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Gran expectativa ante el veredicto ESMA III, que se conocerá el 29 de noviembre

Escrito por el noviembre 20, 2017


Estamos apenas a días del final del tercer tramo de Megacausa ESMA, el juicio más importante de la historia judicial y política de la argentina. Se esperan fuertes condenas para la mayoría de los 54 imputados que quedan por 789 casos de crímenes de lesa humanidad. Sin embargo, hay 5 genocidas imputados por haber participado de los vuelos de la muerte, en los que están puestas las mayores expectativas acerca de qué hará el tribunal con ellos. Carlos Loza, integrante de la Asociación Ex Detenidos Desaparecidos que conforma una de las querellas, conversó al respecto, en el programa Oral y Público de Radio La Retaguardia, con Fernando Tebele, María Eugenia Otero y Víctor Basterra, otro sobreviviente que ayudó a sostener el juicio durante tantos años. Ambos repasaron el juicio y sus vidas dispuestas a dar testimonio. También recordaron a Nilda Eloy. (Por La Retaguardia)

Carlos Loza es un sobreviviente de ESMA que desde el día en que fue liberado decidió dedicar su vida al proceso de reconstrucción de memoria ayudando a los familiares a encontrar la verdad sobre lo que sucedió con sus desaparecidos, participando y sosteniendo los juicios desde su lugar de testigo y querellante: “Trabajamos como Asociación preparándonos en cada uno de los juicios. El hecho de haber estado en ESMA me permitió conocer más y adentrarme en el juicio que ya lleva como 10 años”, expresó Carlos. Es que la Megacausa ESMA atravesó dos tramos anteriores. El Tramo I fue por un solo caso, donde se juzgó a Héctor Febres que lo terminaron envenenado en el buque de Prefectura donde estaba preso y no se llegó a dictar sentencia: “Era un ensayo. Entregaban a uno para ver cómo se desarrollaba el juicio. En ese momento nosotros aun esperábamos que dijera algo. Aparentemente, esta persona no les sirvió más y murió envenenado con cianuro bajo la custodia de la Prefectura”, relató Loza. El Tramo II fue por 97 casos y duró dos años: “De los 18 imputados en ese juicio fueron condenados 16. Nosotros apelamos por los dos a los que no se les había probado, (Juan Carlos) Rolón y (Pablo García) Velazco. Finalmente la Cámara de Casación nos dio la razón y dijo que tienen que ser juzgados por los casos que habían quedado absueltos. De esos 16, 2 han muerto y 14 están integrando este tramo actual de la causa. En ESMA II, la particularidad fue que de los 97 casos se acusaba a solo un represor de la cadena de mandos, (Oscar Antonio) Montes. Estaba acusado él, pero no estaban acusados el resto de los que estaban participando. Ahora, volvemos a ser caso para juzgar a los que habían sido partícipes. Los imputados están acusados de 789 casos de acuerdo al período en que estuvieron en el campo de concentración”, explicó Loza en el programa de los juicios a los genocidas que emite Radio La Retaguardia.

La sentencia, miércoles 29 de noviembre 

“Aparentemente está acordado eso. Todas las fuentes nos lo han dicho. Extraoficialmente, han comunicado desde la Secretaria del Tribunal que esa sería la fecha. Faltaría el horario, que seguramente será después de las 14 horas. El día de sentencia hay mucha actividad en el Tribunal. Incluso puede ser que (los genocidas) estén diciendo últimas palabras esa misma mañana. Después del mediodía, bien entrada la tarde, puede ser que esté la sentencia”, relató, esperanzado, el integrante de la AEDD.
Carlos Loza hizo referencia a las reiteradas interrupciones de las audiencias de este tercer tramo del juicio a través de maniobras dilatorias y a las presiones que recibió el Tribunal para disminuir penas y excarcelar a algunos genocidas. Por ello responsabilizó a varios integrantes del gobierno macrista: “Hemos tenido un retroceso con este gobierno que ha asumido ahora, desde el 2015, con las muestras del Secretario de Derechos Humanos, (Claudio) Avruj, y del Ministro de Justicia, (Germán) Garavano. Todo este negacionismo y estas maniobras dilatorias llevan a la posibilidad de que haya un intento de disminuir las penas y de excarcelar a algunos que están con esa disminución de penas”, denunció Loza y ejemplificó con un caso de un imputado que habría expresado a sus familiares que va a ser absuelto después de leerse el veredicto: “Se está comunicando desde febrero asegurando que él va a ser liberado. Lo ha comunicado por medios, y a familiares y amigos, que va a ser liberado en noviembre. Lo ha dado como una certeza. Se trata de Rubén (Ricardo) Ormello, uno de los técnicos que participó en vuelos” contó el sobreviviente.

