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La Retaguardia

Oscar Hermelo, el represor de la ESMA que apareció muerto hoy en la Costanera

Por LR oficial en CABA, ESMA, Justicia, Lesa Humanidad

La noticia sorprendió esta mañana. Un hombre apareció muerto, con un disparo en la cabeza, en un Toyota Corolla negro en la Costanera Norte. Poco después circuló su nombre: Oscar Hermelo. El testimonio del arrepentido Adolfo Scilingo lo sitúa en la ESMA como parte del grupo de gente que “administraba” los bienes robados a las personas secuestradas. El rol de su padre en la apropiación de los nietos de Paco Urondo. De confirmarse que el cuerpo hallado es el suyo, murió impune, aunque condecorado por Massera. (Por Fernando Tebele para La Retaguardia)

Foto: en el libro de Scilingo el autor muestra una foto con Hermelo recibiendo una distinción en la ESMA.


“El otro problema era el Pañol de repuestos y la permanente sospecha que el control del enorme capital depositado en él creaba a los allegados del taller y el ‘Dorado’. Lo solucioné nombrando a un amigo del falso teniente Vaca, un estudiante de abogacía y empleado de Tribunales que con el tiempo se transformó en mi mano derecha y hombre de total confianza, el actual fiscal Dr. Oscar Hermelo. Nos quedábamos hasta muy tarde ideando los controles que con el tiempo lograron llegar a un desvío de materiales prácticamente cero”. Quién escribió esto en su libro Por siempre Nunca Más, es Adolfo Scilingo, el represor de la ESMA condenado en España a 1084 años de prisión, pero con el beneficio de salidas temporarias. El falso teniente Vaca era Gonzalo Torres de Tolosa, civil y condenado a perpetua en ESMA III. El enorme capital depositado eran los bienes robados a las personas secuestradas. La mano derecha de Scilingo es Oscar Hermelo.

Las páginas del libro de Scilingo que refieren al rol importante de Oscar Hermelo

Las noticias indican que su cuerpo fue hallado esta mañana en la Costanera Norte, dentro de un auto Toyota Corolla negro, con la ventanilla baja hasta la mitad, un tiro en la cabeza y un arma a su lado.
Hermelo murió impune sin siquiera haber llegado a juicio oral en la megacausa ESMA. Lo más parecido a un acto de justicia ocurrió el 9 de diciembre de 2009, cuando fue indagado por el juez Sergio Torres, a cargo de la instrucción de la megacausa. Lo acompañaba su abogado, Roberto Jorge Calandra. Unos días después, el 22 de diciembre, Torres lo procesó por tormentos seguidos de muerte y privación ilegal de la libertad, sin prisión preventiva. Pero no duró mucho el procesamiento. El 14 de julio de 2010 la Sala II de la Cámara Nacional Federal en lo Criminal y Correccional, le dictó la falta de mérito y dejó sin efecto los embargos. Evidentemente tenía buenos contactos.
En su histórico alegato de casi 6 meses de duración en ESMA III, la entonces fiscal Mercedes Soiza Reilly, al analizar la tarea del civil Gonzalo Torres de Tolosa,  mencionó a un tal Hermelo como parte del esquema apropiador de los nietos de Paco Urondo, hijos de Pablo Koncurat y Claudia Urondo. Torres de Tolosa, que actuaba en un juzgado tutelar, pidió durante el juicio ampliar su indagatoria y allí entregó más datos. En aquella ocasión, la fiscal Soiza Reilly reconstruyó el relato durante el programa radial Oral y Público: “ellos habían sido dejados el 3 de diciembre de 1976 en una guardería. Su madre había quedado, como todos los días, en pasar a buscarlos y ese día no regresa porque fue asesinada por el grupo de tareas, conforme lo que expresa Torres de Tolosa. Los niños se quedan esa noche a dormir en la casa de la titular de la guardería y al día siguiente ingresan en una comisaría y directamente al Instituto Riglos. Lo llamativo es que intervienen el juez Oscar Hermelo y el secretario, Torres de Tolosa, en el Juzgado. Y quien se encarga de los trámites tutelares de los menores es el imputado Torres de Tolosa”. El Oscar Hermelo que estuvo a cargo del juzgado de menores era el padre del ahora muerto que, como marcó Scilingo, en Tribunales apenas si era un estudiante, aunque en la ESMA parece que era más que eso.

El documento con la firma de Massera premiando a Torres de Tolosa y Hermelo. (Foto: La Retaguardia)

Si te premia Massera…

El 12 de noviembre de 1978 Emilio Massera decide condecorar por “su esfuerzo y abnegación” a Gonzalo Torres de Tolosa. En esa resolución, también aparece condecorado Oscar Hermelo, en este caso como “agente civil ARA”. Todas estas referencias a su accionar en la ESMA refieren a la primera etapa de ese Centro Clandestino de Detención Tortura y Exterminio.
En 2007, todavía con los juicios de lesa humanidad recomenzando, H.I.J.O.S. Capital y otros organismos de derechos humanos le realizaron un escrache. Hermelo, increíblemente, aún era fiscal. Una situación bastante parecida a la Fabián Fernández Garello, actual fiscal general de Mar del Plata, que fue indagado la semana pasada en la causa del crimen de Ana María Martínez. Todos somos inocentes mientras se demuestre lo contrario, pero algunos siguen siendo fiscales mientras tanto.


En caso de muerte, dude siempre

“Si efectivamente es él, habría que ver si se suicidó o lo suicidaron”, dicen casi a coro al menos 3 de los sobrevivientes consultados por La Retaguardia. Es que Hermelo se suma a la lista de genocidas de nuestros Auschwitz que mueren en circunstancias por lo menos extrañas. La más significativa fue la de Héctor Febres, el integrante de la Prefectura Naval que murió envenenado con cianuro el 10 de diciembre de 2007, apenas 4 días antes de que se conociera el veredicto en el primer juicio sobre la ESMA, del que era el único imputado.
Oscar Rubén Lanzón, uno de los jefes de inteligencia del GT3.3.2., apareció muerto el 20 de septiembre de 2015 en su prisión domiciliaria, sentado en un sillón con un vaso de whisky y un cigarrillo, asfixiado con humo y con su cuerpo calcinado por un incendio.
Jorge Raúl Vildoza, fraguó su propia muerte el 27 de mayo de 2005 en Sudáfrica, donde vivía con la identidad cambiada para escaparle a la justicia. En 2017, su esposa volvió a decir que murió en ese país. Ahora se suma la muerte de Hermelo. La ESMA no cesa de entregar historias de suspenso y terror. Solo que esto no es Netflix, que Hermelo murió impune, y que quienes sobrevivieron claman justicia.