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Javier Milei, ni “nuevo” ni “libertario”, las recetas del liberalismo a palos 

Escrito por el octubre 7, 2023


El candidato más votado en las PASO enarbola viejas recetas edulcoradas que esconden temibles condimentos: Abascal, Menem, Cavallo, Espert, Martinez de Hoz, Benegas Lynch, Eurnekian, Barrionuevo, Bussi, Gómez Centurión. Un futuro de privatizaciones y represión “bendecido” por el Banco Mundial.

Redacción: Carlos Rodríguez

Edición: Fernando Tebele

Ilustración: María Cecilia Rodríguez

En Argentina, los medios definen a Javier Milei como un “liberal-libertario”, un exponente de la “derecha libertaria”. Una definición cuanto menos absurda porque nada tiene que ver la ideología “liberal”, de centenaria y opresiva vigencia en el país, con los ideales “libertarios” que enarbolaron los anarquistas. Muy lejos de esa superficial, antojadiza y hasta cómplice definición, los medios internacionales lo mencionan a Milei como lo que realmente es: “un político de extrema derecha”. 

Para los medios europeos fue sencillo poner a Milei en su lugar. Si cabían dudas, les bastó escuchar el discurso que Javier Milei vociferó, en octubre de 2022, en el acto que hizo en Madrid el ultraderechista partido Vox, con su líder Santiago Abascal a la cabeza. Como si en Argentina estuviera en el poder el Partido Bolchevique, el diputado Milei anunció lo que será, en caso de llegar a la presidencia, su política en contra de la “cultura marxista”. Afirmó que “esto no es para tibios” y que “no valen las soluciones intermedias” porque esa cultura es funcional “a más socialismo, al comunismo”. En el acto, el compromiso de mano dura de Milei fue aplaudido por los que adhieren a los viejos argumentos de la “nueva derecha”.  

En Argentina, a pesar de sus explosiones de furia, Milei nunca fue tan explícito como en el acto de Vox. Luego de las PASO, morigeró su discurso y ahora se muestra casi como un corderito amable. Bajó el tono de voz, y hasta se enamoró de Fátima Flores, con quien se habían conocido hace un tiempo en un lugar idílico: la mesa de Mirtha Legrand. La historia romántica parece destinada a conmover los corazones de más adherentes al rudo político que quiere aniquilar todo signo progresista sobre la faz de la tierra.

-Dime con quién andas…

A nivel local, se sabe que quien llevó a Milei a la arena política fue José Luis Espert, el economista, político y productor agropecuario liberal, de quien luego se distanció. Aunque los medios argentinos que lo hicieron famoso señalan a Milei como “lo nuevo”, toda su historia está emparentada con lo más viejo, rancio y facho de lo que él llama la “casta política” a la que supuestamente quiere destruir, cuando lo que busca es pertenecer.  

Además de “liberal-libertario” y “anarco-capitalista”, Milei se define a sí mismo como “minarquista en la vida real”. El minarquismo propicia un Estado que sólo se ocupe de cuidar “el espacio aeroterrestre de un país”. De ese Estado sordo y mudo, no hay que esperar políticas públicas de equidad, de respaldo a los más vulnerables. El minarquismo está ligado al “liberalismo”, al libre albedrío del Dios Mercado. Nada nuevo bajo el sol Milei. 

A pesar de sus estratagemas, Milei ha sido sincero en algunos puntos. Por ejemplo, su oposición al aborto, incluso en casos de abuso sexual (“las niñas violadas no deberían abortar”, dijo), su rechazo a la Educación Sexual Integral (ESI) en las escuelas. Su apoyo fervoroso a la libre portación de armas, como en algunos Estados de los EEUU donde las matanzas entre civiles suelen ser cotidianas. 

Además, Milei sostiene que el Calentamiento Global no existe, que es sólo un invento del “marxismo cultural”, o mejor dicho “del zurdaje”, calificación que usó repetidas veces en su discurso en el acto de Vox. Otras de sus brillantes ideas es la de volver a privatizar las jubilaciones (Milei fue ejecutivo de la AFJP Máxima) y clausurar el Ministerio de las Mujeres. El feminismo, las cuestiones de género, según Milei, son las causas de la degradación del país. Ni hablar de los reclamos por los derechos ancestrales de los pueblos originarios. 

