no van a los hospitales zonales porque los maltratan. No van allí ni a curarse ni a morirse.Nuestra primera charla sobre la salud fue en una ronda de mujeres. Ellas fueron llegando, para contarnos, a pesar de lo intimidante de la cámara y el micrófono, las situaciones cotidianas en relación a la salud. Una madre nos habló de su hija que dio a luz en su casa y falleció después de haber ido varias veces al hospital, “como no la atendieron tuvo a su bebé en su casa”; otra muerte de una hija muy jovencita que tenía “parásitos y problemas de corazón”. Nos relataron intercambios con la policía camino al hospital. Aseguraron que conseguir turnos en el hospital es muy difícil, y el hospital resulta la única posibilidad poque en el barrio no hay una salita de atención primaria.“Iba, iba, iba, no podía conseguir turno. Hay chicos que a veces están muy enfermos y no lo atienden bien en la guardia. Le ponen un calmante, saca turno, te dicen y turno es muy difícil, entonces el chico no llega y se deshidrata y muere”.* * * “Un chico tenía mucho dolor de estómago, no se podía parar ni sentarse. Lo llevamos al hospital, le pusieron calmantes, y lo trajeron de vuelta. Como no se podía parar lo dejaron tirado en la ruta”. Nos muestran su foto, en el celular. Parece que tuvieran que demostrar que lo que dicen es cierto, y muchas veces lo hacen, porque tienen “pruebas” de las situaciones que cuentan, como esta vez.“Cuando uno está enfermo ya nadie va a llamar una ambulancia, no te atienden como corresponde y no dan remedios. Si te dan la receta, ¿dónde vamos a conseguir plata para comprar?”* * * Luego de visitar la casa de la familia de Agustín Santillán, nos acompañaron hasta otra vivienda del mismo Barrio Viejo. Allí nos están esperando, en la casa de Manuel, como en todos los lugares adonde fuimos. Matilde es una de las personas que están allí. No es wichí. La de Matilde y Manuel fue la primera interacción cariñosa que vimos entre wichí y personas criollas en nuestra estadía en Juárez; por cierto no hubo muchas más. “Soy mucama en el Hospital. Yo siempre dije y lo conversamos con los directivos y  mis compañeros, estamos mal en la salud. La salud está mal. Acá nos falta mucho. Ahora, por ejemplo, no estamos teniendo cirujanos, nos faltan médicos. Se están pidiendo a gritos, esa es la realidad. Eso tiene que entender el Gobierno provincial, nacional y todos. Lo primordial es la salud, la educación, la parte social y la vivienda. Es lo primordial”, aseguró tirándonos un primer pantallazo general. Además Matilde nos contó que, aun cuando el hospital de Juárez tiene tantas necesidades, reciben gente de otros pueblos donde la cosa está peor: “Hay una demanda grande. Es el hospital cabecera el que tenemos. Es una demanda grandísima. El gobierno provincial niega la entrada a un camión sanitariodispuesto por el gobierno nacional. Viene gente del hospital (de El) Potrillo y me comenta, porque yo converso mucho con la gente aborigen; charlo en los pasillos o dónde ellos están lavando y me comentan que allá no hay nada y que les dicen que no hay medicamentos. Por eso los traen para acá. Acá tienen que ser derivados a Formosa (capital).Hay salitas. Hay agentes sanitarios, pero no tienen la sala de primeros auxilios. No tienen sala”, sostuvo con tranquilidad y tristeza.Contrariando lo que sostiene Matilde, el discurso oficial afirma que todo funciona bien con la atención de la salud en este lugar de Formosa. De hecho, en julio de este año rechazaron el envío de un camión sanitario que el gobierno nacional dispuso enviar a El Potrillo porque “resultaba innecesario” ya que, según ellos, tal como se puede leer en la nota cuya imagen reproducimos, esa localidad de 6000 habitantes “cuenta con un Hospital de Primer nivel de atención, 3 médicos, 2 odontólogos, 1 técnico radiólogo, 1 licenciada en obstetricia, 1 partera, 7 enfermeros universitarios y 7 con la beca de médicos comunitarios, 19 agentes sanitarios, y 2 ambulancias atendiendo las demandas de la población”.Cada lector sabrá a quién creerle. * * * Manuel es wichí. Quiere ser médico, nos dirá varias veces en la charla. Quiere poder estudiar. No es un pibe. Tendrá unos 40 años o

Agustín Santillán no es el único detenido de las comunidades wichí de Ingeniero Juárez. Quedan tres personas que aún no recuperaron su libertad, y hay al menos veinte más procesadas, por supuesto todas wichí y por las mismas causas.Todavía estábamos en la casa del Barrio 50 Viviendas, atragantados de bronca por la situación de Santiago Torres, y al salir al patio delantero nos empezaron a presentar a quienes allí esperaban. “Él es el padre de uno de los otros detenidos”, nos dijo una de nuestras guías. Se llama Felipe Delgado, es un trabajador. Su ropa y sus manos gastadas y ásperas lo certifican. Los padres de Victor Hugo Delgado saben de esperas porque hace meses que aguardan la libertad de su hijo de 21 años que está preso, procesado por los mismos hechos que Agustín Santillán y Roberto Frías. (Por