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El tango no se clausura (pero las milongas sí)

Escrito por el septiembre 16, 2017



En lo que va del año, el gobierno de la CABA clausuró cincuenta y nueve de las cerca de cien milongas que existen en los barrios. Niv Sardi integra el grupo El tango no se clausura, fundado por milongueros y milongueras que buscan difundir los problemas que se generan en torno al conflicto de las clausuras, la falta de fomento y de oferta cultural en el tango, y dialogó con Carlos Morchio, Nicolás Rosales y Graciela Carballo en el programa Tengo Una Idea. (Por La Retaguardia)

“Somos un colectivo de milongueros que nos indignamos por la clausura de las milongas donde íbamos. Por ejemplo, la milonga de Artigas a la que le tengo mucho cariño (funciona en el barrio de Flores en una escuela pública). También iba mucho a Cochabamba, clausurada por razones que nos parecían ilegítimas antes de estudiarlo y que cuando estudiamos nos dimos cuenta de que definitivamente eran ridículas. Además están en violación de la ley que plantea que la clausura preventiva sólo se puede realizar si corre riesgo una vida o en una investigación por crímenes y algunos temas más”, especificó sobre la letra chica de la legislación. Sardi aseguró que “no estaría pasando, las clausuras que nosotros relevamos son por temas administrativas. La de Artigas es muy emblemática, es una escuela pública que se clausura por no tener un plan de adecuación que es responsabilidad del ministerio de Educación y por no tener un permiso de baile, cosa que no aplica a una escuela pública porque no es un salón bailable. La clausura se mantuvo durante tres meses durante los cuales no pudieron hacer una milonga que se realiza hace once años”. En el caso de Artigas, explicó, “se resolvió yendo a la Agencia Gubernamental de Control y diciendo ‘muchachos, esto es ilegal, no tiene sentido que la clausuren’. No le creían al director de la escuela en la Agencia”.
Sardi dio detalles sobre la labor del grupo: “Nosotros lo que hacemos es difundir esa información que no teníamos como milongueros. Lo hacemos en nuestro ambiente haciendo prensa y levantando los reclamos de las distintas organizaciones que están adentro del tango. Escribimos una declaración traducida en doce idiomas donde pedimos el cese de las clausuras abusivas, la reglamentación de la ley de fomento de la milonga, aprobada desde diciembre del año pasado. Hay un consenso de todas las partes: el área de Legal y Técnica de la Ciudad y los abogados culturales que llevaron el proyecto, las milongas sociales, los músicos, de toda la gente que está en este diálogo”, enumeró. “Todavía no está siendo reglamentada y son fondos que tendrían que estar y pedimos que se desbloqueen. También decimos que el tango es patrimonio de la humanidad según la UNESCO. Fue el gobierno de la Ciudad, Lombardi en su momento, el que dijo que iba a proteger el tango como patrimonio, las milongas como patrimonio vivo. Que es algo que se hace y no se puede meter en un museo”, expresó. “Su propia declaración dice que el tango vive en las milongas, que hay que cuidarlas, fomentarlas, protegerlas. Además, hay una ley de 1998, la ley 130, que dice exactamente lo mismo, que el gobierno se compromete a promover, fomentar el tango. No está pasando. Nosotros pedimos que se aplique esa ley, que las milongas viejas se reabran y que el gobierno se haga cargo de ver por qué están cerradas. Hay diversas razones. Algunas porque los dueños no tienen ganas o interés, pero eso nos daña y al mundo entero”, planteó Sardi. “Lo último que pedimos es que se cuiden los espacios educativos del tango. Hay un montón de lugares donde se puede aprender a cantar y bailar y tienen problemas edilicios, con el contrato de los profesores, de toda índole que son inaceptables. Esto daña el futuro de los bailarines, los profesores, los coreógrafos, los músicos del tango”, denunció.
“Nosotros pedimos los datos por una ley pública de información porque queremos saber. Relevamos esa inquietud también. Nos parece raro que haya otros locales donde hay hasta muertes y no estén clausurados. No queremos hablar sin saber, no tenemos los datos todavía y no podemos concluir si hay un target particular de un espacio y no de otros”, reflexionó Sardi. “Tenemos la intuición de que hay algo raro. Esperamos que el gobierno nos dé los datos porque es lo que corresponde por ley con las clausuras y las razones para ver si hay efectivamente un empecinamiento. Lo que sí nos dieron es un resumen y nos informaron que hay trescientas ochenta y seis clausuras a lugares culturales en los últimos treinta meses. Cuando miramos los datos, año por año, sentimos que hay una concentración de esas clausuras. Milongas clausuradas desde principio de año son unas cincuenta y nueve. Las milongas en total son más o menos cien”, detalló.

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