Además del mentado cierre del Banco Central y la dolarización, Milei quiere terminar con la universidad pública y con la obra pública. Esto significa dejar todo en mano de las empresas privadas, nacionales y extranjeras, que se van a repartir — con el apoyo explícito de su eventual gobierno las obras y las riquezas del país que quedan en pie. Parecido, pero peor a lo que viene ocurriendo desde hace décadas. 

En sus discursos locales, Milei puso en la misma bolsa a radicales, peronistas y — sólo de mentirita— a los militares. Tampoco dice apoyar a Mauricio Macri, pero admite que, de ser presidente le daría una embajada, con preferencia en los Estados Unidos. Lo curioso es que rescata “algunas medidas” del primer gobierno de Carlos Saúl Menem y de su ministro de Economía Domingo Felipe Cavallo. Aunque considera que sólo fueron “algunas buenas medidas”, eso es suficiente para que Milei proclame a Menem como “el mejor presidente de la historia”. Y bueno, todo es posible, si hasta alguna vez el ex gobernador bonaerense Eduardo Duhalde dijo que la “Maldita Policía” era “la mejor Policía de la historia”.  

Milei en su salsa

Es licenciado en Economía, se recibió en la Universidad de Belgrano, con maestrías en el Instituto de Desarrollo Económico y Social (IDES). Sus conocimientos le posibilitaron ser economista jefe en Máxima AFJP y también en el Estudio Broda, del economista Miguel Angel Broda, formador de notorios exponentes del liberalismo económico. 

Desde 2012, Milei está a cargo de la división de Estudios Económicos de la Fundación Acordar. Desde esa función llegó a ser asesor del exgobernador y candidato presidencial Daniel Scioli. Antes fue asesor del genocida Antonio Domingo Bussi, ex gobernador de facto de Tucumán y jefe del Operativo Independencia, condenado por crímenes de lesa humanidad que comenzaron en el año 1975. 

En una nota publicada el 5 de septiembre de 2021, el diario La Nación señaló que en el espacio político de Milei tenían cabida Delfina Ezeiza, una joven que reclamaba el regreso al poder del genocida Jorge Rafael Videla y por supuesto, la hoy creciente figura de Victoria Villarruel, la negacionista que reivindica el genocidio. 

El artículo señalaba en forma textual la aclaración de un colaborador de Milei: “Nosotros no nos metemos con esos temas. Nosotros no discutimos los 70 cuando nos juntamos a tomar cerveza (…) el liberalismo está lejos de Videla y de la dictadura. No entramos en esa discusión”. 

El ministro de Economía de Videla y mentor civil del golpe fue José Alfredo Martínez de Hoz, un liberal de carrera. Milei ha dicho que lamentó el final de la política económica de Martínez de Hoz. 

En la citada nota de La Nación, el diario de los Mitre le señaló la evidente contradicción a los jóvenes del entorno del hoy candidato presidencial:

—Pero Milei asesoró en el Congreso a Antonio Domingo Bussi, condenado por delitos de lesa humanidad en Tucumán. 

La respuesta fue que eso pasó cuando Milei “tenía 23 años. Fue un contrato en 1994”.  Para los fanáticos, no hay diferencias entre asesorar a un genocida y luego convertirse en el monstruo sagrado que dice querer dinamitar el sistema que dio cabida al genocidio. 

La relación con Bussi se dio cuando el genocida se había sumado a la “casta política” que Milei dice despreciar. En 1987 Bussi había reflotado el partido Defensa Provincial Bandera Blanca, para luego fundar Fuerza Republicana, partido con el cual llegó a ser diputado nacional por Tucumán en 1999, con la esmerada colaboración de su asesor “libertario”.

