Ariell Luján: «El sistema judicial se dedica a revictimizar y hacer todo para que no denuncies»
Por LR oficial en #NiUnaMenos, abuso sexual infantil, Género y Diversidad, Justicia, Ni Una Menos
Lo planteó una de las denunciantes de Cristian Aldana, procesado por abuso sexual y corrupción de menores y actualmente con prisión preventiva. Luján recibió, luego de participar en el programa A Mí No Me Importa de Radio La Retaguardia, una carta documento de parte del actual presidente del Instituto Nacional de la Música, Diego Boris. La intimación buscaba obligar a la víctima a retractarse por haber relatado en aquella entrevista una escena donde Boris fue a llevársela de la casa a pedido de Aldana; la objeción de Boris es porque luego del relato Ariell dijo que era cómplice de Aldana. Para dar una respuesta pública ratificando sus dichos, Luján volvió a visitar La Retaguardia y aclaró punto por punto cada suceso. También la acompañó su abogada Nvard Nazaryán. (Por La Retaguardia)
«Soy una de las diez denunciantes de Cristian Aldana, ex cantante de El Otro Yo, ex presidente de la Unión de Músicos Independientes (UMI). Esta carta documento me llegó a partir de que conté un hecho en el programa A Mí No Me Importa, al que vine con chicas y chicos de la toma del Yrurtia. Al final de la entrevista se dio el espacio como para contar las situaciones que yo había sufrido con la Unión de Músicos Independientes. Es un espacio que hasta hoy sigue vigente y está funcionando. A Cristian Aldana no lo echaron, solamente no lo votaron», señaló Luján. «Ahora está preso con preventiva, todavía no hay una sentencia. En esa oportunidad acá conté una situación porque lo que estábamos hablando con Valentina era la violencia institucional y la violencia en las organizaciones referido al tema de Tenembaum en el Yrurtia. Eso me dio pie para contar la revictimización grande que recibimos de la Unión de Músicos Independientes. Denuncio a Cristian Aldana desde los 17 años en el ámbito privado, desde los 21 en el ámbito judicial, el año pasado hice mi cuarta denuncia. Recién ahora tiene consecuencias para él y para muchos otros gracias a que Mailén Frías, que denunció a Miguel del Pópolo, todavía libre, hizo un video que se viralizó», destacó. Para Luján, «gracias a ese video, también se viralizaron la pancarta que yo había hecho en el sur y un blog que otra chica después de ver esa pancarta hizo. Está preso recién ahora por presión. El sistema judicial se dedica a revictimizar y hacer todo para que no denuncies. Entonces, obviamente, nos vemos obligadas a tomar otros resquicios de salidas como la visibilización, los debates, el mal llamado escrache», aseguró.
«Cuando supe lo del video de Mailén fui a hacer otra vez la denuncia sin saber que después habría otras. Lo hice pensando que ese era mi momento, que al fin se iba a saber, a tomar otra instancia. En aquel momento, una periodista de Télam, Alelí Acuña Barrenechea, llamó a la UMI para preguntar si sabían algo del tema. No sé quién le respondió, pero fue una de las secretarias, y le dijo que eran problemas de cama, que eran inventos de la ex de Cristian, o sea míos», denunció Luján sobre la respuesta del Instituto. «Esa fue la contestación de la institución a una periodista que preguntó qué postura tenían al respecto. Yo había hablado en varias oportunidades sobre la situación de la UMI, pero nunca había relatado este hecho que me compete a mí con Diego Boris, actual presidente del Instituto Nacional de la Música».