Vuelos de la muerte

Buena parte de las expectativas de este veredicto estarán puestas en saber qué hará el Tribuna Oral Federal Nº5 con los acusados de haber participado de alguna u otra manera en los vuelos de la muerte, el método inadjetibable con el que eran asesinadas y desaparecidas muchas de las personas que pasaron por la ESMA. Son cinco: Rubén Ricardo Ormello, Julio Alberto Poch, Alejandro Domingo D’Agostino, Mario Daniel Arru y Emir Sisul Hess; también estaba imputado Enrique de Saint Georges, pero falleció. En las últimas semanas, crecieron las versiones acerca de que el tribunal podría no condenarlos. Tanto las querellas como la fiscalía que durante las testimoniales y alegatos estuvo a cargo de Guillermo Friele y Mercedes Soiza Reilly, tuvieron que esforzarse mucho para conseguir pruebas ante la ausencia del testimonio central en estos juicios: el de los y las sobrevivientes.
“Nosotros sabemos que la causa vuelos es una causa densa porque, obviamente, no hay sobrevivientes de los vuelos. Contamos con que la Aviación Naval estaba subordinada a la estrategia del campo de concentración. Estos personajes no tenían destino en ESMA. Eso no quiere decir que los aviones volaban solos o que los tripulaba gente que no estaba especializada. La Aviación Naval estaba subordinada a la parte operativa, el Comando de Operaciones Navales, y por lo tanto se disponía de ello. Hay registros de vuelos y planillas. En el Tribunal hay fuertes presiones para reducciones de penas y para excarcelaciones. Nosotros las estamos enfrentando y, como venimos enfrentando hace más de 40 años, vamos a seguir peleando para que la impunidad no se enseñoreé en esta causa. De los 54 acusados que hay, la mayoría tiene pedido de cadena perpetua, 52 por lo menos. En algunas querellas, como la nuestra, hemos pedido prisión perpetua para todos. Valoramos que lo que se consiguió aquí fue con el esfuerzo. Vamos a estar alerta y vamos a denunciar que no se desarrolle la impunidad en estos juicios. Hay familiares que están esperando justicia. La condena social es definitiva. Se demostró en la movilización del 2×1. Nuestro pueblo no está dispuesto a aceptar detenidos-desaparecidos, impunidades, reducción de penas ni mucho menos estas maniobras de improvisación de sentencias. Por más de que hagan circular estas versiones, nosotros creemos que el Tribunal debe estar a la altura de lo que aquí se viene juzgando, los delitos más graves en la historia de nuestro país. Este es el juicio más grande en la historia de la Argentina y el que probablemente más condenados vaya a tener. Vamos a utilizar todos los métodos sociales, como la movilización y la denuncia permanente, y vamos a apelar cualquier maniobra que pretenda llevar a la impunidad”, aseguró Loza con un espíritu inquebrantable y una esperanza contagiosa y a prueba de años de impunidad.
Víctor Basterra, uno de los sobrevivientes que más datos y testimonios aportó para sostener este juicio de Megacausa ESMA, es uno de los integrantes del programa Oral y Público que conducen Tebele y Otero. También él recordó al imputado Ormello que viene presumiendo que quedará en libertad y, junto a Carlos Loza, describieron quién fue este genocida que participó de los vuelos de la muerte. Lo hicieron intercambiando información, como lo han hecho todos estos años, cotejando recuerdos, nombres, apodos.

-Víctor Basterra: Tengo entendido que Ormello fue uno de los denunciados por Carlitos Zorzoli. Me contó que en Mendoza, este Ormello formaba parte de esos bocones que hablaban de que habían arrojado gente al mar.

-Carlos Loza: Sí, totalmente. Yo lo conocí en el desarrollo de los juicios (a Zorzoli). Pudo declarar esta situación que lo complica a Ormello, que fue un técnico. Han estado en el mismo lugar de trabajo, después de la dictadura. Frente a otras personas, incluida Carlos, él se jactaba de haber tirado gente al mar. Lo denunció concretamente.