Otros amigos del alma

El 9 de diciembre de 2021, Milei rompió su relación contractual como asesor del empresario Eduardo Eurnekian, dueño de la Corporación América, un holding que, entre otras muchas empresas, es dueño de Aeropuertos Argentina 2000, que tiene bajo su órbita 35 aeropuertos en el país y más de 20 en el exterior. 

Sin embargo, Eurnekian y Milei siguen ligados, al punto que el empresario dueño de una de las fortunas más cuantiosas de la Argentina, es el principal sponsor que sostiene la campaña del candidato presidencial. Ya se sabe en qué manos privadas caerá la obra pública si Milei llega a la Casa Rosada. 

La campaña presidencial de Milei tiene otro sponsor de nefasto historial: el dirigente sindical y próspero empresario Luis Barrionuevo. A fines de septiembre, el eterno dirigente gastronómico organizó una cena en Parque Norte, para reunir fondos y voluntades para respaldar la candidatura del falso libertario. A Barrionuevo se lo vio posar junto a un grupo de aliados de Milei, en un cálido abrazo con un joven disfrazado de león, el rey de la selva que pretende encarnar el líder de la Libertad Avanza. 

Junto con Barrionuevo y los fans de Milei, apareció en la foto Rafael Aguirre, histórico custodio del expresidente Carlos Menem. 

Barrionuevo es una síntesis perfecta de lo que representan Javier Milei y su compañera de fórmula Victoria Villarruel. 

Barrionuevo comenzó a liderar el gremio en 1979, como delegado “normalizador” designado por la dictadura cívico-militar. Desde entonces sigue en el cargo. Fue también quien “administró” los fondos de la salud durante el menemismo. Hoy es un próspero empresario que presta servicios y provee de alimentos a organismos del Estado. 

El “doctor” Milei

En  diciembre de 2022, Milei recibió un doctorado honoris causa que le otorgó el Instituto Universitario ESEADE. El título se lo entregó Alberto Benegas Lynch hijo, quien tiene un vínculo de mutua admiración con Milei. En el acto, Benegas Lynch dijo textualmente: “Como ha dicho mi querido amigo Armando Ribas, (Juan Bautista) Alberdi era un milagro argentino. Yo he dicho muchas veces: Javier Milei es un segundo milagro argentino”. 

Como retribución al elogio, Milei repitió ese día que los Benegas Lynch son sus “próceres”. A la familia Benegas Lynch se le adjudica el haber instalado y divulgado la ideología liberal en la Argentina. El mayor de los Benegas Lynch (padre, hijo y nieto tienen el mismo nombre, Alberto) fue el mentor de las teorías económicas austríacas que ahora pregona Milei. 

Fallecido en 1999, ese Benegas Lynch apoyó el golpe militar de 1955. El menor de la familia, “Bertie” Benegas Lynch, ahora es candidato a diputado por La Libertad Avanza. 

En 1957, los Benegas Lynch crearon el Centro de Estudios sobre la Libertad y en una de sus primeras actividades trajeron al país a dos economistas de la Escuela Austríaca, Ludwig von Mises y Friedrich Hayek. Los referentes austríacos se declararon partidarios de la “dictadura liberal” y en otro momento elogiaron la doctrina del dictador chileno Augusto Pinochet. 

Los Benegas Lynch tuvieron vínculos ideológicos con el padre de José Alfredo Martínez de Hoz y con Alvaro Alsogaray.  

En 1962, durante seis meses, Alsogaray fue ministro de Economía del golpe cívico-militar que llevó a la Casa Rosada a José María Guido. En esos pocos meses, Alsogaray inmortalizó la frase “Hay que pasar el invierno”, una suerte de epitafio para las aspiraciones de progreso de las mayorías populares. 

En 1973, Alsogaray fue el padrino de la candidatura presidencial del empresario Julio Roberto Chamizo. Para eso se creó un partido llamado Nueva Fuerza. En las elecciones de ese año, el engendro político obtuvo apenas el 2% de los votos. De todos modos, la familia Alsogaray, a través de María Julia, se entreveró con el gobierno de Carlos Menem. Como en un cóctel diabólico se juntan los apellidos Milei, Martínez de Hoz, Benegas Lynch, Menem, Alsogaray, Eurnekian, Barrionuevo, Bussi. Ahora Javier Milei es “lo nuevo” que, a priori, se perfila mejor que la “Nueva Fuerza” de Julio Chamizo.