El hecho en cuestión
«Fue una situación en la cual Cristian me violó, me golpeó. Yo estaba muy mal. Por la desesperación me había querido tirar de un balcón, me agarró de los pelos. Una violencia muy extrema, porque yo era su esclava. Estoy denunciando a mi ex dueño. En ese momento, vi que llamó a alguien y le dijo ‘vení a hacerte cargo de la situación’. Cuando llegó ese alguien era Diego Boris. Entró al departamento, Cristian Aldana le dejó las llaves y le dijo ‘hacete cargo’ y se fue. Yo estaba colorada, con los pelos revueltos, me acaba de suceder una de las violencias más grandes que viví en mi vida. Así, en esa situación, empecé a decirle ‘Cristian me pega, Cristian me pega’ llorando. Él me dijo ‘bueno, tranquila, agarrá tus cositas’. Agarré dos o tres cosas y me empezó a decir ‘vamos a ir a la estación de Once’. Yo le respondía ‘me quiero quedar’. ‘Vamos a la estación de Once, tranquila, tranquila, tenés que ir a lo de tu mamá’. Estábamos en Mitre entre Uriburu y Pasteur. Son seis o siete cuadras hasta la estación de Once que hice llorando mientras él me decía todo lo bueno que hizo Cristian, todo lo que lo ayudó, lo que trabajaban, que estaba estresado. En la estación me compró un boleto, un agua, me miró a los ojos y me dijo ‘Cristian Aldana me ayudó mucho, me ayudó a encontrar el amor’. Me dio el agua, el boleto y me dejó así, en esa situación en la estación. En ese momento yo estaba tan en shock, tan mal, que no lo podía ni ver, ni vislumbrar. Pero cuando empecé a resignificar toda mi historia, empecé a ver a todas las personas que silenciaron, que no hicieron nada, que actuaron a su favor, para hacerle las cosas fácil a él conmigo y un montón de otras pibas», detalló Luján.
La intimación
El texto de la carta documento que Diego Boris le envió a Ariel Luján es el siguiente: «En virtud de las manifestaciones vertidas por usted en un programa radial de la emisora La Retaguardia, que fueron posteriormente transcriptas en la página web de Ya No Nos Callamos Más, sobre las diferentes comisiones que tuvo la UMI y el actual presidente del INAMU, Diego Boris, ‘quien además de silenciar fue y es cómplice de Aldana en su acción violenta coactuando con el victimario en varias oportunidades’, además del video que extracta el reportaje realizado por la radio aludido a usted que fuera oportunamente subido a la página Ya No Nos Callamos Más. Usted dijo: ‘No actuaba sólo (Cristian), era una red. Todo su séquito, en esto incluyo a Diego Boris, era una red de corrupción de menores que sostenía y avalaba la violencia. No sólo de Cristian, tenía gente que le sostenía la violencia’. Extremo que además de constituir propalaciones injuriantes y calumniosas, no se corresponden con los hechos que usted relatara explícitamente en declaraciones judiciales. Merced a lo cual califico las expresiones aludidas hacia mi persona como delictivas en los términos de los artículos 109 y 110 del Código Penal y eventualmente como posibles testimonios falsos en los términos del artículo 275 del Código Penal. Por lo que la intimo formal y fehacientemente en el perentorio plazo de 48 horas se retracte públicamente de la acusación calumniosa allí vertida bajo apercibimiento de incoar la respectiva denuncia criminal y la resarcitoria civil. Al unísono deberá procurar a su exclusiva costa que la retractación se publique en los sitios web y emisoras radiales donde usted propalara las injurias y calumnias a las que hago referencia bajo igual apercibiento.
Queda usted debidamente notificado
Diego Boris Macciocco.
Aclaraciones
«Hay varias cosas que quisiera aclarar, sobre todo para darles herramientas a las pibas», comenzó Luján. «Primero y principal, no tiene por qué esta persona tener acceso a mi declaración. Solamente pueden las personas dentro de la causa, las querellas, los jueces, las abogadas. O sea que, o está mintiendo, o realmente es grave que tenga acceso a mi declaración. Eso, por un lado. Por otro, nunca se puede comparar una nota radial con una declaración (judicial)», diferenció. «Cuando uno declara no le preguntan qué piensan del hecho, sólo le piden que cuente el hecho. Yo elegí una serie de hechos, estuve declarando más de cinco horas en la segunda o tercera oportunidad. En ese contexto no voy a decir ‘él es coactor’ o ‘él es cómplice’. El que pone ese título, en última instancia, será el juez o quien tenga la responsabilidad. Yo estoy todavía en un proceso legal, y todavía tengo la oportunidad de llegar a la instancia oral y ampliar mi declaración y contar, incluso, más cosas, señor Diego Boris», advirtió Luján. «Todo esto me parece importante que se sepa. Me pide que me retracte, o sea que admita o diga que yo mentí. No lo voy a hacer porque no mentí en ningún momento. Si no, dice, me intima y me hará una denuncia por daños y perjuicios y por una resarcitoria civil, o sea, plata», definió. Luján contó que redactó la respuesta enviada a la intimación junto con su abogada Nvard Nazaryan.
