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La Retaguardia

“Quiero que se haga justicia en nombre de mi hijo”

Por LR oficial en CORREPI, gatillo fácil, Luciano Arruga, Violencia institucional

Leonel Sotelo fue asesinado por un policía el 1 de diciembre de 2016. Como es habitual, el victimario habló de un supuesto intento de robo. Noemí Robelli, mamá de Leonel, negó las acusaciones y pidió justicia por su hijo. (Por La Retaguardia)

Todos los años familiares de jóvenes asesinados por las fuerzas de (in)seguridad del Estado participan de las actividades que se realizan ante cada nuevo aniversario de la desaparición y muerte de Luciano Arruga. Son casos que mayormente permanecían ocultos pero que comienzan a visibilizarse a partir de la difusión que de ellos se hace en estas jornadas de lucha, a partir de la tarea de medios comunitarios, alternativos y populares.
Este 28 de enero de 2017, Noemí Robelli fue hasta Lomas del Mirador para denunciar el crimen de su hijo Leonel Sotelo, un joven de 19 años asesinado por un policía el 1 de diciembre de 2016. Allí charló con Nicolás Rosales, de Tengo Una Idea. Luego, fue entrevistada por Fernando Tebele y María Eugenia Otero en el programa radial La Retaguardia.
“El 30 de noviembre a la noche, en realidad ya era 1 de diciembre, mi hijo estaba en la puerta de casa y a las tres de la mañana se fue a llevar a un amigo que vivía en José Mármol. Por Burzaco un ‘pitufo’ pensó supuestamente que lo iban a robar y le disparó en el pecho tres tiros. El ‘pitufo’ dijo que mi hijo lo fue a robar y es todo mentira porque mi hijo trabajaba con su papá y sus hermanos en un lavadero, no era ningún motochorro”, relató Noemí Robelli en diálogo con La Retaguardia.
Al policía que le disparó a Leonel, Noemí lo llama “pitufo”. Así se nombra en los barrios bonaerenses a los agentes de las distintas policías locales de la provincia porque llevan uniformes de color celeste.
La versión oficial habló de un intento de robo, pero Noemí la descartó sin dudarlo: “dice que le intentó robar, que el compañero que iba con él sacó un arma de fuego, que nunca apareció (el arma). Yo no entiendo cómo lo pueden culpar, es todo mentira. Según las pericias mi hijo no tenía ningún arma de fuego y el otro muchacho tampoco”.
Sin embargo, el amigo que iba con Leonel se encuentra actualmente detenido, acusado de este supuesto intento de robo: “es testigo y está detenido –explicó Noemí–, pero parece que la familia no quiere que tomemos contacto con él, me dicen muchas cosas que a mí no me cierran, es como que la familia no quiere tener contacto con nosotros”.
De todos modos, Robelli está convencida de que el amigo de su hijo tampoco cometió el robo: “nada que ver. Ese día ese chico estaba en casa con mis otros dos hijos que se fueron a dormir, entonces le pidió a Leonel que lo alcanzara con la moto hasta José Mármol. El chico trabajaba, era un chico de barrio, bien”.
Según contó su mamá, Leonel no había tenido previamente problemas con la policía: “no, él trabajaba, estaba en casa, salía con los amigos y nada más. La policía nunca lo molestó”.
Apenas un día después de ocurrido el asesinato de Sotelo, Correpi presentó en Plaza de Mayo su informe anual sobre la situación represiva. Allí la referente de la organización, María del Carmen Verdú, decía que le había llegado información de un nuevo caso de gatillo fácil pero que hasta ese momento no tenían demasiados datos: “Ayer circuló en los medios que, ya cuando nuestro archivo estaba cerrado con la cifra de 4960 asesinados por el aparato represivo en estos últimos 11 meses, un gendarme le pegó un tiro por la espalda a un pibe en Burzaco, le reventó el riñón porque no paró en un control vehicular. Esa noticia circuló porque el pibe sobrevivió, porque la familia salió a contar cómo habían sido las cosas, lo que nadie contó es que a 3 cuadras de ese mismo lugar un policía local le metió dos tiros en la espalda a otro chico de 19 años y a ese sí lo mató, y de ese hecho lo único que pudimos encontrar fue un pirulito que como de costumbre decía ‘Policía ultimó a ladrón’. El pibe era alumno de un colegio secundario al que también iba la hermana de una compañera vinculada al Centro Cultural Tosco y compañero también del hijo de uno de los trabajadores de la línea 60. Por los dos lados hemos logrado contactar a la familia y nos vamos a estar arremangando junto a ellos. No tenemos idea de la cantidad de casos como esos de los que no nos enteramos, de los que no tenemos la posibilidad de llegar al familiar para poder visibilizarlos”.
Ahora ya se sabe que ese otro chico de 19 años, el supuesto ladrón ultimado por un policía, era Leonel Sotelo. El 28 de enero pasado, Noemí participó de las actividades a 8 años de la desaparición de Luciano Arruga donde denunció lo que le había sucedido a su hijo. Al cierre de la charla con La Retaguardia, se le consultó cómo fue asistir a la marcha y acto en Lomas del Mirador y ver a tantos familiares que se encuentran pasando por su misma situación: “es un horror muy fuerte. Por empezar nunca pensé que me iba a pasar, veía tantas marchas de tantos chicos y nunca pensé que me iba a tocar a mí… pero me tocó y lo que quiero es que se haga justicia en nombre de mi hijo porque mi hijo no es ningún motochorro”, aseguró Noemí Robellí, mamá de Leonel Sotelo, otro joven víctima del gatillo fácil, otro joven víctima de la fuerzas de (in)seguridad del Estado.