-VB: Zorzoli fue un compañero que perteneció a una organización político militar. Varios de sus compañeros perdieron en el año ’80 en la Contraofensiva. Fueron capturados por los pelotones de la ESMA. Él quedó con mucho dolor. Cuando fue reincorporado por Aerolíneas Argentinas, en Mendoza, conoció a este Ormello. Cuando se largó el juicio, él pudo declarar en este último juicio, hace cuatro o cinco años atrás. Lamentablemente, en diciembre del año pasado falleció Carlitos, un tipazo del carajo. Está su testimonio. Ormello seguramente se agarró de que el compañero ha fallecido y que no tendrán en cuenta su testimonio. Estará boqueando como boqueaba en Mendoza.

-CL: En el tema de vuelos, el Ministerio Público Fiscal ha hecho un trabajo impresionante de reconstrucción sobre cómo operaba la Aviación Naval, subordinada al Comando de Operaciones Navales, en función del campo de concentración ESMA. Ellos pretenden hacer recaer todas las pruebas en los sobrevivientes. Los sobrevivientes tenemos un límite para lo que podemos denunciar. No vimos a los 5 mil compañeros que estuvieron ahí. Los de Aviación Naval no figuraba como plantel de la ESMA, pero sí operaban para arrojar a los compañeros al mar subordinados a la ESMA. En los legajos no consta que hayan estado en ESMA. De eso se quiere agarrar la defensa de estos genocidas, que ellos no habían participado y que no se pueden probar. Pero hay tarjetas de vuelo que pueden demostrar que ellos piloteaban esos aviones, además de este comentario de que Ormello se jactaba de tirar gente al mar. Lo mismo que (Julio Alberto) Poch, ante sus compañeros de la Aerolínea europea donde trabajaba (KLM). Algunos de esos compañeros lo denunciaron. Han declarado en la causa. Otros, coaccionados por la empresa, han declarado a favor de él. Los han obligado porque no querían que la aerolínea donde trabajaba este genocida quede emparentada con él. Han mandado a otros para salir a defenderlo. Querían descalificar sus comentarios diciendo que estaba bebido. Otros lo tomaron con mucha seriedad porque él contaba detalles que no cualquiera puede contar. Esos pilotos holandeses que tuvieron la valentía de contarlo, declararon en este juicio” contó Loza, evidenciando que sí existen testimonios referentes al accionar de técnicos y pilotos en los vuelos de la muerte, a pesar de que no formaban parte del plantel fijo en ESMA.
Otro de los testigos de suma importancia para juzgar los casos de vuelos es Adolfo Scilingo, el genocida que reconoció en entrevistas con Horacio Verbitsky la metodología que utilizaron para aniquilar personas. Por su participación en los vuelos de la muerte, Scilingo cumple condena a cadena perpetua en España, pero no ha sido juzgado en nuestro país: “Tiene que ser indagado por el juez, que lo tiene que indagar y después procesar. Está en España y tiene que estar en territorio argentino. El juez tiene que citarlo. Tiene cadena perpetua allá. Para juzgarlo acá es necesario procesarlo. El libro ‘El Vuelo’ de Horacio Verbitsky, fue ofrecido como prueba. Forma parte de la documentación probatoria. Hay que ver qué interpretación hace el Tribunal de lo que Scilingo ha dicho”, reflexionó Loza.
Ante esta situación de posibles pensas bajas o directamente absoluciones, los sobrevivientes coincidieron en que si bien sería muy doloroso, ninguno de ellos está dispuesto a darse por vencido. Ambos coincidieron en que seguirían luchando, con su compromiso de siempre, por conocer la verdad y obtener justicia:

-VB: La cuestión es no bajar los brazos. Lógicamente, sería una especie de derrota. Una cosa es la derrota y otra es que nos venzan. A nosotros nos han derrotado muchas veces, pero no nos han vencido. Seguiríamos en la misma, tratando de que la justicia se cumpla. Vamos a ver qué pasa, el espíritu nos anima.