La letrada sumó información: «Aporto los aspectos más técnicos y legales para que Ariell y tantas otras chicas que se encuentran en situaciones parecidas tengan herramientas para enfrentar esto. Es doloroso, porque además de la violencia tienen que estar atrás de contestar cartas documento y ser intimidadas a retractarse. Injuria y calumnia no es lo mismo, es una cosa o la otra. Los usamos juntos como si fueran lo mismo o fueran de la mano. Son delitos en los que se supone que el bien jurídico que se protege de la ley penal es el honor. Seguramente tendremos todos conceptos diferentes de lo que es el honor. Tiene aspectos varios que pueden relacionarse con lo moral, lo humano, lo social. También tiene aspectos jurídicos», aclaró. Luego, fue a los delitos mencionados: «Con esta introducción por arriba, la injuria tiene que ver con deshonrar, desacreditar, difamar a una persona. La calumnia tiene que ver con hacer una imputación falsa. A simple vista se nota que estamos hablando de dos conceptos muy diferentes. Un detalle, además: el artículo 115 del Código Penal dice muy claramente que todos los dichos en un juicio no pueden ser considerados ni injurias ni calumnias. La intiman a Ariell a hacer una retractación. Ella hizo una declaración judicial en el marco de una denuncia. De ninguna manera podemos comparar esa declaración en una sede judicial hace más de un año y medio, donde la situación emocional de ella era muy diferente, con la de hace unas semanas en que fue a la radio a hablar con ustedes», delimitó Nazaryan. «Eso no significa que ella no pueda hablar de los mismos hechos en otro momento y lugar porque es una injuria. No olvidemos que todavía tiene la posibilidad de declarar en un juicio oral. Los abogados de Diego Boris se olvidaron del artículo 115 del Código Penal, estaría bueno que lo vuelvan a leer», sugirió la abogada.
Además, sumó un dato central: «Tenemos entendido que Aldana en su declaración cuenta los mismos hechos. Obviamente, olvidándose algunos detalles». En este sentido, Luján amplió: «Hay coincidencia en el relato. Aldana no dice quién es la persona, no lo nombra pero cuenta el mismo hecho. Obviamente omitiendo la violencia que yo recibí en ese contexto».
La no rectificación
La respuesta a la Carta Documento de Boris, que Luján elaboró junto a Nazaryán, es el siguiente: «En virtud de su carta documento recibida el día 8 de septiembre y para cumplir con su intimación, vengo a aclarar que mis dichos transcriptos en su misiva de ninguna manera constituyen un delito ya que, tal como usted dice, hago referencia en mis declaraciones judiciales a su accionar. Teniendo en cuenta que esas declaraciones fueron realizadas hace más de un año, y si bien resulta redundante comentar, debería saberlo, que una declaración en la sede judicial de ninguna manera se puede comparar con una entrevista radial. Con lo cual, aclaro que si bien en mi declaración judicial no utilizo las palabras por usted mencionadas como cómplice o coactor del accionar violento de Aldana, quien es su amigo y socio en las diferentes actividades políticas o culturales, tales terminologías utilizadas por mí en un ambiente extendido como una entrevista radial, tendrá que ser la justicia que decidirá sobre su autoridad y/o complicidad sobre los hechos por mí declarados. Cabe aclarar que no voy a retractarme por mis dichos por la simple razón de que no he cometido ninguno de los delitos que aquí me imputa. Todavía tengo la instancia para declarar en un juicio oral por lo cual puedo incorporar otros relatos y no por ello cometer una calumnia o falso testimonio. En su declaración indagatoria, Cristian Aldana cuenta los mismos hechos y por obvias razones no lo nombra ni cuenta sobre la violencia ejercida aunque sí confirma que había llamado a un amigo para que ‘se haga cargo de la situación’ y se retiró del lugar de los hechos dejando a cargo al amigo que vendría a ser su persona, Diego Boris. Usted, en esos momentos, tuvo la amabilidad de llevarme llorando en estado de shock, tenía 17 años en ese momento, hasta la estación de trenes de Once mientras le contaba cómo su buen amigo me golpeaba y abusaba sistemáticamente desde hace tiempo. Le recuerdo que su justificación fue que su socio Aldana estaba estresado pero que era buena persona y que lo había ayudado mucho. Le invito a que, en lugar de enviarme cartas documento con intentos de callarme, deje de revictimizarme y colabore con la verdad».
