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En una extensa jornada, se escucharon testimonios que aportan a abrir nuevas historias en el juicio. Las dos primeras fueron Alicia Ruszkowski y Ana Pecoraro, esposa e hija de Enrique Pecoraro. Ruszkowski relató además su secuestro en la ESMA. Luego testimoniaron Arturo Helman y Dalia Canteloro, una pareja de sobrevivientes que repasaron la convocatoria y la preparación para la Contraofensiva. El cierre estuvo marcado por la interrupción que sufrió la testigo Ana María Lazarini. Especialmente llegada desde Barcelona para declarar, en el medio de su declaración el juez Alejandro de Korvez abandonó la sala para asistir al médico. Luego de estudiar variantes legales, los jueces Rodríguez Eggers y Matías Mancini repararon el desplante y continuaron la audiencia con el acuerdo de todas las partes y el aporte de la cuarta jueza. Cuando pudo, Lazarini se refirió al secuestro de Antonio Luis Tovo, ocurrido el 4 de junio de 1980 en Rosario. (Por Gustavo Molfino/Julieta Colomer/ Fabiana Montenegro/Fernando Tebele para El Diario del Juicio*) 

Los imputados se retiran de la sala de audiencia. Como la semana anterior, la primera testigo, Alicia Ruszkowski, los mira.
La respuesta es la mirada al suelo. Lo mismo ocurre con las fotografías de las víctimas en esta causa.
(Foto: Gustavo Molfino/DDJ)
Ruszkowski dio testimonio por su compañero, Enrique Pecoraro, que fue asesinado, y por su propia situación, ya que fue
secuestrada y llevada a la ESMA. 
La sobreviviente narró su secuestro en Mar del Plata, su traslado a la ESMA y la posterior libertad vigilada a la que fue
sometida durante dos años. (Gustavo Molfino/DDJ)
En primera fila la observan su hija, Ana, junto s sus hijos. La nieta de Ruszkowski lleva la pancarta de su abuelo asesinado,
Quique Pecoraro. (Gustavo Molfino/DDJ)
Al finalizar, recibió el abrazo de su hija, Ana Pecoraro, que declaró inmediatamente después.
Cuando finalizó su testimonio, su mamá le devolvió el abrazo anterior. Ambas estaban muy emocionadas.
Quique Pecoraro apretado por la rosa roja tejida (un símbolo que llegó a los juicios lesa humanidad para quedarse).
La foto cuelga del cuello de uno de sus nietos.
Una de las nietas de Enrique Pecoraro, esbozando la misma sonrisa que su abuelo
en la foto inmortal. (Fabiana Montenegro/DDJ)
Arturo Helman participó de la Contraofensiva. En su testimonio dio cuenta de cómo fue la convocatoria y la preparación.
(Gustavo Molfino/DDJ)
Aquí Helman responde una de las preguntas de la defensa oficial, mucho menos activa que en las primeras audiencias. 
El cuarto turno fue para Dalia Canteloro, también militante de Montoneros. Es la compañera de Helman. Su hermana, Glora
Canteloro, ya fue testigo en el juicio. (Gustavo Molfino/DDJ)
La familia de Dalia Canteloro en la primera fila, que siempre es ocupada por los afectos de la persona que testifica.
(Gustavo Molfino/DDJ)
Ellos y ellas, que no han podido, entre otras cosas, ser testigos en este juicio,
están presentes en todas las jornadas a través de las fotos, de los testimonios y
de cada recuerdo silencioso. (Gustavo Molfino/DDJ)
El último testimonio, ya pasando las 15 horas, fue el de Ana María Lazarini, que llegó especialmente desde Barcelona. El
esfuerzo de quienes viajan y no utilizan la videoconferencia, tiene que ver con que claramente no es lo mismo estar allí que
a través de la fría imagen de una tv. Pero el testimonio de Lazarini fue interrumpido por un imprevisto insólito: uno de los
jueces se tuvo que ir. (Grupo de Familiares/DDJ)
El juez Alejandro de Korvez dijo que se tenía que ir al médico, ya que arrasta un problema en la vista: “de hecho renuncié al
juzgado”, anunció para sorpresa de todos y todas allí, mientras caminaba hacia la salida. (Gustavo Molfino/DDJ)
El presidente del tribunal, Esteban Rodríguez Eggers y el otro juez, Matías Mancini, intentaron reparar la situación. Luego
de buscar otras variantes de días (la testigo regresa el lunes a Barcelona), le ofrecieron a Lazarini y a las partes que continuara con el relato, sumando a la cuarta jueza para la ocasión. Todas las partes estuvieron de acuerdo en continuar de
esa manera. (Grupo de Familiares/DDJ)
Lazarini continuó con su testimonio, con la particularidad de la silla del juez vacía. Se refirio al secuestro de Antonio Luis Tovo, padre de sus dos hijas, que también viven fuera del país y son querellantes en la causa.
(Fernando Tebele/DDJ)
Sobre la mesa, los cuerpos del expediente instruido para llegar a este juicio oral. La fiscal Gabriela Sosti le pregunta a
Ana María Lazarini. (Fernando Tebele/DDJ)
Al cierre de la jornada, la primera testigo, Alicia Ruszkowski, y la última, Ana María Lazarini,
se dieron un emotivo abrazo. Dar testimonio, además de aportar datos para la causa judicial,
implica para quienes han sobrevivido una reparación histórica difícil de explicar, pero que
resulta notoria en cada final. (Grupo de Familiares(DDJ)

*Este diario del juicio por la represión a quienes participaron de la Contraofensiva de Montoneros, es una herramienta de difusión llevada adelante por integrantes de La Retaguardiamedio alternativo, comunitario y popular, junto a comunicadores independientes. Tiene la finalidad de difundir esta instancia de justicia que tanto ha costado conseguir. Agradecemos todo tipo de difusión y reenvío, de modo totalmente libre, citando la fuente. Seguimos diariamente en https://juiciocontraofensiva.blogspot.com


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