El influencer Milei

Desde 2012, Javier Milei se convirtió en una estrella de la televisión y de los medios gráficos. Fue columnista habitual de los diarios La Nación, Infobae y El Cronista, donde el mandamás era  su amigo Eduardo Eurnekian. En la televisión, repetidas veces fue invitado como columnista para analizar la coyuntura económica. 

Se caracterizó por sus discusiones agitadas, sus insultos y sus gritos ante periodistas y políticos.  

En junio de 2018 participó de una conferencia en Metán, Salta, invitado por otro de sus compañeros en la Libertad Avanza, el ultraconservador Eduardo Olmedo, ex diputado nacional. En esa reunión, Milei le dijo “sos una burra” a una periodista que puso en duda la aplicación en Argentina de la teoría keynesiana. “Estás diciendo una burrada y yo estoy tratando de desasnarte”, fue la explosiva frase de Milei, quien se negó a pedir disculpas, cuando fue increpado por otro periodista. Por esa agresión verbal fue denunciado por violencia de género, pero la Justicia dijo que no había pasado nada. 

Entre 2017 y 2022 su presencia en las redes sociales tuvo un crecimiento notable a través de su programa “Demoliendo mitos”, por la radio Conexión Abierta, que transmite por internet. La cortina musical preferida era “Yo soy el león”, el tema de La Renga. El que rugía todo el tiempo era Milei. 

Su postulación para diputado nacional la anunció en septiembre de 2020, en una transmisión en vivo en Instagram, junto con los influencers Alvaro Zicarelli y Emmanuel Danann. Como todo tiene que ver con todo, Zicarelli fue discípulo de Carlos Escudé, uno de los intelectuales que apoyó al gobierno de Carlos Menem, y también del ya citado Alberto Benegas Lynch hijo. 

En cuanto a Danann, su currículum dice que fue premiado por APTRA con el Martín Fierro en su edición digital. A nadie le importa que haya sido espía de la AFI macrista para seguirle los pasos, justamente, a Javier Milei, con quien ahora son aliados.  

En 2021, para expresar su rechazo al Día de la Memoria, Danann posó desafiante al lado de un Falcon verde, el vehículo y el color elegido para los secuestros en dictadura. También le gusta fotografiarse con armas de guerra, además de exponer a diario su pensamiento antiderechos, negacionista, misógino y de desprecio “al zurdaje”. Danann se saca fotos con el militar retirado Juan José Gómez Centurión y con Javier Milei, dado que el militar y el candidato comparten la misma veta ideológica.   

En 1987 y 1988, Gómez Centurión participó en forma activa en las rebeliones carapintada de Semana Santa y Monte Caseros para exigir la impunidad de los genocidasgenocidas. Otro compañero de ruta de Milei es Martín Menem, sobrino del expresidente. 

En abril de 2022, Milei participó en una conferencia de prensa del Partido Demócrata de Mendoza donde promovió su postulación como candidato a presidente en las elecciones de este año. Con esos antecedentes, en octubre del año pasado le llegó la invitación para participar del evento “Viva 22”, organizado en Madrid por Santiago Abascal, presidente del ultraderechista partido Vox. Otras figuras políticas mundiales del agrado de Milei son el ex presidente estadounidense Donald Trump, el ultraconservador ex candidato a presidente de Chile José Antonio Kast, y el ex mandatario brasileño Jair Bolsonaro. 

El currículum como economista

Aunque Javier Milei presume de ser “lo nuevo”, su discurso real y sus compañeros de ruta sólo refieren al viejo liberalismo de siempre, pero con una carga de violencia discursiva en su propuesta de terminar “con el zurdaje”. En su meteórica carrera política y mediática, ha reiterado centenares de veces que viene “a plantear un modelo económico distinto que nos permita volver a ser potencia. Acá la única discusión que importa es si quieren seguir viviendo en este pantano o quieren construir un país distinto”. 