Como Boris solicitaba que la rectificación fuera por los mismos medios donde Luján manifestó lo que para él serían injurias y calumnias, Ariell leyó el texto en el programa radial La Retaguardia.
El sistema que revictimiza
«En mi relato incluyo a Diego Boris pero también a otras personas. Una de las cosas que hablé con Nvard es que si yo me retracto, primero, estaría diciendo que miento y no es así y segundo, estaría abriendo la puerta para que las otras personas que iré nombrando a lo largo de este tiempo me puedan pedir también que me retracte. Yo hice una declaración muy extensa en la que no hablo solamente de hechos en los cuales estuvo presente el señor Diego Boris. Nombro a muchas otras personas, como por ejemplo Carajo (otra banda de rock), también tuvimos una conversación con la manager hace menos de quince días. Tuvieron una actitud completamente revictimizadora, encubridora. También subimos eso al wordpress porque no tengo nada para esconder con respecto a esta causa», aclaró Luján. «Por el simple hecho de que la vergüenza y el miedo tienen que cambiar de bando. No tengo por qué tener vergüenza de las aberraciones que sufrí a manos de un pedófilo violento. La denuncia no es algo que hago porque está bien o mal, es porque es la herramienta que tengo dentro de este sistema para que algo se haga. Si yo me hubiera podido defender con mis propias manos estaría presa, como le pasó a Higui que está esperando su absolución. Esta es la forma que tengo para que algo suceda con una persona peligrosa», consideró. «El sistema judicial no pone ninguna facilidad para que denunciemos, es más, siempre pone trabas. Cuando denuncié las primeras veces, eso se cajoneó porque me boludearon mucho desde la comisaría de la ‘antimujer’ de Morón, la de Lavalle. Una de las razones por las cuales hoy Cristian está preso, una de las tantas, es porque aparecieron esas denuncias. Lo que afirman demuestra que no es un perseguimiento político, que es lo que él alega porque formó parte de la Unión de Músicos Independientes, iba a ser diputado del Frente para la Victoria con la fórmula de Filmus en la que también estaba Diego Boris, que hoy es el representante del INAMU», detalló, en referencia al cargo de presidente de la institución que existe tras la sanción de la Ley de la música. «No es cualquier persona la que me está revictimizando y me quiere denunciar y callar y dice que miento: es el presidente del Instituto Nacional de la Música. Son estos personajes que se creen todavía impunes y creen que pueden seguir revictimizándonos, violentándonos, callándonos. Algunas de las personas del entorno de Cristian no participaron de los golpes, de Diego Boris no recibí ese tipo de violencia, pero hay muchas otras que actuaron en los hechos», advirtió.
Ser cómplices de violencia o violación según la justicia
Sobre las definiciones legales para aquellos que formaron parte del círculo de violencia que sometió a las víctimas de Aldana pero cuya participación activa en los casos es menor, Nvard aportó información técnica: «En los casos de aquellos que vieron pero no actuaron, para el Código Penal es complicado hablar de estos delitos. Hay un entramado técnico. Los delitos contra la integridad sexual son delitos de propia mano, es decir que solamente puede haber un autor, no coautores, o cómplices o participantes. Todo el resto de los hechos, como las lesiones, las humillaciones, pensando hecho por hecho, podríamos demostrar la coautoría, la participación, la complicidad», planteó. Según explicó Nazaryan, «todo esto puede suceder por acción u omisión, por hacer o no hacer. Si veo que golpean a una persona, puedo evitarlo y lo dejo pasar, podemos hablar de una autoría por omisión, por ejemplo. Es complejo lo que estoy diciendo, pero hay formas de demostrar las autorías en ciertos delitos, excepto los que son contra la integridad sexual».
