«La gente en Brasil se puso la camiseta del fascismo»
Por LR oficial en Brasil, Derechos Humanos, Elecciones, Internacionales, Jair Bolsonaro, Lesa Humanidad, Violencia institucional
Victoria es Argentina. De niña fue llevada a la guardería de La Habana, Cuba (donde resguardaban durante la dictadura militar a hijos e hijas de Montoneros). Estuvo ahí mientras su mamá (que continúa desaparecida) volvió a nuestro país a la contraofensiva. En 1980, su abuelo la recuperó y la llevó a vivir a Brasil, donde pasó su niñez y volvió a vivir hace seis meses. En diálogo con Fernando Tebele y María Eugenia Otero en el programa La Retaguardia, Victoria contó las sensaciones que le provoca el crecimiento de la derecha en Brasil y América Latina, y reflexionó acerca de la construcción del sentido común fascista con Jair Bolsonaro como nuevo líder. (Por La Retaguardia)
A cada paso, Bolsonaro redobló la apuesta con nuevas declaraciones, afirmó que Brasil está en guerra y que, si gana, durante su gestión enviará a las Fuerzas Armadas para realizar patrullajes rutinarios en la calle. Así, sostiene el principal candidato a presidente, pondrá fin a la violencia. Además, agregó: «Esos rojos marginales serán prohibidos de nuestra patria. Nosotros creemos en el futuro de nuestro Brasil», y ratificó su defensa a los uniformados que disparan contra ‘criminales’, al tiempo que pidió no sean procesados.
«Volví a vivir a Brasil porque no podía sostener a mi familia. Pensé que todo iría bien porque es un país maravilloso, sé todas las cosas buenas que tiene porque me críe acá. Vine y me encontré con esta situación, hace seis meses que estoy. No lo puedo creer, veo lo que está pasando con la violencia con que se está manejando el pueblo. Un sector del pueblo se ha puesto la camiseta del fascismo con una violencia que da miedo. La gente directamente no manifiesta su voto en la calle y los que lo hacen son víctimas de agresiones graves», denunció Victoria.
No es sólo la Policía
«La gente maneja esa violencia, ni siquiera es sólo la Policía, que tiene focos. A mí, por ejemplo, que soy blanca, nunca en mi vida me paró. No tengo perfil. Pero si sos negro, pobre, la Policía puede llegar a ser muy violenta, pero no percibo un envalentonamiento de la Fuerza específicamente, es la gente que se puso la camiseta del fascismo y está enloquecida y muy violenta. La mitad del país estamos pensando qué pasa con la gente que vota a este tipo. Seguramente es a favor de la tortura. Bolsonaro tiene frases como ‘el error de la dictadura fue torturar y no matar’. Después, haciendo una alusión a Argentina, dice ‘acá deberíamos matar unos 30 mil'», recordó Victoria. «Unas frases que hacen pensar que no puede ser que haya gente que lo votó. Además de lo machista, de lo homofóbico. Ese tipo está a favor de la dictadura y tiene como vicepresidente a un militar que no tiene carrera política (Hamilton Mourão). Nunca fue concejal, nada. El mismo militar, cuando a Bolsonaro le dieron una cuchillada, quería salir a hablar por él en los debates y hacía comentarios que daban a entender que la democracia le resbala. A mí me da miedo», aseguró.
La gente ‘normal’, el sentido común y las fake news
«La gente quiere que vuelvan los milicos, es increíble. Hubo un paro de camioneros por el precio del combustible que paró todo el país, dejaron de entregar comida y gasolina. La gente ahí tomó real dimensión del poder de los camioneros. La información no se difunde a través de la tele como sería de esperar sino a través de WhatsApp y fake news (noticias falsas). Con el paro de camioneros se viralizaron audios de milicos diciendo ‘salgan a la calle con carteles pero que no digan ‘paro’, que digan ‘intervención militar ya». Los milicos estaban esperando que la gente lo pidiera porque estaban viendo la oportunidad de meter un golpe de Estado», consideró. Además, Victoria insistió en la construcción de sentido común en la población: «La gente instruida, que la tiene clara porque vivió la dictadura, porque tiene una mentalidad progresista, está pensando que si vinieran los milicos estaríamos bien, que no van a hacer daño, que van a poner orden en el país. La gente normal diciendo que los milicos son una posibilidad, ¿por qué? Porque el PT se robó todo. La típica, ‘se robaron todo'».
«No lo puedo entender, estoy anonadada. Ahora estoy hablando con una amiga que lo va a votar a Bolsonaro. Cuando vine de Cuba con mi abuelo en 1980 ella fue la primera persona que me agarró en brazos, que me recibió. Conoce toda la historia, acompañó a mi abuelo en la pérdida de su hija, la dictadura. Ella vivió la dictadura. Lo va a votar a Bolsonaro porque dice que el PT es peor. Me perdí un capítulo, no entiendo cómo llegamos a esto. No son gente que está a favor de Bolsonaro, creen que eligen entre dos males, pero no se da cuenta que nos estamos metiendo en una trampa. Estoy preocupada porque no sólo es un fascista sino que la economía corre peligro. En Argentina, la gente pensó que se iba a resolver algo y estamos peor», advirtió. «Se quejaban del cepo al dólar pero ahora no se pueden comprar dólares aunque no haya cepo. Me da miedo que acá pase lo mismo, por la gente y porque también tengo una familia que sostener. Esto es como un Plan Cóndor, es una continuación del Plan Condor, no creo que ni Bolivia se salve», lamentó Victoria.
Donde sea, luchar
«El otro día hablé por teléfono con Nora Patrich, la artista plástica, que está en Canadá, para hacer planes para mi futuro, y me dijo una cosa que es muy cierta, que todo es lucha. Donde vayas va a haber que luchar. Ella me alienta a que me quede donde tengo gente querida y mis raíces. Así que creo que me estoy resignando a quedarme acá. El chip mío siempre fue escapar y sobrevivir, me exilié bebé», recordó. «Tuve mucha suerte, porque cuando mi mamá volvió a la contraofensiva y desapareció yo estaba en un lugar seguro, en la guardería. Después, cuando mi abuelo me fue a buscar y me trajo a Brasil, si bien en ese momento había dictadura, estábamos seguros. Es un país que me recibió, que fue una patria y una madre para mí. Me acostumbré a sobrevivir y a estar al costado del caos, entonces enfrentarlo me cuesta, y como tengo un hijo tampoco me sale inmolarme».