Javier Milei fue economista jefe en Máxima AFJP. Eso ocurrió en los ’90, de manera que hizo su aporte al esquema financiero que permitió licuar las jubilaciones de cientos de miles de personas que de manera permanente debían ser rescatadas por el Estado.  Está probado que la jubilación privada fue una estafa, a la que Milei quiere regresar. El sistema de capitalización ideado en la década del ’90 fue un fenomenal negocio financiero. El Estado tuvo que seguir pagando jubilaciones aunque ya no recibía los aportes. Nada garantiza que el sistema que vuelve a proponer Milei sea mejor que el que fracasó en manos del ex ministro de Economía Domingo Felipe Cavallo. El Estado tuvo que aportar 4.000 millones de pesos para asistirá a las AFJP. 

En el currículum de Milei figura también que fue asesor del Estado argentino en el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI). El CIADI es una de las cinco organizaciones del Grupo del Banco Mundial, junto con el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), la Asociación Internacional de Fomento (AIF), la Corporación Financiera Internacional (CFI) y el Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones (OMGI). 

El declamado objetivo del Grupo del Banco Mundial es “acabar con la pobreza extrema en el curso de una generación y promover la prosperidad compartida”. Esto se parece mucho a lo que dice Milei que va a lograr con sus políticas. 

La historia demuestra de manera rotunda que el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) nunca han favorecido al crecimiento y el bienestar general en los llamados “países en vías de desarrollo”. Esas vías sólo sirven para descarrilar si el país-tren es conducido por esos organismos internacionales. 

El currículum de Milei confirma que para él es fácil la decisión de rifar mes a mes su dieta como legislador nacional. El supuesto libertario fue economista senior en el banco HSBC. Esa entidad, entre otras denuncias, fue acusada en 2002 de estafa por la empresa de electrodomésticos Ventura. La firma fue a la quiebra en 2001 y dos décadas después todavía se encuentra en el proceso de liquidación de bienes para pagar la deuda contraída en los dichosos ’90 a los que quiere regresar Milei. En la causa, que sigue hoy en la ruleta de la Justicia, se alega que el HSBC debía velar por los 10 millones de dólares que Ventura había depositado en el banco. El HSBC dice que los 10 millones se redujeron a 850 mil dólares por la pesificación. El caso llegó a la Corte Suprema de Justicia. 

En el currículum de Milei se afirma que es miembro del B-20, instancia consultiva del sector empresario nucleado en el G-20. Y también del Grupo de Política Económica de la Cámara de Comercio Internacional y del Foro Económico Mundial (FEM). 

El FEM o Foro de Davos es una organización no gubernamental internacional con sede en Cologny, una comuna suiza ubicada en Ginebra. Las reuniones anuales se realizan en Davos, Suiza. Participan los principales líderes empresarios y políticos a nivel internacional, al igual que un selecto grupo de intelectuales y periodistas. 

En esas pomposas asambleas se analizan “los problemas más apremiantes que afronta el mundo”. Se realizan reuniones en Europa, Asia, Africa, Rusia y China, y en Latinoamérica. El FEM “aboga por un mundo globalizado gobernado por una coalición de corporaciones multinacionales, gobiernos y organizaciones de la sociedad civil seleccionadas en lugar de las estructuras democráticas clásicas”, según se afirma en sus estatutos. 

El Foro ha acumulado cientos de millones de francos suizos en reservas y no paga impuestos federales. El objetivo es la creación de “una élite mundial rica sin vínculos con las sociedades más amplias”. En suma, Milei tiene un montón de indigestos condimentos para las aspiraciones populares. Hace muchos años, al analizar momentos de crisis política, económica y social, el filósofo y teórico marxista Antonio Gramsci (perdón, Milei, por citar “al zurdaje”), dijo: “El viejo mundo se muere. El nuevo tarda en aparecer. Y en ese claroscuro surgen los monstruos”. Surgen para salvar y sostener, a como sea, al viejo mundo de siempre.


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