Sobre la dimensión social de los hechos, Luján expresó: «Hay una deconstrucción, un debate, una conversación, una transformación. Cuando vos exponés una historia y reconfigurás lo que viviste trayéndolo a la palabra, a una visibilización, una denuncia, empezás a ver un montón de cosas que hicieron que esa situación se dé como se dio. No eran solamente el victimario y la víctima, no eran solamente Cristian Aldana y Ariell Carolina. No éramos solamente nosotros. Por algo hay tantas denuncias también. Hay más de sesenta testimonios. Obviamente, los violentos actúan en un contexto. La víctima llega a serlo en un contexto y todo eso se revé. Para mí es terrible la Unión de Músicos Independientes», planteó. «Como pregunté la última vez, ¿no les da asco ocupar esas bancas? Para mí no hay logro posible arriba del sufrimiento de alguien. La Unión de Músicos Independientes tuvo una seguidilla de revictimizaciones y violencias muy grandes contra nosotras. No dando un comunicado urgente, sosteniendo a Cristian hasta las elecciones con ocho denuncias, cuando él ya se había presentado en el Obelisco vestido de monja a basurearnos, a querer reírse de nosotras. Es muy grave, porque es una institución que está representando a los músicos y músicas independientes del país», insistió Luján. Para la denunciante, «es muy grave que el señor Diego Boris, cuando cuento algo que lo incluye, me quiera callar y me mande una carta documento, y me dice que miento. Dice que miento cuando digo que fue coactor, cómplice en la acción violenta de Cristian Aldana, pero no transcribe el hecho y no dice que miento en ese relato, dice que miento en la cáratula que le dí. Si yo me retractara, me estaría retractando de ese hecho», definió.
Nazaryan continuó dando contexto jurídico a la conversación: «Nosotros podemos en este programa decir muchos términos jurídicos, pero sobre eso se expide un juez. De ninguna manera esos dichos pueden ser calumnias o injurias. Hay que tratar de interpretar el juego en el que nos quieren hacer entrar. Pensemos que tenemos un Código Penal pensado, escrito y promulgado mayormente por y para hombres. No está pensado para mujeres. Los delitos que nos importan a las mujeres, de hecho, están en las escalas menores. Robar una vaca tiene más pena que abusar sexualmente de una chica. Estamos hablando en ese contexto», señaló. «Para evitar mezclar y no confundir cualquier cosa con una violencia, tendríamos que pensar en un nuevo Código Penal. Hay nuevos hechos que pueden llegar a configurar una violencia que no está en este momento en el Código, como la violencia psicológica o económica», enumeró Nazaryan.
«A todas las chicas que puedan encontrarse en esta situación con los violentos que hacen lluvia de cartas documento tratando de intimidar y de callar, de asustar y meter miedo, que no se dejen llevar por esos sentimientos que mencioné. Las penas de estos delitos ni siquiera son privativas de libertad y hasta ahora no hay ninguna condena a ninguna chica, todo lo contrario, todas las denuncias terminan archivadas, así que no se dejen llevar por una intimidación», recomendó Nazaryan. «Hay muchas herramientas legales y hay que aprovechar esto para empoderarse y seguir organizándose», insistió.
Por último, Nazaryan se refirió a la situación de otra causa que patrocina, la de Valentina la joven denunciante de Joaquín Tenembaum, ambos estudiantes del colegio Yrurtia. «No me consta que haya iniciado una demanda civil y no hubo más notificaciones. La posibilidad de iniciar una demanda civil es casi nula con todos los gastos y el tiempo que demanda. No creo que lo hagan, lo que intentan hacer es intimidar con las cartas documento y las mediaciones, pero cuando tienen que redactar una demanda y justificar ese daño y perjuicio no son muchas las herramientas», consideró.
