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Inquietante encuentro entre un genocida y un sobreviviente de la ESMA

Escrito por el marzo 12, 2018



Víctor Basterra relató una serie de encuentros ¿casuales? con un marino genocida que le dijo que quería ser su amigo. El sobreviviente de la ESMA recordó luego a ese represor e incluso contó que lo sacó de su cautiverio para llevarlo a un extraño almuerzo en la Costanera junto a su amigo y compañero Carlos Sueco Lordkipanidse. Fue en conversación con Fernando Tebele en el programa Oral y Público por Radio La Retaguardia. (Por La Retaguardia)

Cerca de un mes atrás, Basterra tuvo una serie de encuentros con un hombre que lo increpó mientras hacía las compras en el supermercado de su barrio: “Se trata de un hombre de estatura mediana, más bien bajo, ojos claros y de más o menos 60 años. Nos cruzamos en el supermercado. Él me decía ‘Hola, ¿qué tal? Quiero ser tu amigo'” comenzó relatando Basterra que entre la confusión y la sorpresa no sospechó de qué se trataba: “Yo soy bastante conocido en el barrio. La última vez que lo vi, el tipo se me acercó, me dio la mano y me dijo: ‘Quiero ser tu amigo. Tenemos que ir a tomar algo porque tenemos que compartir un montón de cosas’. Yo lo empecé a mirar con otra mirada, una mirada más interrogadora, buscando la forma de lo que me quería decir este hombre. En un momento determinado me dijo que él me conocía de antes. Ahí me empezó a agarrar una inquietud. Yo no lo tenía, no lo registraba. Me dijo que él me conocía del año ’80. Yo me quedé helado, mirándolo. Me dijo ‘nosotros estuvimos juntos’. Entonces le pregunté si había estado chupado. ‘No, no, yo estaba del otro lado. Era oficial de la Armada’. Ahí me quedé totalmente helado. Me dijo que lamentaba lo de una chica y ahí me empezó a venir el recuerdo. No se me ocurrió nada más que quedarme atónito. El tipo se ve que intuyó que yo estaba cambiando totalmente mi habitual buen humor por otro tipo de mirada y me dijo que se había retirado como capitán de fragata. Es un cargo alto. Me dijo que se había retirado disconforme con algunas cosas que había visto. Se dio media vuelta y se fue. Yo me quedé parado en el medio del supermercado pensando, pensando y pensando. No podía salir de esa sensación de sorpresa”, compartió el sobreviviente.

Sabemos, Víctor Basterra es un hombre memorioso. El principal testigo en la Megacausa ESMA fue clave para reconocer, enjuiciar y condenar a decenas de genocidas. La situación con este misterioso represor lo tuvo confundido y pasó varios días conmocionado, algo poco habitual en Basterra. Pero si algo nos han demostrado los sobrevivientes es que jamás permitirán que la memoria desaparezca: “Con el tiempo fui recordando de a poquito. Me vino a la cabeza un tal Raúl, que así se llamaba en el año ’80. A principios del ’80, a mí me habían bajado para utilizar mi conocimiento como obrero gráfico de fotógrafo. A mediados del año ’80, había también una compañera que la habían secuestrado, Alcira Machi de Durante. La tenían ahí. En un descuido de la guardia yo le acerqué un vaso de Coca-Cola. Ahí me contó que la habían llevado a Campo de Mayo y había visto como a 50 compañeros, entre ellos a Petros. Petros era un compañero que después me enteré fue el compañero de Pilar Calveiro. Está desaparecido en Campo de Mayo. Esta compañera lo vio allá. A ella también la hicieron desaparecer. Este tipo la iba a ver siempre y se hacía llamar Raúl. Esto lo recuerdo porque este Raúl fue el que con el Sueco, Carlos Lordkipanidse, nos sacó una vez. Nos llevó a un carrito de la Costanera. Almorzamos ahí y nos contó que él venía del radicalismo y estaba en desacuerdo. Después volvimos a la ESMA. Una cosa rarísima. El tipo tenía suficiente grado y suficiente confianza de los jefes de ahí como para hacer una cosa así. Ese tipo, justamente, fue el que me estuvo hablando y que me conocía. Después no lo vi más. Pensé, qué pelotudo, cómo no se me ocurrió sacarle una foto. Eso me quedó como una cuestión pendiente”, admitió Basterra.

Sobre la posibilidad de que estos encuentros hayan sido casuales, Víctor sentenció: “El tipo aparecía siempre en el horario que yo iba. Se fue caminando. Yo estaba un poco atónito, sorprendido y paralizado. Mi cabeza funcionaba a gran velocidad. No podía encontrar el punto de referencia hasta que al final lo pude tener: esa jornada que pasamos con Lordkipanise y este hijo de la gran siete donde nos sacó a la costanera a comer. Es una cosa sorpresiva. No sé si el tipo vive ahí en la zona. Lo cierto es que lo vi tres veces. Habló conmigo y me dijo que quería ser mi amigo”, expresó el sobreviviente en Radio La Retaguardia.
Este genocida que pretende acercarse a Basterra “es una persona que no sabemos cómo se llama, solo que le decían Raúl” y no ha participado de los juicios. Víctor aseguró que charlará con sus abogados para definir qué medidas tomar ante este situación que poco ha tenido de casual.

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