-CL: El compromiso que nosotros contrajimos con los compañeros que no pudieron salir es para siempre. Nosotros no testificamos, nosotros testimoniamos porque tenemos compromiso que nace de esa relación que tuvimos con los compañeros. Es indestructible. Además, parece que buena parte de la sociedad argentina piensa de la misma manera. Por eso, estos represores tienen una condena social que es definitiva. Es irreversible y no va a cambiar. No lo vamos a tomar como una derrota en caso de suceder. Nosotros apuntamos a la responsabilidad que tienen los jueces de esta causa. Ellos tienen la responsabilidad y nosotros tenemos otros mecanismos, de apelar y otras medidas, para que se haga justicia”
Además, Loza se refirió al extenso tramos del juicio que se han tomado los genocidas y sus defensores para retrasar el juicio: “Han demorado excesivamente este juicio. Desde abril del año pasado, estamos escuchando las voces de los abogados de los represores y de los represores mismos. Los represores y sus abogados defensores han tenido más tiempo de palabra que las propias víctimas de este genocidio. Se cumplió un año y medio desde que están alegando. Están hablando ellos nada más. Han muerto muchos de nuestros compañeros, algunos de los familiares. Algunos se han suicidado, un compañero por lo menos, apenas comenzó este juicio hace cinco años (Rodolfo Picheni). Nosotros no lo vemos como una derrota. Vamos a seguir peleándola como siempre. Para muchos de los familiares es un acto de reparación. Hay casos de familiares que ni siquiera van a poder tener la reparación porque ni siquiera hay un juicio abierto. Coincidiendo con Víctor, nosotros somos de largo batallar. Estamos bastante curtidos”, tranquilizó el integrante de la Asociación Ex Detenidos Desaparecidos.

La vida militante de los sobrevivientes

Muchos de los sobrevivientes del Terrorismo de Estado han dedicado su vida entera a la militancia por los derechos humanos, al grito de “Nunca más”, imposibilitando el olvido y, en muchos casos, exponiendo su vida al servicio de la memoria, la verdad y la justicia. Para Loza es un compromiso inquebrantable que lleva a cabo con amor y por el que los familiares le estarán eternamente agradecidos: “Nosotros no utilizamos la palabra obligación. Tenemos responsabilidades. Estos hechos nos han generado responsabilidades, no obligaciones. No nos pesan, al contrario. Sabemos que la pelea por la justicia en todos los órdenes de la vida es lo más importante y lo que nos reivindica como humanos. La pelea por la igualdad y la justicia son la propia esencia de lo mejor de los seres humanos. Los familiares también confían en que nosotros podamos aportar lo que podemos aportar y nos lo agradecen permanentemente. Tenemos una obligación generacional. La vida no se va con nosotros. La vida continúa después de nosotros. Hay hijos, nietos, familiares y jóvenes que luchan todos los días, que se incorporan a la militancia en cada uno de los lugares. Por el hecho de militar y pelar por la justicia no tienen que ser detenidos, desaparecidos, torturados, quemados o tirados al mar. Eso es lo que nosotros queremos instalar. La militancia no tiene que ser penalizada porque es lo mejor que tiene el ser humano, la pelea por la vida y por la justicia”, expuso.

La despedida a Nilda Eloy

“Lo de Nilda Eloy es un ejemplo de lo que decíamos antes. Una mujer muy valiente que ha pasado por 6 campos de concentración. Ha sido desaparecida muy jovencita y torturada. Ha testimoniado contra (Miguel) Etchecolatz y ha acompañado permanentemente a Julio López. Es una gran compañera que ha trabajado las causas y se ha involucrado de una manera impresionante. Es el compromiso que nosotros tenemos, la responsabilidad, llevado con un sentido de la solidaridad impresionante. Lo mismo ha pasado con Adriana Calvo y con Cachito Fukman. Evidentemente, los sobrevivientes también vamos creciendo, nos vamos enfermando y a veces tenemos estas cosas que la vida nos trae. Nosotros nos hacemos fuertes en la vida y en la militancia de los compañeros. Sabemos que es dolorosa la pérdida, pero tenemos las responsabilidades de seguir adelante con estas banderas para homenajearlos a ellos también”, afirmó Carlos Loza, al tiempo que Basterra aseguró que “la vida tiene intensidad y mejor vivirla así; si tiene compromiso, si tiene responsabilidad de retomar viejas banderas de lucha que han sido llevadas por un montón de compañeros”.
Falta poco para la sentencia en el tercer tramo de la Megacausa ESMA, el juicio más importante del país por la cantidad de imputados que contiene, por la cantidad de crímenes que se juzgan y porque se trata de los crímenes más terribles que se pudieron cometer. Los sobrevivientes, aun conscientes del contexto político negacionista, mantienen la esperanza en que el Tribunal haga justicia. Y esa esperanza se transmite y contagia.

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