Que se vayan ellos
Luego, la joven se refirió al rol de Diego Boris hoy: «Esta persona está ocupando hoy un cargo importante. Yo soy música y artista y para mí es terrible que él nos esté representando. Invito al INAMU a que saque un comunicado posicionándose ante esta situación, que elija otro presidente. Que se imaginen otras formas de organización. Es muy revictimizante para nosotras tener que salirnos de nuestros espacios, irnos y siempre estar nosotras corriéndonos porque a los violentos se les sigue cuidando absolutamente todo. Por eso la revictimización, la violencia institucional, la violencia en las agrupaciones. Siempre somos nosotras las que tenemos que irnos, las que quedamos solas y desamparadas. No sólo de un sistema judicial y un Estado ausente sino también de todas las personas que sostienen y avalan la violencia de los violentos», denunció. «Es muy injusto y estamos muy cansadas. Por eso es que el INAMU se tiene que posicionar ante esta situación. La UMI, bueno, la verdad, no tengo mucho que decir de ese espacio para mí nefasto que no me representa como música independiente para nada. Que me parece violento que sigan utilizando el mismo nombre que le puso Cristian Aldana. No sé cómo les da la cara, cómo no les da asco, no les mueve algo», insistió. «Porque a nosotras nos movió la vida entera y nos costó muchos años reparar esas historias. Esta es mi postura. Hablo en mi nombre y pienso que la Unión de Músicos Independientes debería dejar de existir. Hagan otra cosa, otro espacio nuevo. Dijeron que iban a cambiar todos los directivos. Es mentira, hay gente de la comisión anterior que sigue trabajando ahí y es gente que nos violentó y revictimizó mucho. Gente que sabía lo que sucedía. Gente que actuó con Cristian Aldana, me refiero a gente que violó con Cristian Aldana. Lo mismo pasa en el INAMU. Gente que violó, que abusó. Era una red. La carátula de la denuncia, además de violación, golpes, contagio de enfermedad sexual, es por corrupción de menores. Tiene que tener un círculo que avale esa corrupción», definió. «Son temas que no se naturalizan más, son temas que estamos exponiendo, debatiendo, deconstruyendo. Me parece importante que al ser artistas que supuestamente se proclaman a favor de las personas que denunciamos, cámbienle el nombre al espacio, hagan una nueva comisión de verdad, proclámense de verdad, no con un comunicado tibio que salió como seis meses después, sin una disculpa por el manejo que hicieron. Nosotras seguimos bancando», declaró.
Ya no nos callamos más
Luján llevó el primer fanzine realizado por el grupo de denunciantes: «Lo hicimos con colaboraciones el año pasado. Hay una guía para denunciar de Natalia Saralegui, una abogada muy piola que nos apoyó todo el año pasado. Hay un glosario con palabras que muchas personas desconocen, está nuestro reclamo al Estado, al sistema judicial. Todas las direcciones y consejos de dónde ir, dónde no ir, dónde ir acompañadas. Aconsejamos ir a la UFEM y a Atajo Fiscal. Dentro de poquito va a salir el segundo fanzine. El primero es sobre cómo denunciar, el segundo va a ser sobre lo que sucede después de que denunciamos. La violencia de las cartas documentos. Esa guía la lleva Nvard Nazaryan. Hay un espacio donde chicas nos mandaron textitos sobre lo que para ellas significa ‘ya no callar más’ que son hermosos. Hay un resumen de lo que fue el caso Higui y la autodefensa por Lucía Font, denunciante de Lucas Carrasco, otra persona todavía impune y libre. Queremos la cárcel para Lucas Carrasco. También hay un manifiesto que escribí yo sobre Ya No Nos Callamos Más y otro por Carolina Charlín que es la abogada que me ayuda a hacer el wordpress de Ya No Nos Callamos Más. En este también invitamos a que puedan denunciar en Viamonte, que es un trámite mucho más rápido y no tan revictimizante como hacer la denuncia en una comisaría. Está disponible para bajar en www.yanonoscallamosmas.wordpress.com», concluyó