La Retaguardia*) Al momento de la charla, los tres estaban en el mismo lugar de detención, la Alcaidía de Las Lomitas, aunque Santillán permanecía solo en una celda. Ahora que el referente fue trasladado a la Alcaidía de Formosa, seguramente castigado por haber denunciado amenazas, Delgado y Frías permanecen en Las Lomitas.Víctor Hugo Delgado fue detenido el 1 de abril, quince días antes que Santillán. “lo detuvieron por intermedio de un empleado municipal que tiene como nombre Bienvenido Helguera –comenzó relatando su padre-. Lleva como alias Pirulo. Lo buscó de tantas maneras para sacarlo de la casa, mintiéndole de llevarlo a trabajar. Lo llevó a la avenida en el centro y llamó a unos policías que estaban de civil, con pantalón corto, remera y las esposas en los bolsillos. Ahí fueron y agarraron a mi hijo, directamente. De ahí, dice mi hijo, que lo han volteado, le han puesto las rodillas en la espalda y lo han tenido boca abajo hasta que vino el patrullero y lo alzó. Lo trajeron a la comisaría. Después, nos hemos enterado nosotros y hemos ido a la comisaría”, contó Felipe pausadamente. Delgado es criollo, “pero tengo los papeles, ya me hicieron la adopción”, dijo con humor mientras recordó que hace 21 años que vive con su esposa, Delicia Villa, una mujer wichí que asiente y sonríe vergonzosa en el fondo de la escena, apoyada contra una pared. Felipe relató que decidió acompañar a su hijo detenido a Las Lomitas porque temía por su seguridad, pero que no pudo evitar que le pegaran: “sin embargo, después le han pegado a él, más tarde, allá en Lomitas. Igual le han pegado. Él nos avisó a nosotros cuando hemos ido a visitarlo. Le han pegado. Lo han garroteado. La madre fue primero que yo. Tenía todavía lastimado aquí detrás de las orejas, se le hinchaban los dedos, tenía moretones en la espalda… Ahora estamos esperando a ver qué es lo que pasa. Tenemos esperanza”.Las razones de la detención de Delgado son similares a las de Santillán: “A él le adjudican tantas cosas. Por último le adjudican que él quemó esta casa, pero él no estuvo. Justo ese día estaba trabajando para un gendarme, aquí a dos cuadras. No hay forma de que lo comprendan. Le dicen que no. Que él estaba, pero no estuvo en esto”. La casa quemada queda a pocos metros y es del policía Chamorro, a quien los hermanos identifican como quién disparó a corta distancia contra Santiago Torres y le produjo la pérdida de su ojo derecho. Al día siguiente, mientras Torres era atendido en la capital provincial, vecinos del barrio escracharon la casa, que ahora tiene una camioneta policial como consigna permanente. Le preguntamos si no llamaron a declarar al gendarme de la casa en la que estaba trabajando su hijo aquel día: “No, no le piden declarante. No le piden testigo. No le piden nada. Todos los testigos que buscan son los testigos que van en contra de mi hijo como en contra de Agustín Santillán. Testigos a favor de ellos no piden, de ningún lado”, explicó.Durante los pocos días que estuvimos en Formosa, apenas tres, las jornadas se nos hicieron demasiado cortas. Nos levantamos bien temprano pero al final del día, lejos de correr a la cama para descansar, necesitamos quedarnos charlando aunque sea entre nosotros, repasando la tristeza, programando el día siguiente para que no se nos esfumara ni un segundo. Escuchando, aprendiendo. -¿Ya te volviste wichí? –preguntamos para distender.-Y sí, qué va a hacer. Tengo mi niñez que pasé en una escuela aborigen. Estoy bien. Gracias a Dios, a todos lados en donde ando veo buena mirada del aborigen y del criollo. Muchas veces me miran mejor los aborígenes que hasta mi propia familia –respondió Delgado, con simpleza. Delgado padre trabaja como albañil, por día. “Limpio terrenos, construcciones, de todo un poco. Todos los días estoy trabajando. Hoy me estaba yendo a trabajar, pero justo me dice vamos un ratito y enseguida me vine a escucharlos y conocerlos”. La que dice desde atrás continuamente, casi en susurros, es Delicia, la mamá de Víctor Hugo. Le preguntamos si quiere hablar, pero se niega una, dos, quizá tres veces. A la cuarta dio unos pasos hacia adelante. Nosotros acortamos distancia para achicarle la vergüenza, pero en cuanto le acercamos el micrófono la que preguntó fue ella: “¿Cómo pueden hacer para ayudarlo para que salga? Porque él tiene sus dos nenas y su esposa, que está embarazada. Día a día necesitamos para comer. Son tres, y cuatro con el que tiene en su vientre, que necesitan el alimento y todas esas cosas. Si no está él…bueno, estamos nosotros, pero más bien ellos lo necesitan a su papá”, nos dijo señalando a su nuera, que sonríe acariciando su panza.“Espero que él salga lo más pronto posible. Le mienten, le dicen ‘vamos a ver la otra semana’ y otra semana, y pasan y pasan los días y él nunca sale. Eso es lo que tengo para contar y espero sus ayudas, a ver cómo pueden ayudarnos”, cerró Delicia. No supimos qué decir. Nos fuimos yendo cómo pudimos, cuándo pudimos. El silencio se apoderó